La sociedad civil global. Una respuesta a la guerra  
                                      
                                    Mary Kaldor es  profesora de Global Governance en la London School of Economics. Su trayectoria  académica y su experiencia personal en el seguimiento de los conflictos  internacionales contemporáneos, le han llevado a un enfoque original y  sugerente de las relaciones políticas en el siglo XXI. Buen ejemplo es su  estudio sobre "Las nuevas guerras", y ahora este análisis sobre las transformaciones del  concepto de sociedad civil y su carácter global. 
                                    ¿Qué es la sociedad  civil? El estudio de Kaldor no se centra en responder a la pregunta teórica: la  respuesta ha variado conforme a las circunstancias históricas. Sí ofrece  algunos caracteres definitorios (la asociación voluntaria, la no-violencia, la  reivindicación de valores universales de emancipación, la  auto-organización...). 
                                    Pero sobre todo  aborda –con abundancia de documentación– la historia de cómo ha resurgido el  concepto, a partir de la "revolución de 1989". 
                                    Relata la evolución  que han sufrido los grupos y redes a lo largo de los años noventa (su  "oenegeización" y "amansamiento"); y la tipología de  movimientos, ONGs y redes que forman la sociedad civil global. 
                                    Por último, como  tema central de todo el libro, realiza un interesante análisis del papel de la  sociedad civil como vehículo para evitar la guerra y promover los derechos  humanos. Con especial hondura, Kaldor relata los debates sobre la defensa de  los derechos humanos tras el telón de acero. Los movimientos de Europa del Este  no buscaban acceder al poder, sino transformarlo, y abrir nuevos cauces para la  libertad individual y la participación democrática. 
                                    Un peligro del  libro es la variedad de frentes que abre, y que no puede atender en todos los  casos con idéntica solvencia: la crisis del Estado moderno y del derecho  internacional clásico; la reforma de la democracia y la apertura de cauces para  la participación ciudadana; el papel de los movimientos pacifistas en los  cambios en Europa del Este, frente al relato oficial Reagan-Solidaridad; etc.  Su virtud es poner en contacto todas estas materias, aportando abundante  material. 
                                    Las reflexiones van  orientadas, como indica el subtítulo, al papel de la sociedad civil ante los  conflictos armados. Kaldor subraya la necesidad de contar con los Estados como  garantes de la paz y el orden social. El peligro de la anarquía es mortal para  la sociedad civil. No propugna un Estado mundial (que cree inviable), ni se  aferra a la versión clásica de la soberanía; defiende un Estado multilateral,  que forme parte de los debates y negociaciones propios de la sociedad civil  global. Para ello debe admitir las limitaciones que impone la nueva ley  humanitaria, y estar dispuesto a sacrificar vidas propias en las acciones de  injerencia humanitaria. Esto refuerza la legitimidad de los Estados, a cambio  de acotar el ejercicio arbitrario poder. 
                                    La lectura del  libro, con los defectos señalados, es una buena aproximación a algunos aspectos  de los cambios políticos y sociales del nuevo siglo, especialmente en el ámbito  de las relaciones internacionales y de las nuevas modalidades de gobierno y  participación englobadas bajo el feo neologismo de gobernanza. 
                                    Global Civil Society. An Answer to War 
                                      Tusquets.  Barcelona (2005). 238 págs. Traducción: Dolors Udina. 
                                     
                                      Las nuevas guerras. Violencia organizada en la  era global     (New & Old Wars. Organised Violence in a Global Era)  
                                      
                                    Mary Kaldor, británica, es profesora de  relaciones internacionales, y ha tenido un contacto directo con las guerras de  la antigua Yugoslavia. En este libro desvela las diferencias entre la guerra  moderna y la violencia organizada postmoderna. 
                                    El libro se abre con la demostración del  íntimo vínculo existente entre el surgimiento del Estado moderno –tras las  guerras de religión del siglo XVI– y la guerra, tal como hoy la imaginamos y concebimos:  librada entre ejércitos regulares de Estados soberanos, por el control de un  territorio. Termina con la constatación de que la crisis del Estado ha  modificado el modo de hacer la guerra. 
                                    La autora relata con viveza la desaparición  del régimen yugoslavo, y nos descubre en ese contexto algunos factores que  cambian el paradigma de los conflictos armados: la pérdida de legitimidad de  las organizaciones políticas; la inevitable desaparición del monopolio de la  violencia legítima, con la proliferación de grupos armados irregulares... Un  dato relevante para comprender el vuelco en este último aspecto: a comienzos  del siglo XX tras una guerra se contaba un civil muerto por cada ocho  militares. Hoy esta proporción se ha invertido. 
                                    La mayor aportación de la obra de Kaldor está  en su análisis de la guerra de Bosnia, de la que extrae gran parte de sus  reflexiones. También es de gran interés su estudio de los medios de  sostenimiento de los ejércitos irregulares: la economía de guerra globalizada,  que se define por la ausencia de financiación estatal, y por el recurso al  saqueo y a la rapiña, especialmente sobre la ayuda humanitaria. 
                                    En opinión de Kaldor, la nueva violencia debe  ser tratada como un enfrentamiento entre dos bandos: la comunidad  internacional, portadora de los valores del cosmopolitismo, cuyas tropas se  reservan el monopolio de la violencia legítima para restaurar la ley  internacional, por un lado; y por otro, los grupos violentos que, con una  visión excluyente de la política, recurren a la limpieza étnica y a la  manipulación de la historia y la identidad para afianzar su poder. Si esto es  cierto, debe replantearse el modo de utilizar la fuerza en las intervenciones  de pacificación. El objetivo principal en estas actuaciones debe ser el de  proteger a los civiles y evitar las violaciones de los derechos humanos, sin  falsas preocupaciones por el consentimiento de las partes. Para esto, resulta  particularmente eficaz apoyar aquellos "islotes de civismo" que  quieren evitar verse arrastrados por la espiral de violencia y discriminación.  En resumen, Kaldor deplora el formato de "guerra aérea espectáculo"  al que estamos acostumbrados. 
                                    Las perspectivas que sugiere el libro ayudan a  comprender los fenómenos de violencia organizada, tan frecuentes en África y en  otros focos de conflictividad. Pero quizá las soluciones propuestas resultan un  tanto ingenuas y se apoyan en una valoración negativa de la identidad –en  concreto del papel de la religión en la configuración de las comunidades  humanas– en la línea de un internacionalismo liberal que, según la propia  autora reconoce, es marcadamente utópico. 
                                    Tusquets.  Barcelona (2001). 242 págs. 2.300 ptas. Traducción: María Luisa Rodríguez  Tapia.  
                                    Ricardo  Calleja Rovira  
                                        Aceprensa                                      |