| 
                              
                                        
                                    El síndrome  "burnout" afecta ya al 53% de los trabajadores por la carga laboral y la  inestabilidad en el empleo. Casi un tercio sufre estrés, que puede desencadenar  trastornos mentales graves 
                                    Más de la mitad de  los trabajadores padece el síndrome "burnout", o lo que se conoce popularmente  como estar quemado. No es una moda social, ni una excusa para reducir el  horario laboral o reivindicar más vacaciones. Al contrario. Muchos  especialistas lo consideran un problema de salud pública que avanza entre la  población y que se ha convertido en la antesala del estrés laboral. El desgaste  profesional se produce cuando no se corresponden las expectativas laborales con  la realidad del puesto. La inestabilidad en el empleo, la desorganización o la  carga mental son desencadenantes de este síndrome. Este dato se recoge en un  estudio del Observatorio Nacional de Riesgos Psicosociales, cuyo presidente, el  catedrático de Derecho Laboral Cristóbal Molina, impartió una conferencia en la Facultad del Trabajo de  Málaga, en el marco de una jornada sobre factores psicosociales en el empleo. 
                                                                          Los expertos en  riesgos laborales alertan de que faltan medios y políticas para la prevención  de estos factores que propician trastornos mentales como la ansiedad o la  depresión. "España tiene un problema grave de accidentalidad laboral, no  sólo por los siniestros físicos, sino por los problemas de salud mental",  asegura Javier Alcaide, organizador de la jornada. Estos trastornos de salud  derivados del trabajo "son fenómenos emergentes y complejos", según  explica el profesor de la   Universidad, y falta investigación en este campo para mejorar  las respuestas sociales, sanitarias y del derecho público. "Hay que buscar  fórmulas de prevención", insiste Alcalde, ya que las frustraciones  laborales aumentan y tienen un gran coste social. 
                                                                          Primera causa de  incapacidad. Tanto es así que en 2020 los problemas de salud mental serán el  primer motivo de incapacidad laboral, de acuerdo a las estimaciones de la UE. "El coste es  terrible", manifiesta Cristóbal Molina Navarro. El Observatorio de  Factores Psicosociales realizó un trabajo estadístico a escala nacional a  partir de una muestra de empleados de los sectores de hostelería, seguridad  privada, enseñanza, sanidad y textil. Los datos pueden ser extrapolables al  conjunto de la población trabajadora. Entre los resultados, destaca que casi un  tercio de los empleados sufre una sobrecarga mental que le ocasiona el estrés;  que el 47 por ciento considera que las condiciones laborales son  "inadecuadas" para su salud, y que el 31 por ciento tiene un puesto  inestable. 
                                    "A veces nos  preguntamos si el estrés, la fatiga o la sobrecarga laboral son elementos  fatalistas propios del sistema de producción. Creo que lo importante es que nos  planteemos los riesgos psicosociales como un derecho que tiene que  actualizarse, de esta forma habrá voluntad para que se materialicen las  políticas", indica el catedrático. 
                                                                          Las investigadores  han descubierto que hay una mayor incidencia del estrés laboral, que no sólo es  un factor de riesgo en los trastornos mentales sino que constituye una causa  más en las enfermedades cardiovasculares. 
                                                                          El sector y el  puesto de trabajo influyen en la mayor o menor gravedad de las frustraciones  laborales. La sanidad y la enseñanza son ámbitos más sensibles por la  implicación de los trabajadores y su responsabilidad. Como ejemplo, el estudio  del observatorio señala que el 34 por ciento de los empleados de entre 46 y 55  años del área de salud arrastra estrés. En hostelería son los hombres los que  pueden tener más problemas por los ritmos de trabajo, los turnos o la falta de  autonomía, mientras que en la enseñanza, la mujer aguanta más sobrecarga  mental. 
                                                                          El acoso moral o  ´mobbing´ es también acelerador de trastornos mentales y problemas de salud.  Los hombres de hostelería sufren más acoso que en cualquier otra rama laboral,  pero en la enseñanza son las mujeres. Con la reforma del Código Penal estos  hechos pasan a tener un tipo delictivo concreto, lo que ayudará a perseguir más  la conducta, asegura el organizador de la jornada. 
                                                                          La falta de  políticas en esta materia se evidencia por la escasa cualificación de los  inspectores en factores psicosociales y la ausencia de iniciativas de salud  laboral desarrolladas por las propias empresas. "El 84 por ciento de las  compañías no estudia estas situaciones y el 80 por ciento de los inspectores  reconoce que no están cualificados para detectar estos hechos", indica  Molina. 
                                                                          Para los  especialistas, el problema es que la sociedad todavía trivializa todo lo que  atañe a salud mental en el trabajo. Dolores Hernández, secretaria de salud  laboral de UGT, opina que la crisis económica global puede ser una oportunidad  para abordar el problema, pero advierte de que mientras la seguridad laboral se  conciba como un coste añadido para las empresas, no habrá solución.  "Avanzaremos cuando la salud laboral sea un requisito básico para la  competitividad empresarial", concluye la experta. 
                                    Boletín de Noticias  sobre el Acoso Psicológico 
                                      La Opinión de Malaga 
                                      29.11.2008  
                                 |