Marco Legal / Violencia contra la mujer / Violencia
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Una niña marroquí es obligada por un juez a casarse con su violador

En Marruecos la ley permite al violador desposar a su víctima y librarse así de la pena de cárcel

EFE. La familia de una niña marroquí de 14 años en Tánger (norte de Marruecos) ha denunciado el caso de su hija, forzada por la Justicia a casarse con la persona que la violó y dejó embarazada, ahora presa de una profunda depresión.

La familia de la víctima, apoyada por la Asociación «No toques a mi hijo», denuncia que su hija, llamada Safae, fue presionada por un juez marroquí para que accediera a casarse con su violador, en una vista en la que estaban presentes los padres y el abogado del violador, pero sin que estuvieran los padres de la víctima.

La madre de la víctima, que se identificó solo como Zakia, dijo que la historia se remonta a enero del 2011, cuando esta persona secuestró a Safae frente a una asociación donde estudiaba castellano e informática, la violó y la dejó abandonada cerca de su casa.

La familia presentó una denuncia contra el violador en el momento de los hechos, pero la madre afirma haber sufrido presiones por parte de la Fiscalía y un juez de familia para que la niña aceptase casarse con su violador como forma de «salvar su honor».

Safae dio a luz posteriormente a una niña pero nunca ha vivido con su agresor, quien no deja de acosarla hasta haberla llevado a varias tentativas de suicidio, según la madre.

En Marruecos, una polémica ley del Código Penal permite al violador desposar a su víctima y librarse así de la pena de cárcel.

Esta ley ha salido a la luz con el caso de Amina Filali, la menor de 16 años que se suicidó el 10 de marzo en la región de Larache tras ser violada, forzada a casarse con su agresor y maltratada por este último tras el matrimonio.

09 de mayo de 2012
lavozdegalicia.es

 

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Una menor marroquí se suicida tras ser obligada a casarse con su violador

La joven de 16 años se causó la muerte al ingerir veneno para ratas en la casa de la familia de su marido

EFE. Una menor marroquí de 16 años decidió poner fin a su vida en Larache (norte de Marruecos) tras ser obligada a casarse con su violador, diez años mayor que ella, y por el maltrato al que fue sometida.

Según explica el diario local Al Massae, el pasado sábado la joven decidió ingerir un veneno para ratas en la casa de la familia del marido, desesperada por el maltrato al que fue sometida por parte de ésta y de su esposo, así como del rechazo de su propio padre a recibirla en casa.

La historia remonta a hace un año cuando la familia de la víctima depositó una denuncia ante el fiscal general de Tánger acusando al agresor de violación sexual, apunta el diario. Tras una intervención de los conocidos de las dos familias, se decidió casar a la joven con su violador con la autorización del juez.

Este tipo de matrimonios es impuesto por la fuerza de la tradición, sobre todo en el ámbito rural para salvaguardar el honor de la joven y «resolver» el daño causado tras la violación. Asimismo, según el código penal marroquí el violador queda exento de sanción si admite casarse con su víctima.

Entre las reivindicaciones de los movimientos feministas figura la modificación de este artículo, que según Hafida Elbaz, directora de la Asociación Solidaridad Femenina, se trata de una «trampa» para evadir las sanciones.

13 de marzo de 2012
lavozdegalicia.es

 

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Marruecos: ¿Casarse a los nueve años o a los dieciocho?

Manuel Cruz

La reciente difusión en Marruecos de una fetua o consejo religioso, emitida por un conocido teólogo, llamado Mohamed Ben Abderrahman Al Maghraui, que autorizaba el matrimonio a las niñas a partir de los nueve años, ha encendido las alarmas en el Palacio Real. A tal extremo, que el rey Mohamed VI ha decidido emprender un plan de reformas en el ámbito religioso que supondrá un mayor control, por parte del Consejo Superior de los Ulemas (los teólogos oficiales al servicio del Trono) sobre los imanes, las mezquitas e, incluso, la comunidad marroquí residente en el extranjero.

Se comprenderá mejor esta decisión si tenemos en cuenta varios factores que afectan la esencia misma de la sociedad marroquí. Por un lado, Mohamed VI no solo es el Jefe del Estado a título de rey, sino también el Comendador de los Creyentes, una especie de jalifa del Profeta, del que es descendiente directo, cuya principal función es, justamente, la de velar por el buen uso de los mandatos del Corán. Por otro, que el autor de la ya famosa fetua se ha basado en la propia biografía sagrada del profeta Mahoma, que contrajo matrimonio con su preferida Aicha cuando ésta todavía tenía nueve años, aunque no yació con ella hasta dos años después.

Al Maghraui ha venido a desafiar al propio rey, que hace cuatro años impulsó una reforma del Código de Familia (la “Mudauana”) en la que se fijaba en 18 años la edad mínima de la mujer para contraer matrimonio (cfr. Aceprensa 160/03). Maghraui, consciente de la autoridad suprema emanada de las costumbres practicadas por Mahoma, ha podido cometer todo un delito de “fitna” o rebelión, que está duramente castigado por la Ley Islámica, traspasando así los límites de la llamada “qaaída”, las reglas sociales no escritas que obligan a respetar los mandatos del superior, en este caso el rey.

De momento no se sabe qué medidas piensa tomar el Gobierno -en definitiva, un medio consultivo más del Palacio Real- contra este indisciplinado teólogo. El caso es especialmente espinoso en la medida que Marruecos se encuentra inmerso en un profundo proceso de reformas sociales y políticas que choca frontalmente con el auge del integrismo, favorecido por corrientes islámicas como el “salafismo” violento y el “wahabismo” saudita, opuestas al “sufismo” en el que se apoya el rito melkita, mayoritario en el país.

Los atentados terroristas de Casablanca en 2003 vinieron a revelar la existencia de grupos “yihadistas” nacidos en los barrios más pobres de las grandes urbes, donde han proliferado en los últimos tiempos madrasas clandestinas que enseñan un islam muy próximo al salafismo practicado en la vecina Argelia. A partir de entonces ya se adoptaron medidas, insuficientes a la vista de lo ocurrido, para controlar mejor las mezquitas y las predicaciones de los imanes clandestinos… Se añade a ello la expansión del partido islamista Justicia y Democracia -tercero en importancia del país- y la emergencia de una clase media que aspira a mayores cotas de democracia y que se apoya en el joven rey Mohamed VI para acercarse a una modernidad compatible con el islam tolerante y moderado del que hace gala el trono alauita.

En este sentido, Marruecos es, acaso, el modelo más avanzado del choque religioso-cultural que se desarrolla en buena parte del mundo islámico: el integrismo, predicado por los Hermanos Musulmanes e impulsado por la red terrorista de Al Qaeda, frente a las reformas impulsadas por el rey, dentro de una práctica irrenunciable del islam “al modo marroquí”. La fetua de Al Maghraui es tan solo la punta del iceberg de esta pugna.

Aceprensa, 3-X-2008

 

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Un teólogo marroquí promueve las bodas con niñas (1)

La fatua afirma que chicas de 9 años "dan mejor resultado" que las de 20

I. Cembrero

Una niña de nueve años "da con frecuencia mejor resultado en la cama que una joven de 20". En el mundo islámico, sobre todo en la Península Arábiga, el matrimonio entre niñas y hombres adultos es relativamente frecuente, pero los teólogos musulmanes no suelen tratar de justificarlo de forma tan cruda como lo ha hecho el jeque marroquí Mohamed Ben Abderrahman Al Maghraoui.

Éste emitió a principios de mes una fatua (edicto islámico) en la que "legaliza" la unión entre una chiquilla y un hombre adulto. "Nos han contado, y hemos constatado, que las niñas de esa edad dan mejores prestaciones que las mujeres adultas", afirma. "En consecuencia están tan capacitadas para contraer matrimonio como las jóvenes de 20 años".

Al Maghraoui, un conocido jeque salafista autor de media docena de libros de teología, colocó la fatua en la página web de su asociación Predicación y Sunna en el Corán. Sus críticos afirman que probablemente lo haya hecho para amparar, desde un punto de vista religioso, la boda, contraída en secreto, de algún conocido suyo.

Su pronunciamiento ha provocado un gran escándalo en Marruecos, pero hasta la fecha no ha habido ninguna reacción de las autoridades. El teólogo radical fundamenta su edicto en el ejemplo del profeta Mahoma. Aicha, recuerda, tenía sólo seis años cuando se convirtió en su prometida aunque no se casó con ella hasta que cumplió los nueve.

Hay "teólogos viciosos que son capaces de poner la religión al servicio de la pedofilia", escribe el diario socialista Al Ittihad al Ichtiraki. "Sí, alienta la pedofilia", sostiene Najia Adib, que dirige la asociación No Toques a Mis Niños, que lucha en Marruecos contra esa lacra. Hasta el diputado islamista Abdelbari Zemzmi, un ex imán, tachó de "aberrante" la fatua porque desde los tiempos del Profeta "la realidad social ha cambiado".

Ante la pasividad de las autoridades, un abogado de Rabat, Mourad Bakouri, ha tomado la iniciativa de denunciar a Al Maghraoui por "vulneración del código de la familia y conculcación de los derechos de la infancia". La nueva ley marroquí, que entró en vigor en 2005, estipula que la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años y dificulta mucho la obtención de derogaciones, pero su aplicación tropieza con muchas trabas en una sociedad marcada por el conservadurismo.

Para evitar la proliferación de fatuas, a veces disparatadas, el Consejo Superior de los Ulemas (doctores de la ley islámica) asegura que sólo sus miembros están colectivamente habilitados para pronunciarlas. Por eso sorprende que no hayan salido al paso de la iniciativa de Al Maghraoui, ni que la fiscalía haya actuado de oficio ante un edicto que aboga por incumplir la ley.

El País 12/09/2008