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Todos somos necesarios para la PAZ

El hambre y las guerras, de las que son víctimas muchos millones de seres humanos, no están inscritas en las leyes de la naturaleza, sino que son fruto de las decisiones y actuaciones humanas. Porque la paz y la vida son anhelos ineludibles de todo ser humano y no dependen de fuerzas mágicas desconocidas sino de la mano del hombre que, desde la libertad, la responsabilidad y la participación, crea oportunidades para la vida igual que es capaz de crear situaciones de muerte. Los conflictos pueden evitarse y, si se producen, pueden resolverse con medios y métodos no violentos.

La sociedad civil tiene un papel muy importante en la prevención y resolución de los conflictos; negarlo, olvidarlo u obstaculizarlo constituye un grave error, porque se neutraliza y estrangula uno de los requisitos esenciales de la vida democrática. Las personas, como ciudadanos, deben ser tenidas en cuenta e incentivadas a participar en los asuntos que les conciernen.

Hacia este objetivo se dirige la educación para la paz, basada en el respeto a la dignidad y a los derechos de todas las personas, y superadora de ideologías de violencia y dominación.

Una educación que tiende a fortalecer y a crear una verdadera cultura de la vida y la igualdad entre todas las personas; una educación dirigida a la transformación de las raíces de las injusticias, las desigualdades y las discriminaciones económicas, políticas, educativas, sociales y religiosas.

Las organizaciones de la sociedad civil han emprendido, sobre todo a lo largo del siglo
XX, múltiples iniciativas para la paz en el corazón de los conflictos. Movidas por creencias religiosas y éticas, por los ideales de la igualdad y la justicia, la no violencia y el desarme, se han multiplicado los movimientos, campañas, premios y publicaciones que dan cuenta del enorme esfuerzo que hace la sociedad civil para buscar la paz.

Manos Unidas, como organización católica para la ayuda al desarrollo del Tercer Mundo, es una respuesta de la sociedad civil en el corazón de los conflictos. En la medida en que participa y apoya campañas de sensibilización y denuncia, y promueve proyectos de desarrollo, Manos Unidas va a la raíz de todas las violencias, a la violencia estructural, y se pone al servicio de la cultura de la vida, cerca de las vidas de los oprimidos e indefensos.

Manos Unidas, Boletín N° 149, oct-dic 2002