Psicóloga Universidad de Chile, Terapeuta Familiar y de Pareja ICHTF, Magister Psicología Clínica UDD
Gianella Poulsen R.
Psicóloga Universidad Católica, Terapeuta de Parejas, Magister Psicología Clínica UDD
Utilizando la metodología de la Grounded Theory, se entrevistaron 5 parejas que tienen una relación altamente satisfactoria, que se encuentran en sus primeros siete años de matrimonio o convivencia y que tienen hijos, con el objetivo de conocer las principales áreas de conflicto, las estrategias que utilizan para resolverlos y qué aspectos reconocen como fortalezas de su relación. Se pretendió comprender qué hacen y cómo lo hacen las parejas que logran un alto ajuste en una etapa de la vida de pareja en la que ocurren la mitad de los divorcios.
En cuanto a los principales resultados, las parejas definen como áreas de conflicto aquellas en que han tenido que enfrentar las relaciones con la familia de origen, la crianza y la que ocurre entre el espacio de pareja y las actividades individuales. Además, identifican dos tipos de conflictos: los que pueden solucionar y los que no tienen solución. En cuanto al enfrentamiento a los problemas, una de las cosas que se observa es que en la mayor parte de los momentos tienen conciencia del cuidado del vínculo y cuidado del otro. Perciben como fortalezas los elementos que aluden al cuidado del vínculo, del otro y de la relación.
Palabras clave: Pareja, estrategias de enfrentamiento a los conflictos, tipos de conflicto, fortalezas, cuidado del vínculo.
Introducción
Durante los últimos 20 años, ha habido una notable proliferación en las investigaciones acerca de aquellas variables y factores capaces de predecir la sostenibilidad del vínculo de pareja en el tiempo y aquellos que dicen relación con factores que la ponen en riesgo.
Sostener una relación de pareja constructiva es para ambos individuos un relevante "desafío evolutivo", cuya dinámica los enfrenta permanentemente a la necesidad de lograr nuevos estados de equilibrio. Exige a ambos miembros de la pareja resolver importantes tareas de aprendizaje y desarrollar capacidades, destrezas y recursos personales que se colocarán al servicio de la relación. Al mismo tiempo, la pareja debe generar mecanismos capaces de estimular, crear y sostener en el tiempo, la energía necesaria para dar soporte constante a la relación.
En la actualidad, la vida de las parejas se despliega en una multiplicidad de ámbitos, muchos de los cuales imponen exigencias que generan tensión en los individuos quienes pueden verse perturbados de diferentes formas, tanto por eventos psicológicos, como contextúales, sociales y evolutivos (etapas del ciclo vital, duelos, enfermedades corporales, trastornos psicopatológicos, entre otros), (Tapia, 2007).
Dentro de las muchas variables que los investigadores han vinculado a la satisfacción marital y a la felicidad de las parejas, "el conflicto" y sus dinámicas de generación y resolución ocupa un lugar significativo. Las interacciones negativas entre la pareja han sido asociadas negativamente a la calidad de la relación y positivamente a la posibilidad de divorcio (Stanley, Markman & Whitton, 2002).
Desde el punto de vista vivencial, los conflictos que se traducen en rupturas en la relación de pareja, se experimentan con gran carga emocional para las personas implicadas, la que muchas veces "tiñe" los demás aspectos de la vida de los miembros y de su entorno familiar, de aquí el interés en investigar cómo resuelven sus conflictos las parejas que se declaran satisfechas en su relación.
La pregunta de investigación planteada es conocer las estrategias que utilizan para enfrentar las dificultades y los conflictos las parejas que mantienen una relación bien ajustada, esto es, que se sienten satisfechas con su vínculo, dan cuenta de cohesión entre ambos, expresan sus afectos y llegan a consenso en materias de importancia para el funcionamiento diádico en sus primeros siete años de matrimonio o convivencia.
Se efectuó la definición cronológica de "los primeros siete años de matrimonio o convivencia", teniendo en cuenta la numerosa evidencia empírica, principalmente en los Estados Unidos de Norteamérica, que da cuenta que los primeros matrimonios que terminan en divorcio duran en promedio entre 7 y 8 años incluyendo a los matrimonios de población de origen latino (U.S. Census Bureau, 2002; Kreider y Fields, 2001; Gottman & Levenson 2002).
Desde el punto de vista de la intervención terapéutica, conocer estas estrategias deberá favorecer la elaboración de intervenciones preventivas y/o correctivas eficaces, en aquellas parejas que carecen de información y/o destrezas para un manejo apropiado de sus conflictos y diferencias, contribuyendo a evitar la ruptura, la separación o el divorcio y sus costos asociados o bien a manejar un proceso de separación mitigando los impactos negativos tanto en los miembros de la pareja como en sus hijos.
Metodología
Para la investigación se utilizó una metodología cualitativa basada en la Grounded Theory por su utilidad para explorar las experiencias de los participantes. (Strauss y Corbin, 1990) Todos ellos fueron seleccionados de la Región Metropolitana a través de un muestreo intencional. Basados en la forma en que el estudio fue diseñado, se siguieron los siguientes criterios de inclusión: ser heterosexuales, en una relación de pareja estable, estar en su primera relación de matrimonio y no tener más de 7 años de vida en común, además tener al menos un hijo de ambos. Se consideró como único criterio de exclusión que alguno de los cónyuges fuera terapeuta de pareja, por el riesgo de sesgo que puede dar el conocimiento de la materia.
Instrumentos y Técnicas de recolección de datos:
1.- Para determinar el ajuste marital se aplicó el Dyadic Adjustment Scale (DAS) desarrollada por Spanier (1976) la cual fue adaptada y validada en Chile (Tapia, 2009). Se seleccionaron aquellas parejas que al corte transversal obtuvieron un puntaje individual de al menos 130 puntos cada uno, lo que corresponde al cuartil superior de la población chilena. Se eligió este instrumento dado que evalúa el ajuste marital entendiéndolo como el reporte subjetivo de los miembros de la pareja respecto a compartir intereses, valores, objetivos y puntos de vista y a las vivencias expresadas sobre el estado de la relación.
2.- Entrevista en profundidad: ya que el objetivo central de la entrevista es captar lo que es más importante en la mente de los informantes: sus significados, perspectivas y definiciones; en suma, el modo en que ellos ven, clasifican y experimentan el mundo. La utilización de esta técnica de recolección permite obtener una información contextualizada y holística, en palabras de los propios entrevistados (Vieytes, 2004).
Procedimiento
Se contactó a personas que pudieran dar información respecto de parejas que fueran reconocidas por sus pares como personas que mantienen una buena relación entre ellos. A cada uno de los miembros de las parejas recomendadas se los invitó vía e-mail a que participaran en este estudio, asegurándoles a cada uno de ellos la confidencialidad de los resultados y ofreciéndoles retroalimentación de éstos. Se seleccionaron las parejas a estudiar tomando en consideración los criterios de inclusión y exclusión anteriormente explicitados.
Durante el desarrollo de este estudio se contactaron 12 parejas de las cuales 10 obtuvieron el puntaje requerido, de éstas, 2 se negaron a participar en la investigación. Las parejas que cumplieron los criterios de inclusión obtuvieron en promedio 140 puntos en la DAS y sus puntajes fluctuaron entre 130 y 153 puntos. La recolección de todas las DAS y las entrevistas se hicieron en alrededor de 4 meses.
A los participantes se les consultó al momento de contestar los cuestionarios si deseaban o no recibir una devolución de los resultados obtenidos en la escala DAS. El número exacto de parejas participantes de este estudio fue 5, el cual fue determinado tras haberse alcanzado la saturación teórica en la medida que los nuevos datos dejaron de dar nueva información, esto de acuerdo a la Grounded Theory en la que la recolección de datos continúa hasta la saturación teórica (Strauss y Corbin, 1990).
A las parejas que cumplieron con los criterios de selección se les realizó una entrevista en profundidad, cara a cara a los dos miembros juntos, la cual fue realizada por una de las investigadoras. La pauta fue diseñada de acuerdo a la metodología en la Grounded Theory considerando preguntas abiertas, flexibles, orientadas a la acción y a procesos (Rafuls y Moon, 1996). Cada entrevista tuvo una duración de aproximadamente dos horas y media y en la que se les volvió a explicitar la idea de la confidencialidad y el anonimato. Además, se les solicitó firmar un consentimiento con el que autorizaron que la entrevista fuera grabada en audio y posteriormente transcrita íntegramente con el resguardo de que se usaría todos los elementos que asegurasen la confidencialidad, incluso un nombre distinto en la transcripción.
Se los entrevistó en sus propias casas, de acuerdo a la disponibilidad horaria que ellos mismos propusieron. Con esto se resguardaba un ambiente familiar y más distendido para ellos que favoreciera la apertura a una entrevista en profundidad. Todas las entrevistas cumplieron con este propósito.
Se consignaron los siguientes datos sociodemográficos: Edad, escolaridad, actividad, años de pololeo, años de convivencia, años de matrimonio, hijos y de qué edades son. Finalizada la entrevista se les dio una devolución de sus resultados en la escala DAS.
Características de las parejas. Ver tabla
Análisis de datos:
El análisis de la información recopilada se llevó a cabo de acuerdo a los procedimientos consignados por la Grounded Theory (generar diversos modelos comprensivos sobre diferentes aspectos que se destacan en los resultados). (Glaser & Strauss,1967)
La estrategia que se aplicó a los datos codificados es la comparación permanente. Los resultados se fueron generando a partir de estas comparaciones y se registraron gráfica y verbalmente, y se fueron desarrollando e integrando a medida que progresó la investigación (Krause, 1995, 1998).
Los conceptos e hipótesis generados a partir de los primeros datos fueron contrastados con los datos siguientes y fueron corregidos sobre la base de la nueva evidencia.
Resultados Descriptivos:
Se presentan los resultados descriptivos obtenidos tras la codificación abierta de las cinco entrevistas realizadas. Los resultados fueron divididos en cuatro grandes categorías en función de los datos emergentes. Estas son: conflictos vivenciados, resolución de conflictos, formas de cuidar la relación y percepción de fortalezas como pareja. A su vez estas categorías tienen sus respectivas subcategorías, propiedades y dimensiones.
Codificación abierta: resultados de análisis de cinco entrevistas
Resumen de las principales categorías, subcategorias y conceptos obtenidos en la codificación abierta. Ver tabla
Resultados Analíticos y Relacionales
Tras los resultados descriptivos se realizó el análisis relacional del cual emergieron dos codificaciones axiales, las cuales representan las dos categorías que surgieron en el análisis de los datos: Enfrentamiento a los conflictos y cuidado de la relación.
A continuación se presenta un esquema gráfico de las dos codificaciones axiales junto con una explicación de éstas.
Codificación axial 1: Enfrentamiento del conflicto.
Ver diagrama
Codificación axial 1:
Las parejas de este estudio demostraban un buen nivel de ajuste marital, tanto en los test administrados así como en la entrevista realizada, no obstante encontrarse en la etapa del ciclo vital de la pareja en la que de acuerdo a las estadísticas se presenta el mayor número de divorcios.
Así también la literatura describe que la presencia de hijos disminuye la satisfacción marital, dado que los hijos demandan y requieren mucha atención de sus padres. Para la mayoría de las personas esta situación afecta significativamente en forma negativa el nivel de satisfacción en la vida de pareja. Sin embargo, en el caso de los sujetos de esta investigación, todos tenían hijos y sostenían un alto ajuste en su vínculo.
Considerando que cada miembro de la pareja tiene su propia subjetividad, necesidades e historia, inevitablemente tendrá que enfrentar las diferencias o posibles conflictos que surgen de éstas y por lo tanto aprender a cómo manejarlos o resolverlos sin comprometer el ajuste marital. Las parejas entrevistadas reconocen tener dos tipos de conflictos: Los que pueden resolver y los que saben que probablemente no van a resolver nunca, los cuales se pueden presentar en diversos ámbitos. Distinguen los conflictos anteriores al nacimiento de los hijos y los que surgen posteriormente. Como ámbitos de conflictos que han tenido que enfrentar describen: la relación con sus familias de origen, lidiar entre ellos por definir cuántos y cómo van a ser los tiempos para estar juntos y las maneras de llevarlos a cabo, cuidando activamente los espacios de pareja, a la vez que considerando tiempo para cada uno en forma individual. La crianza y la repartición de roles domésticos son temáticas que los han expuesto a tener diferencias y conflictos, así como también los distintos gustos de cada uno, las expectativas que traen con respecto de la relación y el manejo de temas económicos en cuanto a distribución de gastos, ahorro y logro de estabilidad económica.
Estas parejas de alto ajuste logran un enfrentamiento constructivo de los conflictos. Esto es, ponen activamente el énfasis en cuidar el vínculo priorizándolo por sobre las estrategias de enfrentamiento al conflicto.
La manera en que los resuelven tiene que ver en forma central con el conocimiento y aceptación de sí mismo y del otro. Respetando y aceptando la individualidad de cada uno: admitir que pueden tener distintas prioridades, gustos, formas de ser, necesidades y estados emocionales. Por otro lado, tienden a poner los problemas en perspectiva: jerarquizando, decidir si vale la pena o no tener el conflicto de acuerdo a la relevancia que tenga. Enfatizan que cada uno se haga cargo de aquellas cosas que le son significativas pero que para el otro no son importantes.
Son activos en evitar hacer lo que al otro le molesta, buscando no guardarse rencor, es decir sin suponer a priori la mala intención del otro.
Buscan empatizar y contener al otro, escuchando su queja y tomando en cuenta sus necesidades, intentando ser capaz de tranquilizarlo y calmarlo. Por otra parte, durante los conflictos estas parejas reconocen la importancia de ser cuidadosos en el trato y le dan gran importancia a conversar, tanto para resolver conflictos que se les presentan como para contarse las cosas que les ocurren cotidianamente, explicitando lo que quieren y lo que les molesta. También conversan respecto de su proyecto de familia.
En el momento en que están en un conflicto entre ellos, estas parejas reconocen emplear diversas estrategias, entre las que destacan: la necesidad de ver con perspectiva el conflicto puntual de manera de no agravar el problema, junto con no permitir seguir dando vuelta en lo mismo cuando se alcanzó el consenso, siendo capaces de ponerle fin al altercado. Destacan también la idea de no temer discutir las veces que sea necesario cuando se considera relevante, sin embargo refieren que es necesario hacerlo en un momento propicio, puntualizando que si el conflicto no es grave puede ser abordado en ese mismo momento, pero si están muy molestos es mejor esperar que pase un tiempo hasta calmarse y dejar pasar la rabia, buscando no enganchar si ven que el otro está muy alterado.
Reconocen que hay maneras adecuadas para enfrentar los conflictos y éstas se refieren a que es necesario hacerlo sin orgullo, de manera respetuosa, en un modo sereno, tranquilo y con tono cariñoso. Explicitando lo que ocurre en forma directa y clara, planteando lo que les molesta a la vez que permitiendo que cada uno manifieste sus puntos de vista, manejando las diferencias de opinión.
Proponen ceder en base de para quién es más importante el tema en discusión. Intentan también llegar a acuerdo por medio de buscar puntos en común, considerando las perspectivas de cada uno, con disposición a entregar a la vez que ganar algo, descartando como opción aquella alternativa que deje totalmente insatisfecho a alguno. Reconocen la importancia de pedir perdón si es que se han herido.
Consideran que es necesario tener estas conversaciones en un lugar adecuado (solos y fuera del espacio cotidiano) y no en público.
Aluden a la importancia de enfrentar los conflictos para fortalecer el vínculo y lograr estabilidad de pareja.
Codificación axial 2: cuidado de la relación Ver diagrama
A continuación se desarrollaran las ideas puestas en el gráfico más extensivamente. De acuerdo a los resultados de esta investigación, uno de los aspectos que resalta en las parejas de alto ajuste tiene que ver con las conductas destinadas a cuidar al otro y a la relación. De esta manera surge la pregunta respecto a ¿qué hacen las parejas de alto ajuste para cuidar su relación?
Los resultados muestran que estas personas desarrollan el vínculo amoroso a través de conocerse a sí mismo y al otro, reconociendo las diferencias y enfrentando constructivamente los conflictos (aspecto que se desarrolló en la axial 1).
Los ámbitos de cuidado tienen que ver con el amor, el desarrollo de cada uno y el proyecto común. Los cuales cuidan reconociendo al otro como legitimo otro, favoreciendo la diferenciación y la construcción del nosotros. A través de conocerse bien a sí mismo y al otro, respetando y aceptando la individualidad de cada uno. Estas parejas admiten que pueden tener distintas prioridades, gustos, formas de ser, necesidades y estados emocionales. Favorecen y valoran el desarrollo individual, cuidando los espacios y momentos personales y responsabilizándose de aquellas cosas que le son significativas a cada uno.
Las parejas de alto ajuste promueven el desarrollo de la relación entre ellos, el "nosotros" a través de priorizar y cuidar los espacios de pareja, salir juntos solos. Poner límites: familia de origen, amigos, carrete. Buscan priorizar tener buenos momentos, eligiendo pasarlo bien entre ellos, cuidando la intimidad como pareja y el desarrollo de la sintonía entre ambos siendo colaboradores y buenos compañeros, apoyándose y flexibilizándose en función del otro, considerando sus estados de necesidad. Se consideran amigos y cómplices y buscan regatonearse mutuamente a través de mimar al otro y tener gestos cariñosos.
Como consecuencia del cuidado estas parejas logran un vínculo seguro y amoroso, sostenible en el tiempo. Perciben como fortalezas que les permiten sentirse amados, cuidados, valorados, en confianza, apoyados, admirados, respetados y en sintonía.
Conclusión
Los datos de esta investigación son concordantes con otras que muestran que lo que aparece en el relato de estas parejas de alto ajuste con respecto a su relación son aspectos que en otros estudios también son vistos como influyentes en la satisfacción matrimonial. Así, el cuidado del vínculo es considerado un factor central, por sobre las estrategias que utilizan en la resolución de los conflictos. Las dificultades que estas parejas relatan tener son normativas y tal como se observa en esta investigación, las enfrentan empleando estrategias que consideran principalmente el cuidado de la relación, a través del conocimiento y aceptación de sí mismo y del otro, el respeto y aceptación de la individualidad de cada uno, lo cual implica admitir distintas prioridades, formas de ser y estados emocionales. Dan cuenta que la manera como discuten sus diferencias es relevante para el enfrentamiento de las mismas y mencionan como formas de enfrentar el conflicto el no temerle a discutir, poner los problemas en perspectiva, manejar las diferencias, empatizar y contener al otro, ser cuidadosos con el otro al momento de discutir y señalan como importante el hacer intentos de reparación y pedir perdón.
Las fortalezas que estas parejas perciben en su relación también hacen referencia al cuidado del vínculo, como el valor que le dan a la relación dentro de sus vidas, que se sienten cuidados y valorados por el otro, que se encuentran en sintonía, que son cómplices, amigos, se conocen bien, les gusta conversar y tienen gestos de cariño. También destacan la confianza que se tienen, la cual se relacionaría tanto con la que se tienen para decirse lo que les ocurre como para contarse las cosas que les pasan. Citando a Bernales (2010), los miembros de estas parejas de alto ajuste serían buenos anfitriones en el mundo propio y buenos visitantes en el mundo del otro.
Discusión
Empezaremos abordando las características de la muestra con la que trabajamos y luego analizaremos los datos emergentes de los resultados comparándolos con otras investigaciones relacionadas, abarcando, de esta manera, tanto los conflictos que estas parejas han vivenciado como las formas en que describen haberlos resuelto, las cuales se entrelazan con las maneras en las que cuidan su relación y con la percepción que tienen de sus fortalezas como pareja.
En cuanto a las características de la muestra, en este estudio se trabajó con parejas que resultaron estar conformadas por profesionales universitarios educados en un contexto socio cultural en el que tanto para los hombres como para las mujeres está considerado el desarrollo profesional, de nivel socio económico medio alto, en las que ambos miembros tenían trabajos remunerados y se encontraban en la tercera década de vida. Además, en todas estas parejas la convivencia entre ellos se inicia con el matrimonio.
Los participantes fueron muy generosos al mostrarse dispuestos a compartir su experiencia con las investigadoras. Lo que se reporta en este estudio refleja las visiones de éstos al momento de la entrevista. Todas sus contribuciones estuvieron basadas en su experiencia personal y puntos de vista de lo que ellos consideran la manera de enfrentar los conflictos así como de sus fortalezas. Este estudio, por su carácter cualitativo, correspondió a una muestra pequeña, la cual, si bien resultó ser muy homogénea, dio cuenta de resultados concordantes con la literatura. No obstante, queda abierta la interrogante respecto de los resultados que se obtendrían al estudiar otras poblaciones de parejas de alto ajuste con características socioculturales, económicas y educacionales diferentes a las del grupo estudiado.
En cuanto a los conflictos que han sido vivenciados por las parejas de este estudio, se aprecia que presentaron pocos en la etapa del pololeo, lo cual es concordante con los hallazgos descritos por Olson y Olson (2000), quienes encontraron que las parejas que se sentían satisfechas con su relación antes de casarse, que tenían pocos conflictos en esa etapa, seguían sintiéndose bien durante el matrimonio en un porcentaje significativo, mientras que aquellas parejas que previo al matrimonio ya sostenían un alto nivel de conflicto, tenían menor satisfacción y un porcentaje de divorcio de un 53%.
Iniciada la convivencia, el tipo de conflicto que tienen que enfrentar los participantes de este estudio cambia con el nacimiento de los hijos. Los del principio del matrimonio y antes del nacimiento de los hijos son relativos a acostumbrarse a vivir juntos, a la repartición de roles y definiciones en asuntos económicos y al cuidado de los espacios de pareja. Tras la llegada de los hijos, los principales conflictos se vinculan con el ajuste a los roles de la crianza, los cambios en la vida de pareja en relación con la falta de tiempo para estar juntos y la definición del lugar de los terceros en la relación. Investigaciones afines demuestran que la transición a la parentalidad es un importante factor contextual y es considerado como uno de los eventos más desafiantes en los primeros estadios del matrimonio. Kluewer y Jobnson (2007) afirman que la inclusión de un tercer miembro a la diada matrimonial generalmente produce cambios en la relación de pareja tanto en el tiempo para estar juntos y para el ocio, así como los cambios en los patrones de intimidad con el consiguiente efecto en la vida sexual. La mayoría de las parejas reportan más conflictos y desacuerdos después del nacimiento de los hijos. Gottman (2000) describe "una de las mayores causas de insatisfacción matrimonial y de divorcio es el nacimiento del primer hijo.
El 67 % de las parejas recién casadas sufrieron una caída precipitada en satisfacción matrimonial cuando fueron padres por primera vez" (Gottman, 2000, pp 66-67). Sin embargo, el 33% restante no disminuyó la satisfacción en su relación y de éstos la mitad, no sólo la sostuvo sino que además la incrementó, lo cual es explicado por Gottman debido al amplio conocimiento tanto de sí mismo como del otro que sostienen estas parejas, lo cual les permitió mantener una buena comunicación en la que explicitaban permanentemente lo que cada uno sentía o pensaba. La comunicación y la intimidad son factores que las parejas de este estudio también recalcan y describen como una fortaleza en su vínculo amoroso. Los entrevistados destacaron la importancia de sentirse en sintonía, de ser cómplices, amigos y de conocerse bien, junto con tenerse mucha confianza que les permite contarse todo lo que les ocurre. Resultados que resultan concordantes con los descritos por Tapia et al (2009) con parejas de alto ajuste con más de 10 años de matrimonio, quienes plantean que es necesario" luchar diariamente por mantener la relación, mantener espacios de intimidad en pareja, explicitando el amor, por medio de demostraciones de cariño," (pp. 110).
Los participantes de este estudio destacan el tiempo como un factor que puede ser relevante al momento de cuidar la relación de pareja, así como para legitimar las necesidades individuales y como familia. El tiempo entendido como un bien escaso que tiene representaciones individuales y que requiere ser distribuido entre las necesidades personales, de pareja, junto con las demandas como familia nuclear, así como también en relación a la presencia de terceros en la relación (trabajo, familia extendida, amigos, actividades recreacionales), aspecto que ha sido abordado ampliamente por Eraenkel, P & Wilson, S. (2000), quienes describen que muchas parejas reportan no tener suficiente tiempo para estar juntos, dado que todas las actividades ocurren en un tiempo y se necesita algún grado de coordinación temporal para poder mantener la relación de pareja. Describen como los patrones temporales se relacionarían con el poder, dando cuenta de la cercanía y la distancia emocional. Así, el manejo del tiempo puede ser asociado a satisfacción o insatisfacción en la vida de pareja, puesto que permite constreñir, perturbar y estresar las relaciones personales, llevando implícitos problemas comunicacionales junto con falta de intimidad emocional. Se aprecia como las parejas de este estudio, en concordancia con los planteamientos de Fraenkel, ponen en un lugar destacado de su agenda su relación de pareja, acentuando la necesidad de dedicar tiempo de calidad, de poner límites a terceros y de desarrollar en forma activa espacios y momentos de pareja que permitan dedicación exclusiva a ellos como pareja, lo cual favorece, sin duda, sostener la cercanía de uno con el otro. Este aspecto es resaltado por Olson & Olson (2000) en su investigación de 5.153 parejas felices como una de las principales características que destacan de común acuerdo el 98% de las parejas que se sienten contentas con su vínculo.
Las diferencias individuales, sociales y culturales, estilos de personalidad, ritmos biológicos, opiniones e ideologías, hacen que las parejas tengan que resolver constantemente conflictos, algunos muy cotidianos y otros muy complejos e intensos. Los participantes de este estudio asumen que hay conflictos que han debido enfrentar que se van a mantener en el tiempo, que probablemente nunca van a llegar a consenso y que creen los van a acompañar durante toda la relación de pareja. Así también, John Gottman distingue aquellos conflictos que tienen solución de aquellos que él llama perpetuos o insolubles, los cuales corresponderían de acuerdo a sus investigaciones al 69% de los conflictos que las parejas que se sienten felizmente casadas tienen que enfrentar. Estas parejas "encontraron una forma de tratar con su problema insoluble de modo que no las asfixiara. Han aprendido a mantener el problema en su lugar y a contemplarlo con sentido del humor" (Gottman, 2000, pp. 146).
Con respecto a las formas de resolver los conflictos, las parejas de este estudio describen que durante el pololeo tuvieron que aprender a adaptarse y a aceptar los gustos del otro, aspecto que desarrollan y profundizan más durante el matrimonio reconociéndolo como un ámbito importantísimo que les ha permitido sostener un buen vínculo. Respetan la individualidad de cada uno, aceptando que pueden tener distintas necesidades y prioridades, lo cual los lleva sin duda a tener conflictos y diferencias. Sin embargo, en el momento de enfrentarlos plantean que es necesario poner los problemas en perspectiva para así poder jerarquizar aquellos relevantes, por lo que vale discutir, de aquellos por lo que no tiene sentido hacerlo. Así, cuando enfrentan una situación conflictiva que les resulta significativa, la abordan sin temor a discutir, no obstante ponen énfasis en el cuidado del vínculo a través de conversar con calma y humor, en un momento y un lugar apropiado que les permita a solas que cada uno exprese su punto de vista en forma clara y directa, de manera tranquila y respetuosa, sin orgullo y en un tono cariñoso, para poder empatizar con el otro y así, acordar soluciones o llegar a acciones que los consideren a ambos. Estos resultados apoyan lo descrito por Verhofstadt, Buysse, Ickes, De Clercq, & Peene, (2005) en relación a que las parejas que funcionan bien inhiben los impulsos a responder destructivamente y en vez reaccionan de una manera constructiva. Estos autores describen que los episodios de conflicto de las parejas de alto ajuste incluyen no sólo conductas conflictivas típicas como desacuerdo o invalidación, sino que también varios intentos de reparar el problema a través de la validación de la legitimidad de los pensamientos y sentimientos de cada uno, por medio de expresiones de empatía y de hacer propuestas que tomen en cuenta los deseos de ambos esposos, lo cual favorece la resolución del conflicto. Fowers, (2001) también describe la validación, entendida como darle al otro el crédito de tener un punto de vista legítimo, como un factor al servicio del cuidado de la relación.
Concordante con Curran, Ogolsky, Hazen, & Boscb (2011) y con Scbumacher & Leonard, (2005) las formas en que las parejas interactúan cuando tiene desacuerdos es de importancia central en el éxito o fracaso del matrimonio. Las parejas con baja satisfacción aumentan la posibilidad de divorcio ya que reportan más estrategias de conflicto destructivas tales como defensividad, agresión y retraimiento, que las satisfechas, que dan cuenta de estrategias tales como el consenso y la negociación.
Afirmando la importancia del clima afectivo en que tienen lugar los conflictos, Johnson 2009 demostró la interacción entre los afectos positivos y negativos en las conductas de conflicto y concluyó que los bajos niveles de afecto positivo y los altos niveles de conducta negativa hacían que declinara la satisfacción, mientras que los altos niveles de afecto positivo tenían un efecto amortiguador de la conducta negativa. De acuerdo con Fincham, F. & Beach, S. (2010) el clima afectivo durante el conflicto es el que determina el tipo de impacto del mismo. Según Troupe (2008) el nivel de adaptación y de aceptación de las diferencias contribuye a la capacidad de las parejas para mantenerse juntos. La falta de habilidad para resolver conflictos también queda amortiguada cuando hay niveles de afectos, humor, interés y curiosidad por el otro. Solamente cuando hay un bajo nivel de estas emociones positivas es cuando la falta de habilidad para resolver los conflictos va en detrimento de la relación (Bradbury & Karney, 2004).
Verbofstadt, et als.(2005) observaron que durante el conflicto matrimonial los miembros de las parejas de alto ajuste a menudo están dispuestos a dejar sus preferencias poniendo mayor valor en las conductas que favorecen la relación entre ellos. Por lo mismo, describen que no todos los conflictos resultan en una discusión conflictiva sino que pueden ser efectivamente transformados en oportunidades de interacción cooperativa. Además, estas parejas tienen el potencial de inhibir o modificar sus reacciones iniciales y desplegar conductas que puedan resolver la interacción problemática y promover el bienestar de la pareja. También señalan que en el contexto de un conflicto matrimonial los miembros de este tipo de pareja pueden desplegar conductas de apoyo para prevenir que el conflicto escale en intensidad. Esto es concordante con las propuestas desarrolladas en el trabajo de South, Doss, & Christensen (2010), quienes plantean que la aceptación de las conductas del otro actúa como un fuerte mediador sobre la satisfacción relacional. De acuerdo con Stanley, Markman & Whitton (2002) y con Birditt. Brown, Orbuch & Mcllvane (2010) el cómo discuten las parejas está más relacionado al divorcio/satisfacción que el sobre lo que discuten, así las parejas en que ambos esposos usan estrategias constructivas tienen menores tasas de divorcio y mayores índices de satisfacción. La capacidad para empatizar con el otro, validando y/o legitimando los pensamientos y/o sentimientos de éste, la disposición a ofrecer propuestas que tomen los deseos de ambos en consideración ayuda significativamente a facilitar la solución del conflicto. Las parejas de alto ajuste están más dispuestas a salirse de sus intereses personales y tener más conductas a favor de la relación, lo cual también es sostenido por los estudios de Verbofstadt et al. (2005).
Las parejas de este estudio destacan el pedir perdón como un elemento importante al momento de resolver los conflictos, lo cual es concordante con investigaciones recientes en que aparece gran interés por investigar respecto del perdón, ya que tanto en el ámbito clínico como los resultados de las investigaciones han reconocido el valor que tiene el perdón en mantener el bienestar emocional. Aparece especialmente importante en la relación matrimonial la capacidad de buscar y dar perdón como un factor que contribuye a la estabilidad y satisfacción matrimonial. Varios estudios han documentado una relación positiva entre satisfacción matrimonial y perdón. El hecho de perdonarse predice satisfacción y es posible demostrar que las intervenciones basadas en el perdón pueden aumentar la satisfacción matrimonial. Fincham, Hall & Beach (2006) describen que tanto investigadores como clínicos ubicarían al perdón como una piedra angular de un matrimonio exitoso, visión que concuerda con los relatos de las parejas de este estudio. Los datos emergentes de los estudios de Fincham, Stanley & Beach (2007) sugieren que el perdón tiene considerable poder para elicitar procesos de reparación en la relación matrimonial, permitiendo una dinámica relativamente poderosa que involucra una transformación que puede ser vista como un proceso autoreparador diádico con el potencial de influenciar los intercambios en el tiempo, ya que permite cambiar el grado en que la conducta de cada miembro de la pareja determina la respuesta del otro. En este sentido, puede ser una variable que modere las acciones y la conducta de los miembros de la pareja.
Los resultados de este estudio dan cuenta que el cuidado del vínculo es un factor central tanto para mantener una relación satisfactoria así como para enfrentar los conflictos. Estas parejas de alto ajuste en los momentos de conflicto emplean estrategias en las que priorizan el cuidado de la relación por sobre la resolución del conflicto mismo. Los participantes de este estudio señalan que cuidan su vínculo de pareja a través de estar en activo contacto con el otro, buscan espacios, momentos y maneras para contarse lo que les sucede, decir lo que les molesta, explicitar lo que quieren, incluso para hablar aunque no tengan un tema específico, para lo cual utilizan diferentes medios, ya sea la conversación directa como a través del uso de la tecnología disponible. Esto concuerda con las observaciones de Gottman (2002) respecto de las parejas que están felizmente casadas, las cuales, puntualiza, mantienen una activa conexión emocional a diferencia de las parejas que están por divorciarse quienes dejan de considerar en forma significativa los intentos de conexión del otro. Además, describe que quienes reaccionan en forma positiva a los intentos de conexión del otro, cuentan con mayor facilidad para acceder a expresiones de humor, afectuosas y de interés en las discusiones.
Afirmando la importancia de cuidar el vínculo de pareja, los participantes de este estudio explicitan la necesidad constante del contacto amoroso a través de regalonearse mutuamente, ser colaboradores, compañeros, salir solos, hacer cosas juntos, pasarlo bien, desarrollando la intimidad y la sintonía como pareja. Ideas que corresponden con los planteamientos de Ted Huston, de la Universidad de Texas, quien propone que los problemas matrimoniales no se deben al incremento en los niveles de conflicto, sino a la disminución del cariño y de la respuesta afectiva (Jobnson, 2009).
Fincham, Stanley & Beach (2007) ponen de manifiesto que en la actualidad no se estudia solamente cómo las parejas resuelven sus conflictos, sino que el campo de la investigación ha cambiado hacia una perspectiva que permita entender los recursos que explican el bienestar matrimonial. En esta línea de investigación es que Gottman & Silver (2000) destacan la amistad en el centro de un matrimonio firme. Se refieren a parejas que se conocen íntimamente, están informados de lo que le gusta o no al otro, de sus esperanzas y sueños, manifiestan gran consideración por el otro, estima, respeto y disfrutan estar en su compañía. Para ellos la calidad de la amistad es un buen predictor de satisfacción. Además, desde otra vertiente, Gottman & Levenson (2002) constataron investigando a parejas recién divorciadas que justificaban el quiebre de su relación por la distancia, el aislamiento y la disminución en la amistad que fueron teniendo en el vínculo.
Siguiendo esta línea de pensamiento es que también las parejas de este estudio destacan dentro de sus fortalezas la intimidad que tienen como pareja, la cual describen como sentir que se encuentran en sintonía, que son cómplices, amigos, que se conocen muy bien, afirman que les gusta conversar y realizar gestos de cariño hacia el otro. Destacan también la confianza que se tienen, tanto para decirse lo que les ocurre con el otro, así como para contarse las cosas que les pasan. Destacan también como fortaleza y recurso de la relación el sentido de humor que existe entre ellos y el amor que se tienen Kabalí (2006) en investigaciones en segundos matrimonios concluyó que las parejas de su estudio destacan el amor comprometido como el factor relevante que influencia más fuertemente la estabilidad y la satisfacción en estos segundos matrimonios.
Nos resulta necesario en esta discusión abordar también las limitaciones que consideramos presenta este estudio, el cual fue focalizado exclusivamente en parejas casadas de menos de 7 años de matrimonio, resultando ser una pequeña muestra que podría no representar a parejas con otras características diversas en cuanto a nivel socio económico, educacional y cultural. Dada las características de este estudio en la cual las temáticas surgieron espontáneamente desde la propia experiencia de los participantes, nos llamó la atención, que temas que desde la psicología resultan relevantes en la vida de pareja no fueron abordados por los participantes de este estudio como son la sexualidad, la espiritualidad y tampoco la fidelidad. El tema de la sexualidad en estas parejas no aparece mencionado como un tema conflictivo entre ellos y tampoco como una fortaleza en su vida de pareja, sólo se refieren a ella a propósito que cambió con el nacimiento de los hijos, sin dar cuenta de cuál fue el cambio. En otra investigación con parejas chilenas de resolución de entrampes de parejas en conflicto realizada por Tapia et al (2009) el tema de la sexualidad tampoco aparece desarrollado por las parejas, sino sólo como explicitación de una temática entre otras de posible conflictos. Creemos que sería un interesante aspecto a investigar en futuros estudios cual será el motivo por el que las parejas no mencionan espontáneamente aspectos vinculados a su sexualidad.
Recomendamos para futuras investigaciones incluir personas de diferentes niveles socioeconómicos, educacionales y culturales, además de parejas que convivan y no estén casados de modo de comparar y contrastar los resultados con estudios que emerjan de otras poblaciones. También estudiar parejas de bajo ajuste con el fin de comparar la manera en la que ambas poblaciones muestran cómo resuelven sus conflictos, cuidan su relación y qué fortalezas describen tener. Algo que puede ser de interés es hacer un seguimiento de las parejas del presente estudio para ver cómo evolucionan su ajuste marital con el tiempo y las estrategias para resolver conflictos.
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De Familias y Terapias, 22:34 / Agosto 2013 • 83
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