El bullying o  maltrato entre iguales es un indicador de falta de salud de la sociedad en la  que está inserta la escuela, que por otra parte, no hace ni más ni menos que  reflejar los valores que imperan en aquélla. Esa “dolencia social” no sólo toma  cuerpo en la escuela con el bullying, sino que se manifiesta en el ámbito  doméstico con el maltrato a las mujeres y en el ámbito laboral con la plaga del  mobbing. Se trata de utilizar una posición de poder como individuo o  grupalmente para abusar de otro/a más débil (o física, social y/o  psicológicamente) de forma recurrente e intencional, proceso que acarrea  victimización psicológica y rechazo social en quienes lo sufren. Se trata de  conculcar los mínimos derechos democráticos que cualquier ser humano tiene a no  ser maltratado ni abusado en lo más profundo de su dignidad. Todo ello en  público y con el silencio cómplice de quienes lo contemplan. 
                                    Desde la Confederación de  STEs-intersindical creemos que trabajar para mejorar el clima de convivencia en  los centros escolares es una responsabilidad de toda la comunidad educativa. 
                                    Familias,  profesorado y alumnado se deben empeñar en conseguirlo con el apoyo  imprescindible de la   Administración y la tolerancia cero de toda la sociedad ante  estos fenómenos. 
                                    Cuando en los  titulares de los medios de comunicación se presentan hechos tan escandalosos  como las consecuencias más extremas del acoso, más cuando son protagonizados  por chicos/as o adolescentes, sentimos la necesidad de buscar culpables y suele  utilizarse el camino más corto y fácil sin mucha mayor reflexión. Así aparecen  titulares que escriben que quienes están con los chicos/as en la escuela son  los culpables de que eso suceda. Se olvida con demasiada frecuencia que el  bullying o acoso escolar es un fenómeno social, no sólo escolar, y multicausal  y como tal, exige una concienciación y sensibilización de toda la sociedad y  una intervención conjunta y coordinada de todos los sectores de la Comunidad Educativa  apoyados por el liderazgo en ese esfuerzo de la Administración Educativa. 
                                    En el microcosmos  escolar se reflejan los valores que socialmente las y los adultos ponemos en  juego en nuestras relaciones interpersonales. Desde la Confederación de  STEs-intersindical creemos imprescindible esta reflexión, que nos preguntemos  en qué valores se basan nuestras relaciones interpersonales, qué orientación  moral somos capaces de transmitir a nuestros hijos/as y alumnado respecto a sus  relaciones con los otros/as y en qué sentido podemos trabajar conjuntamente  para ayudarles a que eso pueda ser de otra manera con nuestro ejemplo. 
                                    Hablamos desde  STEs-i de que la   Administración Educativa lidere y apueste por la mejora de las  condiciones de trabajo y convivencia de quienes trabajan y conviven en las  comunidades escolares. Que promueva campañas por la dignificación y el respeto  a la tarea docente. Que aporte recursos y formación a todos los sectores de la Comunidad Educativa  para abordar los problemas de convivencia en los centros. Que haga efectivos en  las comunidades educativas perfiles profesionales docentes, sanitarios y otros  que estimulen a todos los sectores de la Comunidad Educativa  a trabajar en la construcción de instrumentos de lucha contra el bullying. 
                                    Porque esto, la  lucha contra el maltrato, no es una cuestión de expertos, o de que el tema se trate  o se imparta en determinada asignatura o materia creada al uso. No. El maltrato  entre iguales es un fenómeno social, que tiene que ver con los derechos  democráticos de convivencia de todas y cada una de las personas y de los grupos  en su conjunto, y, por tanto, se aprende siempre y en todos los espacios y  tiempos en que se pone en juego, sin que haya que reservar uno para hacerlo.  Porque es una cuestión de todos/as, no compete sólo al profesorado abordarlo,  es necesario contar con la colaboración de todos y cada uno de los sectores de la Comunidad Educativa  liderados por la propia Administración y con el respaldo social de toda la  sociedad con su rechazo inequívoco. 
                                    Intervenir  abordando la intimidación y el maltrato en nuestras comunidades educativas será  enseñar y compartir con los chicos y chicas que esas formas de ejercicio del  poder no son admisibles, que las rechazamos y que son socialmente indeseables.  Haciendo esto estaremos también trabajando para la prevención contra el acoso  en otros ámbitos como en el doméstico, en el trabajo y en general, en la  sociedad. 
                                    José María Avilés  Martínez 
                                      Miembro del  Secretariado Confederal de STEs-intersindical                                      |