A pesar de ser un médico familiar y saber las cosas, era un comedor compulsivo fuera de control hasta cuatro días después de mi cumpleaños 33. Tenía 60 libras de sobrepeso. Había tratado el ejercicio y los clubes de dieta comerciales durante años, encontrando el ejercicio más efectivo, pero el peso siempre regresaba. Para cuando busqué Comedores Compulsivos Anónimos en internet, me había diagnosticado como una adicta a la comida.
No sabía cómo sería un programa de Doce Pasos. De camino a mi primera reunión salí de casa llenándome de una triple dosis de comida que ya no consumo. Aunque no sabía lo que encontraría en CCA, sabía que era para mí, una persona en proceso de admitir que era impotente ante la comida y que mi vida se había vuelto ingobernable.
Mostraba señales físicas de la enfermedad aunque no estaba terriblemente obesa. Me habían quitado la vesícula a la edad de 29 y tenía dificultad para respirar y dormir. Mis doctores me diagnosticaron depresión grave.
Era ama de casa, pero ahora veo esa elección como un deseo de estar con mi droga, la comida. Mi autoestima era baja, y no me sentía con ánimos de trabajar como doctor, a pesar de que me fue bien en mi entrenamiento.
Despertaba cada mañana odiando la vida, incapaz de comprender la palabra serenidad. CCA es un milagro porque ahora amo la vida, a la gente y a mí misma y me siento en paz la mayor parte del tiempo. Me mudé a una casa nueva en un barrio Nuevo, hice muchos amigos dentro y fuera de CCA y perdí 60 libras. Mi esposo y yo acabamos de abrir un consultorio juntos.
Creo que CCA trabajó para mí porque el programa trata a la comida como una adicción, o al menos como una compulsión. Soy como un alcohólico. Siempre tendré un deseo anormal de comer. La única forma en que me puedo recuperar es a través de una experiencia espiritual y debo seguir regresando a CCA y hacer las cosas que me llevaron a perder mi peso. Uso todas las herramientas de CCA: reuniones, apadrinamiento, servicio, escritura, literatura, el teléfono y un plan de comida. El plan de comida es solo parte de nuestro programa; sin los Doce Pasos creo que no habría logrado mi maravillosa recuperación de comer compulsivamente. La mayoría del tiempo no lucho contra los antojos. ¡Ya no los tengo!
Si usted es un profesional y trabaja con personas que todavía están luchando con la comida, por favor refiéralos a CCA. Creo que la gente puede ser adicta a la comida. Si alguien trata de perder peso y no puede lograrlo sola, esa persona puede ser un comedor compulsivo. Yo solía entrar a las cafeterías pensando: “solo pediré un café, solo pediré un café.” Mientras me acercaba al mostrador, mi compulsión tomaba el control: “Hola, voy a querer unas galletas cubiertas de chocolate.” Nunca olvidaré la noche antes de ir a una reunión de CCA cuando solo ordené café. Nunca hubiera podido hacerlo yo sola. Un poder más grande que yo me ayudó.
Soy una mejor persona ahora. Mis relaciones con los demás son mejores. Antes de CCA yo era pesimista. ¡Ahora la gente me describe como un optimista! Solía sentirme feliz cuando algo bueno pasaba, y deprimida cuando algo malo pasaba; era como una montaña rusa. Ahora ando mas, me preocupo menos y tengo más paz.
Encuentro gran gozo al compartir mi experiencia en CCA con cualquiera que pregunte, incluidos mis pacientes. A menudo les muestro una foto de mí cuando era obesa para que no piensen que una doctora flaca que no sabe nada de sus luchas con la comida les está diciendo cómo perder peso.
Mis pacientes obesos están dentro de dos categorías. Los del primer grupo están en la negación y no han hecho su primer Paso. Intentan convencerme de que es un misterio el porqué están obesos, como si el aire tuviera calorías. “Realmente no como mucho,” insisten.
Los pacientes en el segundo grupo admiten que se sienten como alcohólicos con la comida y que no pueden detenerse. Ayer, un paciente me dijo que sabía que si se hiciera “la operación”, ganaría todo el peso de nuevo. Es al segundo grupo al que refiero a CCA. Para aquéllos que están listos, CCA está listo para darles la bienvenida. Yo sé que hay miembros de CCA que han sido capaces de quitarse todos sus medicamentos para la diabetes, el colesterol alto y la hipertensión.
Estoy agradecida de trabajar en una profesión donde veo pacientes y pacientes cuya obesidad es causada directamente por problemas de salud múltiples. Estos pacientes me ayudaron a salir de la negación y a entrar a CCA, donde mi vida cambió drásticamente para mejorar. Por hoy, al menos, no tengo problemas de salud y no los veo en mi futuro.
— Anónimo
Querido Doctor
Le escribo para decirle cómo ha cambiado mi vida desde que lo vi por última vez. En esa época yo pesaba 218 libras, me sentía miserable y me veía terrible. Algo tenía qué cambiar, así que entré a Comedores Compulsivos Anónimos. Cuando fui a mi primera reunión, pensé, “Aquí voy de nuevo; otro programa de dietas.”
¡Qué equivocada estaba! CCA es un programa de Doce Pasos basado en los principios de Alcohólicos Anónimos. CCA tiene su propia literatura y también usa el Libro Grande de AA (Alcohólicos Anónimos). Para ayudarles en su recuperación, los miembros de CCA eligen a otros miembros como padrinos. CCA no tiene un plan de dietas, sino que los miembros determinan planes de comida apropiados consultando con sus médicos, nutricionistas y el folleto de CCA Libertad de Elegir, que contiene muestras de planes de comida.
CCA es un programa de tres facetas, enfatiza la recuperación física, emocional y espiritual. Los miembros determinan por sí mismos porqué comen compulsivamente y cómo pueden entregar sus vidas con la ayuda de un padrino.
He estado trabajando los Pasos todos los días. Ahora me doy cuenta de las cosas que he hecho mal durante toda mi vida y busco la guía para corregirlas. Desde que entré a CCA no he tenido problemas con la comida. Ya no es lo más importante en mi vida y he perdido más de 23 libras. Como me siento mejor respecto a mí misma, he sido capaz de disminuir mis medicamentos. Algunos días me siento un poco deprimida, pero ya no padezco de depresión severa y ansiedad. Estoy aprendiendo a lidiar con la vida un día a la vez. Usted tenía razón cuando le dijo a mi esposo que yo era mi peor enemiga. Ahora puedo verlo, gracias a CCA.
Recomiendo este programa a aquéllos que tienen un problema de peso o que solo quieren fortalecer sus vidas. Espero que le de esta información a sus pacientes cuando busquen ayuda con la comida compulsiva.
— Miembro de CCA, Ocala, Florida.
Muchas organizaciones e instituciones profesionales trabajan con miembros de CCA. CCA no está en competencia con la comunidad profesional. Por el contrario, muchos miembros consideran a CCA como un complemento de los servicios profesionales que reciben.
En parte CCA funciona porque ofrece un sistema de apoyo permanente para sus miembros y los anima a ayudarse unos a otros, debilitando así su aislamiento y soledad. Los miembros de CCA proveen apoyo a través de compartir su experiencia, fortaleza y esperanza mutuas. CCA declara que no es un programa experto en medicina, nutrición o psicología. Sugiere que los miembros interesados busquen ayuda con profesionales calificados si necesitan ayuda en esas áreas.
Complementando a la Comunidad Profesional con Comedores Compulsivos Anónimos
Soy una enfermera colegiada que visita gente en sus casas para darles tratamientos prescritos. También soy miembro de Comedores Compulsivos Anónimos. Llegué a CCA hace más de dos años y durante ese tiempo he aprendido que entre mis pacientes hay una gran necesidad del programa de CCA.
Les llevo el mensaje de CCA a mis pacientes como una segunda opinión profesional. Amo el programa de CCA y comparto la historia de mi recuperación con otros. Sin embargo he descubierto que decirles a mis pacientes que soy miembro de CCA no ayuda en mi trabajo. Uno de los problemas de llevar esto a nivel personal es que los pacientes se pueden sentir obligados a explicar porqué no han ido a una reunión de CCA. Ahora simplemente les doy la información para comunicarse con CCA, junto con una historia testimonial que he oído de otro miembro. Esta es mi solución libre de culpas.
— Anónimo
He asistido reuniones de CCA por un año. He leído que las reuniones de CCA son una práctica para el mundo real. ¡Qué verdad! Por cuatro años he estado en psicoterapia lidiando con los límites para relacionarme. Durante el año pasado, CCA logró ayudarme más a establecer límites más sanos que tres años de terapia hablando del tema.
Mi psicóloga sugirió que asistiera a una reunión de CCA. Ella cree en la conexión entre la mente y la salud física. Gracias a Dios que la escuché. Mi crecimiento ha sido fenomenal y he cambiado drásticamente en un corto periodo.
Gracias a las reuniones, siento que voy por el camino correcto. Vi a mi nutricionista hace un mes, cuando finalmente me comprometí a hacer más ejercicio y a seguir un plan de comidas saludable. Mis profesionales en la salud dicen que he crecido emocionalmente.
Mi actitud hacia la familia se ha vuelto más saludable y más madura. Estoy dedicada a amarme a mí misma y a mantener mis límites. Vivir como una persona sana con gente que me ama, acepta y entiende incondicionalmente es raro y hermoso.
Gracias a Dios que llegué a CCA y gracias a Dios por todos los miembros de CCA que me ayudaron.
— G.K., Northbrook, Illinois
Oficina de Servicios Mundiales (WSO) de Comedores Compulsivos Anónimos
2006 Overeaters Anonymous. |