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Estas demasiado gordo! No puedes comer aquí

¿Es una ayuda o es discriminación? Este Estado quiere prohibir a los restaurantes que sirvan a los clientes obesos. ¿Pero cómo se conducirán para ello?

Algunas medidas rozan la discriminación.

A falta de iniciativas más imaginativas, la solución a los problemas de peso es legislar para prohibir comer fuera. Esa es la visión de tres miembros de la Cámara de Representantes del Estado de Misisipi que proponen impedir que los restaurantes sirvan comida a la gente que padece obesidad.

¿Cómo? Con un proyecto de ley que permitiría a los inspectores de sanidad retirar la licencia a los locales que ofrezcan de forma reiterada comida a clientes con sobrepeso extremo.

Como era de esperar, la medida ha levantado polvareda, pero los tres políticos implicados han escurrido el bulto cuando los medios americanos les han pedido explicaciones.

La idea era "llamar la atención", declaró el republicano Ted Mayhall. "Nadie hace nada. Simplemente continúan yendo a los bufés a comer. Y, a veces, hay que ir un poco hacia los extremos para que se inicie el diálogo", explicó.

Otro de los promotores de la propuesta, el también republicano John Reed, farmacéutico de formación, confesó que no pensaba que su plan fuera a convertirse en proyecto de ley. De hecho, él mismo no saldría muy bien parado si se aprobara ya que mide 1,80m y pesa más de 100 kg.

Como el 30% de los adultos de Misisipi, el Estado más "gordo" de Norteamérica, según un estudio realizado en 2007 por the Trust for America"s Health.

La cuestión, como decía Mayhall, era hacer ruido. Y lo han conseguido. El presidente del comité de salud pública del Estado, el demócrata Steve Holland, aseguró a la agencia Associated Press que va a "triturar" la propuesta. Tal cual.

Por su parte, Joseph Nadglowski, presidente de la Coalición de Acción contra la Obesidad, declaró a la CBS que todo es "un montaje publicitario". "No vamos a ayudar a los afectados por esta enfermedad discriminándolos", sentenció. Read se apresuró a replicar que no se trata de discriminar a nadie sino de "hacer pensar a la gente".

A su vez, Justin Wilson, del Centro para la Libertad del Consumidor, aseguró en la Fox que "tal vez sería mejor que el Estado ayudara a la gente a quemar calorías en lugar de convertir el comer fuera en un pecado capital".

Nadie cree que el proyecto de ley vaya a prosperar. Pero ilustra el nivel de preocupación que supone un problema que le cuesta al sistema de salud de Misisipi 220 millones de dólares (más de 150 millones de euros) cada año.

La Vanguardia


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