• La obra, de  Roberto Castro e Irene Casique, del CRIM de la UNAM, analiza, desde una perspectiva de género,  la base de datos de la   Encuesta sobre Violencia en el Noviazgo aplicada en 2007 
                                      
                                    Boletín  UNAM-DGCS-139  
                                      Ciudad  Universitaria. 
                                    9 de marzo de 2011 
                                    Para analizar desde  una perspectiva de género la base de datos de la Encuesta sobre Violencia  en el Noviazgo (Envinov), aplicada en 2007 por el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), se  escribió el libro Violencia en el noviazgo entre los jóvenes mexicanos (2010),  editado por esta casa de estudios. 
                                    La obra de Roberto  Castro -en coautoría con Irene Casique, ambos investigadores del Centro  Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM)- detalla los datos  globales de las tres formas de violencia (física, emocional y sexual)  registradas en la Envinov. 
                                    Según la encuesta,  el 39.4 por ciento del grupo que va de los 15 a los 24 años de edad fue agredido  emocionalmente por su novio o novia; 6.8 por ciento físicamente, y el  porcentaje de violencia sexual en el noviazgo, referida sólo a mujeres, fue de  8.16 por ciento, dijo Castro. 
                                    Asimismo, el tipo  de agresión con mayor prevalencia entre ese segmento poblacional es la  emocional (39 por ciento), pero los hombres sufren más la física (10 por  ciento) que las mujeres (tres por ciento). 
                                    Sin embargo, ante  el cuestionamiento del porqué ocurre esa diferencia en los porcentajes de violencia  física entre ambos sexos, Castro y Casique plantearon una hipótesis: ellas  tienen más probabilidades de considerar normal el ejercicio de la agresión como  condición natural masculina. 
                                    “Una mujer  golpeadora no corresponde con la imagen que la sociedad atribuye al género  femenino. De este modo, un hombre registra la cachetada o patada de su novia  como una acción ‘anómala’ y la reporta al encuestador. Por el contrario, ellas  perciben la agresión física de su novio como normal y no dan cuenta de ella”,  explicó Castro. 
                                    Según datos de la Envinov, los varones  tienden a trivializar la ofensa que sufrieron; por el contrario, la mayoría de  las mujeres buscaron poner fin a la relación o recibir atención médica. 
                                    Dominación de género  
                                    En cuanto a la  violencia emocional, la diferencia no es significativa: 42.7 por ciento de los  hombres dijeron haberla padecido, mientras que el porcentaje de mujeres fue de  35.8. 
                                    Esta situación hace  pensar a Castro que, por razones de dominación de género, ellas asimilan, neutralizan  y normalizan las agresiones psicológicas, y los hombres, las magnifican y  sobredimensionan. 
                                    “Hay que tener  mucho cuidado con las estadísticas y poner en duda la creencia de que los datos  hablan por sí solos. La investigación científica permite generarlos y  examinarlos, pero también entender cómo y a partir de qué surgen”, subrayó. 
                                    Según la encuesta,  los jóvenes de 19 a  24 años (41 por ciento) sufren más violencia emocional que los del segmento de 15 a 19 años (32 por ciento).  Por el contrario, la física es más común en estos últimos (7.4 por ciento), que  en los de 20 a  24 (seis por ciento). 
                                    En lo que refiere a  la violencia sexual (obligar a tener relaciones y prácticas no deseadas e  imponer la no utilización del condón), ésta es más frecuente en mujeres de 15 a 19 años (8.3 por ciento),  que en las de 20 a  24 (7.8 por ciento). 
                                    Hallazgos 
                                    Castro y Casique  hicieron varios hallazgos en su análisis. El primero, es que si alguien sufre  agresión emocional corre mayor riesgo de padecer la física. 
                                    El segundo, es que  este problema va asociado también a una ideología desigual de roles de género.  Así, quienes tienen ideas tradicionales sobre lo que debe ser un hombre y una  mujer, corren mayor riesgo de sufrir violencia en el noviazgo, que aquellos que  tienen una cultura de equidad, en la que los derechos y deberes de ambos se  conciben iguales. 
                                    Un tercer hallazgo  señala que vivir estas situaciones en la infancia se asocia a un alto riesgo de  padecerla o ejercerla en el noviazgo. Según los datos, 10 por ciento de hombres  y nueve por ciento de mujeres presenciaron violencia física entre los adultos  que los cuidaban, y a 34 y 27 por ciento, respectivamente, los golpeaban de  niños. 
                                    Por lo que se  refiere a la violencia emocional, alrededor del 20 por ciento de varones y  mujeres presenciaron insultos entre sus cuidadores, y 19 y 15 por ciento, en el  mismo orden, fueron insultados en la niñez. 
                                    Dentro de los  porcentajes de quienes dijeron haber atestiguado o sufrido violencia física o  emocional en casa, se concentran ahora los casos de violencia en el noviazgo,  concluyó el investigador.                                    |