Sorprende el vertiginoso surgimiento de acontecimientos agresivos en las escuelas, así como su difusión en los medios masivos de comunicación con reportajes que no representan el fenómeno como problema social, sino como escándalo o acciones delictivas.
Sin duda, desconciertan las nuevas formas que ha tomado la expresión de la violencia en la escuela, provocando la necesidad de reformularla en términos de seguridad e inseguridad. En ese sentido, se observa un creciente y sostenido interés en la problemática, no sólo por parte de los actores presentes en la comunidad escolar, sino por amplios sectores de la sociedad.
La tarea de documentar estos eventos a la luz de los referentes teóricos y contextuales de la vida cotidiana contemporánea está en curso, no sin las dificultades propias de indagar en un tema sensible y complejo.
Las investigaciones que conforman este volumen apuntan hacia una mejoría en las condiciones del aprendizaje y del clima escolar, de las relaciones en el interior de las instituciones educativas, a partir de una voluntad política. Los estudios diagnósticos sirven como un termómetro para palpar cómo se encuentran las instituciones, sus alumnos y docentes.
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