Resumen 
                                En general, se  piensa que el acoso escolar se refiere exclusivamente a algo físico y externo:  peleas, patadas, empujones… y agresiones. Sin embargo, hay multitud de  actitudes de acoso, verbal y psicológico, que tienen los mismos efectos  devastadores, como son los insultos, vejaciones, críticas, motes, aislamientos,  murmuraciones, chistes, etc. A través de los estudios de Análisis de Redes  Sociales (ARS), podemos determinar si las actitudes, los comportamientos  específicos con amigos o compañeros y las posiciones de estos en la red social  del aula influyen en el clima escolar. 
                                Palabras clave: bullying, clima escolar, Análisis de Redes Sociales. 
                                1.- Aproximación al fenómeno del Bullying 
                                Desde el primer  estudio realizado por Olweus en Escandinavia en 1978 y de la mano de  investigaciones, fundamentalmente europeas, pero también desarrolladas en  Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Japón, el estudio del maltrato entre  escolares ha ido tomando una dimensión internacional que lo ha sacado de su  invisibilidad, que no de su inexistencia (Defensor del Pueblo. Informe sobre  violencia en el ámbito escolar: El maltrato entre iguales en Enseñanza  Secundaria Obligatoria 1999-2006, p. 17). 
                                Fue el propio  Olweus (1993) quien definió el maltrato entre alumnos y alumnas cuando se  produce en el contexto escolar como una “conducta de persecución física o  psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro, al que elige como  víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las  víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios  medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos  claramente negativos: disminución de su autoestima, estados de ansiedad e  incluso cuadros depresivos, lo que hace difícil su integración en el medio  escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes”.  
                                En el Informe  Violencia entre compañeros en la escuela, realizado por Ángela Serrano e Isabel  Iborra, para en Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia y publicado  por el propio Centro en el año 2005, las autoras consideran la existencia de  diferentes tipos o categorías de violencia escolar, concretamente maltrato  físico, maltrato emocional, negligencia, abuso sexual, maltrato económico y  vandalismo. Se refieren a acoso –en inglés bullying- cuando la violencia  escolar, repetitiva y frecuente, tiene la intención de intimidar u hostigar a  las víctimas. 
                                En concreto, para  que pueda hablarse de acoso han de cumplirse los siguientes criterios: que la  víctima se sienta intimidada, que se sienta excluida, que perciba al agresor  como más fuerte, que las agresiones vayan aumentando en intensidad, y que  preferentemente tengan lugar en el ámbito privado. 
                                Uno de los trabajos  mas recientes sobre el acoso escolar, realizado por la Comunidad de Madrid, es  el denominado “Conviven 2006”,  resultante de un estudio que el Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid  encargó al Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) y cuyos  autores son Marchensi, Martín, Pérez y Díaz. En este estudio se concluye que  los efectos negativos de conductas de acoso, afectan no solamente a quien sufre  como víctima, sino también a quien los inflinge como victimario, pues a largo  plazo, existen altas probabilidades de que el acosador escolar asuma  permanentemente ese rol durante su vida adulta, proyectando los abusos sobre  los más débiles en el trabajo (mobbing) y/o en la familia (violencia doméstica,  violencia de género). 
                                En Catalunya, los  resultados del estudio Convivencia y confrontación entre iguales en los centros  educativos de Cataluña llevado a cabo desde el CIIMU (Consorcio Instituto de  Infancia y Mundo Urbano) por encargo de la Sindicatura de Greuges  de Cataluña (Pontferrada et al 2006), ofrece una descripción de los índices de  malestar del alumnado que cursa ESO. El análisis cualitativo del estudio,  refleja perfiles especialmente vulnerables en la escuela, entre otros, los  jóvenes con pocas habilidades sociales, los que cambian de centros y de  entornos sociales y por ello deben aprender un nuevo código de relaciones entre  iguales. 
                                Los tipos de  bullying entre chicos y chicas varían. Comparado con las chicas, los varones  están más a menudo implicados en formas físicas de bullying (golpes, patadas,  empujones, etc.), mientras que las chicas están más implicadas en otras formas  de bullying, como el ostracismo, aislamiento social, rumores… (Crick, Casas, y  Ku, 1999; Baldry y Farrington, 1999; Rivers y Smith, 1994). 
                                A diferencia de las  relaciones que los niños/as y adolescentes mantienen con los adultos, las que  se establecen entre ellos tienen un carácter marcadamente no jerárquico, de  aquí la consideración de iguales. Estas relaciones entre iguales, facilitan el  aprendizaje de un amplio abanico de habilidades y actitudes y contribuyen en  gran medida al desarrollo emocional y cognitivo, pero también pueden tener una  influencia negativa, (Collell, J; Escudé, C.; 2007) 
                                El acoso se  caracteriza, como regla general, por una continuidad en el tiempo, pudiendo  consistir los actos concretos que lo integran en agresiones físicas, amenazas,  vejaciones, coacciones, insultos o en el aislamiento deliberado de la víctima,  siendo frecuente que el mismo sea la resultante del empleo conjunto de todas o  de varias de estas modalidades. La igualdad que debe estructurar la relación  entre iguales degenera en una relación jerárquica de dominación-sumisión entre  acosador/es y acosado. Concurre también en esta conducta una nota de  desequilibrio de poder, que puede manifestarse en forma de actuación en grupo,  mayor fortaleza física o edad, aprovechamiento de la discapacidad de la  víctima, etc. 
                                No debemos obviar  las graves consecuencias para la salud de sufrir estas situaciones en las  escuelas. El Bullying y acoso escolar, produce en los/as adolescentes, ansiedad  y depresión (Kumpulainen y Rasanen, 2000; Salmon y West, 2000; Kumpulainen,  Rasanen, y Puura, 2002), desórdenes alimentarios tales como anorexia, bulimia…  (Kaltiala-Heino, Rimpela, Rantanen, y Rimpela, 2000), baja autoestima (O’Moore  y Kirkham, 2001), y muy bajo rendimiento escolar (Kochenderfer y Ladd, 1996;  Karatzias y Swanson, 2002). 
                                2.- Concepto de Red Social y su influencia en el  Bulliyng. 
                                El Análisis de  Redes Sociales (ARS) es un sistema de métodos y de técnicas usados para  analizar las relaciones sociales (Scott, 2000; Wasserman y Faust, 1994). A  diferencia de los métodos con preguntas y escalas de puntuación, el modelo de  análisis de Redes (ARS) está diseñado como un instrumento de prevención para  detectar aquellos aspectos de la   Escuela que constituyen exposición a condiciones  psicosociales desfavorables y poder actuar de manera preventiva.  
                                Mas allá de las  prescripciones normativas, los atributos personales o las relaciones, las Redes  Sociales facilitan o restringen el acceso a recursos tales como la información,  conocimiento, influencia, liderazgo, poder, etc. El conocimiento de las  propiedades estructurales que caracterizan a las Redes sociales, por tanto, nos  pueden ayudar a comprender, predecir e incluso gestionar mejor los resultados  de la acción humana. 
                                El análisis de  Redes sociales está extensamente representado en la literatura académica  (Scott, 1991; Wasserman y Faust, 1994) identificándose sus orígenes en la  antropología y actualmente, en el ámbito de ciencias sociales. Estos estudios  van dirigidos hacia una línea de investigación centrada en el análisis de las  relaciones informales, como fuente de influencia en entornos organizativos  (Merino, 2007). 
                                Las redes de  amistad, se pueden asociar, de hecho se asocian, a comportamientos de riesgo de  salud: podemos incluir el hábito tabáquico (Alexander, plaza, Mekos, y Valente,  2001; Ennett y Bauman, 1994), comportamientos sexuales “arriesgados” (Ennett,  Bailey, y Federman, 1999), uso de drogas (Bauman y Ennett, 1996), compartir  jeringuillas entre usuarios de droga (Valente y Vlahov, 2001). Las  características de la red de la amistad también se asocian a comportamientos  bullying (Huttunen, Salmivalli, y Lagerspetz, 1996) y acoso (Graham y Juvonen,  1998). 
                                En los análisis de  Redes se describen y estudian las estructuras relacionales cuando diferentes  organizaciones o individuos interaccionan. La particularidad de estos análisis  radican en el énfasis en las relaciones entre los elementos estudiados. Estos  estudios requieren datos cualitativos, así como, información sobre  pertenencias, por ejemplo, las relaciones de amistad en el aula, en el patio,  etc.; (Scott, 2000). Podemos emplear ARS para determinar si el estado  sociométrico entre el alumnado está relacionado con las agresiones y las  actitudes de acoso en la escuela. Una de sus mayores ventajas es que podemos  visualizar características tales como la comunicación informal, así como  relaciones informales en las aulas. 
                                Una de las  propiedades más importante del análisis de redes en la prevención de  situaciones de conflicto en las aulas, tiene que ver con cómo están conectados  los alumnos y las alumnas entre sí. Las redes que tienen pocas o débiles  conexiones o estudiantes conectados sólo por caminos de gran longitud, pueden  mostrar baja solidaridad, una tendencia a quedar apartados y otras características  similares. 
                                En la literatura  académica se destacan como elementos centrales de la estructura de la red  social la posición que los actores ocupan en la red (Freeman, 1979) y el grado  de cohesión existente en la red. 
                                En referencia a la  posición de los actores en la red, Freeman (1979) destaca la relevancia del grado  de centralidad de que disponen cada una de las personas. El grado de  centralidad se refiere  al número de  contactos directos que se mantienen con las otras personas de la red social, de  este modo los alumnos/as que mantengan un mayor número de contactos se  postularán como más central. Un elevado grado de centralidad proporciona  privilegios. 
                                Otro elemento a considerar  referente a la posición en la red es la intermediación, el cual viene dado por  la capacidad para poder intermediar flujos de información que recibe de la red  social. La posición que las personas ocupan en la red afecta directamente a las  fuentes y distribución del poder y el liderazgo. Para poder determinar la  centralidad de los alumnos y alumnas de su red social, se utilizan medidas de  centralidad (degree, betweenness y cloesness). 
                                Estudio de caso mediante ARS. 
                                Gráfico 1 Análisis de redes de las relaciones en el patio  de una escuela concertada de Barcelona. 
                                  
                                En este gráfico  (gráfico 1) representamos un análisis de rede sociales de las relaciones en el  patio de alumnos y alumnos de 4º de ESO. Sus nombres vienen representados por  las iniciales y el color rojo representa a las chicas y el azul a los chicos.  La pregunta efectuada fue ¿Con quien o quienes te relacionas en el patio de la  escuela? 
                                Dos son nuestras  fuentes básicas para identificar a los alumnos y las alumnas en su red social  en el aula: 
                                - Grado de  centralidad (Centrality Degree). 
                                  - Grado de  intermediación (Betweenness). 
                                Cada uno de estos  enfoques (centralidad e intermediación) describen la ubicación de ellos y ellas  en función del grado de cercanía del centro de la Red: las posiciones centrales  son las posiciones influyentes –color azul en tabla 1 y tabla 2-. 
                                Por otra parte, es  muy importante tener en cuenta los valores más alejados de los indicadores de centralidad  y intermediación, ya que estos nos mostrarán alumnos/as aislados, sin ninguna  red de apoyo y vulnerables –color rojo en tabla 1 y tabla 2-. 
                                Grado de Centralidad (Degree Centrality) 
                                El análisis de  rango nos indican los alumnos/as más conectadas e influyentes. Puede ser considerado  como una medida que permite acceder al índice de accesibilidad al resto de compañeras  y compañeros. También puede ser interpretado como la capacidad de influir en  los demás. 
                                Grado de Intermediación (Betweenness Centrality) 
                                La intermediación  la podemos enfocar como la capacidad del alumno/a en ocupar una posición intermediaria  en las comunicaciones informales entre el resto de alumnos/as. Aquellos/as con mayor  intermediación ocupan una gran liderazgo, ya que controlan los flujos de  comunicación informal. 
                                Del estudio  representado en el gráfico 1, podemos, analizando los datos Degree  (Centralidad), identificar a los alumnos y alumnas más influyentes: 
                                Iniciales alumno/a  Degree (Centralidad) 
                                
                                    
                                  Tabla 1. Centralidad de grado (Degree) 
                                  
                                    Tabla 2. Intermediación (Freeman Betweenness Centrality) 
                                3.- Las redes de apoyo en las aulas, una propuesta  metodológica a través de los Análisis de Redes Sociales (ARS) 
                                Las estructuras de  apoyo existente para los alumnos y alumnas: tutores, profesores, compañeros y compañeras…,  son muy importantes de cara a afrontar situaciones conflictivas en las aulas, podemos  pensar que una red de relaciones en las escuela dispone de una estructura que  potencia relaciones, dejando de lado a otras. 
                                En esta  investigación, se utilizó una encuesta, pasada a una clase de 4º de ESO, con la  pregunta: 
                                “A quién acudirías  si un grupo se burlara de ti continuamente”. 
                                  
                                  Tabla 1: Elaboración propia 
                                La identificación  del interlocutor más apropiado, así como apoyos “ocultos” son clave en  resolución de conflictos. Observemos el gráfico 2, representamos en color azul  los posibles nodos de apoyo: Tutor, Coordinador, Delegado/a de clase,  Padres/familiar, Profesor. En color rojo, están representados los alumnos y las  alumnas, identificados con un nº. 
                                Para comprender las  relaciones, los factores relacionales, la metodología ARS cuenta con dos enfoques  principales, las personas (nodos) y las relaciones que existen entre ellas, en  un cierto contexto social. 
                                  
                                Gráfico 2.- ARS resultante de la aplicación de la  encuesta: a quien acudirías si un grupo se burlara de ti continuamente.  (Fuente: elaboración propia) 
                                Las posiciones  centrales las ocupan el Compañero/a, el profesor y la familia. Estructuras  formales, como el Tutor, el Coordinador de ESO y el delegado de clase no forman  parte, en ningún caso, de la red de apoyo. Destacar también la importancia que  tiene la opción, frente a una situación de acoso, la respuesta “no lo explico”. 
                                Conclusiones 
                                El ámbito de la  escuela proporciona oportunidades en los procesos de socialización de los y las  estudiantes. Podemos decir así que las amistades en el colegio, los amigos y  las amigas, los “colegas”, hacen contribuciones extraordinarias a los procesos  de socialización, mas allá de los contextos familiares (Hartup y Sancilio,  1986). Las redes de amistad en las aulas proporcionan un gran soporte  psicosocial (Ladd, Kochenderfer, y Coleman, 1996; Harris, 1995), sin embargo,  los y las adolescentes también deben hacer frente a las presiones de convivir  con las normas de su red social o grupo de amistad, que pueden incluir la  implicación en comportamientos bullying. Por esta razón, la red de la amistad,  el patrón de amistades entre individuos dentro de un grupo, es un aspecto  importante a tener en cuenta en los comportamientos que favorecen el acoso o  bullying en las escuelas. 
                                El uso del ARS en  situaciones de bullying en escuelas hará una contribución importante a las investigaciones,  nos proporcionará evidencias de la red de amistad y su influencia en entornos y  situaciones de bullying. Los ARS se podrán utilizar para colaborar en el mantenimiento  de climas psicosociales favorable en las aulas, contribuyendo así a plantear  adecuadamente programas de prevención de conflictos. 
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                                Revista D´Estudis De La Violència 
                                  Nùm. 4, enero /  marzo 2008 
                                  Joan Merino  Gonzalez 
                                  Antropólogo 
                                  Presidente del  Institut Català d´Estudis de la   Violencia (ICEV)                                  |