Profesor Titular de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. 
                                      
                                    Resumen 
                                    El  espacio de las ideas de la comunicación social está ocupado por un amplio y  plural tejido asociativo. Todas esas ideologías comparten el denominador común  de la cultura moderna, el pluralismo. Estamos ante un nuevo sistema de  creencias que impone un sentimiento básico que domina la visión del mundo, el  de la voluntad de poder. Esta nueva ideología triunfante se las tiene que ver  con sus propias contradicciones para organizar y jerarquizar los afectos y  favorecer las aspiraciones de justicia, de ética y de pluralismo y para favorecer  la inteligencia social que resuelva el problema de transformar la necesidad de  bienestar de la sociedad en una necesidad individual a satisfacer. La  publicidad social ayuda a resolver esa contradicción y utiliza las aportaciones  de la creatividad, la biopolítica y la neuroética. 
                                    Palabras  clave: Cambio social, ONG, ideas, publicidad social,  biopolítica y neuroética. 
                                    Introducción 
                                    Actualmente  estamos asistiendo a una vertiginosa dinámica de cambios sociales que coincide,  como señala Lipovetsky (2011:13), con “la conjunción de fenómenos económicos  (liberación de los mercados en un capitalismo planetario), innovaciones tecnológicas  (nuevas tecnologías de la información y la comunicación) y cambios radicales de  la situación geopolítica”. Esta transformación social sin precedentes afecta  también a las ONG y muy especialmente a las ONGD con proyectos internacionales  que forman parte destacada de la cultura de la globalización, debido a su  presencia en todos los conflictos y catástrofes que azotan a la humanidad. 
                                    A  diferencia del resto de los agentes que participan de la globalización, las ONG  promueven una visión alternativa de esa globalización y con ello buscan  garantizar la presencia de la sociedad civil en la sociedad global con el fin  de impulsar la cooperación internacional para el desarrollo de los más  empobrecidos (Del Río, 2011: 40). Sus transacciones son, además de informar y  persuadir (Kotler y Roberto, 1992), cambiar dinero por buena conciencia a  través de programas y proyectos de desarrollo; crear, distribuir bienes y  servicios y fundamentalmente la educación para el desarrollo, es decir  sensibilizar, difundir, concienciar, educar, denunciar, (Herranz de la Casa,  2007); es decir, la promoción de sus ideas para el cambio social, que conllevan  la difusión de sus creencias sobre la solidaridad internacional que varían, como  señala Nos Aldás (2010: 121), ya que unas promocionan ideas y otras se centran en  el mercadeo de captación de fondos “objetivos de gestión promocionales o de  cambio educativo social, diferencia la publicidad que busca la eficacia  relacionada con las ventas o captación de fondos, de la publicidad que busca  comunicar ideas”. Por eso es fácil encontrarse con lemas publicitarios como los  recogidos por Balas (2011, 248-249) “Mi cliente me mima”, “Tú y tu Fairy contra  la lepra”, “Tú si que eres grande” que comunican ideas con un claro sentido  mercantil. 
                                    Más  allá de los objetivos de captación de fondos y, muchas veces por encima de ellos,  está la sensibilización para el desarrollo lo que conlleva dar a conocer a la  propia entidad para sensibilizar a los ciudadanos buscando establecer vínculos  racionales y/o emocionales para crear, recordar, modificar o reafirmar  conductas dirigidas al cambio social (Balas, 2011: 218-219). 
                                    El  objeto de estudio de esta investigación es, por tanto, reflexionar sobre qué valor  aportan la publicidad social, la biopolítica y la neuroética a las causas  sociales. Y parte de las hipótesis de que la lucha por la dignidad humana se  manifiesta en el ámbito de la pluralidad de las ideas de las ONG y ONGD a  través de la defensa de los derechos humanos y del medio ambiente. Y de que el  valor de las causas sociales se incrementa con las aportaciones de las ideas  creativas y la estrategia de la publicidad social dirigida al cambio social. 
                                    Para  ello queremos responder a los siguientes objetivos: 
                                    a)  Reflexionar sobre el papel de la eficacia de la creatividad para controlar las emociones  y los sentimientos que permitan convertir las promesas de las campañas de sensibilización  en compromisos ineludibles. 
                                    b)  Describir los fines de la publicidad social. 
                                    c)  Describir aquellas estrategias de comunicación social en las que los fenómenos de  la creatividad y la planificación favorecen las consecución de objetivos para el  cambio social. 
                                    d)  Reflexionar sobre las nuevas aportaciones de la biopolítica y la neuroética en  el procesamiento de las emociones. 
                                    Se  utiliza una metodología hermeneútica centrada en la discusión, crítica o  valoración del papel de la creatividad, la biopolítica, la neuroética y las  redes sociales de la web 2.0. Se muestra el impacto de ciertas ideas en el  mundo de las ideologías, en la medida en que tal impacto puede distinguirse en  situaciones concretas, y puede mostrar los efectos generados. 
                                    El valor de las ideas  de las ONG 
                                    Sus  públicos se benefician del valor de las ideas que la mayoría de las veces convierten  en su ventaja competitiva, el valor de su poder ideológico en la iconoesfera de  las ideas. Sin embargo, el espacio de las ideas depende de instancias de mediación.  “Estas instancias pueden adoptar  naturalezas y características muy diversas, algunas son constitutivas de ese  espacio público, otras se movilizan a través de él, utilizándolo como vehículo.  Actualmente, muchos de estos procesos de mediación se constituyen a través de  los medios de comunicación de masas (…) Esta mediatización adquiere  características particulares y heterogéneas según el tipo de sujetos y  dinámicas que movilice” (Saiz, 2008: 1). 
                                    Una  de las mediatizaciones posibles está ocupada por un amplio y plural tejido asociativo  de entidades del Tercer Sector, entre ellas las ONG, lo que las hace muy vulnerables  y dependientes de la comunicación y las experiencias sociales. 
                                    Por  ejemplo, en Nueva Zelanda existen 97.000 ONG lo que representa el 5% de la  economía del país, comparable a la industria de la construcción (Zorn, Flanagin  y Shoham, 2011:2). En España son más de 300.000 asociaciones las registradas en  el Ministerio del Interior, de ellas en el apartado 73 de acción social en las  categorías 7314 y 7315, las denominadas humanitarias con proyección en el  extranjero2, son unas 9000 que gestionan la mayoría de los servicios  de la economía social y gestionan una buena parte del 20% del gasto público  (Martín, 2010: 164). 
                                    Todas  estas ONG no son iguales, varían según sean sus visiones del mundo, las podemos  diferenciar fijándonos en cuándo aparecieron, quiénes les brindan su apoyo o  qué grado de confianza generan. En el primer caso, según Korten (citado en Arroyo  y Martín, 2011: 249), podemos hablar de ONG asistencialistas, autosuficientes, de  cambio estructural o de transformación. En el segundo, según Gómez Gil (2004:4),  de subsidiarias, que obtienen el apoyo del estado; instrumentales, creadas por  empresas multinacionales para defender sus intereses; oportunistas,  especializadas en captar recursos y alter-mundialistas, surgidas ante el avance  del proceso de globalización neoliberal. O en el tercero, según Fowler (citado  en Bala 2011:179-180), podemos hablar de ONG de maletín, comerciales,  delictivas, de donantes, de pega, gubernamentales, creadas y mantenidas por el  gobierno, mi propia ONG, fantasmas o de políticos. 
                                    Las  ideologías son también un elemento diferenciador de las ONG a partir de las cuáles  nos ofrecen sistemas de creencias, estables y permanentes apoyados en ritos y  liturgias con las que conjuran los grandes miedos que azotan a la humanidad,  que no son otros que aquellos que se reflejan en las grandes causas sociales  que defienden y que, según Alvarado (2003), son los males referidos a la salud  y el bienestar público y social, la protección del entorno natural y urbano, la  solidaridad internacional y la marginación y, con ella, todas las formas de  discriminación. 
                                    Sin  embargo, las ideologías de las ONG que a veces las diferencia, también las unen,  la mayoría de ellas comparten el denominador común de la cultura moderna, el  pluralismo: es decir la capacidad de integrar distintas ideologías e incluso  distintas religiones en los modernos estilos de vida multiculturales. 
                                    Lipovetsky  (2011: 19) habla de cultura mundo cuando se refiere a esa cultura moderna y que  consagra, a su modo de ver, las dos grandes ideologías del siglo XXI: la  ecología y los derechos humanos. A su vez, ambas dos son dependientes de otras.  El ecologismo también es parte del discurso de empresas que contaminan y las  discusiones más serias sobre los derechos humanos arrancan en el siglo XVIII,  anteriores incluso a la revolución francesa. Ambas entran en contradicción con  los valores dominantes liberales, es decir el dominio del mundo occidental y la  economía de mercado basada en el crecimiento y el progreso. Esto hace que se  generen nuevos conflictos; de una parte el conflicto político entre la  denominada alianza de civilizaciones frente al choque de civilizaciones y de  los conflictos étnicos e identitarios que conlleva una crítica a la hegemonía  occidental y su reivindicación del fin de la historia (Fukujama, 1992) y, de  otra parte, los conflictos derivados del calentamiento global. 
                                    Las  ONG asumen la ideología global de la defensa de los derechos humanos y especialmente  las ONGD a través de su omnipresencia en los conflictos y de su gran capacidad  de adaptación para resolver los problemas sociales. Son los primeros agentes  altruistas en aparecer allí donde se produce un conflicto poniéndose siempre de  parte de la defensa de los derechos universales. Una vez más “La ideología universalista  de los derechos humanos como valor central se expresa en el poder de los  movimientos humanitarios y de las ONG transnacionales cuyas intervenciones y cuya  capacidad de actuación no cesan de aumentar” (Lipovetsky, 2011: 20). 
                                    Pero  también lo hacen desde la intervención social, “las ONG despuntan también en la  era de la globalización como uno de los agentes destacados que emergen ante la  debilidad de los estados-nación y la aparición de nuevas dimensiones de intervención  social como consecuencia de la necesidad de reparar en la sociedad los daños  causados por una economía de mercado sin reglas, como la que se asiente en la  actualidad” (Gómez Gil, 2004: 2). 
                                    Las  ONG asumen también la ideología de la defensa del medio ambiente y cuestionan el  modelo ambicioso de la civilización occidental que nos ha llevado a la crisis del  medio ambiente y al calentamiento global del planeta. Se instalan en un punto de  vista que cuestiona la imposibilidad de generalización del modo de vida  occidental basado en el consumo descontrolado y en el abuso y la expoliación de  los recursos naturales y reivindica un modelo de economía sostenible y de  economía social. Esta idea de un mundo infinito en expansión de progreso  indefinido que surge con la filosofía idealista y se instala en el pensamiento  positivista desde la ilustración, ha sido durante siglos el leit motiv que ha  regido los designios de la revolución industrial; pero que ha encontrado su  freno en las alarmas generalizadas sobre los efectos del calentamiento global y  que busca con el concepto de economía sostenible que cualquier crecimiento  económico no se fundamente en la destrucción de la vida en el planeta. 
                                    La  defensa de los derechos humanos y la ecología entran en contradicción con las teorías  del fin de las ideologías con el que se había interpretado la historia. Sin  embargo, el fin de las ideologías es en sí mismo una ideología. Sabemos que la  ideología ganadora siempre se ha defendido así mismo como no ideología. Luego  podemos decir que la ideología del fin de las ideologías no es más que la  representación de la ideología que ha salido victoriosa de la contienda de la  guerra fría y cuyo triunfo busca perpetuarse como la ideología que supera a las  ideologías (Serrano, 2011). 
                                    Un nuevo sistema de  creencias, la voluntad de poder 
                                    Estamos  pues ante una nueva ideología dominante, un nuevo sistema de creencias que  impone un afecto por encima de otros: la ideología que impone la voluntad de  poder, tal y como la definió Friedrich Nietzsche y la difundió Martín  Heidegger, distinta de la voluntad de poder político, del dominio político que  intenta definir el sentimiento básico que domina la visión del mundo. Sin  embargo, lo contrario, que no tengamos ninguna voluntad de poder, es proponer  que otro asuma el 100% de poder sobre nosotros. Es decir, que seamos esclavos.  Por tanto, tal y como lo señaló Berlin (1958) se pueden identificar dos  conceptos diferentes de libertad. La primera, la libertad negativa que  concierne únicamente a la libertad de oportunidades y donde la voluntad de  poder se somete a sus posibilidades y, la segunda, la libertad positiva en la  que elegimos porque somos dueños de nuestra propia vida: “Negative freedom is, roughly, a matter of which doors lie open to you,  it is concerned exclusively with opportunities; positive freedom is a question  of whether or not you can go through the doors, whether you are master of your  life”.3 
                                    La  ideología autoafirma al hombre a través de sus valores, como dice Kaplún (1998:  140) “el poder de la ideología consiste  en que opera «desde dentro» del sujeto: el dominado la internaliza e  inconscientemente la incorpora” y en las sociedades de consumo se ha trasladado  a una autosatisfacción de los propios deseos que configuran una cultura de  insatisfacción y de agresividad y que “hace triunfar la publicidad, que nos  hace soñar con la mejora permanente, que nos lleva a los centros comerciales,  que obliga a las empresas a seguir reinvirtiendo para crecer, y a los sistemas  económicos de los países a medir la salud o la falta de salud de sus economías en  términos de crecimiento, de manera que el bien está del lado del crecimiento y  la recesión o simplemente el estancamiento son signo de enfermedad o de debilidad,  dos de los términos que Nietzsche usaba cuando quería condenar aquello que se  alejaba de la voluntad de poder” (Serrano, 2011: 39). 
                                    Estamos,  en definitiva, ante un modelo ideológico triunfante que no tiene que competir  con otras ideologías basadas en el poder omnímodo de la razón y por tanto excluyentes  y portadoras de la verdad absoluta, como ocurrió durante la guerra fría entre  los dos grandes bloques. 
                                    Esta  nueva ideología triunfante que reivindica un mundo mejor a través del  crecimiento constante y sostenible relacionado con el progreso, se las tiene  que ver con sus propias contradicciones, las que el afecto dominante de  voluntad de poder crea. Lo vemos cada día representado en la amenaza constante  de los mercados hacia los gobiernos y de éstos hacia los ciudadanos. 
                                    Esta  nueva ideología no puede ahogarnos, sino que debe organizar y jerarquizar los  afectos y favorecer las aspiraciones de justicia, de ética y de pluralismo, de  lo contrario ocurrirá lo que pasó con el derrumbe del mundo soviético donde la  voluntad de poder de satisfacción de los deseos estaba solo en los dirigentes y  no en la población reeducada bajo los afectos del miedo. Los afectos no se  pueden modificar por la fuerza o mediante la represión, porque provocan la  aparición de un afecto dominante, el miedo que dominará el resto de la vida de  las personas (Serrano, 2011: 166). En palabras de José Antonio Marina (2010)  debe favorecer la inteligencia social, se trata de favorecer la pluralidad de  las ideas para desarrollar una inteligencia colectiva, o mejor dicho una  inteligencia compartida. 
                                    Por  tanto, frente a la sociedad inteligente basada en indicadores de economía de mercado,  tales como el PIB, la tasa de natalidad, las estadísticas sobre delitos, etc. debemos  contraponer una sociedad plural que incorpore también los índices de felicidad social  o los indicadores de economía social. En definitiva, frente a la economía de  los mercados debemos reivindicar lo que Graham (2001) definió como economía de  la felicidad; el bienestar de un país, la sanidad de su pueblo, la educación de  los niños y de los jóvenes, etc. 
                                    De  lo contrario pasaremos a una sociedad fracasada donde la voluntad de poder que  gobierna nuestros afectos, en lugar de ampliar las posibilidades de acción de  los ciudadanos (empowerment), creará más problemas que soluciones. 
                                    El  problema reside en cómo definir la felicidad y sus indicadores. Muchos autores (Easterlin,  1995; Stevenson y Wolfers, 2008; Tella y MacCulloch, 2008) vinculan las  condiciones económicas a la felicidad, pero tal y como señala Corral (2011: 2)  “existe un desacuerdo sobre el punto hasta el cual son los factores económicos  a nivel nacional o a nivel individual los que importan”. 
                                    La  filosofía clásica aporta la convicción de que la felicidad se obtiene asumiendo  límites a nivel individual; los que establece la naturaleza con sus carencias,  los procedentes de las divinidades y las religiones con sus códigos de virtudes  y vicios; los que se derivan de las ideologías con sus modelos de hombres  perfectos y ahora con la postmodernidad, los que provienen de la estimulación  permanente y que incentivan la omnipotencia y la realización máxima de la  voluntad de poder del hombre moderno. Pero cómo conjugar vivir sin límites con  ser felices o como dice Serrano (2011:76): “cómo  es posible entender la felicidad allí donde no hay límite que la regule, donde  falta la pieza básica a partir de la cual gestionar el deseo, junto con el  temor, el dolor y las demás limitaciones básicas de los humanos, y cuyo  resultado es el ideal de una vida feliz” El propio autor nos da la solución  “hoy por hoy ese límite descansa en la idea de los derechos humanos” (op. cit:  117) . 
                                    Las  ONG participan por tanto de esta ideología común de búsqueda de la felicidad a  través de la lucha por la dignidad humana que se manifiesta en el ámbito de su propia  pluralidad de ideas y defensa de causas sociales para las que utiliza  herramientas tan poderosas como la publicidad social, una publicidad en su  tercer tiempo en palabras de De Andrés (2010: 71 y ss.) que aunque “probablemente nunca es la solución  (definitiva, inmediata) de nada, pero sí puede ser una vía de resoluciones, mediatas,  temporales, revisables. Propicia cambios de actitudes, y su creatividad hace  visible lo invisible, inteligible lo ininteligible”, una nueva publicidad  entre lo comercial y lo social, entre objetivos y fines a favor de las  personas, de las utopías, de la difusión optimista de las ideas, dando la  palabra a los colectivos sin voz y generando un diálogo intercultural, pero  también aportando sus propias contradicciones lo que, en palabras de Latorre  (2001: 106) consisten en limitar la voluntad de poder de los públicos;  favorecer un consumo responsable, denunciar cuando se especula con los  alimentos o hacer cosas poco atractivas, como donar sangre, pagar impuestos, donar  dinero. Esta contradicción plantea el problema, nada menor, de responder a cómo  transformar la necesidad de bienestar de la sociedad en una necesidad  individual a satisfacer o cómo convertir las promesas en compromisos  ineludibles. 
                                    La publicidad social,  una tercera vía 
                                    La  publicidad social ayuda a resolver esa contradicción en la medida en que  selecciona los valores más destacados de la realidad que transporta a través de  metáforas. 
                                    La  verdad metafórica que ofrece la publicidad realza las promesas que crean compromisos  y obligaciones en quiénes las proponen, porque les obliga a cumplirlas, pero  también en quiénes se las creen, porque las convierten en las razones con las  que construyen el sentido de sus vidas. 
                                    La  publicidad social es, por tanto, una enorme promesa que ofrece argumentos racionales  y/o emocionales para que los públicos encuentren razones para tomar decisiones  y adquirir compromisos, por ejemplo, “si bebes no conduzcas”. Cada uno se  compromete con su verdad, entre otras razones porque la ha construido dentro de  sí a través del lenguaje humano. Todos los lenguajes humanos efectivos, y la  publicidad es uno de ellos, son actos de habla que tienen algo de promesa que  sirven para crear razones para la acción, independientemente del deseo (Searle,  2000:193). 
                                    A  la vez que la toma de decisiones entraña juicios morales porque sirven para discriminar  lo bueno de lo malo, los dilemas morales personales con los que los públicos se  enfrentan a las metáforas de la publicidad social implican la activación de  áreas cerebrales asociadas con la emoción y con la cognición. 
                                    Sabemos,  siguiendo los argumentos de Damasio (2005), que estas decisiones se toman más  desde la emoción que desde la razón. Muy especialmente cuando hay cercanía  física. Cortina (2011:70 y ss.) considera que “cuando hay cercanía física se activan los códigos morales de  supervivencia profundos, mientras que cuando no la hay, se activan otros  códigos cognitivos más fríos (…) Por eso afecta emocionalmente la situación de  la gente necesitada y cercana, cosa que no ocurre con las gentes necesitadas  que no conocemos” 
                                    Sabemos  que quién controla la imaginación controla las emociones en la medida en que  éstas se construyen con relatos y se expresan con palabras, imágenes, sonidos y  músicas. 
                                    En  definitiva, el control de la imaginación supone el control de la emoción y dado  que la creatividad influye en la imaginación, se deduce que el poder de la  creatividad conlleva el control de las emociones y con ellas de los  sentimientos. 
                                    Los  dos sentimientos más vivos que estimulan la voluntad de poder son el amor y el  odio. 
                                    La  publicidad comercial mayoritaria que fomenta la tendencia al exceso utiliza el  odio, y lo hace desvirtuando las virtudes desde la parodia y convirtiendo a su  vez el odio en virtud en la medida en que estimula el deseo de consumir o de  obrar, base de la voluntad de poder. 
                                    Algunas  investigaciones (Arroyo, 2006; Arroyo y Mamic, 2009) muestran que la tendencia  mayoritaria de la publicidad comercial analizada fomenta la soberbia, la  codicia y la lujuria, destinadas al exceso de consumo; donde el discurso  publicitario muestra personajes cargados de presunción e indiferencia, con una  voracidad acaparadora de cuanto producto alcancen sus ojos. 
                                    El  odio convierte el deseo en obligación. Esto es porque el odio es más poderoso que  el amor, y las representaciones de éste tales como la lealtad y el compromiso hoy  se entienden como frenos a la voluntad de poder “el amor ha dejado de ser representado  como la aspiración a la unidad o a la naturaleza, es decir, como la máxima  expresión del reconocimiento del límite” (Serrano, 2011: 199). 
                                    A  cambio el odio dice más sobre nosotros mismos y contribuye a moldearnos y acercarnos  al modelo de la nueva ideología dominante, la de la voluntad de poder, “la gran  verdad se cifra en que el mal en el mundo es más importante que el bien. El  bien es la base, pero la cumbre es el mal” (Bataille citado en Marina 2011:  83). 
                                    Pero  justo aquí es donde adquiere mayor importancia el discurso de las ONG. Sin  embargo como señala De Andrés (2010:68 y ss.) la publicidad social no se  distingue de la comercial por sus objetivos, actores o medios y mensajes, sino por  sus fines “La finalidad es lo decisivo en un mundo de valores, de derechos, de  ciudadanos. La finalidad publicitaria estaría siempre en las personas, en la  comunicación responsable entre personas e instituciones, en la cohesión  cultural”. 
                                    Esta  es la labor que deben hacer estas organizaciones con la comunicación, transformar  los valores tradicionales a través de la eficacia de la creatividad (Arroyo, Baños  y Rodríguez, 2009; Baños y Rodríguez, 2009), de la biopolítica (Foucault, 2009,  Agamben, 1998, Esposito, 2004, Serrano, 2011) y de la neuroética (Cortina, 2011)  para dotarlos de nuevas representaciones. Cambiar la fuerza del odio  estructural en ideales de defensa de los derechos humanos y protección del  medio ambiente “Ese odio básico transfigurado que como tal puede asumir incluso  la forma de la solidaridad”. Ese odio que impida callarse ante la presencia de  situaciones infames y que fuerce a la indignación (Boltanski, L. Y Chiapello,  E., 2002: 48). 
                                    Es  lo que Marina (2011:73 y ss.) define como las contradicciones de los vicios capitales  “Una pasión puede convertirse en virtud o en vicio, dependiendo de si se integra  en la anábasis o en la katábasis” (2011: 84)4 ya señalados por  Himmelfarb (1995). 
                                    Así,  recupera las viejas pasiones consideradas vicios como un motor para emprender  las tareas más comprometidas y difíciles; utilizar la soberbia para buscar la  excelencia, la megalopsijía5; la ira para indignarse frente a los  excesos de la globalización, conseguir un bien o evitar un mal. La envidia en  admiración que estimula el deseo de participar en acciones de ayuda porque las  ve hacer a otros y puede convertirse en un motor de progreso. La avaricia en  generosidad que estimula las donaciones y el voluntariado. La lujuria, una  vieja transversal de la publicidad a la que erotiza, se transforma  simbólicamente en la ternura que nos satisface con el cuidado de los más  débiles. La gula que acapara, deja paso a un mejor reparto de alimentos en el  planeta que, a modo de vasos comunicantes, transfiera alimentos desde los  obesos a los famélicos; desde el primer mundo, transido de problemas de bulimia  y anorexia, hacia el tercer y cuarto mundos hundidos en la hambrunas endémicas.  La pereza en actividad solidaria capaz de sacarnos del aburrimiento y de  llenarnos de libertad para actuar, autonomía para elegir y dignidad para ser  felices. 
                                    El valor de la  creatividad en la promoción de las ideas 
                                    La  comunicación para promover el desarrollo es un objetivo cada vez más importante  para las Organizaciones sin ánimo de lucro (Servaes citado en Rau de Almeida,  2006) sin embargo existen aún dificultades para definir su forma de trabajo. La  comunicación de las ONG ha pasado de la improvisación y la falta de previsión a  la profesionalización pasando por una etapa de comunicación mercadeada (Erro,  2003:17-30). 
                                    La  creatividad incrementa el valor de la comunicación de las causas sociales porque  se apoya en el valor de sus ideas que facilitan la transformación de la  representación de la realidad, tal cual es, en la ficción, tal como debería ser,  como consecuencia de la acción colectiva solidaria. 
                                    La  idea del compromiso moviliza grandes cantidades de personas con modelos de  contratos que se recogen en la enorme oferta de propuestas que sugiere el campo  semántico de la solidaridad, con acciones como: participar, apadrinar,  adherirse, unirse, ayudar, proteger, ofrecer, defender, fraternizar, donar,  amar,... así, por ejemplo, el contrato apadrinar se aplica indistintamente a:  un niño, un proyecto, un gato, un cura, un árbol, etc.; el contrato donar a:  sangre, órganos, células del cordón umbilical, el cuerpo para la ciencia,  medicinas, etc.; el contrato defender a: los derechos humanos, la salud, la  alegría, los derechos del niño, los pobres, etc.; el contrato proteger a: los  inocentes, los usuarios, nuestros hijos en facebook, etc. Con la crisis las  campañas publicitarias dirigidas a la captación de colaboradores, socios o  voluntarios no han conseguido aumentar su número, pero están sirviendo para  detener las bajas6. 
                                    Moviliza  grandes cantidades de recursos económicos. Lo hemos visto con la campaña  Pastillas contra el dolor ajeno7 de Médicos sin Fronteras lanzada en  noviembre de 2010 y que según Ana Pineda, Directora de Captación de Fondos, ha permitido  en tres meses captar tres millones de euros y que actualmente van por más de  tres millones y medio. 
                                    Utiliza  personajes famosos para apoyar las causas sociales, como fue el caso de Amaia  Montero que puso la voz del nuevo christma musical de Unicef8; otras  veces otras marcas comerciales, como fueron los casos de: 
  •  La Fundación FC. Barcelona y Unicef que pusieron en marcha, con motivo del día  mundial contra el sida, la iniciativa solidaria de sensibilizar sobre el sida infantil  en países en vías de desarrollo9. 
  •  Pikolín que presentó un decálogo contra los daños al descanso con dos  documentales de víctimas del ruido de Sevilla y Barcelona10. 
  •  Alain Afflelou que diseñó una estrategia social para vender más gafas basada en  adelantar las gafas a los parados por un tercio de su valor con la esperanza de  recuperar su valor al final de la crisis económica11. 
                                    Obtiene  notoriedad con niveles de excelencia creativa que se premia en los festivales de  publicidad que contemplan esta categoría con diferentes denominaciones: campañas  de servicios y campañas de bien público (FIAP), campañas de servicios públicos  sin ánimo de lucro (El Sol); campañas sociales de divulgación y de  administraciones públicas o campañas de responsabilidad (CdC). También existen  los Premios Sombra (Consume hasta morir) como un contra-certamen alternativo al  Festival El Sol para premiar las peores campañas sexistas, xenófobas o  insolidarias. El Green Effie Award para premiar a las mejores campañas verdes,  etc. 
                                    Las  agencias de publicidad dedican un departamento en exclusiva a esta labor, como  es el caso de la agencia Contrapunto con su departamento de Contrapunto Social.  Otras agencias publicitarias, que generalmente son las empresas publicitarias más  importantes del sector, prestan sus servicios de creatividad de forma  desinteresada y se encargan de la realización de las campañas publicitarias de  las ONG. así, por ejemplo JWT Delvico colabora con El Casal dels Infants en  Barcelona a través del proyecto “mi primer libro”, en apoyo a proyectos de  alfabetización e integración social en más de 20 países. La Despensa trata de  salvar una lengua en Camerún que solo hablan 8 personas en el mundo, etc. 
                                    Utiliza  los múltiples formatos de comunicación que aporta la web 2.0 a través de las  redes sociales. Las ONG blogean, twitean,..., tienen perfiles en las grandes  redes Facebook, Tuenti, YouTube, Twitter, etc., en mundos virtuales como Second  Life (Baños y González, 2011) porque les permiten entablar diálogos con sus  públicos, tal y como señala Beltrán (2007: 32): “Idealmente todas las  comunicaciones debieran ser horizontales”. 
                                    Aunque  las ONG utilizan fundamentalmente sus páginas web para darse a conocer y para  difundir sus proyectos y no aprovechan todos los beneficios de la interactividad  (Marí, 2007: 459-460), hemos observado que cada vez son más las organizaciones  que utilizan estrategias en la web 2.0 (Arroyo, Baños y Rodríguez, 2012: 6 y 7;  Méndiz, Victoria, Arroyo, 2013) porque éstas están tomando conciencia de que  los proyectos de desarrollo implican la participación de los públicos en las  movilizaciones masivas y éstas no pueden ocurrir si no hay comunicación (Beltrán,  2008: 36). Utilizan, entre otras: 
  •  Estrategias dirigidas para llamar la atención utilizando perfiles con titulares  impactantes: así, por ejemplo, Acción contra el Hambre, creó la página Señoras que  ven morir a sus hijos porque no tienen agua potable y consiguió 6.283 fans en  los primeros 20 días, cantidad que llegó a 9.025 personas. Otras, como Cambio  tesoros del Vaticano por comida para Africa, ¿te apuntas? ya llevan 2.674.352  personas. Más de un millón de usuarios han firmado la petición lanzada por la  Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación  (FAO); cuando comenzó la campaña en la web Médicos sin Fronteras no llegaba a  los 5.000 fans, ahora está en 174.593. Amnistía Internacional España empezó con  3.167 y ahora tiene 111.578.12 
  •  Estrategias de uso de mensajes concretos orientados a la acción Así, por  ejemplo, No solamente digas, firma esta petición y nosotros enviaremos cartas impresas  a estas persona en el congreso, etc.13 La Fundación Khanimambo ha lanzado  una aplicación en Facebook que circula por redes sociales que no pide ayuda,  sino que ayuda a todas aquellas personas en España que necesitan sonreír. Son  los niños de Praia Xai-xai en Mozambique quienes hacen donativos a las personas  españolas. Son donativos de felicidad para resolver problemas del primer mundo  como que no te abrochen los pantalones del verano pasado o que te pases el día  entero trabajando en la oficina.14 
  •  Estrategias de ciberactivismo y cibervoluntariado, por ejemplo, la campaña Barbie  cortamos, no salgo con chicas que desforestan. Ken.15 La comunidad  de Greenpeace España que creó una intranet exclusiva para sus más de 103.000 socios. 
  •  Estrategias de viralidad, creando flashmob. El vídeo Frozen Grand Central donde  200 personas se quedan congeladas en la Gran Central de Nueva York ha sido  visto por 28.489.458 de personas en YouTube (Caravantes, 2011: 163). 
  •  Estrategias centradas en dar la palabra a las víctimas de las causas sociales.  La experiencia del crowdsourcing, que consiste en que una multitud de  destinatarios comparte en tiempo real sus opiniones sobre un mismo tema de su  interés. Como ocurrió con el Proyecto Katine (subcomarca de Uganda) financiado  por el Barclays y difundido a través de los lectores que también aportaban  donaciones (Ford, 2011: 167-176). The Guardian se unió con dos ONG African  Medical and Research Foundation (AMREF) y Farm Africa (FARM) en un proyecto de desarrollo  en la región de Katine en Uganda para que los residentes publicaran fotos y  vídeos en The Guardian. Se activaron chats y blogs en directo para que las  personas de todo el mundo pudieran comunicarse con los habitantes de la Región  Ugandesa. A la vez que los redactores del periódico escribieron artículos periodísticos,  AMREF Y FARM publicaban sus informes en la primera página de The Guardian. 
                                    Utilizando  una estrategia similar consistente en dar la palabra a las víctimas de las  causas sociales, la agencia Altrafoma ha desarrollado la campaña de  sensibilización La universidad de la calle para la ONG Arrels Fundació, que  atiende a personas sin techo, basada en redes sociales16. Se creó el  perfil de Twiter @placido_mo a través del cual tres personas sin techo  atendidas por la fundación relataban su experiencia real, narrada en presente,  recordando el pasado que vivieron a miles de personas. El perfil sigue vivo  como plataforma de diálogo y debate. 
                                    Las ideas en el ámbito  de la biopolítica 
                                    Tomamos  aquí el concepto de biopolítica de acuerdo con Foucault (2009) y descrito por  Serrano (2011: 127) que la define como un poder sobre la naturaleza que queda  limitado solo por la jurisprudencia y muy particularmente por los mercados. 
                                    La  biopolítica en este sentido es la preocupación del Estado por los nuevos hábitos  de comportamiento de la población, desatendiendo, según algunos autores (Alvarado  y De Andrés, 2005; Gómez, 2005), parte de sus antiguas responsabilidades de  prestación de servicios que depositan en las ONG y desplazando sus  preocupaciones hacia los nuevos espacios de control biológico que, como señala  Serrano (2011: 145), van “desde la regulación de la venta de tabaco, incluyendo  el uso de todo tipos de drogas, pasando por otras infinitas normas que tienen  que ver con la higiene, la salud, los hábitos alimenticios, etc.” Y que forman  parte de la vida cotidiana y conforman los actuales modelos de virtudes  públicas que configuran la cultura light de culto a las dietas, al gimnasio y a  las causas ecológicas, con los denominados light green y greenies, sujetos  preocupados por llevar un estilo de vida dentro de los cánones ortodoxos de la  ecología. 
                                    Existe,  por tanto, una publicidad institucional que convierte al Estado en un anunciante  importante de este país, ideólogo que legitima un nuevo orden social preocupado  más por la gestión de los afectos de los ciudadanos, que por su bienestar social  y que fundamenta su acción de comunicación en recoger, dirigir y expresar sus  deseos en múltiples campañas que den satisfacción a su voluntad de  omnipotencia. Incluso en momentos de crisis como el actual en España, la  prioridad del plan de medios de la Administración General del Estado es  promocionar durante 2013 los hábitos saludables y de seguridad de la  ciudadanía, el apoyo a las nuevas tecnologías y el conocimiento de la  información sobre derechos y obligaciones legales de los ciudadanos respecto a  las instituciones públicas. 
                                    Los  recortes vuelven a predominar un año más en la Administración, y se reducirá la  inversión publicitaria en 2013 en un 6,5% respecto a 2012. Con este nuevo ajuste  se habrá reducido la inversión en publicidad institucional en un 87,7% respecto  al presupuesto del año 2007, anterior a la crisis. Y, a pesar de ello, se  llevarán a cabo 44 campañas de publicidad institucional focalizándose en 3 grandes  campañas con gastos superiores a 3 millones de euros sobre seguridad vial de la  Dirección General de Tráfico, Red.es y la proximidad de las Fuerzas Armadas,  reconocimiento y captación del Ministerio de Defensa17. 
                                    Pero  no sólo el Estado o los colectivos comprometidos intervienen en los temas sociales,  cuando se trata, por ejemplo, de la conservación del medio ambiente, también los  mercados lo hacen y para ello utilizan a los mass media creando una auténtica sensibilidad  verde que recorre el planeta. Esto se traduce en una presencia masiva de  campañas publicitarias centradas en la ecología y la economía sostenible. A este  fenómeno se le ha bautizado con el anglicismo de greenvertising que engloba a los  anunciantes, sus marcas y a los propios consumidores. Los anunciantes están muy  involucrados en la causa ecológica, pero como señala Pacheco (2010: 113): “cuando  comenzamos a profundizar e indagamos surgen dudas razonables acerca de la  veracidad del discurso verde”. Por eso frente a la marea verde del greenvertising  ha surgido la marea blanca del greenwashing y el culture jamming. La primera, para  denunciar la publicidad engañosa de aquellos anunciantes mentirosos que  pregonan un comportamiento respetuoso con el medio ambiente pero que sus  productos no lo son. La segunda, para instalarse en los medios de comunicación  produciendo mensajes críticos utilizando el mismo lenguaje publicitario,  creando con ello mensajes subversivos. Son los denominados mensajes  contra-publicitarios (Pacheco, 2010: 118-143). 
                                    Las ideas en el ámbito  de la neuroética 
                                    Las  modernas técnicas de neuroimagen constituyen hoy en día una nueva realidad. “Si el saber se equipara al poder no es tanto  porque la técnica sea ideología o instrumento de dominación. Su significado es  más radical: la técnica, la poiesis, es la realidad” (Serrano, 2011: 129).  La nueva realidad se denomina imágenes cerebrales, que desempeñan un papel  clave en el procesamiento de las emociones. Hay una nueva realidad que va desde  el lóbulo frontal hasta el sistema límbico que explica cómo controlar las  emociones y con ellas los juicios morales que tanta influencia ejercen sobre  nuestras cogniciones y nuestros pensamientos solidarios. 
                                    Cortina  (2011:65 y ss.) relaciona la cognición y la emoción con los juicios morales a  través de áreas cerebrales asociadas y determina que el cerebro toma decisiones  influido por las zonas asociadas con la emoción y la cognición moral que hace que  nos afecte emocionalmente la situación de la gente necesitada y cercana y que esto  no ocurra con las gentes que no conocemos. Habla del imperativo neuroético que  establece que “Amarás al cercano y rechazarás al lejano” y que lo ejemplifica con  los dilemas morales de Unger (1996), en el que se solicita una donación de  seiscientos euros para salvar a un niño que vive en un país muy lejano y que  morirá si no se le ayuda. Surge la paradoja de que teniendo moralmente que  ayudar, el cerebro, tal vez relajado por la distancia del conflicto, encuentra  argumentos para no colaborar, tales como: el dinero nunca llega a los  desfavorecidos, se lo apropian los gobernantes o las propias organizaciones,  etc., sin embargo si lo que se le solicita es atender a un hombre herido  cubierto de sangre y que se desangrará si no le lleva a un hospital, pero que  se salvará si le recoge y le traslada en su coche nuevo, la mayoría de la gente  encuentra razonable atenderle, aunque en el traslado le manche la tapicería del  coche y ésta le cueste seiscientos euros. 
                                    Si  el imperativo neuroético nos obliga a odiar estamos condenando el discurso de  los derechos humanos y la solidaridad. Surge por tanto la denominada paradoja del  altruismo que, aún estando motivados emocionalmente para amar al cercano, somos  capaces de preocuparnos desinteresadamente por los lejanos. Martín Requero (2010:  19) define la conducta altruista “como la que realiza una persona, que haciendo  uso de su libertad y ajena, por tanto, a todo tipo de presión, decide ofrecer sus  servicios con el fin concreto de ayudar a los demás de forma desinteresada”. Luego,  las conductas altruistas no se explican, como señala Cortina (2011: 121) “con  la ficción del hombre económico que trata de maximizar sus ganancias a toda costa;  pero tampoco se explican (…) con el altruismo genético que se expresa en la Regla  de Hamilton: “obra con los demás según la medida en que compartan tus genes”;  es preciso contar con la realidad de un hombre capaz de reciprocar. Para ello es  necesario cultivar y educar las emociones. Son muchos los ejemplos en los que las  ONG han asumido este compromiso, el proyecto más consolidado (Pacheco, 2010:  122) es Consume Hasta Morir desarrollado por Ecologistas en Acción que tratan de  promover un comportamiento crítico hacia el consumo y los medios de comunicación.  Pero son muchos más los que están entendiendo como dice Cortina (2011: 123) que  “el idioma moral de las diferentes  culturas, es mucho más acertado que intentar descubrir principios con contenido” 
                                    Los  principios que cada día se ponen y se quitan parecen levantar una montaña y  luego desaparecen sin dejar rastro. Solo desde el entendimiento y el respeto a  lo principios éticos que nos exigen límites para ser felices, podremos combinar  los dos principios fundamentales de la globalización, pluralidad y universalidad.  No podemos inventar para cada problema esos límites, se necesitan axiomas  vitales entendiendo que la ética es reflexiva y requiere un debate permanente. 
                                    Conclusiones 
                                    Como  corolario de la interpretación hermenéutica realizada, podemos considerar que  el valor de las causas sociales se incrementa con las aportaciones de las ideas  creativas y la estrategia de la publicidad social dirigida al cambio social. Y  que ésta, hoy en día, va dirigida al control de las emociones y de los  sentimientos. De manera que la publicidad social será más eficiente en tanto en  cuanto su creatividad sirva para transformar el odio en amor, trascendiendo a  la fatiga de la compasión y difunda los ideales de defensa de la dignidad  humana, que se manifiestan en el ámbito de la pluralidad a través de la defensa  de los derechos humanos y de la defensa del medio ambiente. 
                                    Las  metáforas que crea la Publicidad Social favorecen la toma de decisiones de sus  voluntarios, beneficiarios, donantes, etc. en la medida en que sus promesas  facilitan la elaboración de juicios morales que permiten discriminar lo bueno  de lo malo. 
                                    Por  tanto, los fines de la publicidad social difieren de los fines de la publicidad  comercial, ya que tiene por objeto favorecer la responsabilidad de las personas  en el ámbito de la solidaridad y hacer visibles las contradicciones de la nueva  ideología dominante. 
                                    Los  objetivos de la publicidad social favorecen el desarrollo de la inteligencia social  en la medida en que robustecen la pluralidad de ideas para ampliar los indicadores  de economía social colectiva. Por tanto, ayudan a definir los indicadores de felicidad  con propuesta que facilitan asumir límites a nivel individual. 
                                    La  comunicación en el ámbito del Marketing de las ideas o Marketing social para el  cambio social, ayudada por la creatividad, convierte las promesas en  compromisos ineludibles y se aprovecha de las aportaciones de la biopolítica y  la neuroética para transformar los valores tradicionales en nuevas  representaciones en el imaginario social. La biopolítica transforma los hábitos  de comportamiento de la población que forman parte de la vida cotidiana y  favorece la formación de los actuales modelos de virtudes públicas. La  neuroética corrobora la paradoja del altruismo que contrapone al imperativo neuroético. 
                                    Por  todo ello, es necesario cultivar y educar las emociones a través de objetivos de  sensibilización, difusión y educación a favor de las causas sociales porque  solo desde el conocimiento de los problemas y el respeto a los límites que  imponen los principios éticos, podremos alcanzar el fin último de la dignidad  humana, la felicidad. 
                                    Notas 
                                    1.  Este artículo es parte de una investigación I+D titulada “Desarrollo de un  Modelo de Eficacia de la Comunicación Persuasiva del Tercer Sector en las Redes  Sociales” (Número: CSO2009-11203. Entidad financiadora: Subdirección General de  Proyectos de Investigación. Ministerio de Ciencia e Innovación). 
                                    2.  La financiación de los proyectos AECID de 2012 por sectores y organizaciones  con mayor financiación se pueden consultar en Informe AECID ONGD 
                                    3.  Isaiah Berlin (1958), p. 1. 
                                    4.  Entendida la anábasis como afán de superación. 
                                    5.  El emprendimiento voluntario de cosas altas. 
                                    6.  Datos de la Consultora Estratégica Bain recogidos en el reportaje titulado “Las  ONG buscan socios fieles” de Carmen Sánchez-Silva publicado en El País de  16/10/2011. 
                                    7.  La presentación de la campaña se puede ver en youtube 
                                    8.  La audición se puede escuchar en youtube 
                                    9.  El spot de la campaña se puede visualizar en youtube 
                                    10.  Presentación de la campaña en youtube 
                                    11.  Campaña de Alain Affleou, de la mano con los parados youtube. 
                                    12.  Todos los datos de las ONG han sido consultados el 14/04/2012 en Facebook. 
                                    13.  yankana facebook/ 
                                    14.  Noticia publicada en la p.24 de la revista El publicista nº 253 del 1-15/11/  2011. 
                                    15.  Noticia publicada en la página web greenpeace 
                                    16.  Noticia publicada en la p. 22 de la revista El publicista nº 253 del  1-15/11/2011. 
                                    17.  Todos estos datos han sido tomados del Plan de Publicidad y Comunicación  Institucional 2013, que puede consultarse en “El anunciante publico agoniza”.  Informe Publicidad institucional (1-15 marzo, 2013). El Publicista, 280,  pp.22-24. 
                                    Referencias  bibliográficas 
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