Imprimir
Eugenesia: un tipo de eutanasia

“Eugenesia” es una palabra que muchos han escuchado, pero que pocos se han dado a la tarea de estudiar a fondo. Descubre lo que realmente significa.

Por Ma. del Rosario G. Prieto Eibl
Euge... ¿Qué?

La eugenesia es el cruzamiento indefinidamente fecundo entre individuos de distintas razas.

Los términos “eugenesia” y “eugenética” se toman como sinónimos. La eugenética es la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana. Es la ciencia que tiene por objeto el estudio teórico y práctico de los medios capaces de proteger, acrecer y perfeccionar a los individuos más robustos y mejor dotados de las razas humanas. (En este artículo usaré la palabra "eugenesia" en su acepción equivalente a la "eugénetica")

Mejorar la especie humana...

Un científico Inglés llamado Francis Galton, contemporáneo de Darwin e influenciado por sus ideas, pensaba que había que mejorar la especie humana, pero no en cuanto a su plenitud, sino mejorarla en los aspectos cuantitativos como la talla, el peso, la altura, etc.; era un fanático y activo defensor y propulsor de la eugenesia.

Galton, proponía de manera abierta la práctica de la eugenesia y se dedicó a realizar estudios para sustentar sus creencias. El científico quería que el Estado seleccionara las parejas para formar los matrimonios con el objeto de mejorar la raza. Así, como después lo hizo Hitler... sólo que el primero únicamente lo estudió en el ámbito científico mientras que el segundo lo realizó empleando el poder del Estado; sin embargo, el objetivo era el mismo.

Galton, como todo un científico serio y responsable, realizó varios estudios para comprobar sus ideas y convencer a la sociedad de que había que decidirse por la eugenesia. En 1874, presentó un trabajo sobre el tema que estamos tratando, en la Royal Society (Academia de Ciencias en Inglaterra), culminando su estudio en 1887 con la presentación de “Leyes típicas de la Herencia” Cuando mostró su trabajo y sus conclusiones fue inmensa la sorpresa de su auditorio, y nosotros, no estamos menos sorprendidos.

Chícharos y más chícharos.

En esto consistió el proyecto: Escogió de entre miles de chícharos, semillas que correspondían a 7 tamaños diferentes, clasificándolos desde los más pequeños hasta los más grandes e hizo nueve paquetes que contenían los siete grupos, redactó las instrucciones precisas para sembrarlos de forma de que no hubiera variables extrañas que modificaran de alguna manera el experimento, ni siquiera variaciones en la cantidad de agua o de abono, etc. y los mandó a diferentes sitios en las Islas Británicas para que fueran sembrados, Darwin fue una de las personas que participó en el experimento.

Pasó el tiempo y llegó el momento de verificar si su hipótesis era cierta. La hipótesis que sostenía era que de las semillas pequeñas resultarían chícharos pequeños y de las semillas grandes resultarían chícharos grandes. Sin embargo el desenlace fue distinto a lo que él esperaba, destruyendo así todo el concepto de lo que la eugenesia es.

¿Cuestión de Estadística?

Al analizar los resultados, el científico Inglés encontró que los chícharos de esas semillas se apartaban del tamaño de las semillas que los originaron, tendiendo a agruparse en la media estadística que correspondía a las semillas originales. Es decir, los chícharos pequeños tuvieron “hijos” más grandes y los chícharos grandes “hijos” de menor dimensión.

Galton, inconforme con el resultado, realizó otro estudio, esta vez analizando la estatura de varios matrimonios. Formó 12 grupos, que iban de los más bajos de estatura a los más altos y comparándolas después con las estaturas de los hijos, esperando que los hijos de personas bajas fueran bajos de estatura y los hijos de las parejas altas fueran altos de estatura. Sin embargo, el resultado fue el mismo que con los chícharos, la altura promedio de los hijos tendía a la media.

El científico, disgustado al no verificar como cierta su hipótesis, nombró a este fenómeno “Regresión”, término aún ahora utilizado en Estadística.

El juego de gigantes y enanos es absurdo.

Y digo esto porque seguimos siendo soberbios, seguimos sin aprender, parecería que queremos acabar con el hombre mismo. Antes, pretendiendo la mejora de la raza, con la eugenesia al estilo Galton o al estilo Hitler y su locura de la "Raza Superior", hoy con la clonación en la comodidad de un laboratorio y casi dictándole la receta al científico para que el niño ”salga bonito”.

La eugenesia es una manera de “ cambiar”, de “modificar”, de “mutilar”, de “eliminar” de la sociedad a las personas con ciertas características que a ciertos individuos o no les gustan, o no les sirven al momento del nacimiento o poco después. La eugenesia es un tipo de eutanasia, se diferencia de esta, en que la primera busca directamente la muerte a un no nacido (aborto) o a un recién nacido disminuido o “no agraciado” según algunos, y la eutanasia la busca en un minusválido, viejo o a un enfermo incurable. Ninguna de las dos es lícita jamás, ya que no reconocen la dignidad del ser humano.

Los hombres que se proclaman a favor de la eugenesia, no se dan cuenta que lo que verdaderamente habría que mejorar no son rasgos físicos, color de ojos, estatura alta o baja, complexión delgada o robusta, la fortaleza biológica, etc.; sino la plenitud de la vida de la persona humana, su corazón y su capacidad de amar. Parece que el hombre a través de los grandes logros técnicos y científicos se ha olvidado de que lo que realmente hace mejor a un ser humano en calidad no es modificando sus características biológicas, sino enseñándole la maravilla de lo que la vida humana es y está llamada a ser, independientemente de su raza, su color, su estatura, sus facciones, su resistencia física, etc..

El valor de la vida humana es sagrado y ésta ha de ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.

La eugenesia atenta contra el derecho fundamental de la vida, del derecho y la libertad de ser, de existir.

La ciencia y la técnica al servicio del hombre.

Es así como debe ser, el ser humano debe ser tratado como persona desde la concepción y deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible como cualquier otro ser humano.

De modo que el diagnóstico prenatal es moralmente lícito, “si respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano, y si se orienta hacia su protección o hacia su curación... Pero se opondrá gravemente a la ley moral cuando contempla la posibilidad , en dependencia de sus resultados, de provocar un aborto: un diagnóstico que atestigua la existencia de una malformación o de una enfermedad hereditaria no debe equivaler a una sentencia de muerte”

Se deben considerar “lícitas las intervenciones sobre el embrión humano, siempre que respeten la vida y la integridad del embrión, que no lo expongan a riesgos desproporcionados, que tengan como fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia individual”.

Así mismo, “es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como material biológico disponible”.

“Algunos intentos de intervenir en el patrimonio cromosómico y genético no son terapéuticos, sino que miran a la producción de seres humanos seleccionados en cuanto al sexo u otras cualidades prefijadas. Estas manipulaciones son contrarias a la dignidad personal del ser humano, a su integridad y a su identidad”.

Ningún hombre debe olvidar que la naturaleza es sabia, a veces el hombre no lo entiende y pretende ser el dueño y autor de la Creación, cuando simplemente es una creatura regida por el orden natural impreso en su ser y en todas las cosas que si se busca quebrantar, solo llevará al hombre a la infelicidad y a su autodestrucción, esperemos que los hombres de ciencia busquen desarrollar técnicas que, respetando la naturaleza promuevan el verdadero bien de la humanidad, y se olviden de ir contra natura, respetando ante todo el derecho fundamental de la vida.

Recordando a Galton, podemos decir que fue un científico honorable que estudió, y demostró tener un espíritu de amor a la verdad y de ética profesional al publicar sus estudios aun cuando contradecían a sus ideas. Demostró con sus experimentos, con los que buscaba justificar la eugenesia, que las leyes naturales se imponen a los caprichos del hombre.

Eugenesia se escribe con “E” de eutanasia, pero también con “E” de egoísmo, no permitamos que este último invada el corazón de los hombres. Ojalá y los actuales científicos y "planificadores sociales" demostraran tener la misma honorabilidad y respeto a la verdad, podrían hacer de nuestro mundo, un mundo verdaderamente humano y veríamos que por fin, la ciencia está al servicio del hombre y no al revés.