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Nuevos tiempos, nuevas adicciones

Adicción a Internet, al móvil, a las compras compulsivas, etc; las nuevas tecnologías y la sociedad que las acoge son un serio peligro para aquellas personas que sufren algún trastorno de la conducta o problema psicológico, ya que su relación con estos elementos puede convertirse en una obsesión patológica.

Adicción a Internet, a las líneas 806, a los móviles, a la compra compulsiva... se unen a la tradicional ludopatía. Las nuevas tecnologías, especialmente aquellas que facilitan las relaciones personales sin la necesidad de una presencia física, como Internet o el teléfono, están provocando la aparición de nuevas adicciones psicológicas.

Las adicciones psicológicas son aquellas conductas inicialmente placenteras que terminan siendo adictivas por el alivio del malestar que producen. El adicto desarrolla una fuerte dependencia psicológica hacia ellas, actuando de forma compulsiva y perdiendo interés por otras actividades que anteriormente habían sido gratificantes, sin ser capaz de controlarse a pesar de las consecuencias negativas que generan. Por tanto, el problema de las adicciones psicológicas no es tanto la conducta en sí misma, sino el tipo de relación que la persona establece con esa conducta.

Las adicciones del siglo XXI

Las nuevas tecnologías han favorecido la aparición en los últimos años de nuevas adicciones psicológicas como la adicción a Internet, a los móviles, las líneas 806, los videojuegos, etc. Unas adicciones que se unen a las ya tradicionales: ludopatía, adicción al sexo, compra compulsiva, adicción afectiva y adicción al trabajo.

Como ya se ha explicado todas ellas comparten unas características comunes, lo único que parece variar es a lo que se hacen adictos.

El adicto a Internet puede pasar horas y horas ante el ordenador abandonando no sólo actividades de ocio sino también, y lo que es más importante, descuidando aspectos esenciales de su vida diaria. Respecto a la adicción a Internet habría que distinguir según los contenidos a los que cada persona se hace adicto, es decir, analizar si se trata de chats, videojuegos, páginas eróticas, etc.

El adicto a móviles, líneas eróticas, los 806 o las party-lines por ejemplo dedica todo el tiempo que puede a llamar a estos números, desde casa o desde el trabajo. Suelen ser personas que tienen problemas para establecer relaciones personales 'cara a cara' y recurren a estos métodos para socializarse.

La ludopatía o adicción al juego es una de las más conocidas y de las más frecuentes en la consulta. El elemento más característico de esta adicción es la repercusión económica que puede tener para el entorno familiar del jugador. Dentro de la ludopatía es diferente el adicto a las máquinas tragamonedas del adicto a los casinos ya que los límites están muy bien definidos en función del nivel adquisitivo de cada uno de ellos. Así un adicto a las tragamonedas nunca entrará en un casino y viceversa.

La compra compulsiva no es una adicción muy conocida pero al igual que la ludopatía, lleva a quien la padece a gastar grandes sumas de dinero en ropa, electrodomésticos, relojes, coches, etc. La intención de estas personas es aparentar un nivel de vida que no es el suyo y que está muy por encima de sus posibilidades.

La adicción al sexo es una de las que peores consecuencias puede tener para la salud de quien la sufre ya que la necesidad de mantener relaciones sexuales en cualquier lugar y a cualquier hora a veces les puede llevar a enfermedades de trasmisión sexual.

El adicto al trabajo, al contrario que todas la adicciones anteriores, es el único que obtiene un beneficio económico de su adicción. Se trata de profesionales liberales que suelen tener problemas familiares y se refugian en el trabajo para no afrontarlos. Llegan a trabajar sábados, domingos, festivos con tal de evitar la vuelta a casa.

La adicción afectiva es una dependencia emocional desmedida hacia la pareja. Muchas personas lo pueden confundir con 'exceso de amor' o con celos, pero en realidad se podría definir como una obsesión por la otra persona. Esta dependencia emocional es, en algunos casos, tan grande que hace que mujeres maltratadas sean incapaces de romper sus relaciones.

Cómo se desarrolla una adicción

Existe un mismo ciclo adictivo para cualquier tipo de adicción. Al principio las conductas adictivas son un reforzador positivo, la persona empieza a realizarlas ya sea porque le gusta o le apetece, pero con el tiempo llegan a convertirse en una obsesión y el individuo necesita realizar esas conductas para aliviar un malestar. Y es entonces cuando ya se ha convertido en reforzador positivo que no puede evitar y que se siente obligado a realizar de forma irracional.

Las adicciones psicológicas tardan bastante tiempo en convertirse en lo que se denomina adicción. Se puede hablar incluso de años desde que la persona empieza a establecer una conducta poco apropiada hasta que llega a estar 'enganchada'.

Las adicciones psicológicas

En general todas las adicciones psicológicas o sin sustancia tienen cuatro de factores en común:
- que llega a convertirse en una obsesión para la persona
- enseguida aparecen las consecuencias negativas en todas la áreas de la vida de la persona ya sea nivel personal, social, familiar, laboral, etc.
- durante mucho tiempo hay una negación muy fuerte, la persona minimiza el problema o lo niega directamente
- hay una falta de control de la situación.

Obviamente no se puede decir que todos los adictos son iguales, pero sí que hay factores comunes que se han encontrado, por ejemplo a nivel de personalidad. Normalmente, se trata de personas que tienden a ser más depresivas, a tener más ansiedad, que tienen baja autoestima, que no saben como afrontar los problemas que conlleva la vida cotidiana, son más inmaduros, etc.

Cómo repercuten
Las adicciones psicológicas conllevan una serie de alteraciones o trastornos personales que van desde los pensamientos distorsionados, el estrés, el malestar físico general hasta los cambios de humor, la irritabilidad, la vergüenza o la ansiedad.

En el plano familiar el adicto llega a desatender asuntos importantes de la vida diaria, hay falta de comunicación y las relaciones sexuales con la pareja también se ven alteradas. Con los amigos disminuye la comunicación, la frecuencia en las actividades de ocio y, a menudo, se pierden las amistades. En el trabajo, lo más frecuente es el bajo rendimiento, la desmotivación y el absentismo.

Además de los problemas económicos, muy frecuentes en casi todas las adicciones, algunas de las adicciones psicológicas pueden desembocar en otros trastornos o enfermedades como la depresión, el Sida (adicción al sexo) o los problemas cardiovasculares, entre otras.

Tratamiento

El tratamiento ideal para una adicción psicológica sería una combinación de las terapias grupales con la atención psicológica individualizada.
El papel de la familia es muy importante y por ello, la mayoría de gabinetes psicológicos ofrecen sesiones de terapias en grupo también a los familiares ya que son quienes deben compartir el día a día con el adicto.
Cuando se trabaja con un adicto no se puede limitar la terapia exclusivamente a la adicción, sino que hay que descubrir qué se esconde detrás de esa adicción, las causas que han llevado a esa persona a caer en esa conducta adictiva. Depresión, ansiedad, problemas familiares o de pareja o miedo a las relaciones interpersonales suelen ser las causas más frecuentes.

Fuente: Terra