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La homosexualidad en la historia del mundo

Por J. Gordon Muir, M.D.

Mito: La homosexualidad siempre ha sido parte aceptada de la historia del mundo.

Eso es una ficción. La homosexualidad ha ocurrido en varias épocas de la historia del mundo y ha sido condenada como un tabú social y moral en todos los casos, excepto unos pocos. Los antropólogos declaran que solamente durante un período del Japón antiguo y en unos pocos casos de grupos especiales de tribus primitivas, ha sido la homosexualidad aprobada. El 2% de los individuos de una sociedad que practican las relaciones sexuales con personas de su mismo sexo, observan una conducta viciosa que -- hasta últimamente -- raras veces ha sido permitida, y mucho menos promovida como un estilo de vida deseable.

Mito: Los antiguos griegos practicaban la homosexualidad libremente, así como sus grandes filósofos.

Eso es incorrecto. Durante la Edad de Oro de Atenas, la homosexualidad fue declarada contra la ley y se la castigaba severamente. A pesar de lo que eruditos con prejuicios políticos puedan decir, los escritos de Sócrates y Platón demuestran claramente que no sólo no eran homosexuales, ¡sino que estaban vehementemente opuestos a la conducta homosexual! Platón mismo fue víctima de sodomía por parte de un regente homosexual, una experiencia que él condenó como la más degradante y humillante de su vida. Más tarde escribió con respecto a la homosexualidad: "¿Quién en su sano juicio podría promulgar una ley que protegiera tal conducta?" ¡Ese era Platón!

Mito: Sólo las culturas fascistas, como la de los Nazis, se han opuesto a la homosexualidad.

La verdad es que casi todas las culturas en la historia se han opuesto a la conducta homosexual. La antigua Grecia, durante la Edad de Oro de la Filosofía, hizo de la homosexualidad un delito, y sus grandes pensadores la condenaron. Alemania Nazi, por el contrario, estaba regida por hombres bisexuales y homosexuales. La historia ha demostrado que el partido Nazi comenzó con grupos clandestinos homosexuales de Berlín. Recibió sus fondos de homosexuales alemanes ricos. Las tropas de choque -- las Camisas Pardas -- que aterrorizaron al pueblo judío, estaban formadas por hombres orgullosos de ser homosexuales.

Las tropas estaban bajo el mando de hombres dedicados a orgías sadistas con muchachos adolescentes, y a las formas más extremas de sadomasoquismo homosexual. La mayoría del gabinete de Hitler era bisexual u homosexual. Eso es un hecho.

Mito: Los homosexuales, junto con el pueblo judío, fueron las principales víctimas del Holocausto.

Un erudito judío la considera igual a la negación del Holocausto. Otro la llamó "una deshonra a la memoria de 6 millones de judíos." Hasta un prominente investigador homosexual del Museo del Holocausto, en los Estados Unidos, reconoce que no más de 15,000 hombres homosexuales -- y un número mucho menor de lesbianas -- fueron internados en campos de concentración y han acusado al movimiento de "derechos homosexuales" de inventar una nueva historia más cruel, por razones políticas. Esta es una deformación enfermiza de la verdad, si se considera que en realidad la S.S. y la administración de los campos de concentración se componía, en su mayor parte, de Nazis que eran ardientes homosexuales. Un erudito judío ha escrito: "Es irónico que los datos demuestren que hubo más brutalidad, violaciones, torturas y asesinatos cometidos contra gente inocente por pervertidos Nazis y homosexuales que los que se cometieron contra los homosexuales."

Mito: La oposición a la homosexualidad es una nueva idea inventada por los derechistas religiosos.

La oposición a la homosexualidad y su desaprobación no es nada nuevo. En realidad, precisamente lo contrario es cierto. Esa ha sido la respuesta de la humanidad a través de la historia. Cuando algunos segmentos de la sociedad de Grecia antigua comenzaron a practicarla, el gran legislador persa Hamurabi declaró con desprecio que era "una mancha de la que ningún hombre podía limpiarse." La tradición judeo-cristiana, cuyos principios fueron la base sobre la que se fundaron los Estados Unidos, ha condenado la homosexualidad como una abominación. Esto no quiere decir que los homosexuales deban ser maltratados o privados de sus derechos civiles; pero significa que nuestra cultura está de acuerdo con la tradición de todas las sociedades civilizadas cuando desaprueba la conducta homosexual o se opone a ella. Lo que es realmente nuevo es el poder sin precedentes, político y cultural, del movimiento homosexual militante. Los que desaprueban la homosexualidad nunca antes habían sido amenazados con la pérdida de su libertad simplemente por razón de sus convicciones.

Mito: Las grandes obras de la civilización occidental se deben a genios homosexuales.

Eso no es cierto, a no ser que se trate de las obras de la Alemania Nazi que estuvo regida casi exclusivamente por hombres homosexuales y bisexuales. En realidad, esa afirmación fue hecha por primera vez por David Thorstad, un homosexual militante y miembro de la Asociación Norteamericana de Amor de Hombre-Niño. Como se puede ver, estaba defendiendo a los pedófilos (adultos que tienen relaciones sexuales con niños), cuando hizo esa declaración. La mayoría de los homosexuales militantes se refieren a Grecia y sus grandes filósofos cuando hacen esta declaración, pasando por alto el hecho de que Sócrates y Platón hicieron constar que no sólo eran heterosexuales, sino que se oponían vehementemente a la práctica de la homosexualidad.

Mito: A los niños en las escuelas se les debe enseñar lo que han realizado los héroes homosexuales a través de la historia.

La cuestión de la homosexualidad debe mantenerse fuera de las escuelas... totalmente. La única razón para introducir esos relatos especulativos y generalmente no probados sobre la vida sexual de figuras históricas, es el usarlos como instrumentos para predicar la aceptación de la homosexualidad. Esa es una propaganda política que no tiene razón de ser, la cual se enseña a niños impresionables, usando nuestros fondos provenientes de los impuestos. Si los padres quieren enseñar a sus niños que la homosexualidad está bien, que lo hagan en su casa. Los padres que opinan lo contrario tienen el derecho de mandar a los niños a la escuela sin el temor de que el dinero que pagan en impuestos sea usado para lavarles el cerebro, infundiéndoles ideas completamente opuestas a sus más profundas convicciones. Pensemos en esto: ¿Nos educamos oyendo hablar de la vida sexual de Abraham Lincoln o George Washington? ¿Cómo puede ser eso pertinente, a no ser que un grupo político tenga un punto ulterior que probar?

Mito: Los que se oponen a la homosexualidad son la próxima generación de Nazis e imitadores de Hitler.

Los Nazis predicaban que ciertos grupos de gente eran subhumanos y debían ser exterminados por razón de alguna inferioridad genética o étnica. Eso es racismo. Nosotros decimos, por otra parte, que no debemos ser forzados por nuestro gobierno, nuestras escuelas, nuestras leyes y aún el uso de nuestro propio dinero, pagado en impuestos, a reafirmar a un grupo especial poderoso políticamente. Los Nazis se hicieron pasar por víctimas, organizando ataques contra sí mismos para ganarse la simpatía del pueblo, mientras ellos estaban atacando a sus verdaderos objetivos, desecrando hogares, hostigando a los que no estaban de acuerdo con ellos. Mintieron desvergonzadamente a los medios de comunicación, creyendo que mientras más grande la mentira, era más fácil que el pueblo la creyera. Esos son exactamente los métodos de los homosexuales militantes de hoy, muchos de los cuales reconocen que realmente siguen las tácticas Nazis. Uno de los jefes de la organización ACT-UP confesó que él y sus partidarios leen las memorias de Hitler como su guía de tácticas. Así que ¿quiénes son los Nazis en realidad? Yo defenderé hasta la muerte el derecho de cualquiera a ser tratado como ciudadano libre de los Estados Unidos, con todos sus derechos civiles, y esto incluye a los homosexuales. Pero no seré forzado a reafirmar su conducta sexual. Eso es fascismo.

Fuente: Debate Points: Homosexuality in World History. y Wall Street Journal