 
                                    Espasa Calpe. Madrid  (1995). 221 págs.
                                    Esta  obra, que obtuvo el premio Espasa Ensayo 1995, figura actualmente entre los libros  más vendidos en España. Lo que puede demostrar dos cosas. La primera, que el  tema de la violencia interesa. La segunda que, junto al indudable prestigio  profesional del autor, el apoyo de los medios de comunicación resulta  imprescindible si se quiere llegar al gran público no especializado. 
                                    Luis  Rojas Marcos ha dirigido el Departamento de Salud Mental de la ciudad de Nueva  York y lleva más de 20 años trabajando en el campo de la salud pública de dicha  ciudad. Esta experiencia, según él mismo declara, no le ha hecho caer ni en la  indiferencia ni en el cinismo. Y quizá sea su mensaje de esperanza el que más  certeramente conecte con el lector. Otra virtud indudable del libro es su  lenguaje claro, lejos de análisis simbólicos que tantas veces utilizan los expertos  y que desvían el problema de la violencia sin aportar soluciones. 
                                    Las  semillas de la violencia es un libro fácil y cercano, fundamentalmente  descriptivo de la violencia en los países occidentales y en concreto en los  grandes núcleos urbanos. El autor presta una especial atención a la familia,  tanto en lo que respecta a la violencia doméstica como por su indudable  protagonismo en las estrategias de prevención que Rojas Marcos dibuja en un  tono bastante genérico.  
                                    También  es destacable el análisis dedicado a la "fascinación por las  atrocidades" en los medios de comunicación. El suicidio, la pena de muerte  y la violación son otros aspectos que el autor trata con acierto. Resulta  interesante su visión sobre la droga y las enfermedades mentales en relación  con la violencia.  
                                    El  libro es, pese al tema, fundamentalmente optimista y bienintencionado. Sin  embargo, algunas de sus apreciaciones sobre las raíces culturales de la  violencia son inexactas o, al menos, matizables, y existen omisiones serias.  Así, es chocante que -de pasada- preste crédito a peregrinas teorías que  consideran la devoción a la   Pasión de Jesucristo como un "ejemplo paradigmático de  la profunda atracción por las imágenes de violencia", cuando es justo lo  contrario.  
                                    De  igual modo, Rojas Marcos se resiste a considerar que la inestabilidad familiar  dificulta notablemente la creación de esos hogares que él propone como  educadores en la paz, la compasión y la comprensión. También su insistencia,  por lo demás valiente y justa, en la mejora de la posición social tanto de los  niños como de las mujeres en Occidente, se fundamenta a veces en una visión  unívoca e idílica sobre los beneficios de la planificación familiar y la  liberación sexual. Resulta sorprendente no sólo su opinión sobre la pornografía,  sino sobre todo la total omisión de una de las manifestaciones de violencia más  graves de nuestra sociedad actual: el aborto.  
                                      
                                    Rojas Marcos, Luis  
                                      Círculo de Lectores.  1996.  
                                      21 cm. 222 p.  
                                    Encuadernación en tapa  dura de editorial con sobrecubierta ilustrada.  
                                    Firmado  por Aurora Pimentel  
Aceprensa, 15 Noviembre  1995  |