Nueve años después, la Generalitat tendrá que indemnizar con 100.000 euros a una adolescente que sufrió las agresiones de varias alumnas en el centro en el que estudiaba. El Tribunal Superior de Justicia de Barcelona alega que en el momento de la agresión, había una "ausencia total de vigilancia" que pudiera evitar estas situaciones. Como consecuencia de los ataques, Miriam B.R. sufre coxalgia (artritis muy dolorosa), atrofia severa de la musculatura de la pierna izquierda y cojera deambulatoria.
El 20 de octubre de 1999, Miriam, de entonces 14 años, esperaba en un pasillo a que abrieran un aula del Instituto Júlia Minguell. En ese momento, varias alumnas la empujaron contra la pared. La sentencia afirma que las chicas tenían "fama de conflictivas" y habían sido expulsadas en alguna ocasión.
Sin embargo, en el momento de la agresión, "no había ningún profesor en el pasillo que pudiera poner orden entre los alumnos, a pesar de que era conocido de que antes de entrar a clase solía formarse un barullo", destacan los magistrados del TSJC.
En el fallo, hecho público este martes, el alto tribunal hace responsable en parte al departamento de Educación del daño sufrido por la joven. Alega que se produjo "en el curso de la prestación de un servicio público" que tuvo un funcionamiento "claramente anormal", al existir "ausencia total de vigilancia y control del profesorado" en el momento de la agresión.
No podrá llevar una vida normal
Miriam sufrió diversas heridas en la cadera, de la que ha tenido que ser operada en cuatro ocasiones, y presenta secuelas como cojera, por la que requiere de un alza compensatoria en el pie izquierdo. Además, puede que deban colocarle una prótesis en la cadera, una operación que se sumará a las cuatro intervenciones a las que ya ha sido sometida.
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