Los habitantes de cada país han  enfrentado graves problemas en su desarrollo cultural, económico, político y  entre otros, espiritual, la mayoría de ellos para el logro de sus fines se ha  enfrentado a guerras y grandes luchas.
                                      Hoy en día, mucha gente sigue  peleando por un nivel de vida mejor, y lo hacen a costa de lo que sea para  alcanzar sus objetivos, por ejemplo: 
                                        - Para obtener el oro negro  (petróleo), destruyen y arrasan con naciones enteras.
                                        - Otros pelean por territorios,  como en el Medio Oriente, palestinos e israelitas, se han matado entre sí por  un pedazo de tierra.
                                      - Los que tienen, pelean y matan  por tener más y viceversa.
                                        Existen más ejemplos, pero estos,  son una muestra de que existe una riña interminable.
                                        Hablar de los grandes problemas  del siglo XXI implica abarcar muchos terrenos en la vida del ser humano, en  este caso, se puede decir que vivir es una continua lucha en diferentes formas  y con diferentes adversarios, sin embargo en la actualidad mucha gente en el  siglo XXI no pelea contra enemigos sino en contra de sus mismos familiares.
                                      Adicciones
                                      Una lucha que se está extendiendo  en gran parte del mundo es la que se libra en contra de las adicciones en el  ser humano, mismas que afectan hoy en día a muchísima gente no respetando nivel  social ni creencia.
                                      Este problema comienza en la  familia por diversas causas, como la curiosidad, los estados emocionales  variables, etc., cuando esto llega a suceder y alguien de la familia empieza a  probar drogas no importando el tipo de fármaco ni el nivel social, con el paso  del tiempo se vuelve una necesidad y se recurren a cualquier tipo de  estupefaciente que por desgracia se consigue en cualquier parte con mucha  facilidad.
                                      Muchas veces, la familia no detecta  este problema inmediatamente, sino hasta pasados unos meses cuando la persona  que consume drogas comienza a mostrar alteraciones en la conducta como: sueño,  irritación, desesperación, angustia, ansiedad, etc. Este es el comienzo de los  problemas porque pasado un tiempo se empieza una verdadera lucha personal y una  guerra en la familia.
                                      En muchos casos, el esposo es el  que se droga e inicia un verdadero calvario para su cónyuge, por las reacciones  que presenta al ser presa de una adicción, se manifiesta en un principio en  forma verbal, posteriormente en lo laboral (faltas continuas), carencias  económicas y por consiguiente en el desequilibrio familiar.
                                      Consecuencias
                                      Niños, adolescentes y jóvenes son  afectados por estos problemas de adicciones; en muchas ocasiones por la falta  de dinero, dejan de asistir a la escuela truncando su futuro educativo.
                                        El problema no para ahí, la  persona afectada por la adicción cuando no tiene dinero, comienza a buscar la  manera de solventar su vicio, recurren a la venta de sus pertenencias o las de  sus familiares (muebles, joyas, aparatos, ropa, etc.), y terminan con todo lo  que se tiene.
                                      Día con día el problema en la  familia se agudiza cuando la persona adicta comienza a entrar en crisis por la  falta de la droga, viéndose a veces sumamente grave; en ocasiones, la familia  se ve casi obligada a contribuir con su adicción para el temporal alivio de la  persona en cuestión.
                                      Una grave consecuencia ante este  problema (de adicciones) es la desintegración familiar, si lo analizamos en el  ámbito de la pareja da como resultado el divorcio, donde cualquiera de las  partes (padre ó madre), decide separarse por la drogadicción, esto lleva al  descuido de los hijos, los cuales quedan solos o son encargados a familiares o  vecinos que no tienen la capacidad ni la autoridad suficiente para darles una  buena educación.
                                        Los niños y jóvenes bajo estas  condiciones se hallan sin control, en sus entornos de desarrollo y convivencia  existen personas que viven una situación similar en sus hogares y buscan refugiarse  en las drogas para buscar una salida fácil o alivio a su hábitat familiar.
                                      El tiempo y la confianza entre  estas personas, juegan un papel importante para el incremento de jóvenes  adictos, ya que una vez que han convivido y ven la similitud de sus vidas, el  siguiente paso es el mal consejo, posteriormente la experimentación con la  bebida y después con las drogas, para escapar de sus problemas.
                                      Sin embargo el problema se vuelve  mayor, porque ahora ya no es solo el padre o la madre, sino el o los hijos, y  eso no es todo... el problema económico se vuelve peor para toda la familia,  más aún, se pone en peligro la integridad moral de los hijos al no tener dinero  para comprar lo que consumen viéndose obligados a robar y delinquir, lo que nos  da un problema más... la delincuencia juvenil.
                                      ¿Qué es la delincuencia juvenil?
                                      Es el quebrantamiento de leyes y  normas jurídicas, por actos de niños o jóvenes con una conducta antisocial que  interfiere con los derechos de otros.
                                      En nuestros días millones de  niños, adolescentes y jóvenes están viviendo en hogares donde sufren la  ausencia de uno o ambos padres, el resultado de esto es reflejado en su  conducta rebelde, desconfiada e incierta.
                                      Por lo tanto estos jovencitos  viven en la desolación y en la desorganización familiar; es obvio que no hay  quién se encargue de inculcar valores éticos, morales y espirituales, mismos  que los harían personas maduras y concientes.
                                      Muchos delincuentes juveniles no  son malos porque les guste la maldad sino que se volvieron así accidentalmente.  Los orígenes de la delincuencia se derivan de muchas causas, como las que han  sido expuestas con anterioridad (ambiente del hogar, padres separados, mala  influencia de amigos, etc.), la delincuencia juvenil no sólo se ve en personas  de escasos recursos, también alcanza a personas que tienen una posición  económica desahogada. ¿Qué provoca que se conviertan en delincuentes? En muchas  ocasiones se cae en esto porque sufren un fracaso, reciben una mala  orientación, sufren descuido o simplemente se relacionaron con malas personas y  éstas aprovechan su inocencia y los hacen caer en la drogadicción.
                                      En otros casos los jóvenes se  unen a pandillas para mostrarse a sí mismos o a sus congéneres, que son capaces  de llevar a cabo actos importantes y que son dignos de publicidad. El alcohol y  los narcóticos son el escape para calmar sus temores y traumas una vez que han  actuado de manera criminal.
                                      El alcohol también es una droga y  causa los mismos efectos que cualquier otro estupefaciente, solo que éste es  más "legal" y accesible en comparación con otro tipo de drogas, pues  su elevado costo hace que únicamente cierto tipo de personas tengan acceso a  estas sustancias.
                                      Hemos visto que la mayoría de  estos problemas se originan en la familia, la cual sin querer perjudicar a sus  hijos, ha sido la causa para que sean delincuentes y por lo tanto un peligro  para la sociedad.   Antes de acusarlos y señalarlos, la sociedad debe conocer qué  fue lo que motivó a estas personas a ser delincuentes; conviene investigarlos,  brindarles la ayuda y el afecto que necesitan.
                                      Todos ellos deben saber que sus  padres los aman, desean lo mejor para ellos, y que tienen un lugar en la  sociedad por su alto valor como seres humanos, y la oportunidad de  rehabilitarse.
                                      Soy el Director del Centro Integral  Familiar Huixquilucan, A.C., tuve el problema que padecen estos niños y  jóvenes, por lo tanto, sé que hay solución para estos problemas que tanto  afectan a la familia y a la sociedad.
  "Mente nueva, gente nueva  para México"
                                      Fuente: Nueva Epoca 4-4