Córdoba. 22-10-2006
Para ser un adicto ya no es necesario «engancharse» a la cocaína ni a los «canutos». Esta sociedad de la información en la que nos tienen inmersos las nuevas tecnologías tiene un lastre que ha dado como resultado una nueva dependencia: la «socioadicción», o lo que es lo mismo, el estado de dependencia a algunos hábitos, tan cotidianos como usar el móvil, navegar por la red, «vivir» en el trabajo o comprar compulsivamente. Cuando éstos se convierten en una necesidad, dejan de ser meros actos de consumo, para convertirse en adicciones que nos generan dependencia de ellos.
Aumento de socioadictos
En las Jornadas de Sensibilización y Concienciación sobre las Nuevas Adicciones en Andalucía, que organizó ayer la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía (CAVA), el psicólogo Manuel Luna analizó esta nueva patología social que, «aunque no está diagnosticada como trastorno, los pacientes tienen síntomas y tratamientos iguales a los de cualquier tipo de adicto a una sustancia».
Además, el psicólogo añadió que «en las unidades de adicción de los centros de salud están disminuyendo los heroinómanos y se está observando un progresivo aumento de las personas que dependen de estas nuevas adicciones sociales».
Todas estas socioadicciones tienen una primera fase en la que el uso o consumo de la actividad comienza gradualmente, hasta convertirse en el centro de la vida del usuario que, «roba si hace falta», en el caso de las compras compulsivas.
El sexo, la narcisista actividad llamada «vigorexia» (adicción a prácticas deportivas para tener un «cuerpo danone»), los videojuegos, el móvil o incluso trabajar en la oficina pueden provocar síndrome de abstinencia, con sus correspondientes alteraciones fisiológicas como irritabilidad y ansiedad, si se convierten el en centro de la vida de sus consumidores que «incluso abandonan las relaciones interpersonales».
El perfil de adicto a la red, es la mujer de unos 30 años que comienza a usar internet para combatir su soledad y acaba viviendo pegada al teclado, privándose de horas de sueño y aparcando las salidas con sus amigos.
ABC