La prevalencia de los trastornos del comportamiento alimentario en nuestra sociedad, así como la grave incidencia de los problemas nutricionales en los países del tercer mundo exigen un abordaje integral y global que permita minimizar el impacto de estos factores en la salud de la población, tanto en el ámbito nacional, como en el mundial. Expertos reunidos en la mesa redonda “problemas nutricionales y trastornos del comportamiento alimentario” el pasado fin de semana, en el marco de las jornadas organizadas por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid con motivo del 25 aniversario de su Vocalía de Alimentación expusieron las principales líneas de actuación que se están llevando a cabo en la actualidad. La clausura corrió a cargo de José Mataix, catedrático de Fisiología y director del Instituto de Nutrición de la Universidad de Granada, con una conferencia magistral sobre los “principales cambios que ocurrirán en la alimentación en los próximos 25 años: Nutrición e hidratación”.
Basilio Moreno, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) expuso los nuevos aspectos de la obesidad que en los últimos años ha pasado de ser un problema meramente estético, la “gordura”, a ser considerado como un problema de salud pública. La prevalencia de la obesidad y el continuo crecimiento de la misma, sobre todo en los niños; la relación establecida científicamente entre obesidad y riesgo cardiometabólico; y las causas que la provocan: elevado aporte de energía (alimentación pobre en frutas, verduras y cereales; y rica en carnes, embutidos o bebidas carbonatadas, entre otras); explican un nuevo enfoque de la obesidad como una enfermedad crónica (no transitoria), que se puede controlar (no curar), con unas normas alimentarias adecuadas (no dietas), una actividad física constante (no gimnasia), y un tratamiento farmacológico personalizado y supervisado por profesionales de la salud (no píldoras adelgazantes).
En relación con el uso de plantas medicinales para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, Teresa Ortega, doctora en farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y profesora titular del Departamento de Farmacología de la Facultad de Farmacia de esta Universidad, advirtió de que “no existen productos milagrosos, no todas las plantas consiguen reducir el sobrepeso o la obesidad ni son de aplicación a cualquier individuo”, por lo que es necesario contar con la recomendación de un profesional, que “siempre ha de ser en la medida de lo posible individualizada y, por supuesto, acompañada de otras medidas correctoras de conductas inadecuadas”. En este sentido Ortega resaltó una nueva faceta del farmacéutico, como “artista” de los diferentes tipos de preparados de plantas medicinales según el tipo y las causas del sobrepeso; el farmacéutico los conoce y está capacitado para asesorar y recomendar al ciudadano sobre los mismos.
Por su parte, Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital Universitario La Paz de Madrid, ofreció una visión actual de los principales trastornos del comportamiento alimentario (TCA). La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, respectivamente con una prevalencia del 0,5 al 1% de la población y del 2 al 5%, constituyen hoy en día la alteración psiquiátrica más frecuente en mujeres jóvenes. La rehabilitación nutricional con normalización del peso y composición corporal es un objetivo prioritario para la recuperación, atención que se puede realizar desde la consulta externa, régimen de hospital de día u hospitalización. La nutrición artificial, según apunta Gómez Candela, sólo debe considerarse cuando el paciente es incapaz de cooperar con la ingesta oral, su situación física es inestable o no hay progresión ponderal.
De los aspectos psicológicos de los trastornos de la conducta alimentaria habló Luisa María Mackey, psicóloga psicoterapeuta, licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, que situó la base del conflicto psicológico en los TCA en un déficit de construcción de la identidad: “no hay una buena base para la autoestima la persona no logra estar a gusto consigo misma, y llega a tener conflictos de identidad que dificultan la distinción entre el propio deseo y el deseo de los otros y la confusión entre ser y tener”. Ante este conflicto vital, las personas con TCA se aferran a una serie de conductas y síntomas; las más destacadas en la anorexia son el rechazo a la comida y al mismo tiempo pánico al peso corporal; mientras que en la bulimia, son la presencia de impulsos irrefrenables por comer y al mismo tiempo preocupación por el peso corporal. De aquí la importancia de respetar esta expresión y de trabajar en la superación de las causas psicológicas de fondo que condicionan en última instancia el surgimiento y desarrollo de estos trastornos.
Por último, Esperanza Torija Isasa, doctora en Farmacia y técnico Bromatólogo, catedrática de Nutrición y Bromatología del área de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, se refirió a los problemas de alimentación y nutrición en los países del tercer mundo. Torija recordó que seis millones de niños menores de cinco años mueren cada año, muchos de ellos como consecuencia de hambre crónica y malnutrición, debido a la falta de una ingestión suficiente de alimentos y nutrientes esenciales; atribuyó este problema a la “heterogeneidad de la distribución” de alimentos, y focalizó la solución en una buena educación sobre obtención de alimento y nutrición, y en la eliminación de la pobreza y el hambre.
Para los próximos 25 años, el profesor José Mataix pronosticó la incorporación de los compuestos de nutrientes al panorama de la investigación de la alimentación para la salud; y la consolidación de los alimentos funcionales (aquellos cuyo valor nutritivo ha sido modificado) como nuevos alimentos, aunque subsidiarios a los alimentos básicos. Asimismo, alabó los las ventajas nutricionales de los alimentos transgénicos, y proyectó su esperanza en la creación de un nuevo tipo de alimentos, los “termogénicos”, capaces de actuar sobre las células aportando calor en vez de energía, lo que “nos mantendría delgados”. La alimentación saludable debe ir acompañada de una buena y constante hidratación, para lo que, tenemos que beber siempre antes de que sintamos el deseo de hacerlo, concluyó Mataix.
Fuente: Asociación Nacional de Desórdenes Alimentarios