Argumentos de Fondo / Afectividad
Imprimir

Educar la afectividad mediante la experiencia estética. Percepciones e indicaciones a la luz de los planteamientos pedagógicos de Tomás Morales y Alfonso López Quintás
Cárdenas Ruiz, Angélica Milena

Resumen
La investigación caracteriza las percepciones de jóvenes y docentes universitarios sobre la educación de la afectividad por medio de la experiencia estética. Esto se hace desde las categorías: formación integral, formación en la afectividad y experiencia estética. La investigación, asumida desde el paradigma interpretativo-comprensivo, se realizó a partir de un enfoque cualitativo. Así, las percepciones de los encuestados se analizaron en contraste con las propuestas pedagógicas de Tomás Morales y Alfonso López Quintás, según las tres categorías de análisis. Todo ello con base en la aplicación de encuestas a docentes y estudiantes de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá y de la Corporación Universitaria Minuto de Dios en Zipaquirá. Los resultados indican que la mayor parte de las personas perciben la necesidad e importancia de la formación integral, y reconocen como parte de ésta la formación de la afectividad. Así mismo, perciben que la experiencia estética es un medio de formación adecuado para la formación de la afectividad. Finalmente, se presentan diferencias significativas en las percepciones según las características de los grupos encuestados y algunas indicaciones a la luz de las propuestas de Tomás Morales y Alfonso López Quintás.
Palabras claves: Formación en la Afectividad, Experiencia Estética, Desarrollo Integral, Pedagogía Humanista, Tomás Morales, Alfonso López Quintás.

1. Introducción
La posibilidad de educar la afectividad por medio de la experiencia estética, surge de una parte de las propuestas pedagógicas de dos autores humanistas que resaltan la necesidad de la formación integral: Tomás Morales y Alfonso López Quintás. Con la investigación se intenta caracterizar las percepciones de docentes y estudiantes universitarios frente a dicha propuesta, para precisar indicaciones finales que faciliten su aplicación.
Para este fin, la caracterización se realizó desde las categorías: formación integral, formación en la afectividad y experiencia estética, en el marco de la propuesta pedagógica de Tomás Morales y de Alfonzo López Quintás; y se logró a partir de los resultados de encuestas aplicadas a estudiantes y docentes vinculados a la Universidad Sergio.
Al contrastar el análisis de las encuestas con las propuestas pedagógicas de los autores mencionados, se constituye una prometedora respuesta para educar la afectividad de los jóvenes, con el interés de facilitar su desarrollo integral. De esta forma, la propuesta nutre un campo poco explorado en nuestro país, debido a que son escasos los estudios y las propuestas de desarrollo afectivo para los universitarios, e indica un medio singular de formación afectiva: la experiencia estética. Este tipo de experiencia establece un amplio campo de posibilidades educativas, permite abordar la dimensión afectiva de las personas para su formación, y especialmente, permite plantear procesos educativos atrayentes para los jóvenes.

2. Objetivos
El objetivo central de la investigación fue caracterizar percepciones sobre la formación de la afectividad por medio de la experiencia estética, en jóvenes y docentes universitarios de dos instituciones de educación superior. Esto desde las categorías: formación integral, formación en la afectividad y experiencia estética. Y todo ello en el marco de la propuesta pedagógica de Tomás Morales y de Alfonzo López Quintás. Como punto de partida se propuso identificar los aspectos de convergencia entre las propuestas de Tomás Morales y Alfonso López Quintás alrededor de las categorías: formación integral, formación en la afectividad y experiencia estética. A continuación, por medio del análisis de encuestas, se describieron las percepciones sobre educación de la afectividad por medio de la experiencia estética, de estudiantes y docentes universitarios, desde las tres categorías mencionadas. Finalmente, se plantearon indicaciones finales para la aplicación de una propuesta de formación en la afectividad, en el marco de las propuestas pedagógicas de los autores mencionados.

3. Aspectos metodológicos
La investigación, asumida desde el paradigma interpretativo-comprensivo, se realizó desde un enfoque cualitativo, que permitiera describir las percepciones de estudiantes y docentes universitarios frente a la educación de la afectividad por medio de la experiencia estética. Esto permitió plantear indicaciones para la aplicación de una propuesta de formación en la afectividad, en el marco de las propuestas pedagógicas de Tomás Morales y de Alfonzo López Quintás, de acuerdo a las tres categorías: formación integral, formación en la afectividad y experiencia estética.
Se empleó un diseño no experimental, basado en la aplicación y análisis de encuestas, utilizando el programa SPSS 20; dicho análisis se contrastó con las propuestas pedagógicas de Tomás Morales y Alfonso López Quintás según tres categorías de análisis. De forma detallada, el proceso se realizado de la siguiente manera:
Primero se identificaron puntos de encuentro entre las propuestas de Tomás Morales y Alfonso López Quintás en torno a tres categorías: formación integral, formación en la afectividad y experiencia estética. Esto permitió construir una escala Likert de 20 ítems, según las tres categorías mencionadas. Antes de su aplicación, la escala fue evaluada y validada por psicólogos, y se realizó una prueba piloto.
Finalmente se aplicaron 202 encuestas a estudiantes y docentes de dos instituciones de contextos distintos: La Universidad Sergio Arboleda en Bogotá y la Corporación Universitaria en Zipaquirá.
Para el análisis de las encuestas, el programa estadístico SPSS 20, permitió analizar la información por cada ítem y por categorías. Además de las medidas de tendencia central, se obtuvo la prueba de validez de la escala con el índice de Cronbach. Como complemento, se contrastaron los resultados de los ítems agrupados por categorías, con cada uno de los aspectos sociodemográficos: género, edad, institución, rol (docente o estudiante) y área de estudio.
Para facilitar la compresión de los resultados se ha organizado la información en tablas con sus respectivas gráficas. Así se describe, analiza y discute la información obtenida, a la luz de las tres categorías que orientan la investigación, para describir las percepciones sobre educación de la afectividad por medio de la experiencia estética, de estudiantes y docentes universitarios.
La población estuvo constituida por 202 personas, entre docentes y estudiantes de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá, y de la Corporación Universitaria en Zipaquirá.

4. Aspectos teóricos conceptuales
4.1. Por qué es necesario educar la afectividad
Educadores y estudiantes pueden indicar importantes razones que señalan la necesidad de educar la afectividad. La investigación consideró especialmente tres razones para ello: primero, porque el hombre es un ser integral; segundo, porque la afectividad es una dimensión relegada en los procesos de formación; y tercero, porque su adecuada formación contribuye a la prevención de desajustes emocionales.
Los autores que orientan la investigación resaltan esta primer tesis: el hombre es un ser integral, en quien se deben desarrollar a la par las facultades de pensamiento, voluntad y sentimiento. De modo que al educar la afectividad, se logra una educación plena de la persona, y a su vez se facilita un adecuado desarrollo de otras de sus dimensiones; de forma que si se educa la afectividad, se es capaz de tener un pensamiento más ordenado y una voluntad más firme.
Sin embargo, a pesar de la importancia de educar la afectividad, no es común que se ofrezca a los jóvenes auténticos procesos de educación de la afectividad. Los procesos de formación comúnmente relegan la formación afectiva y dan prioridad a la formación intelectual, y algunos que intentan orientar la afectividad pueden caer en la confusión de la formación afectiva con otros ámbitos como el sexual o el ámbito de las habilidades sociales. Como resultado, las propuestas se centran en atender aspectos exteriores, como la destreza conductual o el conocimiento del proceso reproductivo, pero no dan respuesta al desarrollo afectivo de los jóvenes.
Es importante considerar que educar la afectividad, puede prevenir desajustes emocionales. Esta necesidad de educar la afectividad, se acentúa en nuestro contexto colombiano, como lo indican algunos de los pocos estudios que abordan el tema. En estos se indica que el desarrollo afectivo de los jóvenes colombianos es insuficiente, por lo que pueden presentar respuestas poco adaptativas a situaciones de estrés.

4.2. La formación de la afectividad según Tomás Morales
Tomás Morales propone una pedagogía integral, que enseñe a pensar, a amar, a sufrir, a entusiasmarse y por ello frecuentemente resalta la fuerza de los ideales en la vida. Por ser integral, su propuesta se extiende a todas las dimensiones de la persona, desde la educación física, hasta la religiosa, pasando por la intelectual (como punto de partida para la formación personal), del carácter y moral. (Gómez, 1998).
Como elementos claves en su pedagogía se destacan: la integralidad de las facultades, la necesidad de la exigencia y el valor de un ideal. Al hablar de la formación de la afectividad, señala que esta facultad es tan importante como el pensamiento y la voluntad, y que además la formación de una de estas repercute o facilita el desarrollo de las demás. Por ello educar la afectividad es también darle vía a la formación de un pensamiento ordenado y de una voluntad firme. Mientras que no educar la afectividad, da paso a que el pensamiento se vea truncado y la voluntad débil.
Exigirse y exigir es otro de los elementos clave en su pedagogía, en que la persona se perfecciona al superarse. Exigirse, pues el educador tiene le eficaz posibilidad de educar con su ejemplo, partiendo de la realidad, al reconocer que debe superarse; además porque habiendo recorrido el camino podrá ser un mejor guía para otros. Exigirse para exigir, para compartir a otros la alegría de superarse.
Pero dicha exigencia debe saber impartirse, de forma que sepa motivar dando razones, mostrando los beneficios de superarse, flexible según las condiciones de cada persona y principalmente movida por un deseo sincero del bien del otro. La exigencia impartida con estas características y que sea constante superando las renuencias que implique, solo se mantendrá si el educador enseña a vivir según un ideal, que unifique las facultades, que de sentido a la vida, al esfuerzo constante y cotidiano.
Es interesante resaltar otros de los elementos que este autor indica para la formación de la afectividad: la necesidad de realizar actividad física y cultivar la vida interior. Tomás Morales practicaba y recomendaba recurrir a la actividad física como medio para lograr el equilibrio afectivo, como una actividad disciplinada, en la que el fin no era vencer a otros ni dar culto al cuerpo, sino vencerse a sí mismo, como un ejercicio ascético que vigoriza las dimensiones de la persona. Como complemento a esta actividad exterior, resaltó la necesidad del ejercicio espiritual, la meditación, el silencio, para conocerse a sí mismo y por supuesto a Dios. Por su parte, los sentimientos espirituales como la admiración, la simpatía, la compasión y la alegría, ayudan a que la persona perciba con mayor claridad; por eso afirma Morales: “El corazón, aunque no lo parezca, sugiere ideas, impulsa a la acción (2007. p. 63).
Descrito este proceso de formación integral, se comprende fácilmente que para este autor la madurez afectiva es necesaria para lograr la madurez humana; y así, si se educa la afectividad, se podrá orientar adecuadamente la capacidad de pensar y se fortalecerá la capacidad de realizar los propósitos con constancia, con voluntad firme.

4.3. La formación de la afectividad según Alfonso López Quintás
Antes de precisar el proceso de formación propuesto por López Quintás, se puede afirmar que en términos generales su propuesta consiste en que la persona al cambiar de actitudes egoístas a actitudes de generosidad, puede crecer y facilitar el desarrollo de las realidades con que se relaciona. Estas actitudes –clasificadas en niveles-, indican la posibilidad de establecer relaciones o encuentros constructivos, sinceros y creativos, con distintos ámbitos de la realidad que la circunda. Si se logra una disposición de apretura activa, la persona podrá crecer a la vez que colabora al desarrollo de las realidades con las que se relaciona. De ese modo se construye la madurez humana, que por supuesto implica la madurez afectiva.
Este panorama de la propuesta de Alfonso López Quintás para la formación de la afectividad, se ofrece a partir de su libro “El amor humano”. Como punto de partida para hablar de la educación de la afectividad, el autor señala la necesidad de aclarar la defectuosa concepción del amor, reducido a la actividad sexual. Para ello propone que, siendo el amor un aspecto de la vida del hombre, hay que conocer al hombre, pero sin sesgos de ideologías, sino recurriendo a la investigación científica.
Como fundamento científico López Quintás cita estudios de medicina en los que se destaca el papel decisivo de la relación que establece la persona con su entorno desde las primeras semanas. El periodo de lactancia se destaca como el primer encuentro del niño en su vida, el cual será fundamento para otras formas de encuentro que establecerá con la naturaleza, con otras personas, con la cultura y sus valores, entre otros. Y añade: “según sea la calidad y cantidad de estos encuentros, así será el desarrollo de quien los realiza. Si no puede encontrarse con nada ni con nadie, el niño no se verá acogido, se asfixiará espiritualmente y quedará destruido como persona” (López, 2009a. p. 92). A partir de esto, el autor plantea su concepción del desarrollo afectivo y su propuesta educativa por niveles, como se esboza a continuación.
El encuentro, es uno de los términos clave en este autor, y se refiere a la variedad de formas como puede relacionarse una persona con su realidad, ya sea con los objetos o con otras personas. Según la disposición de la persona, los encuentros que establezca podrán ser más o menos enriquecedores. Estas son algunas definiciones del autor: el encuentro es “asumir activamente las posibilidades que una realidad nos ofrece” (López, 2009a. p. 32); en otras palabras, es “el entreveramiento de dos realidades que se enriquecen mutuamente” (López, 2009a. p. 93).
Adicionalmente, López Quintás señala la importancia de distinguir entre ámbitos y objetos. Un objeto puede ser una cosa asumida como tal, sin significado especial para la persona; pero que al adquirir un significado, deja de ser un simple objeto y pasa a ser un ámbito de realidad. Este cambio de concepción, de objeto a ámbito de realidad, se puede comprender en el caso de un músico, para quien su instrumento no es un simple objeto, sino una realidad que le ofrece la oportunidad de crear formas musicales, es decir un ámbito de realidad.
El ejemplo del músico, hace pensar en la posibilidad de ser creativo al interpretar un instrumento musical, del mismo modo una persona puede ser creativa en otros ámbitos, por ejemplo en sus relaciones interpersonales. Por ello el autor indica que el encuentro también puede darse entre personas, en ese caso lo describe como un  encuentro de “realidades abiertas, dotadas de poder de iniciativa, capaces de ofrecer posibilidades y recibir otras” (López, 2009a. p. 93).
En ambos tipos de encuentro, entre personas o entre el músico con su instrumento, la persona debe hacer una elección, entre la generosidad o el egoísmo, ser respetuosa o dominante, ser creativa o destructiva; y solo si opta por la generosidad, podrá realizarse como persona, de ahí que López Quintás afirme: “la vida humana se va enriqueciendo a medida que aprendemos a ver las personas e, incluso a muchas realidades interpersonales como ámbitos. En cambio, la vida humana se empobrece cuando tendemos a considerar todos los seres como objetos, como medios para los propios fines” (López Quintás, 2009a. p. 95).
Según el tipo de relación que establezca la persona: generosa o egoísta, se definirá el nivel de realidad en que actúa. Si la persona está en actitud utilitarista, en disposición de reconocer las cosas como objetos, su actitud corresponde al nivel uno. Una persona que no supera su disposición egoísta, podrá caer en actitudes no solo utilitaristas, sino dominantes y agresivas, que corresponden a niveles negativos. Pero si es capaz de reconocer más que objetos ámbitos de realidad, entonces ya ha pasado al nivel dos, e incluso a los siguientes.
El paso al tercer nivel, está marcado por la opción firme de la persona por la generosidad como ideal, de modo que deja cualquier actitud del ideal egoísta, marcado por la tendencia a dominar y tratar las cosas y personas como meros objetos. Es entonces cuando la persona que se orienta por el “ideal de unidad” está impulsada a “realizar en toda circunstancia el bien, la justicia, la verdad y la belleza” (López, 2009a. p. 34).
Por esta razón, una persona que ha optado por el ideal de unidad en su vida, establecerá relaciones interpersonales de modo abierto, desinteresado, será capaz de amar de modo auténtico. A propósito, López Quintás afirma que el encuentro entre personas o entreveramiento “supone amor, y el amor exige decisión de unirse a la otra persona en cuanto tal, no a alguna de sus cualidades” (López, 2009a. p. 97).
El autor agrega que este ideal de vida se logra cuando la persona toma conciencia de haber sido creada como las demás, a imagen de un Ser absolutamente bueno, veraz y justo. Este cambio que se encuentra en la esfera de lo religioso, da paso a que la persona se encuentre en una actitud que corresponde al cuarto nivel.
Este proceso de transformación de la persona en niveles ascendentes, es definido por el autor como la tarea de la ética, que no es prohibir sino elevar a la persona. Por eso, vista así la formación de la afectividad, puede entenderse como formarse éticamente para el amor y significa “aprender a ser creativos, a crear sobretodo verdaderas relaciones de encuentro” (López Quintás, 2009a. p. 24).

4.4. La experiencia estética como medio de formación de la afectividad
La experiencia estética como estrategia formativa, es propia de la propuesta pedagógica de Alfonso López Quintás. Dichas experiencias tienen características particulares, que coinciden con algunas de las estrategias de formación propuestas por Tomás Morales. Así ambos autores, desde sus propuestas pedagógicas, plantean un proceso de formación de la afectividad que recurre de formas diversas a la sensibilidad estética de la persona, como medio de formación de su afectividad. A continuación se presenta la visión de experiencia estética según cada autor.
Para comprender la propuesta de López Quintás es importante considerar la explicación previa, acerca de los niveles de realidad. A partir de allí, el autor plantea que “El arte forma nuestra personalidad si, al contemplarlo, ponemos en vibración nuestro ser entero” (López, 2004. p. 26), es decir si asumimos la actitud de generosidad, que es condición para participar de una experiencia estética.
La actitud de generosidad, es la disposición a ser creativo, desarrollando al máximo las posibilidades propias y las del ámbito con que se relaciona, e implica cambiar el interés de dominar, poseer o disfrutar, por una voluntad generosa de unirse a los seres que la circundan, para crear con ellos algo valioso (López Quintás, 2008).
Cuando se logra asumir esta actitud, la persona puede crecer al establecer un encuentro con una obra artística de cualquier naturaleza, literaria, teatral, musical, cinematográfica, etc. Por eso López Quintás afirma que “el cine nos ayuda a pensar bien, a discernir qué es lo que construye y lo que destruye” (2011). Es decir, la experiencia estética facilita a la persona ascender por los niveles de realidad (explicados previamente), hacia su desarrollo integral.
Para López Quintás, afectividad e inteligencia se armonizan de forma similar, y resalta la necesidad de comenzar por la educación de la inteligencia, idea que coincide con el pensamiento de Morales. Al educar la inteligencia la persona podrá percibir la realidad con nitidez. Esto permitirá que pueda ir descubriendo claves de orientación para su vida, que irán moldeando su criterio; de forma que sepa: seleccionar y sacar fruto de experiencias que contribuyan a su desarrollo personal, y descartar aquellas que puedan envilecer su crecimiento.
Para el autor, un auténtico encuentro con una obra de arte, es una verdadera experiencia artística. Mucho más que sentimientos, es un diálogo abierto entre el hombre y la realidad, que le abre la posibilidad de conocer más. Así, la persona, al entrar en contacto con la realidad, da un paso inicial por la vía del desarrollo afectivo. Este proceso se puede comprender mejor con los ejemplos del arte de comunicarse y de la dinámica de las relaciones sociales.
Para el arte de comunicarse, afirma el autor que a la vez que el pensamiento y la expresión se hacen más creativos, sin caer en la rutina o el utilitarismo, el lenguaje es capaz de dar luz a nuevos sentidos. Por ello una persona orientada por el ideal de unidad, se verá impulsada a crear algo valioso con las formas de lenguaje de las que dispone y así hará un uso más exquisito del lenguaje, que a su vez le permitirá fundar auténticos encuentros con los demás (2009c).
Por su parte en la dinámica de las relaciones sociales, también se observa el desarrollo de la capacidad creativa como experiencia de crecimiento personal. Si una persona moviliza su dinamismo creador para fundar relaciones personales “convierte las distancias en campo de juego y libertad” (2003ª, p. 245) y colabora en un proceso de mutuo crecimiento, de modo que incrementa su identidad personal. Pero si al contrario, no moviliza su dinamismo creador y no se esfuerza por establecer auténticas relaciones de convivencia, queda “replegada en la corteza de su yo individual, y las relaciones espaciales que hay entre ellas implican una forma de alejamiento y soledad” (2003ª. p. 244).
En un artículo sobre el amor conyugal perdurable, López Quintás hace un interesante análisis aplicando su método, y destaca la importancia de optar por la actitud de generosidad, superando los impulsos instintivos, para poder educar la capacidad de amar: “Hay que ser libre interiormente para poder amar con autenticidad (…) La sumisión a los instintos hace al hombre impaciente” (López Quintás, 2010. p. 4). En estas líneas se lee una ascesis similar a la propuesta por Morales, como se verá más adelante.
En síntesis, el impulso de crear algo valioso, resultado de adoptar una actitud de generosidad, es el tipo de creatividad, que López Quintás entiende como un esfuerzo creador, y que el encuentro con una obra de arte suscita en la persona. De esta forma la obra de arte se constituye en un “modo de rigurosa creatividad”. Aprender a ser creativos, a establecer auténticas relaciones de encuentro, es lo que significa elevarse del nivel 1 (de las sensaciones) al nivel dos (de las realidades que ofrecen diversas posibilidades de acción y suscitan: respeto y colaboración.)
En la propuesta de Morales, se plantea un proceso de madurez similar al propuesto por López Quintás. En este caso sin clasificación por niveles, la persona debe ser dueña de sí, desarrollarse plenamente y trascender. Para Morales, también es fundamental que la persona unifique su vida hacia a un ideal, que debe ser buscado cada vez con mayor fidelidad, orientando constantemente la intención hacia éste, y así actuar de forma transparente, en busca de lo que se quiere. Esto permitirá que la persona acceda a la contemplación de las cosas bellas que la seguirán impulsando a crecer, a ser mejor. Por eso afirma: “Sólo se ve bien con el corazón puro” (2013. p. 46), y señala que de nada servirían las bellezas de la naturaleza, si el corazón no supiera amarlas mientras las contempla.
Y así, se marca un aspecto fundamental en el proceso indicado por este autor: Amar, esa es la clave para disponerse a crecer aprovechando las posibilidades del entorno, de la naturaleza, como expresión estética. Morales precisa “Amar es en primer lugar querer, y no siempre sentir” (2013. p. 45), parafraseando a una persona que supo trascender en la capacidad de amar. Es por ello que las experiencias artísticas son puente para el crecimiento personal, siempre y cuando las personas se dispongan de forma adecuada, como indica de modo similar López Quintás. Morales propone algunos medios para la formación de la afectividad, que pueden permitir que la persona acceda a experiencias estéticas como medios para educar su afectividad.
Algunos medios son muy concretos, otros hacen parte de las actividades que agrupan varios de estos detalles: “Cuidar la vista, dominar la curiosidad, vencer la vanidad para ayudar al corazón a amar con nobleza” (p. 354). Y practicar a modo de gimnasia interior “pequeños actos voluntarios: procurar no hacer caso de estados de ánimo estando siempre activos en otras cosas” (Lafuente, 2007. p. 355); hacer lo contrario de lo que sugieren las tendencias que empobrecen, como la pereza, la tristeza, etc.; por eso recomienda reírse de uno mismo, hacer lo que se tiene que hacer aunque no se tengan ganas de hacerlo, y actuar de acuerdo a las convicciones.
Entre las actividades Morales propone el clima de silencio, la actividad constante, la dirección espiritual y la práctica de las reglas de discreción de espíritus. También plantea los campamentos, donde la persona puede contemplar las bellezas de la naturaleza y crear vínculos de amistad con los demás; ambas actividades orientadas a la consolidación de buenos hábitos en “la práctica del deber cotidiano y del pequeño detalle vivido con amor, así como una vida interior cultivada a base de oración y lectura” (Lafuente, 2007. p. 356).
Especialmente los Ejercicios Espirituales en silencio y los campamentos en contacto con la naturaleza, permiten al hombre acercarse a experiencias formativas profundas. Por ello se finaliza esta parte con las palabras del autor: Las rosas han hecho más personas honradas que las leyes. Las noches misteriosas de Gredos ¡han abierto los ojos a tantos en las acampadas de verano! (…) en el majestuoso e impresionante silencio de la naturaleza, palpas la verdad de aquella apreciación de San Bernardo: hay más sabiduría en la naturaleza que en los libros. (Morales, 1998. p. 128)

5. Resultados
En el marco de estas propuestas se presenta el análisis de las percepciones de los docentes y estudiantes encuestados. La primer parte presenta los resultados del análisis estadístico de la escala, y la segunda parte muestra los resultados y el análisis de las tres categorías de propuestas.

5.1 Análisis estadístico de la escala.
5.1.1. Promedio y desviación estándar, según los ítems.
El análisis realizado en SPSS, indica las puntuaciones de los ítems, que van de 1 “Totalmente desacuerdo”, a 4 “Totalmente de acuerdo” según las opciones de respuesta en la escala Likert. La media general indica que las puntuaciones están alrededor de 3,06; siendo la menor media de 2,4, para el ítem “Pensamiento” y la mayor de 3,5 para el ítem de “exigir”.
Otras medias significativas. Entre las de mayor puntuación se encuentran los ítems: “Capaz”, “Arte”, “Universidades”, “Afectividad” y “Actividad física”. Otros ítems de puntuación menor son: “Socialhabil”, “Maquiavelo”, “Desarrolloper”, “Maduro” y “Sentimientos”.
En relación a la desviación típica se observa una variabilidad similar para la gran mayoría de los ítems, que oscila alrededor de 7,6.

5.1.2. Correlaciones entre los ítems o inter elementos.
El análisis estadístico indica puntuaciones significativas en algunos ítems: ya sea correlacionados positivamente o de forma negativa.
La correlación positiva más significativa estadísticamente es la de los ítems: “Educación integral” y “Programas”, mientras que la correlación negativa más sobresaliente, se dio entre los ítems: “Encuentro” y “Sentimientos”.

5.1.3. Correlaciones entre los ítems y el total de la escala.
El análisis de datos realizado en SPSS, indica una alta correlación entre los ítems y la escala en general, de forma que la mayoría de las correlaciones son estadísticamente significativas. Estos datos son decisivos al señalar la validez de la prueba.

5.1.4. Validez de la escala
Los resultados de SPSS indican que la escala es altamente confiable, dado que el Alfa de Cronbach es de ,714 (Ver tabla 1). Así se deduce que la escala mide lo que se propuso medir, las percepciones frente a las tres categorías. Se resalta que este resultado incluye todos los ítems que se aplicaron en las encuestas, pues la confiabilidad de la escala no se vio especialmente disminuida por la confiabilidad de alguno de estos.

Tabla 1. Estadísticos de fiabilidad


Alfa de Cronbach

Alfa de Cronbach basada en los elementos tipificados

Nº de elementos

,708

,714

20

5.2 Resultados y análisis por categorías.
5.2.1 Categoría: Formación Integral
El análisis indica que las respuestas a los ítems de esta categoría oscilan entre 2,45 para el ítem “Pensamiento” (El pensamiento y la voluntad, son más importantes que la afectividad) y 3,55 para el ítem “Exigir” (Para exigir y educar, hay que exigirse. Dar ejemplo). El promedio de las medias de esta categoría es de 3,12 (Ver tabla e ilustración 2).

Tabla 2. Estadísticos descriptivos en los ítems de la categoría: Educación Integral.

 

Media

Desv. típ.

Educación

3,16

,752

Exigir

3,55

,746

Madurez

3,18

,747

Desarrollo personal

2,82

,784

Educación integral

3,10

,687

Capaz

3,36

,741

Pensamiento

2,45

,779

Ideal

3,24

,693

Universidades

3,27

,874

Ilustración 2. Media de los ítems de la categoría Educación integral.

Además de analizar la media estadística para cada ítem de esta categoría, se han correlacionado los ítems con el Coeficiente de Pearson. Las correlaciones positivas indican un alto grado de relación entre las variables de los ítems: Exigir- Madurez, Educación integral-ideal y Exigir –Educación. Por su parte, las correlaciones negativas, se presentan en los ítems: Educación-Pensamiento y Madurez-Desarrollo personal. Esto permite concluir que la percepción de la formación integral es vista principalmente desde experiencia personal, y desde allí los encuestados coinciden con la visión planteada por Morales de que: el educador tiene como principal deber exigirse, para exigir. Adicionalmente concuerdan con la importancia de tener una meta o un ideal, como motor que impulse a superar cualquier tipo de dificultad; enunciado vital en las propuestas pedagógica de Morales y López Quintás.
Adicionalmente la visión de los encuestados frente a la relación entre pensamiento, voluntad y afectividad, donde la afectividad es menos importante que las demás, evidencia que la afectividad sigue siendo vista como un aspecto relegado de la formación integral. Es decir que se sigue dando prioridad a la formación de la capacidad cognitiva, pues además de considerarse más importante, se considera más pertinente.

5.2.2 Categoría: Formación de la Afectividad
El análisis realizado en SPSS, indica que las respuestas a los ítems de esta categoría oscilan entre 2,59 para el ítem “Social hábil” (Si alguien quiere educar su afectividad, basta con que aprenda a ser socialmente hábil) y 3,26 para el ítem “Afectividad” (Para que la afectividad esté equilibrada, es importante cultivar la vida interior). El promedio de las medias de esta categoría es de 2,97. (Ver tabla e ilustración 3).

Tabla 3. Estadísticos descriptivos en los ítems de la categoría: Afectividad.

 

Media

Desv. típ.

Sentimientos

2,91

,728

Maquiavelo

2,77

,909

Programas

3,00

,743

Afectividad

3,26

,742

Actividad física

3,21

,712

Social hábil

2,59

,729

Educación sexual

3,11

,809

 

Ilustración 3. Media de los ítems de la categoría Formación de la Afectividad.

Además de analizar la media estadística para cada ítem de la categoría de afectividad, se han correlacionado los ítems empleando el Coeficiente de Pearson. Las correlaciones positivas indican un grado de relación leve entre los ítems: Maquiavelo-Socia Hábil y Afectividad- Actividad Física. Por su parte, las correlaciones negativas, se presentan en los ítems: Afectividad-Maquiavelo, Afectividad-Sentimientos y Actividad física-Maquiavelo.
Se concluye que estudiantes y docentes encuestados coinciden en algunos aspectos de la educación de la afectividad propuestos por los autores, pero tienen confusión en la definición de la afectividad. Para comenzar, hay una interesante coincidencia en las respuestas de los encuestados y la propuesta de Morales. El autor en su visión integral, escribe que para que haya equilibrio afectivo, es importante realizar actividad física y cultivar la vida interior, y así mismo lo han indicado las respuestas de los docentes y estudiantes encuestados.
Sin embargo, la confusión radica en que los encuestados consideran como algo equivalente la formación afectiva y la educación sexual. Ello conlleva a un grave error, que según López Quintás, dificulta el desarrollo de la persona, pues al no tener claridad conceptual, confunde su libertad creativa con su libertad de maniobra. Esto indica que las personas pueden estar en el error de comportarse en un nivel primario, es decir que se relacionan de forma utilitarista con las cosas y con las personas, ámbitos de realidad distintos. Esto se reafirma al tener en cuenta su tendencia a estar de acuerdo con la afirmación de Maquiavelo “El fin justifica los medios”.

5.2.3 Categoría: Experiencia Estética
El análisis realizado en SPSS, indica que las respuestas a los ítems de esta categoría oscilan entre 2,86 para el ítem “Maduro” (Se puede llegar a ser maduro, aunque afectivamente se esté desequilibrado) y 3,28 para el ítem “Arte” (Pienso que el arte puede ayudar a educar la afectividad). El promedio de las medias de esta categoría es de 3,08 (Ver tabla e ilustración 4).

Tabla 4. Estadísticos descriptivos para la categoría Experiencia estética.

 

Media

Desv. típ.

Arte

3,28

,728

Obra Arte

3,18

,713

Encuentro

3,01

,779

Maduro

2,86

,853

Además de analizar la media estadística para cada ítem de la categoría de experiencia estética, se han correlacionado sus ítems, por medio del Coeficiente de Pearson. Las correlaciones positivas indican un grado de relación leve entre los ítems: Encuentro-Obra Arte. Por su parte, las correlaciones negativas, se presentan en los ítems: Maduro-Encuentro.
Es interesante ver la disposición de las personas encuestadas, al considerar la experiencia estética como estrategia viable para educar la afectividad. Dicho postulado es pieza clave en la apuesta pedagógica de López Quintás. Para el autor la experiencia estética es un medio privilegiado para educar la afectividad, que consiste en el encuentro de la persona con una obra de arte (cine, teatro, pintura, música, etc.), e implica que la persona realice un proceso de crecimiento personal, en que es capaz de establecer distintos tipos de relación según los distintos ámbitos de la realidad.

Ilustración 4. Media de los ítems de la categoría Experiencia estética.

Un criterio para saber si la persona es capaz de establecer encuentros adecuados con distintos ámbitos, es considerar si se relaciona con las cosas y con las personas, no solo como medios para lograr sus fines, sino que es capaz de descubrir en ellas algo más. Por ejemplo un músico, habrá logrado establecer un encuentro auténtico con un objeto, con una hoja, cuando después de jugar con sus partituras reconoce en ellas algo más que un simple papel; de forma similar se podría establecer una relación de encuentro con otra persona cuando se ha establecido una relación creativa y se le ve como alguien valioso, digno, que no se puede reducir a un medio para lograr fines.
Por otra parte, Morales considera que para que haya madurez humana debe haber equilibrio afectivo. Al respecto las respuestas de los encuestados han estado en desacuerdo, quizás porque no hay claridad en la definición e implicaciones de la afectividad, según se ha indicado en el análisis de las categorías anteriores.
Finalmente es importante resaltar que casi todas las personas perciben el arte como un medio formativo (según los ítems arte y obrarte). Esto puede incluso debilitar el prejuicio de ver el arte como un simple pasatiempo, y dar paso a reconocerlo como una herramienta pedagógica eficaz, de interés y credibilidad para gran número de estudiantes y docentes universitarios; y que además es avalado especialmente por propuestas pedagógicas sólidas como la de López Quintás.

6. Conclusiones
A continuación se presentan siete conclusiones que sintetizan las percepciones identificadas en los encuestados, entrelazadas con las propuestas de Tomás Morales y Alfonso López Quintás, para la formación integral, formación afectiva y experiencia estética.
La siguiente ilustración permite observar el panorama de las siete conclusiones, cada una en un cuadro de color según la categoría a que se refiere: verde: experiencia estética; rosado: formación afectiva; y azul: formación integral. Adicionalmente, se enmarcan en dos espacios, lo identificado y lo propuesto. Posteriormente se explica cada concusión.

Ilustración 5. Conclusiones por categorías.

6.1. La educación integral incluye la formación de la afectividad.
La educación de la afectividad es vista como necesaria para lograr una educación integral, tanto por parte de los encuestados como por parte de Tomás Morales y Alfonso López Quintás. Por esto se considera que un auténtico proceso de formación integral debe incluir la formación de la afectividad.
Así mismo, las respuestas al ítem Madurez, indican que los encuestados también concuerdan con los autores propuestos, en señalar que la madurez de la afectividad, es necesaria para lograr la madurez humana. Junto a otros ítems similares, se concluye que la población encuestada reconoce la importancia de la formación integral. Es importante recordar que la formación integral que aquí se menciona, se refiere al desarrollo equilibrado entre pensamiento, sentimiento y acción, de modo que la afectividad es una entre tres facultades. Las repuestas al ítem Pensamiento permiten ver cómo es percibida la afectividad con relación a las otras facultades. Los resultados manifiestan confusión. La mitad de la población ve la afectividad como menos importante que el pensamiento y la voluntad, mientras la otra mitad la considera más importante que estas, especialmente los hombres y la población entre 18 y 20 años.

6.2. La formación integral debe ser exigente y estar orientada por un ideal de vida
Teniendo en cuenta que estudiantes y docentes coinciden en afirmar, junto a Morales y a Quintás, que para educar hay que exigirse, se reafirma que la exigencia es un elemento indispensable en un proceso de formación. Exigencia que empieza por cada uno, estudiante o docente y que se ve reflejada en el ejemplo, como estrategia indispensable en la formación. Esta exigencia en la formación, implica que el punto de partida debe ser la autoexigencia de los docentes; pues en palabras de Morales “Las palabras convencen, pero los ejemplos arrastran”.
Además de la exigencia, es fundamental el tener una gran meta o ideal, como lo evidencian los resultados del siguiente par de ítems. Con base en las repuestas de los encuestados al ítem Capaz, se concluye que docentes y estudiantes universitarios perciben que tener una meta apasionante les hará capaces de superar obstáculos. Las metas son para Morales y López Quintás, algo fundamental en su propuestas pedagógicas; Morales incluso afirma que la meta de la educación es cultivar un ideal que impulse a la persona a dar lo mejor de sí, por un fin noble.
En esa misma línea, el ítem Ideal permite identificar un objetivo concreto de la educación: descubrir un ideal que dé sentido a la vida. Así lo proponen Tomás Morales y Alfonso López Quintás, y así lo percibe gran parte de los encuestados, sin distinción por características sociodemográficas.

6.3. La formación de la afectividad debe integrar tanto el ejercicio físico como el espiritual.
En esta línea de formación integral, otros ítems permiten conocer la percepción de los encuestados frente a otros factores que inciden en un adecuado desarrollo afectivo. El ítem Afectividad, permite ver que casi todos los encuestados coinciden en reconocer la importancia de cultivar la vida interior para un adecuado desarrollo afectivo, como lo plantean Tomás Morales y Alfonso López Quintás. Llama la atención que en un ambiente en que se promueve adoptar posturas ateas, tanto entre jóvenes como entre docentes, la gran parte de la población encuestada haya resaltado la importancia de cultivar la vida interior en relación a la afectividad.
Por su parte, la actividad física, es considerada por encuestados y autores, como una sano hábito que favorece el equilibrio emocional. Y esto como visión general entre los encuestados, pues no hay diferencias según los aspectos sociodemográficos. Este es un aspecto que reafirma la importancia de la formación integral, que implique incluso a la formación del cuerpo.

6.4. Docentes y estudiantes universitarios no tienen una clara definición de la afectividad.
La ambigüedad con que se habla de afectividad conduce a graves errores, que inciden en la forma como cada persona asume su propio desarrollo afectivo, y se “auto medica” experiencias que considera benéficas para su desarrollo, pero que pueden traerle lamentables heridas. Por una parte está el error de dar demasiada importancia a los sentimientos, y por otra el riesgo de confundirla con la sexualidad o con las habilidades sociales.
Para el primer caso por ejemplo, se observa que gran parte de los estudiantes y docentes consideran que los sentimientos son un criterio determinante para sus acciones, indican que hay que dejarse llevar por los sentimiento, no por la razón. Así pues, es necesario que, reconociendo la importancia de la afectividad en el comportamiento humano, conozcan más de esta facultad para orientarla adecuadamente.
En segundo lugar, es importante que la afectividad se distinga de la sexualidad y del desarrollo de habilidades sociales. Al respecto, con las repuestas al ítem Social hábil, se concluye que más de la mitad de la población encuestada, señala que una persona que aprenda a ser socialmente hábil, habrá educado su afectividad. En esta opinión están especialmente varios docentes, personas entre 21 y 30 años y vinculadas a la Sergio Arboleda. Mientras que la porción menor, concuerda con los autores López Quintás y Morales, al considerar que ser socialmente hábil no es suficiente para educar la afectividad, pues son aspectos distintos.
La afectividad también se confunde comúnmente con la sexualidad, así lo indican las respuestas al ítem Educación sexual. Se concluye que esta confusión es común para docentes y estudiantes, y no se observan diferencias significativas en las puntaciones según las características sociodemográficas. Para Morales y López Quintás es importante aclarar la diferencia entre sexualidad y afectividad.
Para concluir, es interesante observar que los encuestados, reconocen la necesidad de la formación integral, pero no vinculan a ésta la necesidad de educar la afectividad, ni la posibilidad de que se dé respuesta desde la universidad.

6.5. Necesitamos una orientación que nos permita superar una visión utilitarista.
Esta confusión, expresada en la conclusión anterior, fácilmente conduce a un riesgo lamentable, el adoptar posturas utilitaristas ante la vida, de modo que priman los intereses personales sobre cualquier persona o cosa. Esto se observa en el ítem Maquiavelo, según éste, poco más de la mitad de los encuestados manifiesta su inclinación a buscar el propio beneficio, lo cual implica una actitud egoísta, que a largo plazo obstaculiza su crecimiento personal, como afirma especialmente López Quintás.
En los resultados, dicha tendencia se acentúa en los adultos jóvenes, mujeres y en los docentes.

6.6. Los universitarios requieren programas de formación afectiva, aunque ésta no es vista como una de las tareas de la universidad.
Hasta el momento se ha considerado la urgente necesidad de educar la afectividad de los universitarios, considerando sus implicaciones en el ser humano, con base en las percepciones de los encuestados y de los autores que orientan esta investigación. Con el ítem programas, entra al escenario la universidad y su papel en la formación de la afectividad. Al respecto, los encuestados señalan la necesidad de que haya programas para la educación de los jóvenes, pero como indican los resultados del ítem Universidades, la educación de la afectividad no es vista como una de las tareas de la universidad.
El análisis del ítem Universidades, permite concluir que es general la percepción de que las universidades deben ignorar el interés por formar personas equilibradas. Percepción que no varía significativamente según los distintos aspectos sociodemográficos, y que permite ver cómo la consecución del equilibro afectivo, no se considera como una de las tareas de la universidad.
Por otra parte es interesante considerar las implicaciones de las respuestas en el ítem educación, de modo que si gran parte de la población encuestada son jóvenes universitarios, se puede ver que ellos mismos son quienes consideran que la respuesta a las problemáticas propias de su edad, se pueden solucionar con una educación que atienda su desarrollo personal, no sólo lo académico. De ese modo, es la misma voz de los estudiantes la que reconoce una alternativa de solución a sus dificultades.
Según el análisis del ítem desarrollo personal, se concluye que la mayoría de los encuestados consideran que la educación debe dar respuesta a las necesidades de la sociedad y no a las necesidades del desarrollo personal, idea que contradice otros ítems de la categoría formación integral. Sin embargo esta contradicción está dada por la confusión del ítem, según indica su análisis de validez y correlación.

6.7. La experiencia estética, es un medio interesante y apropiado para la formación de la afectividad.
Finalmente respecto a la experiencia estética, los encuestados han expresado una percepción favorable. Por ejemplo, al observar los resultados del ítem arte, se observa que casi todos los encuestados perciben que la afectividad puede ser educada por medio del arte. Así, se concluye que la formación en la afectividad por medio del arte es una propuesta pertinente e interesante para los docentes y estudiantes universitarios, lo cual implica que la propuesta planteada por Tomás Morales y Alfonso López Quintás, es interesante para personas del ámbito universitario.
Además, dicha propuesta es necesaria según lo indican los resultados de los anteriores ítems (como el ítem Maquiavelo), donde un grupo considerable de personas evidencia relacionarse en un nivel de realidad de sensaciones, un nivel básico en el proceso de desarrollo según lo planteado por López Quintás, y que se puede superar al participar de auténticas experiencias estéticas, poniendo en juego la capacidad creativa, que servirá para establecer modos de relación más profundos con los distintos ámbitos de realidad, personas u objetos.
Adicionalmente, es importante considerar que los encuestados perciben que una obra artística puede inspirar ser mejor persona y contribuir a su desarrollo afectivo. Es decir que gran parte de la población encuestada, percibe el arte como un medio de formación valido para la afectividad. Por otra parte, se puede inferir que varios de los docentes y estudiantes encuestados han experimentado el impulso de querer ser mejores al tener contacto con una obra artística.
La autenticidad de dichas experiencias, debe distinguir un momento de efusión de sentimientos, a un auténtico encuentro con una obra de arte; a este aspecto, indaga el ítem encuentro. De su análisis se concluye que la población encuestada considera la posibilidad de tener un encuentro profundo con una obra de arte, como una experiencia mayor a una simplemente efusión de sentimientos. Esto es indicio de una disposición adecuada por parte de docentes y estudiantes para poder vivir experiencias estéticas como fuente de crecimiento personal. Uno de los puntos clave en el proceso formativo propuesto por López Quintás.
La conclusión del ítem maduro, otro de la categoría Experiencia estética, indica que: más de la mitad de los encuestados, considera que es posible lograr la madurez, aun estando desequilibrado afectivamente. Esta afirmación contradice algunas de las conclusiones de otros ítems, esto se debe a que este ítem presenta poca validez, quizás alterado por haber sido formulado de forma negativa en la escala.
En síntesis, las respuestas de los encuestados a estos ítems, permiten ver que la formación integral es vista como un elemento importante y que puede recurrir al arte como medio formativo. Sin embargo se observa dificultad al definir la afectividad y su vinculación con la formación integral, y se tiende equiparar con formación sexual y entrenamiento en habilidades.
Finalmente las respuestas de los encuestados, también son indicio de credibilidad frente al arte como medio formativo. Así mismo, indican una sensibilidad en potencia de docentes y estudiantes universitarios, que sabrán fortalecer su crecimiento personal al participar de métodos formativos como los propuestos por Morales y López Quintás.

7. Recomendaciones
Las recomendaciones planteadas en este apartado, se formulan con relación a cada una de las conclusiones expuestas anteriormente, reuniendo las percepciones encontradas, con las propuestas de Tomás Morales y Alfonso López Quintás.

7.1 La educación afectiva incluye la formación de la afectividad.
El lugar de la afectividad, en las propuestas de formación integral, debe ser reconocido como indispensable. Verlo como un añadido, para la formación integral sería insuficiente. Como lo indican Tomás Morales y Alfonso López Quintás, un plan de formación que eduque la afectividad, permitirá un desarrollo armónico y facilitará el desarrollo de las otras facultades.
La reflexión en torno al ítem Madurez, permite indicar que una auténtica propuesta de formación integral, debe incluir la formación de la afectividad. Y para ello, se recomienda como punto de partida la educación de la inteligencia. De esta forma, una persona que inicia un proceso de formación integral, podrá vislumbrar el proceso de cómo crecer y educar su afectividad de forma acertada, además podrá reconocer la importancia crucial de tener un ideal de vida, que unifique y dé sentido al proceso de desarrollo.
Adicionalmente, las respuestas al ítem, permiten destacar el interés de las personas por dar respuesta a las necesidades de la sociedad. Por esta razón se propone que al lanzar propuestas pedagógicas orientadas a la formación personal, se mencione su beneficioso influjo en el mejoramiento de la sociedad, de forma que se logre una mejor disposición y mayor compromiso en las personas que participen de este tipo de procesos formativos.
En cuanto a la metodología, se recomienda que al construir una escala Likert, los ítems formulados de forma negativa, sean lo más sencillo y claro posibles, para evitar ambigüedades de comprensión para los encuestados y evitar así aminorar la validez del ítem.
Ante la confusión de los encuestados, en el ítem Pensamiento, al identificar el nivel de importancia de la afectividad en relación con las otras facultades, los autores Tomás Morales y López Quintás señalan que es importante clarificar la forma como estas facultades se armonizan y complementan, pues ninguna es más importante que otra y entre todas se debe formar un conjunto armónico. De ahí la importancia de que las propuestas de formación integral, orienten propuestas pedagógicas y proyectos personales, a partir de una visión integral del hombre.

7.2 La formación integral debe ser exigente y estar orientada por un ideal de vida.
Teniendo en cuenta que estudiantes y docentes coinciden en afirmar, junto a Morales y a Quintás, que para educar hay que exigirse, es importante tener presente que cualquier tipo de propuesta educativa que quiera aplicar las ideas propuestas por estos autores, incluya este elemento. Es decir, que la exigencia sea una constante, que se aplique en primer lugar a educadores comprometidos, no solo a impartir contenidos, a instruir, sino que quieran transformar sus propias vidas con un plan de desarrollo personal auténtico, pues sólo así podrán ayudar a otros a crecer, a realizarse.
Con base en las repuestas de los encuestados al ítem Capaz, se indica que una propuesta de formación en la afectividad, en el marco de la educación integral, debe incluir la proposición de metas, que sean lo suficientemente altas para mantener el interés por vencer constantemente las dificultades. Una meta que sea coherente con un pensamiento verídico, orientado a conseguir el bien de la persona.
Unas metas así, pueden constituir un ideal de vida, que muchos esperan encontrar en los procesos educativos. Así lo indican las propuestas pedagógicas que orientan la investigación y así lo perciben también los encuestados. Por esta razón, las propuestas de formación de la afectividad, serán más eficaces si consiguen infundir en los educandos un ideal que colme de sentido su vida.

7.3 La formación de la afectividad debe e integrar tanto el ejercicio físico como el espiritual.
Las propuestas de López Quintás y Morales, junto a las repuestas de los encuestados, indican que el cultivo de la vida interior es importante para el equilibrio afectivo. Por ello es importante que una propuesta de formación en la afectividad incluya la orientación de cómo cultivar la vida interior, basada en experiencias que le peritan a la persona trascender, como plantea Morales un encuentro personal con Dios. Así la persona podrá realizar un proceso de crecimiento integral, que abarque su dimensión espiritual, como sustento para su estabilidad emocional.
Adicionalmente, el ítem actividad física, resalta el deporte como práctica importante, en las propuestas de formación de la afectividad. Los encuestados, de acuerdo con Morales y López Quintás, consideran que la actividad física ayuda a liberar tensiones y favorece el equilibrio afectivo. Por eso, debe recomendarse la práctica constante y ordenada del deporte, para facilitar el equilibrio afectivo. Práctica que permitirá ejercitar la dimensión corporal, y si se realiza de modo disciplinado también podrá fortalecer la voluntad; y esto, sin caer en el error de considerar el deporte como un fin en sí mismo, por vanidad o como puro afán competitivo.
Docentes y estudiantes universitarios no tienen una clara definición de la afectividad, por ello se cae en el error de dar demasiada importancia a los sentimientos, o de confundir afectividad con sexualidad o habilidades sociales. Como parte inicial de la educación en la afectividad se debe: reconocer la afectividad como una facultad que debe estar integrada con las otras, pensamiento y voluntad; así mismo, es importante diferenciar conceptos como: sentimientos, afectos y sensaciones. Además de conocer sus implicaciones en el desarrollo personal, según los niveles de realidad y de conducta a que corresponden, con base en método educativo de López Quintás, pues los sentimientos no deben ser el criterio que oriente las acciones.
Por otra parte, es importante que las propuestas orientadas al desarrollo afectivo, expliquen la relación de la afectividad con las habilidades sociales. Indicando su importancia y definiéndolas claramente, señalando que las habilidades (sociales, emocionales y similares) indican la capacidad de expresar, pero no implican la madurez afectiva de fondo. Por esta razón, los procesos que busquen formar la afectividad, no deben quedarse sólo en el entrenamiento de habilidades.
Es importante reiterar que la clarificación de conceptos es fundamental para iniciar un adecuado proceso de educación de la afectividad, como lo indica López Quintás. Por las propuestas formativas orientadas a dicho fin, deben incluir una clara definición de las habilidades sociales, y también de la sexualidad, como parte de la afectividad.

7.4 Necesitamos una orientación que nos permita superar una visión utilitarista.
Una formación integral, orientada a la formación afectiva, debe incluir una explicación de las implicaciones de optar por una actitud egoísta frente a la vida, en oposición a una actitud de generosidad, o creatividad, en palabras del López Quintás. Con ello se advertirá de las trampas que esconden las recompensas inmediatas y del riesgo de tener como criterio de vida la frase de “el fin justifica los medios”.
Adicionalmente, dicha formación debe estar orientada tanto a los docentes como a los estudiantes, pues siguiendo la línea de Morales: el futuro del mundo es de la juventud, pero la juventud está en manos de quien la forme, o en palabras de López Quintás: tenemos necesidad de guías, que brinden claves de orientación (2003b). De esa forma, si los jóvenes se ven sumergidos en una vida sin sentido, infeliz, podrán tener una luz al encontrar en sus docentes respuestas que les orienten en el modo de lograr un plan de vida que los realice como personas, que favorezca su crecimiento personal.
Esto implica también, una sensibilización a los docentes, para que tomen conciencia de su fundamental misión en la orientación de los jóvenes. Pues la tarea de guiar a los jóvenes, no es exclusiva de los orientadores; los comentarios de cada docente en su cátedra, expresan posturas ante la vida que tienen una fuerte repercusión en las percepciones de sus estudiantes. Un docente que en su discurso, manifiesta una actitud utilitarista ante los objetos, situaciones o personas, estará orientando a sus estudiantes por una vía equivocada para el crecimiento personal. Por el contrario, un docente que expresa una postura de generosidad ante los distintos ámbitos de realidad, será modelo para sus estudiantes de la construcción de un auténtico plan de vida.

7.5 Los universitarios requieren programas de formación afectiva, aunque la educación de la afectividad no es vista como una tarea de la universidad.
Al considerar el papel de la universidad en la formación de la afectividad, se observa que los encuestados señalan la necesidad de programas que eduquen la afectividad de los jóvenes. Por ello se debe considerar la pertinencia de ofrecer programas dirigidos a tal fin, dentro del campo universitarios, como parte necesaria para la formación integral. Se suma así, la necesidad de involucrar a las universidades, para ofrecer programas de educación en la afectividad dirigidos a sus estudiantes.
Se recomienda considerar la necesidad de vincular planes de formación en la afectividad de los jóvenes, desde las universidades que buscan una formación integral de sus estudiantes. Ello se puede hacer como cursos de formación complementaria, pues si bien la tarea principal de la universidad no es educar la afectividad de los universitarios –y así lo perciben los encuestados-, si debe ofrecerles espacios de formación que les permitan desarrollarse integralmente, más cuando así se indica en la misión de la universidad. Además, de esta forma se podrían prevenir y atender dificultades que muchas veces son la raíz de problemas tan importantes para la universidad, como lo son el rendimiento académico y la deserción.
El hecho de que los mismos estudiantes reconozcan que los problemas propios de su edad pueden resolverse con una educación que atienda a lo persona, no solo a lo académico, hace pensar si los estudiantes tienen o no un espacio en que puedan manifestar este tipo de percepciones; en los que puedan proponer alternativas de solución a sus propios problemas. O si de hecho ya cuentan con un espacio de participación semejante ¿Cómo se apoyan dichas iniciativas? También surge la pregunta en un ámbito más general: ¿Qué espacios de formación personal tienen los estudiantes universitarios? ¿Cuáles se podrían implementar? Ante estos interrogantes, se sugiere abrir espacios donde los estudiantes puedan reflexionar acerca de los procesos educativos y sociales de su generación, y que tengan la posibilidad de construir propuestas orientadas a un desarrollo integral; es decir, espacios de participación, en donde puedan proponer y desarrollar sus propuestas.

7.6 La experiencia estética, es un medio apropiado y llamativo para la formación de la afectividad.
El análisis del ítem encuentro, permite identificar un aspecto importante para la implementación de propuestas de educación en la afectividad. Además de reafirmar la importancia de orientar el proceso de desarrollo en torno a un ideal, es fundamental insistir en la disposición permanente de ser creativo y transparente, para ser capaz de descubrir las experiencias estéticas cotidianas que permitirán ascender en el desarrollo integral.
La propuesta de educar la afectividad por medio del arte es pertinente para personas en al ámbito universitario. Por las respuestas a algunos ítems, un grupo considerable de personas evidencia relacionarse en un nivel básico de realidad, el nivel de las sensaciones, que conduce a establecer relaciones superficiales con el entorno y que no ayudan al crecimiento personal. De esa forma, la mayor parte de las personas necesitan conocer y desarrollar, actitudes de apertura generosa hacia su entorno; este es el paso inicial en la propuesta de López Quintás.
Para lograr ese desarrollo integral, además de la necesidad de promover modos de relación basados en la generosidad, es necesario promover la participación de momentos de silencio, que pueden ser eventos especiales como un retiro espiritual, o momentos diarios de reflexión personal. Ambas condiciones, facilitarán un desarrollo apropiado de la formación de la afectividad por medio del arte.
En esta línea, los encuestados perciben que una obra artística puede inspirar ser mejor persona y contribuir a su desarrollo afectivo. Por tanto al plantear propuestas formativas por medio del arte se debe considerar que varias de las personas a quienes se dirige, de hecho han tenido experiencias similares.
Sin embargo, esta adecuada disposición frente al arte como medio de formación, también debe educarse, así como un catador aprende a hacer más fino su paladar para diferencias los buenos vinos. López Quintás, indica que una persona puede aprovechar mejor una obra de arte de calidad, si conoce un método apropiado para abrirse a la realidad que esta le ofrece y ejercitar su capacidad creativa, para re-crear. Y esto implica además de agudizar su sensibilidad, contar con criterios sólidos. Así se ve una vez más la integración afectividad-inteligencia.
Por su parte el ítem Maduro, señala una contradicción, pues según sus respuestas una parte considerable de encuestados consideran que es posible lograr la madurez, sin estar equilibrado afectivamente. Sin embargo esta contradicción se debe a la baja validez del ítem. Así pues, una vez más coincide un ítem formulado de forma negativa, con una baja correlación estadística. Por lo cual se reafirma que metodológicamente, es importante simplificar la redacción de los ítems planteados de forma negativa, para disminuir su probabilidad de resultar ambiguo y por tanto de baja correlación con los demás ítems.
En síntesis, se debe tener presente la poca claridad respecto a la definición de la afectividad, esta puede ser en parte, la razón por la cual los encuestados no vinculen la formación afectiva como tarea de la universidad, ni como requisito para lograr la madurez. Pareciera que aunque identifican algunos de los factores relacionados con su bienestar emocional –como la actividad física y espiritual-, no tienen claridad respecto al proceso de educación en la afectividad.
Por ello una opción para favorecer la educación en la afectividad, puede ser primero: orientar a docentes y estudiantes universitarios en la definición de la afectividad, incluyendo su diferencia con términos como la sexualidad o habilidad social; y dar a conocer sus implicaciones la formación integral, como vía hacia la madurez humana. En segundo lugar, postular la forma como se pueden establecer programas que contribuyan a la formación en la afectividad dentro del ámbito universitario. Y tercero, que por supuesto se considere la posibilidad de recurrir a la experiencia estética como medio formativo, que además de interesante para los universitarios, resulta muy efectivo, si se emplea siguiendo un método adecuado.

8. Referencias bibliográficas
Alba, L. (2010). Salud de la adolescencia en Colombia: bases para una medicina de prevención. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.
Alfama, E., Bona, Y. y Callén, B. (2005). La Virtualización de la Afectividad. Athenea Digital, N° 7, Universitat Autònoma de Barcelona.
Alonso, L., Murcia, G. y Murcia J. (2007). Autoestima y relaciones interpersonales en jóvenes estudiantes de primer semestre de la División Salud de la Universidad del Norte, Barranquilla. Salud Uninorte Barranquilla. 23. (1).
Asociación Española de Personalismo (2009). Alfonso López Quintás.
Bisquerra, R. (2005). La educación emocional en la formación del profesorado. Revista Interuniversitaria de formación del profesorado, N°19, Vol. 3. Universidad de Barcelona.
Bisquerra, R. y Pérez, N. (2007). Las competencias emocionales. Universidad de Barcelona. Educación XXI. 10.
Bisquerra, R., Punsent E., Mora F., García, E. y cols. (2012) ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia. Cuadernos Faros. Observatorio de salud de la infancia y la adolescencia. Barcelona.
Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Revista de Investigación educativa. Vol. 21. N°1.Universidad de Barcelona.
Bueno, C., Teruel, M. y Valero, A. (2005). La inteligencia emocional en alumnos de magisterio: La percepción y comprensión de los sentimientos y las emociones. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3). Universidad de Zaragoza.
Contreras, F., Barbosa, D. y Espinosa, J. (2010). Personalidad, inteligencia emocional y afectividad en estudiantes universitarios en áreas empresariales. Implicaciones para la formación de líderes. Revista Diversitas, perspectivas en psicología. Bogotá. Vol. 6, N 1
Escuela de pensamiento y creatividad (2011). El arte de pensar. Blog de tendencias 21 sobre formación en creatividad y valora.
Extremera y Fernández. (2004). El papel de la inteligencia emocional en el alumnado: evidencias empíricas. Extremera, N. y Fernández-Berrocal, P. (2004). Revista Electrónica de Investigación Educativa, Vol. 6. Nº 2.
Fernández, P. y Extremara, N. (2005). La inteligencia emocional y la educación de las emociones desde el modelo de Mayer y Salovey. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3). Universidad de Málaga.
Fernández, M. y Pastor M. (2008). La educación emocional en los ámbitos formal y no formal. Propuesta aplicable a una visita museística. Universidad de las Islas Baleares. Revista Complutense de Educación, Vol.19, N°2. Palma de Mallorca.
Fernández, M. y Teruel, M. (2005). La educación emocional. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3). Universidad de Zaragoza.
Frías, R. y García, S. (2007). Educar las emociones: un reto para el profesorado del siglo XXI. Revista digital Práctica Docente, N°8. CEP de Granada.
García, J. (2006). Los procesos formativos y el sistema emocional. 18. Universidad de Salamanca.
Gil, N., Blanco, L. y Guerrero, E. (2005). El dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas. Una revisión de sus descriptores básicos. Revista Iberoamericana de educación matemática. Universidad de Extremadura.
Gómez, M. (1998). Una pedagogía para el hombre de hoy. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Fundación universitaria española.
Gonzales, M. y Gonzales, A. (2000). La afectividad en el aula de clase. Colombia Médica. Corporación Editora Médica del Valle.
Hernández, P. (2005). ¿Puede la inteligencia emocional predecir el rendimiento? Potencial predictor de los Moldes Mentales. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3), Universidad de La Laguna.
Lafuente, B. (2007). La pedagogía del P. Tomás Morales, como formación integral. Una respuesta realista a los retos educativos actuales. Tesis doctoral. Universitat de Barcelona.
La Marca, A. (2007). Educación personalizada y la formación del carácter. Estudios sobre educación. Universidad de Navarra.
López, A. (2003a). Inteligencia Creativa, el descubrimiento personal de los valores. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, España.
López, A. (2003b). Descubrir la grandeza de la vida. Nuevo proyecto Formativo. Editorial Verbo Divino. Navarra, España.
López, A. (2004). La experiencia estética y su poder formativo. Universidad de Deusto, Bilbao. España.
López, A. (2008). La conquista de la libertad creativa o libertad interior. Rev. Educar. N° 9.
López, A. (2009a). El amor humano, su sentido y su alcance. Promesa. Primera edición en Costa Rica.
López, A. (2009b). Todos podemos y debemos ser creativos. Rev. Educar. N° 12.
López, A. (2009c). El lenguaje y el silencio, vehículos del encuentro y la creatividad. Rev. Eucar. N° 14.
López, A. (2010). La grandeza del amor conyugal, visto como encuentro. Rev. Educar. N° 17.
López, A. (2011). Nota: Alfonso López Quintás clausura el I Congreso sobre Cine y Educación afirmando que el cine ayuda a superar la actual emergencia educativa.
López, A. (2012). El descubrimiento del amor auténtico, claves para orientar la afectividad. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, España.
Marina, J. (2005). Precisiones sobre la educación emocional. Revista Interuniversitaria de Formación del profesorado. 19(3). Zaragoza.
Miranda, L. (2008). Factores asociados al rendimiento escolar y sus implicaciones para la política educativa del Perú. Publicado en: Eficacia escolar y factores asociados en América Latina y el Caribe. Impresores S. A. Santiago de Chile.
Monroy, M. (2006). Arte, creatividad y aprendizaje. La imaginación como vehículo de la movilidad interior: duelo y simbolización artística. Reencuentro, Análisis de problemas universitarios. Universidad Nacional Autónoma de México.
Morales, T. (2013). Coloquio Familiar. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, España.
Morales, T. (2011). Forja de hombres. Cuarta adición. Biblioteca de autores cristianos. Madrid.
Morales, T. (2007) Coloquio Familiar. Segunda edición. Cruzadas de Santa María. Madrid.
Morales, T. (2003). Hora de los Laicos. Segunda edición. Ediciones Encuentro. Madrid.
Morales, T. (1998). El Ovillo de Ariadna. Ética y valores humanos. Ediciones Encuentro. Madrid.
Morales, T. (1984). Laicos en marcha. Cruzadas de Santa María. Tercera edición. Madrid, España.
Muñoz, M. (2005). Prevención del estrés psicosocial del profesorado mediante el desarrollo de competencias emocionales: el programa P.E.C.E.R.A. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3). Universidad del País Vasco.
Núñez, L. (2008). Pedagogía emocional: una experiencia de formación en competencias emocionales en el contexto universitario. Cuestiones Pedagógicas. Universidad de Sevilla
Obiols, M. (2005). Diseño, desarrollo y evaluación de un programa de educación emocional en un centro educativo. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3). Universidad de Barcelona.
Oliveira, M., Rodríguez, A., Touriñán, J. (sf). Educación para la ciudadanía y dimensión afectiva. Universidad de Santiago de Compostela.
Padilla, A. (2010). Efectos de la participación de madres y padres en un programa de solución de conflictos diseñado conforme a la dimensión psicológica de la promoción de la salud don preadolescentes de sexto grado en un colegio público de Bogotá. Universidad Nacional de Colombia.
Palacios, L. (2006). El valor del arte en el proceso educativo. México. Reencuentro. Análisis de problemas universitarios. Universidad Autónoma Metropolitana. Xochimilco. México.
Palomero, J. (2005). La educación emocional, una revolución pendiente. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado. 19 (3). Zaragoza.
Plan decenal en acción. (2008). Evaluación del aprendizaje y calidad de la evaluación. Dialogo nacional sobre la evaluación del aprendizaje en el aula.
Prieto, E. (2011). La vida afectiva en la teoría de la educación. El tratamiento de las emociones en el seminario interuniversitario de teoría de la educación. Universidad de Salamanca.
Romero, C. (2007). ¿Educar las emociones?: paradigmas científicos y propuestas pedagógicas. Cuestiones pedagógicas 18. Pp. 105-119. Universidad de Sevilla.
Sarmiento. C (sf.) ¿Una educación humanista hoy? Revista Ibero Americana de Educación. Universidad Católica de Argentina. ISSN 1681-5653.
Trujillo, S. (2008). Pedagogía de la afectividad. La afectividad en la educación que le apuesta a la formación integral, ir al núcleo del sujeto. Tesis psicológica. Pontificia Universidad Javeriana.
Trianes, M. y García, A. (2002). Educación socio-afectiva y prevención de conflictos interpersonales en los centros escolares. Revista Interuniversitaria de formación del profesorado. N. 44. Universidad de Zaragoza.
Vasilachis, I. (2009) Estrategias de investigación cualitativa. Gedisa, Barcelona.
Vieira, A (2007). Educación estética y actividad creativa: herramientas para el desarrollo humano. Univ. Psychol. Bogotá, 6 (3). Universidad Federal de Santa Catarina. Brasil.
Vivas, M., Gallego, D. y González, B. (2007). Educar las emociones. Segunda edición. Mérida, Venezuela.

Rcieg
Revista Arbitrada del Centro de Investigación y Estudios Gerenciales A.C. (Barquisimeto - Venezuela)


.