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                                    ISBN:  9788467027242 
                                    Uriarte  ha escrito un libro divulgativo en el que muestra, con abundantes ejemplos de  los medios de comunicación, los tópicos, las contradicciones y el doble rasero  de cierto feminismo actual. 
                                    La  autora, escritora y catedrática de Ciencias Políticas, es conocida no sólo por  no apuntarse a las modas, sino por ser políticamente incorrecta, tener criterio  propio e independiente. Todo eso está en este libro. Además, denuncia con el  suficiente sentido del humor impregnado de sarcasmo, las tonterías y  contradicciones de un feminismo que sigue alimentando los viejos clichés  tradicionalistas. 
                                    El  núcleo del debate es que el verdadero techo de la mujer no es la discriminación  masculina, sino su auto-discriminación. Ésta consiste, según Uriarte, en  posponer su afán de liderazgo en puestos de prestigio social a la dedicación al  marido e hijos. Muchas mujeres prefieren realizar trabajos de menor relevancia  social para tener tiempo para cuidar a su familia. O prefieren, por comodidad,  no luchar por objetivos prestigiosos y dedicarse a ser la cónyuge de o la  princesa rescatada, en una tarea pasiva y muy cómoda. Además, las feministas  alientan o, al menos, no critican, esos modelos trasnochados en los que la  mujer sigue luciendo como decorado del hombre, como la esposa de, la musa de,  la maceta de, o el cuerpo deseable y joven. El lector podrá compartir o no unas  u otras opiniones de la autora, pero descubrirá que ésta, con un lenguaje lleno  de desparpajo y próximo a veces a la vulgaridad, da en la diana continuamente.  Las precisiones, propuestas, modelos nuevos de sociedad, no son el objeto de  este libro. Aunque podrían haberlo sido y completar, de algún modo, la denuncia  sin matices de Uriarte. 
                                    La  catedrática de Ciencias Políticas no aporta aquí soluciones ni propuestas, sino  que abre un debate muy claro, en el que pone las cartas sobre la mesa: es la  propia mujer la que ha de conquistar los puestos que quiere obtener, con su  propio esfuerzo y sacrificando lo que haga falta. El victimismo, la  autocompasión, la falta de sacrificio es la verdadera auto-discriminación.  
                                    Con  un lenguaje coloquial y unos ejemplos nítidos, Edurne Uriarte muestra lo  ridículo de la dictadura estética, y de los mensajes en los que se dota  genéticamente a las féminas de un tranquilizador y falso pacifismo, o de un  instinto maternal que les proporciona mayor inteligencia. El libro plantea el  debate en términos divulgativos y sin conclusiones. La claridad y síntesis de  la autora sirve para que el lector reconozca sus propios prejuicios o su  adopción acrítica de esos modelos. Las torpes contradicciones de un feminismo  ramplón y contrario a los intereses femeninos se ponen al descubierto. 
                                    Patricia  Morodo 
                                      Aceperensa,  17-IX-200                                    |