AMBON, miércoles, 25 febrero 2004 (ZENIT.org).- Constatando que, tras la guerra civil, aún hay muchos desplazados en los campos de refugiados por falta de medios, el obispo de Amboina ha lanzado a las comunidades religiosas en las islas Molucas (Indonesia) un llamamiento al perdón para dar paso a la reconstrucción de la sociedad.
«Es urgente una ayuda financiera a los refugiados: muchos de ellos se encuentran todavía en los campos de refugiados porque no tienen medios de transporte ni dinero para reconstruir sus casas», advirtió monseñor Petrus Canisius Mandagi, cuyas declaraciones difundió «Fides» el 17 de febrero.
«Las comunidades religiosas deben perdonar y olvidar e iniciar la reconstrucción de la sociedad», declaró tras el encuentro del mes pasado en Londres, organizado por la Organización Internacional Islámico-cristiana para la Reconstrucción y la Reconciliación (IICORR, por sus siglas en inglés) -Cf. Zenit, 4 de febrero de 2004-.
La organización creada hace un año, trabaja por ayudar al futuro del archipiélago, donde la intensidad del conflicto entre musulmanes y cristianos ensangrentó las Molucas de 1999 al 2002 y provocó 15.000 muertos y medio millón de evacuados.
Si bien en febrero de 2002 delegados de ambos credos firmaron un tratado de paz, pequeños focos de violencia siguen comprometiendo el acuerdo.
«Mientras estábamos en Europa –lamentó monseñor Mandagi— algunos (en Indonesia) nos han percibido como separatistas, como una amenaza a la unidad indonesia y de acuerdo con el movimiento separatista de las Molucas. Pero éstos nos han entendido completamente al revés. Estamos deseosos de perdonar a los provocadores y construir con todo el pueblo de las Molucas una convivencia pacifica dentro de la nación indonesa».
La comunidad cristiana y la Iglesia –señaló el prelado- no pueden ser identificadas con los movimientos separatistas: «Siempre hemos trabajado y continuaremos haciéndolo por el bien de la gente, por la armonía social, política y religiosa».
En el encuentro del IICORR, monseñor Mandagi y otros líderes religiosos, protestantes y musulmanes, han firmado una declaración en la que afirman su «profundo compromiso por el proceso de reconciliación en las islas Molucas» y su deseo de adoptar «todas las medidas posibles para reforzar la paz, la estabilidad, la amistad recíproca, la confianza y el respeto entre las comunidades islámica y cristiana en las Molucas».
El IICORR ha trazado además un plan de acción para promover la reconciliación y la reconstrucción.
En él se subrayan los aspectos sociales, tales como la necesidad de ofrecer a la población de las Molucas estructuras y medios en el campo de la sanidad y de la educación; incrementar la cooperación en los campus universitarios; coordinar la acción de las ONG locales; y ayudar a la reubicación de los refugiados y los huérfanos.
A nivel económico se contemplan ayudas a la pequeña industria (de la pesca y la madera) y al comercio.
Las comunidades religiosas, por su parte, han prometido especial atención a las necesidades de jóvenes, mujeres, niños y familias, enseñar el valor de la reconciliación e instituir un observatorio para vigilar y prevenir el estallido de incidentes y tensiones.
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