Un fenómeno ha  irrumpido con fuerza en la escena cotidiana, el sexting: sex+texting. Un  término que refleja una forma de relacionarse sexualmente que se ha puesto de  moda entre los jóvenes, mezcla de teléfonos móviles y mensajes con imágenes  ’subiditas’ de tono. Pero, ¡cuidado! aunque suene divertido, puede desde acabar  con tu reputación hasta llevarte a la cárcel. Así que si ya lo has puesto en  práctica o estás pensando en hacerlo, mejor lee primero lo que te contamos.  
                                      
                                    En julio de 2008,  la adolescente estadounidense de 18 años, Jessie Logan, se suicidó después de  que las fotos algo picantes que le envió a su novio, con quien solía practicar  sexting o sexteo (como también se llama en castellano) terminaran en manos de  sus compañeros de clase. Entonces se descubrió esta nueva forma de ligoteo, en  la que se utilizan los móviles para el envío de imágenes sugerentes (desde  fotos de desnudos o semidesnudos hasta fotos y vídeos donde los jóvenes están  practicando sexo). 
                                    Si buscas sexting o  sexteo en Google encontrarás casi 20 millones de entradas, lo que demuestra que  es un término en auge todavía en estos días. Pero algo que, en principio,  parece inofensivo, por desgracia puede traer consecuencias tan graves como la  de esta joven americana. Los vídeos, fotos o palabras obscenas pueden  distribuirse de manera tan incontrolada que no es extraño que caigan en manos  inadecuadas y el juego tenga un desenlace fatal. Piensa en parejas rotas y en  posibles venganzas, o en teléfonos que se pierden y que alguien encuentra, o  incluso en envíos equivocados. 
                                    Aspectos legales del sexting 
                                    No todas las  prácticas de sexting acaban generando consecuencias negativas. Una imagen  realizada con tu consentimiento y distribuida de forma controlada a gente de  confianza, no tiene por qué causar problemas legales… si hablamos de personas  mayores de 18 años. Pero si eres menor de edad, la cosa cambia. Unos ejemplos: 
                                    1. Cuando se  intercambian entre menores y de forma consentida fotografías explícitas: solo  se puede hablar de actos ilícitos si llegan a manos de adultos (recuerda,  mayores de 18 años) y las distribuyen como pornografía infantil. 
                                    2. Cuando un adulto  envía a un menor una imagen propia: en este caso estamos hablando de corrupción  de menores.  
                                    3. Cuando alguien  envía una imagen sin el consentimiento de su protagonista: son los llamados  delitos contra la intimidad. 
                                    4. Acoso y chantaje  por el uso de terceros de las fotos. Es una de las consecuencias que más daño  causan a los protagonistas del sexting, y que también derivan en responsabilidades  legales. 
                                    Peligros del sexting 
                                    Uno de los  problemas más graves del sexting  se da  cuando el contenido de los mensajes se convierte en una cuestión de dominio  público y comienza la humillación. Imagínate que has roto con tu novio y este,  como venganza, comienza a distribuir esas fotos que os hicisteis una noche loca  de verano. Entonces comienzan las burlas, los comentarios, los insultos, el  linchamiento y las agresiones psicológicas… el sufrimiento puede ser  insostenible. 
                                    Además de tirar por  tierra tu imagen pública, entre tu círculo cercano, no es descabellado pensar  que determinadas imágenes, si se distribuyen indiscriminadamente por Internet,  pueden llamar la atención de adultos y comience el acoso sexual. En último  término, especialmente si eres menor de edad, pueden llegar incluso a redes de  la pornografía infantil. 
                                    Cómo luchar contra el sexting 
                                    Diferentes  entidades han editado guías que explican los riesgos de esta moda. Cuentan cómo  evitar el ciberacoso, el grooming (acoso por parte de adultos) o la sextorsión  (chantaje). Nosotros tomamos como referencia la del Instituto Nacional de  Tecnologías de la   Comunicación (INTECO) y la iniciativa Pantallas Amigas,  llamada Guía sobre adolescentes y ’sexting’: qué es y cómo prevenirlo. Estos  son algunos de los consejos para tener tecnoresponsabilidad: 
                                    1. Piénsatelo antes  de enviar. Lo que sale de tu propio móvil se convierte en irrecuperable, escapa  para siempre de tu control y puede llegar a cualquiera en cualquier momento. Lo  que ahora quieres mostrar de ti, mañana puede que no te guste. A quien se lo  envías hoy, quizás mañana no sea tu amigo. 
                                    2. No cedas ante la  presión ni el chantaje. Si comienzas a vivir una situación de éstas, ¡denuncia! 
                                    3. No seas  partícipe del sexting. Ni creándolo, ni reenviándolo, ni fomentándolo. 
                                    4. Si te llegan  este tipo de imágenes, bórralas. La posesión de este tipo de imágenes  protagonizadas por menores se considera pornografía infantil. Además, si crees  que su difusión está dañando a alguien, ponlo en conocimiento de una persona  adulta. 
                                    5. No difundas  ninguna imagen que no sea tuya. Si no tienes el consentimiento de la persona  implicada, es un delito. Incluso si te dieron permiso para tomar la imagen, no  significa que la puedas enviar a terceros. 
                                    6. Que seas menor,  no te libra de la justicia. La Ley  actúa para protegerte y también para proteger a los demás, y te pedirán cuentas  si no respetas las reglas. 
                                    7. No participes  con tu acción, tu risa o tu omisión. Cuando el sexting deriva en humillación y  acoso colectivo, la víctima sufre un daño enorme, un sufrimiento extremo.  Imagínate que te pasa a ti. Si lo promueves y lo jaleas, eres responsable  también de su dolor. Y si te callas, tu silencio ayuda a quien acosa y hiere a  la víctima. 
                                    Gaceta Joven 
                                      Miércoles,  10 Agosto, 2011                                      |