Testimonio / Matrimonio
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Entrevista a Pedro-Juan Viladrich, “los poderes políticos han sustituido la unión conyugal por artificios”

Entrevista de Carmelo López-Arias – publicada en La Gaceta el 13 de Febrero de 2011, a Pedro-Juan Viladrich, catedrático de Derecho Canónico

investigadoresyprofesionales.org
09-IV-2013.

Pedro-Juan Viladrich, catedrático de Derecho Canónico, ha sido docente estable en cuatro universidades y durante 24 años, desde 1981 a 2005, fundó y dirigió el Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Navarra, donde sigue siendo investigador senior. También es vicepresidente del Grupo Intereconomía. La editorial Eunsa acaba de editar la quinta edición española (hay otras ediciones en inglés y portugués) de La agonía del matrimonio legal.
 
-¿Le han llamado profeta alguna vez?
 
-Sí, pero no lo soy. Lo dicen porque anticipé la demolición de la identidad del matrimonio y la perversión del Derecho a manos de los poderes ideológicos y del monopolio positivista de las fuentes jurídicas. Siempre me pareció evidente lo que iba a ocurrir. Si anuncias un incendio porque ves que ante el humo que sale de la papelera la rocían con cinco bidones de gasolina, no eres un profeta. Simplemente anticipas los hechos, quizás porque no has perdido el sentido común, que es sentido y previsión de lo real.
 
-Pero usted era muy joven...
 
-Ahora veo que sí, pero mis 20 fueron muy fecundos porque escuché a fondo las preguntas de mis alumnos. Siempre intenté responderles sin evadir el meollo, libre de espíritu, buscando la respuesta fundada y además adecuada a la personalidad de cada alumno. Le debo esta actitud a dos excelentes maestros, Pedro Lombardía y Javier Hervada. Tener maestros de gran nivel intelectual y personal es una bendición enorme que nunca agradeces bastante. Entonces los había y yo los disfruté.
 
-¿Cuál era su intención con este libro?
 
-Los poderes políticos, económicos y mediáticos, que buscan incrementarse más y más, tienen como enemigo a “la naturaleza de la cosa”, es decir, a la verdad y a la auténtica realidad. Por muchas causas, los poderes han ido sustituyendo, ante las narices del pueblo, la unión conyugal real entre un hombre y una mujer por una serie de artificios que satisfacen sus intereses, bases y fines. Hoy la realidad natural de la unión conyugal se ha desvanecido en la babel de la legalidad vigente.
 
-¿Eso era ya previsible entonces?
 
-Sí, el apoderamiento político de la institución legal del matrimonio y su sometimiento a los dictados ideológicos hacían previsible la agonía de ese matrimonio que regulan las leyes, porque las ideologías de poder siempre han intentado construir una naturaleza humana alternativa, imponerla mediante leyes político-ideológicas, y en ella ocultar errores y miserias humanas disfrazándolas de progreso y libertad. Pero la naturaleza es muy terca. Basta con ver los pobres resultados que obtienen las fórmulas sexuales de imposición ideológica. Ninguna sociedad podría sostenerse sobre tales resultados, si no hubiera otro número de familias que cumplen satisfactoriamente, con mucho esfuerzo y sacrificio, las grandes funciones sociales estratégicas.
 
-¿Y en qué afecta eso al matrimonio?
 
-En materia de sexualidad, no hay nada nuevo bajo el sol. Nunca han faltado la codicia, el dominio y la apropiación, la lujuria y las carencias de equilibrio psíquico, las relaciones interesadas, la utilización del otro simulando amor. En fin, las 1.000 variedades de la mentira, la maldad y el egoísmo. Son nuestro antiquísimo lado oscuro. Y el amor muere con la mentira, la maldad y el egoísmo.
 
-Lo contrario que la unión conyugal...
 
-El matrimonio es una construcción de gran excelencia, edificada a caballo de principios que civilizan: el amor personal incondicional, el consentimiento como libertad que sabe comprometerse, la entrega y la acogida definitivas, la fe y esperanza en la vida que está en la base del engendrar hijos, del amarlos más que a uno mismo, de cuidarlos y educarlos de los hijos, convirtiendo todo eso en la forma de convivir en intimidad de carne y sangre que llamamos familia fundada en la unión conyugal.
 
-¿Y no tiene todo eso que plasmarse en leyes?
 
-Sí, las realidades naturales requieren un reconocimiento legislativo, pero cualquier lector sabe que lo bueno y justo es desvirtuado cuando los detentadores de los poderes, simulando y mintiendo, no buscan el bien común de la gente, sino la imposición de su voluntad y de sus intereses, mediante la consecución de apoyos políticos que les garanticen la continuidad en el poder. Obviamente, esta corrupción no afecta sólo al matrimonio, que casi es una anécdota. Basta con hacer memoria de los casos de abuso, despilfarro, malversación o apropiación de dinero público.
 
-¿Por qué no son equiparables la familia natural y los modelos alternativos?
 
-Las familias de fundación matrimonial son el sostén de la sociedad: ellas tienen los hijos en número suficiente para garantizar el recambio generacional. Las alternativas tienen una mínima fecundidad, no digamos ya las homosexuales que no tienen ninguna. La familia, fundada en una unión conyugal fuerte y estable, cohesionan más profundamente a las generaciones entre abuelos, padres y nietos, transmiten mejor el patrimonio de valores y convicciones, son constante refugio ante los avatares de la vida. Claro que el peor enemigo de la familia es una mala familia, porque lo pésimo es la corrupción de lo óptimo.

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Profesores en favor del matrimonio

aramo.wordpress.com
14-XII-2007

Profesores de Derecho de veinte países han firmado un documento titulado “Reafirmar el matrimonio” en el que advierten contra os intentos de legalizar las uniones homosexuales y hacen una defensa explícita del matrimonio.
 
La iniciativa ha surgido del Marriage Law Project (su dirección en Internet es: http://marriagelaw.cua.edu), fundado por profesores de la Universidad Católica de América (Washington, D.C.). El documento se ha difundido en inglés, francés y español.

Hasta la fecha se han adherido a esta iniciativa 163 profesores de ochenta universidades, la mayoría americanas (Notre Dame, Berkeley…) o europeas (Oxford, Lovaina…).

La declaración subraya que “el matrimonio es parte esencial de la vida de la sociedad, y no puede ser arbitrariamente redefinido por legisladores y/o jueces”. Al contrario, es preciso reafirmar su naturaleza original de unión específica entre un hombre y una mujer, en comunidad de vida y amor, que proporciona beneficios incomparables a la sociedad, “especialmente a los niños y a aquellos que dedican su vida a la crianza y educación de sus hijos”. Por ello, “nuestras leyes nacionales e internacionales deberán preservar, proteger y promover la institución del matrimonio”.
 
Estos profesores quieren dejar claro que cambiar el marco legal del matrimonio para incluir en él a las uniones homosexuales debilitaría el matrimonio, al tiempo que “introduciría una confusión moral, social y legal sin precedentes en nuestros respectivos países y no constituiría un progreso en la causa de la libertad, la igualdad, la justicia y los derechos humanos”.
 
El documento termina señalando que “muchos juristas, incluidos los abajo firmantes, apoyan el matrimonio entendido como la unión entre un hombre y una mujer. Con ello representamos las creencias y prácticas de la abrumadora mayoría de la humanidad”.


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