Imprimir
Publicidad en internet, clientes escurridizos
Gustavo Ross Quaas

La economía de la información

La información hoy tiene un trato esencialmente distinto a la materia, este hecho está transformando las industrias en las que la información digitalizable juega un papel importante, como la editorial, la disquera, la del entretenimiento, la fotografía o las comunicaciones personales.

Internet lleva a fórmulas económicas distintas a las que rigen el mundo de la materia. Para muchos, representa un factor de cambio más importante que la misma imprenta o la revolución industrial, porque más allá de la red de redes, representa un ámbito en el que la información fluye libremente sin necesidad de materia que la transporte y puede replicarse infinitamente sin perder el original.

Más de 20 mil años pasaron para que los medios de comunicación evolucionaran de las pinturas rupestres a las últimas tecnologías digitales en dispositivos móviles. El escenario de los medios se ha transformado en los últimos años a una velocidad sin precedente.
Un día un economista trató de explicarme por qué una economía está acotada por el valor de todo lo que contiene. Pero, ¿cómo acotar el valor de la información si no está ligada a la materia?

Del broadcast al narrowcast y el viralcasting

Mientras los contenidos convergen en bits, su procesamiento y transmisión se hace posible a través de distintos dispositivos y protocolos, que dan lugar a una «divergencia de medios digitales». Esto nos permite acceder a los contenidos de distintas maneras, por medio de: computadora personal, dispositivos móviles, reproductores portátiles, consolas de videojuegos o pantallas informativas en lugares públicos.

La competencia de los diversos medios ha atomizado el limitado tiempo de atención de las personas y reordenado (o llevado al caos) a las industrias de la comunicación y la mercadotecnia, impulsoras las últimas décadas de la generación de contenidos.

Hoy podemos acceder a los contenidos de manera personalizada y sobre demanda, decidir cuándo y cuánto deseamos profundizar. Esta individualización deja atrás la idea del broadcast y da lugar al narrowcast que por supuesto funciona con reglas muy distintas de mercadotecnia.

Ahora los anunciantes deben entender que el control sobre los contenidos ha pasado a manos del consumidor.

Hemos dejado de ser sólo espectadores para convertirnos también en actores. A través de los foros de opinión, blogs, podcasts y reenvíos de millones de correos que circulan por el mundo, los internautas somos parte activa de la propagación de contenidos virales que hacemos evolucionar naturalmente al estilo darwinista de «la supervivencia de lo más aprobado». La responsabilidad sobre el mensaje ha dejado de estar en un solo transmisor central.

Los «wikis» (contenidos redactados y administrados colectivamente) son ejemplos de la participación abierta de cualquier individuo anónimo en la creación y administración de contenidos, como el caso de Wikipedia, una de las enciclopedias más completas y actualizadas del World Wide Web. Aunque las publicaciones podrían ser cuestionadas por intelectuales, son los usuarios quienes respaldan o corrigen su contenido constante y democráticamente.
Somos retransmisores de los contenidos que aprobamos y filtros naturales de lo que no nos interesan o no respaldamos. A esta forma de transmisión me gusta llamarla viralcasting.
 
Ejemplo reciente del poder viral es la propagación de un video casero en el que Edgar, un regiomontano, cae a un riachuelo después de haber sido provocado por su amigo. No sólo ha sido visto por millones, sino que ha causado todo un fenómeno mediático y comercial.

Una larga cola escurridiza

Hoy existen en internet millones de sitios web con contenidos que van desde lo más comercial o de interés común hasta lo más personal o de interés específico.

Los portales que ordenaban los contenidos disponibles en la red, ahora sólo contienen ligas a algunos destinos más frecuentemente visitados. Conforme los internautas vamos descubriendo nuevos destinos, nuestro tiempo de atención se va atomizando en canales tan diversos y personalizados que resultaría casi inútil para el anunciante tratar de encontrar los medios más visitados por su público meta.

Si graficamos el número de contenidos digitales disponibles contra la frecuencia con la que son consultados, obtenemos una gráfica asintótica en forma de «cola larga» cuya área bajo la curva representa la exposición de la audiencia al total de los contenidos. La parte izquierda representa los medios masivos, poco personalizados pero visitados con mayor frecuencia. Al movernos a la derecha encontramos contenidos más personalizados, pero menos visitados.

Los contenidos en la cola larga son menos solicitados por ser más especializados, pero en total, el área bajo la curva (audiencia total) es mucho mayor. Sólo en medios interactivos es posible entregar de manera personalizada y sobre demanda los contenidos que desea cada usuario, por eso la mayor parte de los contenidos apenas comienza a estar disponible y explotarse comercialmente.

A diferencia de los medios tradicionales, que mantenían a las audiencias aglomeradas largos periodos ante escasas opciones de contenido, los medios interactivos, democráticos y anárquicos por naturaleza, provocan constantes cambios orgánicos en la concentración de audiencias, causados por modas o la promoción viral 

Para los expertos en mercadotecnia interactiva, el reto principal para lograr la interacción eficaz entre marcas y consumidores cada día más escurridizos, está en entender los hábitos y comportamientos de los usuarios y encontrar los puntos de contacto en que ambos, tanto marca como consumidor, compartan el interés de intercambiar información de valor y tener experiencias interactivas en una relación de mutuo beneficio.

EL FUTURO DE LOS MEDIOS DIGITALES

La convergencia digital se ha dado de manera vertiginosa y definitiva y con esto se abren grandes oportunidades y surgen amenazas para modelos de negocios obsoletos.
En algunos países, canales de televisión por internet adquirieron ya los derechos exclusivos sobre contenidos tan codiciados como la transmisión en vivo de selecciones de futbol. En México se pueden ver canales de televisión abierta a través de celulares.

Aunque sin derechos legales, numerosos sitios web no oficiales transmitieron en vivo la copa mundial Alemania 2006. Un video en el que Mark Echo grafitea el avión (Air Force One) del presidente Bush con el texto «stillfree.com» fue retransmitido millones de veces y se puede ver, al igual que el de Edgar y muchos más, en el sitio YouTube.com, que se ha convertido en uno de los medios de comunicación más grandes del mundo.

Las tecnologías inalámbricas de acceso a datos serán un acelerador importante para diversificar los dispositivos, y los medios digitales se irán conectando para intercambiar toda clase de información y contenidos convergentes, a la vez que estos serán accesibles por dispositivos y canales cada vez más divergentes, desde el teléfono móvil hasta el refrigerador.

Lo que para algunos «desconectados» por la brecha digital todavía parece ciencia ficción, para las generaciones más jóvenes es natural y obvio. Hoy hay más usuarios de mensajería y telefonía por internet que en las compañías de telefonía más grandes del mundo. Existen más lectores de publicaciones en línea que de periódicos impresos. Incluso el artículo que usted está leyendo, es consultado por muchos más lectores en línea que en su versión impresa.