En los últimos tiempos la sociedad argentina se ha visto sacudida por las noticias acerca del incremento de las manifestaciones de violencia en los escenarios escolares. Al igual que otras circunstancias vinculadas con el aumento de episodios agresivos, este hecho debe entenderse a partir de la mayor fragmentación social y de las desigualdades sociales que se han instalado en nuestro medio en las últimas décadas.
Paralelamente se ha producido un aumento de la sociabilidad entre pares, caracterizada por la necesidad de afirmar la propia identidad en contraposición a la de los demás, proceso vehiculizado por el encapsulamiento en el propio grupo y el enfrentamiento con el exogrupo. La ausencia de un sentimiento consensuado del nosotros hace que los conflictos se monten sobre el escenario de percibir a los que no pertenecen al propio grupo como extraños y eventualmente enemigos.
Las conclusiones de los diferentes capítulos que componen este libro permiten evidenciar que los climas sociales escolares favorables, en los que se desarrollan prácticas pedagógicas que facilitan la integración y la participación de los alumnos, disminuyen considerablemente la frecuencia de situaciones violentas, tanto en lo que respecta al hostigamiento como a las manifestaciones de violencia propiamente dicha.
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