Tras el éxito de El club de la miseria, Paul Collier presenta este libro que, junto a un tercero, actualmente en preparación, se convertirán en una referencia obligada para cualquier interesado en la problemática de los mil millones de personas que en estos momentos viven en los países de lo que el autor llama el “club de la miseria”.
En este segundo trabajo, Collier se centra en el poder político y en la forma de acceso violenta al poder que es la habitual en estos países. La violencia política no solamente es un drama en sí mismo, sino que además se convierte en el principal problema e impedimento para generar gobiernos legítimos y responsables. Buena parte del libro analiza esa violencia política y sus manifestaciones habituales: el tráfico de armas, la propensión a las guerras y el recurso a los golpes de Estado. La confluencia de estos tres elementos ha destruido gran parte de las posibilidades de desarrollo de muchas de estas naciones.
Los resultados demuestran, sin lugar a dudas, que el optimismo de Occidente sobre la idea de implantar sus valores democráticos en estos países era excesivo. Ante resultados tan desalentadores, la pregunta Collier se plantea si realmente es importante que el acceso al poder se realice a través de los principios democráticos. Para el autor la respuesta es clara: “Nuestros valores democráticos son universales”, y añade que “en nuestras sociedades, el tránsito desde la servidumbre de los ciudadanos a la servidumbre de los gobiernos ha sido un largo viaje, y probablemente también lo será en las sociedades del club de la miseria. Está claro que hemos subestimado la dificultad de la empresa y promovido los aspectos equivocados de la democracia, esto es, la fachada y no la infraestructura básica”.
El problema estructural al que han de hacer frente estos países es que son demasiado grandes para ser naciones, pero demasiado pequeños para ser estados. Su falta de cohesión les hace ser muy grandes y en cambio su pequeña escala no les permite producir los necesarios y fundamentales bienes públicos (como la seguridad o la exigencia de responsabilidad) de manera eficaz.
Dado que en estas sociedades no es frecuente la aparición de líderes políticos con suficiente visión de futuro, la única alternativa real para que necesidades sociales básicas, como son la seguridad y la responsabilidad, se implanten en los países del club de la miseria es el impulso y el apoyo de la comunidad internacional.
Para el autor, entre “la negligencia más absoluta” (Somalia) y “la intervención preventiva total” (Irak), caben actuaciones de política internacional más equilibradas. Cruzarnos de brazos por egoísmo, compasión, miedo o culpa sería una imperdonable evasión de nuestra responsabilidad con indudables repercusiones (algunas muy actuales y evidentes) a nivel mundial.
(Wars, Guns and Votes. Democracy in Dangerous Places)
Turner. Madrid (2009). 319 págs. Traducción: Víctor V. Úbeda. |