  
                                    Alianza  Editorial, 2010, 384 páginas 
                                    ISBN:  9788420669694 
                                    Siddharth  Kara se topó con la cruda realidad de la esclavitud sexual en un campo de  refugiados de Bosnia en 1995 mientras estaba allí como voluntario siendo  estudiante. En el año 2000, utilizando sus ahorros, realizó tres viajes de  investigación sobre el tema y en Tráfico sexual. El negocio de la esclavitud  moderna, publicado en España por Alianza Editorial en 2010, presenta los  resultados de su trabajo. 
                                    En  los capítulos centrales, nos muestra sus descubrimientos acerca de la realidad  de la esclavitud sexual en los diferentes lugares a los que le llevó su  investigación, explicándonos cómo funciona el tráfico y la explotación de  manera particular en cada uno de ellos. Encontramos así seis capítulos para  seis regiones: India y Nepal; Italia y Europa occidental; Moldavia y la antigua  Unión Soviética; Albania y los Balcanes; Tailandia y la subregión del Mekong.  
                                    Lo  que cuenta en estos capítulos ya hace que el libro sea imprescindible, pero lo  termina de hacer especialmente valioso la acertada forma en la que nos presenta  sus conclusiones y sus propuestas de acción basadas en un análisis claro e  incisivo. Tanto en capítulo primero como el último están dedicado al análisis  del porqué de esta esclavitud, qué la ha hecho multiplicarse en los últimos  años y las medidas que el autor considera que serían necesarias para comenzar a  erradicarla de verdad.  
                                    Con Tráfico Sexual, Siddharth Kara nos  revela una realidad que, a los que nos ha tocado vivir en el lado “bueno” del  mundo, no podemos ni imaginar. Abruma acercarse a este libro. Abruma descubrir  lo inevitable que es para muchas mujeres y familias en el mundo caer en las  redes de la esclavitud, porque su entorno, el mundo, TODO, juega en su contra y  los empuja sin remedio a ser esclavos. Yo soy de las que suele pensar que siempre  hay una salida, pero al leer este libro me duele en el alma ver que para muchos  realmente no la hay.  
                                    El  autor va al meollo de la cuestión de forma clara: La esclavitud sexual es un  negocio sumamente rentable. Los beneficios son inmensos para un coste mínimo. A  los esclavos no hay que pagarles, los gastos de su captación y transporte son  bajos debido a la gran pobreza de los lugares de procedencia, y los riesgos son  casi nulos ya que en los países donde el tráfico es mayor, la corrupción hace  que los traficantes y explotadores tengan la tranquila certeza de que la ley no  los va a castigar. 
                                    Siddharth  Kara insiste en que lo que urge hacer es invertir la ecuación coste-beneficio:  los costes deben aumentar para que el negocio no resulte rentable. Costes como  saber que la probabilidad de un castigo severo por parte de las autoridades es  alta, tanto para los explotadores como para los clientes.  
                                    Hay  testimonios desgarradores de victimas que se atreven a contar su experiencia.  
                                    Cada  país o región tiene sus particularidades, pero también hay mucho en común para  las esclavas sexuales. Todas viven en la pobreza y anhelan una vida mejor, para  ellas o para sus familias a las que en muchos casos tienen la obligación  cultural de sostener económicamente. Aprovechándose de la situación, los  traficantes llegan a pueblos y barrios ofreciendo trabajos dignos y bien  remunerados: trabajo en una fábrica de la capital, camarera en Italia, personal  doméstico en EEUU cobrando 2.000 dólares… Ante lo desesperado de su situación,  aunque algunas alberguen dudas, se lanzan pensando que a ellas no les va a  pasar nada malo. Y a partir de aquí, el infierno.  
                                    Las  palizas, violaciones y privación de alimento son lo habitual en el primer  periodo de sometimiento, tras el cual, la chica ya no tiene fuerzas para luchar  o resistirse y se convierte en una esclava dócil y rentable.  
                                    Y  en la raíz del problema, entre otras cosas, pero de forma muy destacada, la  pobreza. Yo no sé mucho sobre macroeconomía, pero el autor arremete, de forma  muy razonada y argumentada, contra el Fondo Monetario Internacional y el  capitalismo radical que ha hundido en la miseria más literal a muchos países  con economías que aspiraban a emerger, sobre todo los de Europa del este tras  la caída del muro de Berlín. Con países endeudados con el FMI casi con el  volumen total de su economía, los recortes en las políticas sociales son  brutales, lo que manda a miles de personas a la pobreza extrema, donde los  traficantes y explotadores han encontrado un filón. 
                                    ¿Hay  algo que yo pueda hacer? Parece todo demasiado grande para que una persona  pueda hacer algo, pero Siddharth Kara propone que tú y yo sí que tenemos parte  en la solución. Con cuatro puntos principales: Sensibilización, apoyo económico  a cualquier ONG que luche contra el tráfico de personas, vigilancia comunitaria  y presionar a los legisladores, por medio del envío de cartas, para que planten  cara a la realidad y tomen medidas.  
                                    Aquí  os dejo los enlaces a Stop the traffik y Esclavitud XXI, una coalición  internacional de organizaciones, comunidades e individuos, que ha llevado a  cabo campañas en España junto con la Alianza Evangélica Española para presionar  a los periódicos a eliminar de sus páginas de contactos los de índole sexual, o  campañas a nivel internacional, cómo la de pedir a Nestlé que garantice que no  utiliza niños esclavos en la recolección del cacao, cosa que no hace.  
                                    stopthetraffik.org 
                                    María  del Mar Gómez Menchón   
23-X-2010  Fuente:  libros.mujerdehoy.org 
                                    Sinopsis 
                                    A  finales de 2006 había 28,4 millones de esclavos en el mundo, de los cuales 1,2  millones eran mujeres y niñas secuestradas, engañadas, seducidas o vendidas  para ser prostituidas y que constituyen el eje de una de las empresas ilícitas  más rentables del mundo.  
                                    Siddharth  Kara conoció los horrores de la esclavitud sexual en un campo de refugiados  bosnio en 1995. Desde entonces ha viajado a numerosos países para investigar  los mecanismos tanto económicos como culturales de este brutal negocio y dar  testimonio de su devastador coste humano. Por primera vez, Kara cuantifica la  magnitud, el crecimiento y la rentabilidad del tráfico sexual y de otras formas  de esclavitud moderna, y aporta datos inéditos hasta el momento sobre los  cuales basa una serie de propuestas encaminadas a la reducción y eliminación  última de este ignominioso negocio. Su relato está apoyado, además, por  estremecedores testimonios de víctimas, personal de centros de acogida,  policías y revela las espantosas condiciones de su explotación. 
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