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Encarcelada una mujer en Arabia Saudí por desafiar la prohibición de conducir en público

La Policía saudí ha detenido a una mujer en la ciudad de Al Jabar, en el este del país, por conducir su coche en público,  algo prohibido en este país, según informaron fuentes policiales.

Manal al Sherif, de 32 años y madre soltera, no había incumplido ninguna norma de tráfico, por lo que los agentes que la detuvieron traspasaron su caso a la Policía religiosa.

Al Sharif había convocado en Facebook una acción para el próximo 17 de junio invitando a las mujeres a conducir. Bajo el nombre de Voy a conducir mi coche, la campaña, que se ha extendido a una gran veloicidad por las redes sociales, anima a las mujeres a que salgan a la calle ese día para protestar contra la discriminación que sufren.

Las mujeres en nuestro país dependen siempre de un conductor, de un hermano o de un familiar. Organizaciones de derechos humanos que operan en Arabia Saudí señalaron que lo más probable es que las autoridades pondrán en libertad bajo fianza a Al Sherif si se compromete a no volver a conducir.

Women2Drive, Manal al-Sharif

24-5-2011
Fuente: 20 minutos

 

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Arabia Saudita: crueldad por género

Rakel Salim

http://2.bp.blogspot.com/-uQk-v0L8BAE/ToIN9UtQtTI/AAAAAAAAAUU/56Qo954jIWc/s400/las-mujeres-de-arabia-saudita-no-pueden-manejar-eso-caminando-calle-cambio-ult.jpg

En otros tiempos, en un país llamado Sudáfrica, el color de la piel determinaba dónde vivías, qué trabajos podías hacer y si tenías o no derecho al voto. Las naciones decentes del mundo entero combatieron el mal del apartheid racial convirtiendo a Sudáfrica en un Estado paria. Lo excluyeron de las Olimpiadas y otros eventos mundiales. Las empresas y las universidades lo boicotearon. Esto diezmó su economía y agravó el aislamiento de la minoría blanca gobernante que finalmente, en 1991, derogó las leyes discriminatorias.

Hoy, en un país llamado Arabia Saudita, el mal es un apartheid más genérico que racial. Pero la comunidad internacional lo observa en silencio, sin hacer nada. Incluso me atrevo a decir que dicho país cuenta con la complicidad de las mayores potencias.

La mujer saudita no puede votar ni conducir vehículos. No puede recibir asistencia médica en un hospital ni viajar sin la autorización por escrito de un tutor masculino. No puede cursar los mismos estudios que le están permitidos al varón y está excluida de ciertas profesiones. Se le niegan muchos de los derechos que la Sudáfrica del apartheid denegaba a los habitantes “negros” y “de color” (esto es, asiáticos o de raza mixta). Sin embargo, el reino saudita sigue perteneciendo a la misma comunidad internacional que ayer expulsó de su club a Pretoria.
 
Para comprender esta odiosa doble vara, basta considerar el caso de una joven saudita de 19 años que en 2006 fue raptada y violada por una patota de siete hombres. Pese a ser ella la víctima, un tribunal saudita la condenó a recibir 90 latigazos porque, en el momento del rapto, estaba en un auto con un hombre que no era pariente suyo. (La ultraortodoxa interpretación saudita de la ley islámica, conocida como wahabismo, predica la segregación estricta de los sexos.)

La muchacha tuvo la temeridad de apelar y de difundir su caso en los medios. Y bien, el tribunal al que apeló acaba de aumentar la pena… ¡a 200 latigazos y 6 meses de cárcel! Su abogado, un eminente defensor de los derechos humanos, fue suspendido y afronta una audiencia disciplinaria.

¿Y los raptores y violadores? Deberán cumplir entre 2 y 9 años de prisión. En Arabia Saudita, una violación suele ser castigada con la muerte. Los jueces no la impusieron por “falta de testigos” y “ausencia de confesiones”.

Farida Deif, investigadora de Human Rights Watch en la división Derechos de la Mujer, mantuvo una larga entrevista con la joven y su abogado. Según contó, uno de los violadores había filmado el hecho con su celular, pero los jueces no permitieron presentar el clip como prueba. Comparad esto con lo sucedido hace poco en Egipto, donde un tribunal se basó en una prueba similar para condenar a dos policías por los cargos de tortura y sodomía en perjuicio de un chofer de autobús.

Aquí y allá, unos pocos gobiernos han condenado el comportamiento del tribunal saudita. Pero estén seguros de que Arabia Saudita participará en las próximas Olimpíadas –aunque excluya a las mujeres de su equipo olímpico– y el mundo seguirá agasajando a sus representantes sin pronunciar una sola palabra recriminatoria.
 
Arabia Saudita mereció ocupar los titulares por el mero hecho de haber accedido a asistir a las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, en Annapolis.
 
La apatía mundial frente a la situación de la mujer saudita tiene una explicación fácil: ese reino está sentado sobre la mayor reserva petrolera del planeta. Es verdad. La explicación más difícil –la que muchos, demasiados, evitan– es que los sauditas han conseguido poner en un brete al mundo cuando atribuyen el maltrato de la mujer a motivos religiosos.
 
Conozco a demasiados musulmanes y me pregunto constantemente cómo pueden adorar al mismo Dios que los sauditas. El islam habrá nacido en La Meca, situada en la actual Arabia Saudita, pero la interpretación distorsionada que allí prevalece es, por decirlo así, un intento perverso de destruir lo que en él hay de bueno. De anular las bondades de lo que, según creen los mahometanos, les fue revelado por el profeta Mahoma en la Arabia del sigo VII.
 
¿Qué clase de Dios castigaría a una mujer violada? Los musulmanes concretamente, pero en general todos, deberíamos preguntárselo a Arabia Saudita. Si no desafiamos las enseñanzas decididamente misóginas de su versión del islam, ese reino siempre tendrá la vía libre.
 
Sus imanes afirman que el islam justifica su trato ultrajante de las mujeres y niñas. Es fácil desbaratar este argumento. En Arabia Saudita, la voz femenina se considera pecaminosa. En Indonesia, el país con mayor población musulmana, las mujeres gozan de derechos que sus congéneres sauditas sólo podrían soñar y recitan los versículos del Corán por televisión, a la vista y oídos de todos. En Egipto, Siria y los Emiratos Árabes Unidos, países vecinos de Arabia Saudita con mayorías musulmanas, las mujeres conducen vehículos, votan y ejercen los cargos de jueza y ministra.
 
La comunidad internacional no debe olvidar a los sauditas violentos, agresivos e iracundos –que son muchos– como esta joven violada, su abogado y los activistas que se oponen tenazmente a esta opresión estatal y clerical. Su valentía merece el mismo apoyo que ofreció el mundo a los activistas sudafricanos que combatieron el apartheid.
 
Tampoco debería olvidar a las víctimas de las atrocidades sauditas. En 2002, se incendió una escuela y murieron 15 alumnas. Los guardianes de la moral (un cuerpo policial) no las dejaron salir ni permitieron que los bomberos las rescataran porque las niñas no llevaban el manto negro ni el chal que toda mujer debe usar en público.
 
¿Cuántas niñas más deben morir? ¿Cuántas mujeres deben ser violadas, antes de que la comunidad internacional denuncie este apartheid genérico y lo condene como corresponde?


3-XII- 2007
Fuente: vientodelsur.wordpress.com

 

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La mujer en Arabia Saudí (1ª parte)

Las saudíes, ausentes de la escena pública, alzan la voz para exigir sus derechos.

Por Guillaume Fourmont

http://www.elpais.es/recorte.php?xref=20060806elpdmgrep_3&id=SCO200&type=Ies&img=saudies_b_i_abaya_b_i_b_i_burka_b_i.jpg

Dos saudíes, con la abaya y el burka, y dos niñas, sólo con la abaya, caminan por el mercado de Dammam (Arabia Saudí).

Amal habla en voz baja, como si confesara un secreto. Está en su habitación, sin velo ni abaya, la larga túnica negra que debe llevar y que la cubre de la cabeza a los pies. La puerta está cerrada. "El papel de la mujer es muy débil. Los hombres creen que nacimos para quedarnos en casa y cuidar de los niños; no confían en nosotras. El problema son las tradiciones", asegura por teléfono. Habla en francés. Amal vive en Riad, capital de un reino considerado como uno de los Estados más represivos con la mujer. Sin derecho a votar ni a conducir. Vive en Arabia Saudí.

Qism al Ailat. Al llegar por primera vez a Arabia Saudí, son las primeras palabras en árabe que cada uno recuerda. Una expresión que aparece en los restaurantes, los bancos, los centros comerciales, los hospitales. Significa "sección familiar"; indica las zonas reservadas a las mujeres y prohibidas a los hombres solos. Amal suele irse de compras o a tomar un café en el centro de Riad, pero debe estar acompañada por un mahram, un tutor. Para ejercer cualquier actividad, siempre necesita su permiso; puede ser su marido, su padre o un hermano, aunque sea menor de edad. Hasta hace poco, una mujer debía comprar bragas y sujetadores a un vendedor hombre. Y para muchas saudíes es la base del problema.

Wajeha no oculta su rabia cuando habla de su país. "Una mujer no puede hacer nada sin un guardia hombre", sanciona por correo electrónico. Y desgrana una larga lista de lo que la mujer no puede hacer sin el permiso de un hombre: "Irse de casa, abrir una cuenta corriente, llevar la vida que quiera". "La mujer es tratada como una retrasada mental. No es nada", concluye esta escritora que vive en Al Hasa, al este del reino árabe. Una visión que oculta el éxito literario del año: Las chicas de Riad. Su autora, Rajaa al Sanie, de 25 años, cuenta la vida de cuatro jóvenes asfixiadas por el peso de las tradiciones. Los tabúes se rompen: el lujo, el alcohol, la homosexualidad. ¿Una señal de apertura? Las palabras de Amal toman sentido: "¡Las mujeres fuertes sí existen!"

Más de ocho millones

En Arabia Saudí, las mujeres no son una minoría. De los 16,5 millones de súbditos, según datos oficiales de 2004, 8,2 millones son mujeres, el 49,9%. Y son ambiciosas. El índice de alfabetización femenino supera el 70%; las saudíes representan el 58% de los 200.000 licenciados cada año. Quieren ser profesoras, médicas, arquitectas, abogadas. Están dispuestas a posponer la creación de una familia. Se casan cada vez más tarde (a los 22 años de media), recurren a anticonceptivos (el índice de fecundidad cayó de 8,26 niños por mujer en 1980 a cuatro en la actualidad). O se divorcian. En 2002 hubo 70.000 bodas y 13.000 divorcios, informó el diario Al Iqtisadiyá. Más sorprendente: las mujeres poseen, según el Ministerio de Comercio saudí, el 70% del total de los ahorros depositados en los bancos del reino.

"La evolución de la mujer es uno de los cambios más espectaculares en Arabia Saudí", comenta Fatiha Dazi-Héni, investigadora francesa y autora de un libro sobre las sociedades del Golfo. El punto de ruptura se remonta a 1990 cuando, tras la guerra del Golfo, 47 mujeres condujeron sin chófer en un aparcamiento de Riad. Era -y aún es- ilegal. La conmoción vino, sin embargo, 12 años más tarde, en marzo de 2002, cuando el incendio de una escuela causó la muerte de 15 alumnas. La policía religiosa les impidió salir del edificio porque, argumentó, no llevaban velo. Pero la sociedad saudí no aceptó la versión oficial y exigió responsabilidades. Son cada vez más las mujeres que escriben en la prensa para denunciar su situación y exigir sus derechos. "Hasta que hombres y mujeres no sean realmente iguales, seguiremos viendo a mujeres maltratadas", escribió Abir Mishkhas en Arab News.

Wajeha es una privilegiada. Trabaja en Saudi Aramco, la mayor compañía estatal de petróleo del mundo. Amal nunca trabajó. "El verdadero problema es el empleo", según Dazi-Héni. O mejor dicho, el desempleo. Las saudíes sólo representan el 5% de la fuerza laboral. "Los derechos cívicos es la última preocupación de las saudíes", opina la investigadora. Y añade: " Se sienten como una fuerza laboral excluida; su principal reivindicación es trabajar". Una paradoja en un país que da empleo a unos seis millones de extranjeros y en el que la tasa de paro oscila entre el 13%, según cifras semioficiales, y el 30%, alertan otras fuentes. Es la única vez que Amal alza el tono: "¡Quiero trabajar!".

Las cosas cambian. Las autoridades organizaron en junio de 2004 un Diálogo Nacional dedicado a los derechos de las mujeres. Pueden tener un DNI desde 2001, y abrir un negocio desde hace dos años. "Mi sueño es crear mi propia empresa", reza una mujer en un cartel publicitario en Yeda, la segunda ciudad del reino. Las autoridades confirmaron el pasado 9 de mayo que las mujeres sustituirán a los hombres como vendedores de lencería. Dos mujeres fueron elegidas en el Consejo de Administración de la Cámara de Comercio e Industria de Yeda. "La emancipación de la mujer pasa por el trabajo. ¡Ésa es la verdadera lucha!", insiste Dazi-Héni.

La lucha se anuncia larga. "Son cambios cosméticos", comenta Madawi al Rasheed, profesora saudí de antropología de la religión en el King's College de Londres. "La mayoría de las reformas reflejan la preocupación de un régimen por aparecer más aceptable en Occidente", explica. Arabia Saudí está en el punto de mira desde que 15 de los 19 terroristas del 11-S eran de nacionalidad saudí. "El problema son las leyes", dice Wajeha. "Necesitamos leyes que establezcan que las mujeres son ciudadanas iguales". Amal lo tiene claro: las tradiciones son las culpables. "No son lógicas, están en contra del desarrollo y de la mujer", dice convencida.

El año pasado, las mujeres no pudieron participar en las primeras elecciones municipales de la historia del reino, mientras que las autoridades habían informado de que tenía derecho a votar "todo ciudadano" mayor de 21 años. Se argumentó entonces que había que establecer un doble sistema de cabinas de voto para respetar la división de sexos. Como si las autoridades se hubieran olvidado de la Qism al Ailat, la "sección familiar".

Control religioso ¿Contradicciones?

"La familia real Al Saud [que gobierna Arabia Saudí desde 1932] presenta reformas, pero está sometida al liderazgo religioso que controla la sociedad", explica la investigadora Dazi-Héni. El jeque Saleh Bin Fawzan al Fawzan acusó, el pasado 29 de junio en Al Watan, a los que apoyan la idea de que las mujeres puedan trabajar de "quitarles su dignidad". En casa, continúa, "están protegidas moral y físicamente". Conservadora es la sociedad saudí, aunque también se cuestiona cómo cambiar. Tash Ma Tash es la serie estrella de la televisión saudí. En uno de los episodios, las mujeres trabajan, no llevan velo, los hombres cuidan de los niños y limpian la casa.

La posibilidad para las mujeres de vender lencería a otras mujeres no duró mucho tiempo; las autoridades aplazaron su aplicación. La expresión Qism al Ailat es vigente y seguirá creando situaciones surrealistas, cuando no cómicas. Así, por ejemplo, la abaya, la túnica negra destinada a "ocultar el deseo", a veces lo provoca. Los centros comerciales son los lugares preferidos de los jóvenes para ligar; cambiar una mirada, un mensaje con el teléfono móvil, o dar el número en un papel dejado por el suelo. La policía religiosa vigila. No todos los velos y abayas son opacos. La abaya francesa fue un éxito hace unos años porque dibuja las formas de las mujeres; algunos velos son casi transparentes para que la mirada sea más intensa. "Lo que está prohibido es deseado", dice un proverbio saudí.

Wajeha es pesimista: "La mujer no puede mejorar su situación porque las puertas están cerradas". En Arabia Saudí, muchos conocen esos versos del sirio Nizar Kabbani: "Escribiré sobre la cárcel que chupa los años de los presos. / Sobre las puertas que no se abren. / Sobre esa inmensa celda. / Y sobre sus negros muros. / Y sobre los miles de mujeres mártires / Enterradas sin nombre / En el cementerio de la tradición". La puerta de la habitación de Amal sigue cerrada. Alguien toca a la puerta; no responde y concluye: "La libertad es cuando puedo decir sí o no".

Arabia Saudí
- Territorio: 1.960.582 km2.
- Población: 16.529.302.
- Hombres: 8.285.662.
- Mujeres: 8.243.640.
- Extranjeros: 6.144.236.
- Mortalidad infantil: 12,8 por 1.000.
- Renta per cápita: 12.800 dólares.
- Industria: petróleo.
- Régimen: monarquía absoluta.
- Voto: sólo hombres, a partir de los 21 años.


18 agosto 2006
alianzacivilizaciones.blogspot.mx

 

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La mujer en "Marbella Saudí" (2ª parte)

Cuando la Familia Real saudí atraca en el puerto de Marbella, se anuncia la borrasca más deseada, una lluvia de oro que inunda con más de siete millones de euros diarios las arcas de la ciudad.

La visita del príncipe Salman Bin Abdulaziz al-Saud de Arabia Saudí ha revolucionado Marbella. Para la ciudad costasoleña, inmersa en escándalos desde el pasado 29 de marzo tras la «operación Malaya», que ha llevado a la cárcel a la plana mayor de su alcaldía, entre ella a su alcaldesa, Marisol Yagüe, la presencia de la Familia Real saudí y su séquito supondrá un filón económico, ya que se calculan gastos que superan los siete millones de euros diarios.

Algunos empresarios marbellíes afirmaron que la visita del príncipe Salman y de otros miembros de la Casa Real revitalizará Marbella, cuya imagen se ha deteriorado bastante en los últimos meses por los casos de corrupción institucional.

Durante su estancia en Marbella, algunas tiendas cierran sus puertas para atender a las mujeres árabes, quienes suelen salir en grupo y compran preferentemente en grandes almacenes. Las prendas de piel suelen estar entre sus preferencias, según algunos comerciantes, quienes añadieron que el valor medio de sus compras oscilan entre los seis mil y los doce mil euros.

Un conocido joyero de la ciudad señaló que el príncipe Salman es un enamorado de las piedras preciosas. La última vez que visitó Marbella compró varios relojes exclusivos por valor de 21.000 euros. Fuentes del Gobierno señalaron que el príncipe Salman, que se hospeda en su palacio "El Rocío", en plena «milla de oro», espera que en los próximos días viaje a la Costa del Sol su sobrino, el príncipe Abdulaziz bin Fahd.

Las mismas fuentes señalaron que el príncipe podría prolongar su estancia hasta mediados de septiembre. En esta periodo, está previsto que inaugure la mezquita de Málaga, cuya primera piedra se colocó en 1997. Esta mezquita es la más grande de la capital malagueña y ha sido financiada con capital saudí, según señaló a ABC, Felix Herrero, presidente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri) e imán de la mezquita La Unión.

Un verano más, como viene sucediendo en los últimos años, en los alrededores del palacio del rey Fahd, fallecido el pasado verano, se concentran decenas de trabajadores en «busca y captura» de un trabajo y un sueldo de más de tres mil euros al mes.

Los empresarios de Marbella recordaron que la última visita del monarca a su palacio de Marbella, cuya fachada reproduce elementos de la Casa Blanca de Washington, se produjo durante el verano de 2002, después de unas obras de reforma cuyo importe alcanzó 120 millones de euros y en las que trabajaron medio millar de obreros de dieciséis nacionalidades.

Desde el punto de vista económico, la estancia de los miembros de la Casa Real saudí en los hoteles y residencias privadas supondrá un desembolso de más 80 millones de euros.

El rey Fahd donó al hospital comarcal Costa del Sol 900.000 euros para una sala de Hemodinámica en el área de Cardiología del centro sanitario. Esta no fue la única contribución económica del monarca a Marbella, ya que años antes había donado un millón de dólares para la construcción de viviendas sociales en la ciudad.

La presencia de los miembros de dicha Casa Real en Marbella ha revitalizado también el turismo saudí en la Costa del Sol. Este verano se calcula que unos 1.500 saudíes llegarán a Málaga en vuelos regulares de Saudi Arabian Airlines, lo que supone un ligero aumento en relación al año pasado, según dijo el director comercial de la aerolínea, Víctor López.

19 agosto 2006

Prensa ABC.es

 

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Arabia Saudita, integrismo islamista (3ª parte)

'La Familia Real Saudita Gasta Billones para Difundir el Islamismo en Todos los Rincones de la Tierra'

http://2.bp.blogspot.com/-E1xJvRFiWqg/TiLsA42LWHI/AAAAAAAAAfI/y11TfTD1NmQ/s640/Do%25C3%25B1ana+052.jpg
El Palacio actualmente conocido como El Rocío.

Este informe ha sido publicado por Periodistadigital  27.08.06

Mientras parte de la familia real de Árabia Saudita veranea en Marbella (España) otros ciudadanos –islamistas- de Árabia Saudita, dan instrucciones de cómo matar a un cruzado (cristiano) en el país de los sunnitas wahabitas.

El 4 de agosto del 2006, el portal Al-Hesbah publicó instrucciones sobre el "cómo matar a un cruzado en la Península Arábiga". El documento fue firmado por Amer Al-Najdi, y está fechado el 15 de junio del 2006. Para los islamistas los cruzados son los cristianos, creyentes o no, ateos, agnósticos, religiosos, nacidos en “el mundo cristiano”.

Sobre las instrucciones yihadistas de como matar a un cruzado –cristiano- en Arabia Saudita, se da entre otros los siguientes “consejos”:

“En primer lugar, antes de llevar a a cabo la operación –matar a un occidental cristiano- rézale (a Alá) para que te guíe por el buen camino….…

Pero la ola del yihad se está acercando, y Alá les ocultará a ellos este asunto…
Es deseable filmar la operación para que pueda ser presentada por los medios de comunicación, para que tenga un impacto más amplio.

Arabia Saudita e Irán son los líderes del integrismo islamista, utilizan los petrodólares para armar y financiar a sus terroristas-guerreros de Alá, como los de Jisbulá, por parte de Irán, y Hamas por parte de Arabia Saudita e Irán, y para financiar el islamismo en todos los rincones de la tierra, tal como en Europa el Reino de Arabia Saudita ha apoyado y contribuido al establecimiento de muchas mezquitas y centros islámicos entre los que se encuentra:

El Centro Cultural en Bruselas, que ha recibido un total de 19 millones de riales sauditas.

El Centro Islámico en Ginebra, Suiza, que recibe un apoyo anual de 19 millones de riales sauditas, y que alberga una enorme mezquita, un centro cultural, una escuela y un auditorio.
El Centro Islámico en Madrid, España, que recibe un apoyo de 27 millones de riales sauditas, es una de las más grandes de Europa. Contiene una mezquita muy espaciosa, una capilla para mujeres, una biblioteca, un auditorio y una clínica médica.

El Centro Islámico de Londres, Inglaterra al cual el Reino ha donado alrededor de 25 millones de riales sauditas.

El Centro Islámico en Edimburgo, Escocia, que está localizado en el centro de la ciudad, contiene una mezquita con capacidad para 1,000 personas e incluye una biblioteca, un auditorio y salones de clase. Costó alrededor de 15 millones de riales sauditas.

El Centro islámico en Roma, Italia, que se conforma de una mezquita, una biblioteca y un auditorio.

El Rey Fahd donó 50 millones de dólares (el equivalente al 70% del costo total de la construcción). El Centro también recibe donativos anuales de 1.5 millones de dólares.

La Mequita de la Custodia de las Dos Mezquitas Sagradas en Gibraltar, cuyo costo fue mayor de 30 millones de riales sauditas y que se conforma de una mezquita para hombres, una capilla para mujeres, una escuela, una biblioteca y un auditorio..."
"…El Reino de Arabia Saudita también ha contribuido al establecimiento de varios centros islámicos como el Centro Islámico en Ginebra; el Centro Cultural Islámico en Bruselas; el Centro Islámico en Madrid; el Centro Islámico en Zagreb, Croacia; el Centro Cultural en Londres; el Centro Islámico en Lisboa, Portugal; y el Centro Islámico en Viena, Austria.
"…Entre los más importantes se encuentra el Centro Islámico Rey Fahd en Málaga, España, con una construcción de 3,848 metros cuadrados, y cuya primera piedra fue puesta en 1998. El centro –parecido a una universidad- ofrece actividades académicas, educativas, culturales y de propaganda…”

Estos días el príncipe Salman Bin Abdulaziz Al-Saud de Arabia Saudí, (gobernador de Riad. hermano del fallecido Rey Fahd), veranea en Marbella –España- y durante su estancia en la costa andaluza, que podría prolongarse hasta mediados de septiembre, está previsto que el príncipe Abdulaziz inaugure la mezquita de Málaga.

El 12 de Abril de 2002, el embajador Saudita en Londres, Ghazi Al-Qusaibi, publicó un poema en el periódico en árabe de Londres Al-Hayat criticando a los Estados Unidos y alabando a los terroristas suicidas. Al-Qusaibi es autor de un artículo que acusó al Presidente Bush de "acomplejado" y dijo que: "El mundo entero teme al futuro a la sombra de Dubya [George W. Bush]; el artículo fue publicado en Al Hayat el 9 de Agosto de 2001.

El embajador de Arabia Saudita en Londres Ghazi Al-Qusaibi, en una entrevista realizada por Huda Al-Husseini, corresponsal del diario Saudita de Londres Al-Sharq Al-Awsat defiende la cultura de la muerte –cultura del martirio- . Sobre la defensa de la cultura de la muerte, de la brecha cultural entre el Islam y el Occidente y que los latigazos, apedreamientos y amputaciones son, para los musulmanes, "el centro de la fe islámica", según el embajador saudita en Londres.

El Sitio Web de la Embajada de Arabia Saudita en Londres contiene un documento titulado 'Preguntas Árabe Sauditas sobre Derechos Humanos.' Este documento contesta las más frecuentes preguntas por los occidentales sobre Arabia Saudita, tal como: ¿por qué no se le permite a los no-Musulmanes practicar su religión en Arabia Saudita?, ¿por qué las mujeres no pueden viajar libremente, y la ejecución de contrabandistas de droga?.

El Departamento de Asuntos Islámicos (DAI) oficial de Arabia Saudita trata sobre los siguientes temas:
Parte I: Jihad, Martirio, y Las Recompensas del Mártir. A los Musulmanes se les Exige Levantar el Estandarte del Yihad para Hacer Suprema la Palabra de Alá en este Mundo
Hadices Exaltando al Yihad y al Martirio. Las Recompensas de los Mártires
Parte II: Enseñando la Superioridad del Islam sobre la Cristiandad y el judaísmo. Islam es el Mensaje Final y Universal: La Cristiandad y el Judaísmo no son Aceptables
El Corán Abolió a todas las Anteriores Escrituras Religiosas y Expuso las Distorsiones y Revisiones de la Torá y los Evangelios. La Desobediencia de Judíos y Cristianos. Cualquier Forma de Culto que no Conforme al Islam no es Válida
Parte III: Derechos de los No-Musulmanes 'Dhimmi' Bajo el Islam.
La Ley Islámica sobre el Estatus de las Minorías Dhimmi debe ser Discriminado; los Cristianos no pueden Desplegar Ningunas de las 'Abominables' Cruces
Parte IV: El Castigo a Aquellos que no Creen en el Islam.
El Fuego Quemará sus Caras, y Haran Muecas con sus Labios Desplazados de Sitio.
Parte V: La Poligamia bajo el Islam es Superior a la Monogamia de Occidente.
En la Sociedad Americana los Hombres a menudo Dejan a sus Esposas por Prostitutas. La monogamia Protege a los Hombres, Permitiéndoles “Divertirse” En los Estados Unidos la Monogamia ha Arruinado a la Familia: 'El Hombre (Americano) es muy Polígamo, Escapándose y no Tomando Responsabilidad por las Familias.
Parte VI: Los Derechos de las Mujeres. Derechos de un Marido sobre sus Esposas. La Ley Americana es Consistente con el Derecho del Marido Musulmán a Golpear a su Esposa. Para leer sobre estos temas del Departamento de Asuntos Islámicos (DAI) oficial de Arabia Saudita, buscar su web site en inglés y en español.

El 9 de marzo, 2004, el Rey de Arabia Saudita Fahd Abd Al-Aziz oficialmente aprobó el establecimiento de la primera organización no-gubernamental del país.

La nueva Organización Nacional para los Derechos Humanos (ONDH) tiene 41 miembros, nueve de ellos mujeres, y es presidida por el Dr. Abdallah Bin Saleh Al-'Ubeid, miembro del Concejo Saudí de Shoura y anterior secretario general de la Liga Mundial Musulmana.

El Presidente de la ONDH Dr. Abdallah Bin Saleh Al-'Ubeid explicó que la organización se esforzaría por proteger los derechos humanos de acuerdo con los principios del régimen saudita, basados en el Corán y el Sunna, así como también las convenciones internacionales de derechos humanos, de una manera que no cree conflicto con el Shari'a, y en cooperación con las organizaciones internacionales.

El Príncipe Saudí a la Corona Abdallah apoyó la misión de la organización y prometió proporcionarle con toda la ayuda gubernamental necesaria. Entre los temas que comentan, destacan: Presidente de la ONDH: Amputaciones y Azotamientos no son Violaciones de los Derechos Humanos.

La Oficina de Información de la mujer de la Península Arábiga de Al Qa'ida, nueva publica una revista online Al-Khansaa. El primer número presenta artículos llamando a la mujer al Yjihad, junto con un artículo criticando a la mujer en la televisión saudí.

El 23 de abril del 2005, los periódicos sauditas informaron que 40 pakistaníes fueron arrestados por la policía religiosa saudita en un apartamento de Riad por practicar actividades religiosas cristianas. Lo siguiente son extractos de los informes: Estos cristianos fueron arrestado con los cargos de “intentar esparcir el veneno y sus creencias –cristianas- a otros por medios de distribución de panfletos y publicaciones [misionarías]”

En la TV saudita Iqra emiten entrevistas con profesores musulmanes en los que se dice que “La misión del Vaticano de destruir al Islam fue delegada a los Estados Unidos - Los cuales llevaron a cabo el 11 de Septiembre por encargo del Consejo Mundial de Iglesias.”

El Jeque Abd Al-Aziz Fawzan Al-Fawzan, profesor de ley islámica en la Universidad Al-Imam, quién aparece frecuentemente en la televisión saudita hizo recientemente comentarios anti-cristianos en el canal saudí Al-Majd Tv.

Él le dijo a su público que odiara a cualquiera "que le rinda culto a Cristo, hijo de María" y agregó que "cualquiera que diga 'Yo no lo odio [e.d. un cristiano]' no es musulmán..." Él siguió explicando que tal actitud "no es racismo" ya que el cristiano no es odiado "debido a su color, sexo, sangre, país, o porque es americano, europeo, chino, o asiático", y estipuló que este odio debe ser un "odio positivo" que guíe y reforme.

Un tratado de tres volúmenes por Sa'id ibn Nasser Al-Ghamdi, titulado La Desviación de la Fe tal cual es Reflejado en el Pensamiento y la Literatura [Árabe] sobre Modernidad, ha ganado recientemente publicidad en el mundo árabe.

El libro, publicado en diciembre del 2003 en Arabia Saudita, está basado en la disertación doctoral de Al-Ghamdi del año 2000, entregada a la Universidad Islámica Imam Muhammad Ibn Saud, por el cual recibió su título de summa cum laude. En su tratado, Al-Ghamdi nombra a más de 200 intelectuales y autores árabes modernos a quienes él acusa de herejía - haciendo permisible el matarlos.

Khaled Al-Dakhil, académico saudí y redactor para el diario de los EAU (Emiratos Árabes Unidos) Al-Itihad, escribió en su columna que el discurso extremista en Arabia Saudita disfruta de una libertad significativa bajo la protección del gobierno, aunque este choca a menudo con la política e intereses del estado.

También declaró que el discurso extremista se ha apropiado del currículo escolar, para que se le impida a los alumnos estudiar la historia del mundo por miedo a que su fe podría estar comprometida.

En las escuelas de Arabia Saudita se enseña oficialmente que:
• “El judaísmo y el cristianismo son religiones aberrantes”
• “Los no creyentes, idólatras y otros como ellos deben ser odiados y menospreciados”.
• “Le decimos a cada cristiano y a cada judío y a todos aquellos fuera del islam: sus hijos han nacido dentro del islam, pero usted y la madre del niño los han sacado del islam debido a la corrupta educación que les dan”
• “Los simios son los judíos, loa gente del shabat, mientras que los cristianos son los cerdos, los infieles de la comunión con Jesucristo”
• “El enfrentamiento entre esta comunidad (musulmana) y los judíos y cristianos ha perdurado y continuará siendo así mientras Alláh lo quiera así”
• “Aquel que obedezca al profeta Muhammad y acepte la unicidad de Alláh no puede mantener una amistad leal con aquellos que se oponen a Dios y a su profeta, incluso si son familiares cercanos”.

“Este indoctrinamiento” escribe Nina Shea, directora del Centro por la Libertad Religiosa de Freedom House, “empieza en los colegios con un texto de primer año, luego se refuerza y se amplia año a año. Cuando se llega al duodécimo año, los alumnos que siguen el plan de estudios saudita serán instruidos en que su obligación religiosa incluye librar la yihad contra el infiel para “fomentar la fe”.
Además de todo esto, estas ideas son las que se están enseñando no sólo a estudiantes saudíes sino también a niños que van a escuelas pagadas con fondos saudíes en Pakistán, Gran Bretaña, Francia, Alemania, España, Italia y también en Estados Unidos.

Desde Arabia Saudita se imparten “clases” de como asesinar” cruzados”-cristianos, sean creyentes o no, desde religiosos hasta ateos, y se financia el terrorismo de Hamas, Hermanos Musulmanes, se financia la construcción de mezquitas y se mantienen a los clérigos musulmanes sunnitas wahabitas, se insta al Yihad, y desde ese país, los seguidores de Al-Qaeda han amenazado de muerte a Gustavo Arístegui.

Los árabes de Arabia Saudita no invierten sus petrodólares en mejorar la cultura y nivel educativo de su población, ni en mejorar la condición de la mujer, ni en ser solidarios con los árabes pobres, ellos que dicen llorar tanto por los pobres árabes-“palestinos”, sólo les financian a las familias de los islamokazes-shahids, esos perturbados mentales y asesinos que explotan matando, creyendo que con su acción nihilista y asesina, tendrán abierta las puertas del paraíso para fornicar sin interrupción por toda la eternidad, con las 72 huries (vírgenes) que Allá les proporcionará por su horrendo crimen.

Los árabes con sus petrodólares no han alfabetizado a sus poblaciones, cuyo índice de analfabetismo llega a límites elevadísimos. Los árabes con sus petrodólares no han creado una red asistencial para su población y dotada de buenos hospitales en el mundo árabe.

Los dirigentes árabes, en su indolencia, con su corrupción –de las mayores del planeta-, con su insolidaridad hacia su propio pueblo y desprecio al extranjero argumentan como excusa de su ineficacia y estupidez, la existencia de Israel.

Para los islamistas y los regímenes árabes, “Israel es la causa de todos los males”, sólo los imbéciles se pueden creer esa excusa. Un país tan pequeño como Israel, 750 veces más pequeño que el mundo árabe-iraní, y con sólo 7 millones de habitantes, de ellos 1.320.000 son árabes. Hay cerca de 1.500 millones de musulmanes.

Los jeques árabes se van de putas por la costa española y por EEUU y otros países, maltratan a sus trabajadores, tiene una sociedad esclavista –los extranjeros son los nuevos esclavos.

La esclavitud fue hace poco oficialmente abolida, pero pervive en el sistema económico. La riqueza del petróleo se la han apropiado para ellos y sus clanes familiares, el resto de la población saudita recibe la “sopa boba” de los jeques, creando un sistema de dependencia brutal.

El mundo árabe-iraní posee dos terceras partes del petróleo mundial, la “sangre de la economía” y en los 70 años que llevan controlando los recursos energético no han hecho más que llorar, maldecir a los otros -judíos, cristianos- de su pobreza, decadencia, ineficacia, inoperatividad. En lugar de trabajar por un mundo mejor, sólo luchan por controlar el mundo con su visión retrógrada.