Este experto en orientación familiar del FERT dictó una conferencia a adolescentes (y no) en el IESE de Barcelona para ayudarles a no “improvisar” en la elección de la pareja y “acertar en el amor”
Aureli Villar considera esencial en el matrimonio el compromiso
Juan Francisco Jiménez Jacinto
08-XI-2013
ForumLibertas
Cada 4,12 minutos se rompe un matrimonio en España, un número que evidencia que algo está pasando, que la inestabilidad entre parejas va a más, y que no augura mejores perspectivas. ¿Cómo evitar las rupturas matrimoniales?, ¿cómo no fracasar con nuestra pareja en el proyecto común de la vida?, Aureli Villar lo tiene claro: formando a las personas antes de que ya sea demasiado tarde, antes incluso de que hayan escogido pareja.
Eso es lo que hizo este jueves, 7 de noviembre, en el auditorio del IESE de Barcelona, donde unos 200 jóvenes (y no tan jóvenes) asistieron a su conferencia “Para acertar en el amor”, dirigida a no “improvisar” en el amor y conocer las claves para acertar en la elección.
Villar es profesor de orientación familiar del FERT, numerosos años de experiencia le avalan, y precisamente desde la experiencia es desde donde ha querido hablar a los adolescentes: “Hay que hacer pocas cosas pero bien hechas”, afirma, y el enfoque para hacerlas es “desde el punto de vista de la excelencia y la huída de la frivolidad”, ya que banalizando la pareja “no se va a ninguna parte”.
El conferenciante ha recalcado que, según sus años como asesor, ha entendido que todo lo que se aparte del matrimonio natural “irá mal”. Además, ha subrayado que lo esencial del matrimonio “no son los papeles”, sino “el compromiso de vivirse como cónyuges desde un compromiso exclusivo y permanente”.
“Hay cinco elementos que deben de funcionar en el matrimonio: el ámbito sexual, el sentimental, el racional, el social y el espiritual”, ha explicado Villar detallando cada uno de esos aspectos. Por ejemplo, ha recordado que el único amor que se fundamenta en el sexo es el humano y ha agregado que “muchos de los problemas de cama son problemas de sofá”, ya que “si los sentimientos caen, el sexo cae”.
Este experto considera que la pareja debe vivirse con inteligencia y voluntad: “la diferencia entre novios y casados es que los novios se casan porque se quieren y los casados se ha comprometido a quererse. Eso no debe suponer un esfuerzo ya que el amor es voluntad: querer querer”.
Los “equilibrios” en la pareja
Aureli Villar ha analizado los equilibrios que, según él, no deben de faltar en las parejas. Entre ellos ha destacado el “dar y el recibir”. “Uno en el matrimonio va a darse, hay que estar dispuesto a tener el derecho de perder derechos y pensar ‘Voy a darlo todo’”.
Otro equilibrio que el conferenciante ha comentado es el de la igualdad y la complementariedad: “los dos en una pareja son directores generales, pero al mismo tiempo hay que reconocer que un hombre y una mujer son distintos, muchos problemas vienen de no entender esto. Las mujeres, por ejemplo, van más al detalle, el hombre más a lo general”.
Todos esos equilibrios hay que mantenerlos y, según Villar, no caer nunca en “discusiones inútiles, echarse en cara cosas, mal humor, la interferencia con terceras personas o vulnerar la intimidad”, que es “nuestra, de nadie más”. Sobre esos aspectos ha comentado la necesidad de “no tentar a la fidelidad buscando gustar a terceras personas”, “tener paciencia porque las cosas no se consiguen en un día”, y “tener una muy buena mala memoria”.
Las cuatro reglas matemáticas para triunfar en la pareja
Villar explicó las cuatro reglas para que una pareja sea estable: “sumad todo lo que podáis, evitad restar, multiplicad lo máximo y no dividáis”. “Suma es aquello que puedes hacer y que no es obligatorio que lo hagas, pero que si lo haces, suma. Por ejemplo, ir a buscar a la pareja al trabajo. La resta es aquello que sí es exigible y si no se hace resta, por ejemplo preguntar a la pareja acerca de la visita al médico que ha tenido ese día. La multiplicación es aquello que depende de los dos: si ríen los dos mejor que solo uno. La división es, por el contrario, aquello que debería unir y separa”, ha explicado.
El experto ha destacado también que un buen marido no se improvisa, por eso el noviazgo tiene, a su juicio, tanta importancia. “El noviazgo es lealtad, pero el matrimonio debe estar presidido por la fidelidad”, ya que “el matrimonio es la materialización de la entrega”.
También ha criticado la afirmación generalmente aceptada de que “lo mejor para conocerse es vivir juntos”. “Los datos dicen todo lo contrario –ha añadido-. Hoy en día se convive más que nunca y se rompe muchísimo más también”.
Sobre este aspecto también ha añadido que dos personas que conviven “prestan su cuerpo al otro, y no hay garantía de continuidad en ese préstamo, sin embargo, los cónyuges lo entregan con absoluta fidelidad”.
Finalmente, Villar ha concluido animando a los asistentes a “ser románticos” y a realizar una “entrega incondicional”. Además, ha destacado que sus postulados, fruto de la experiencia de décadas formando a personas, son sencillos pero difíciles, “sencillos porque no son para héroes, pero difíciles porque hay que ir a contracorriente. En esta vida vas o te llevan, yo os aconsejo que vayáis”.
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Cómo salir del círculo vicioso de los problemas
Silvia Bobadilla
Fuente: vinculos-psicologiayfamilia.blogspot.mx
28-VII-2010
Muchas parejas que se quieren y que realmente desean seguir juntos pasan por etapas muy difíciles en que los pleitos y los problemas parecen minar su convivencia.
Muchas veces tratamos de dar alguna solución a algún problema de nuestra relación que, aunque parece lógica, resulto inefectiva. En esos casos las personas generalmente pensamos que no hemos intentado esa “solución” lo suficientemente intensa o frecuentemente y, entonces, guiados por nuestros mapas mentales y creencias, hacemos más de lo mismo.
No siempre lo que parece lógico realmente es útil para salir de los problemas en que nos hemos entrampado. Lo que sea que hagamos deberíamos evaluarlo más por sus resultados que por nuestra lógica.
Los cambios que deseamos en nuestra relación, podemos iniciarlos nosotros mismos, si empezamos a:
1- Prestar atención a lo que ha funcionado en el pasado en la relación. Si recordamos las ocasiones en que nuestra relación ha estado mejor ¿Qué era diferente entonces? ¿Cómo era diferente?
2- Observar lo que actualmente ocurre en el presente en nuestra interacción con el otro.
¿Qué es distinto en las ocasiones en que la relación está bien o, por lo menos, menos mal?
¿Qué hacemos distinto?
¿Qué vería diferente la gente a nuestro alrededor?
3- Identificar cómo se da el patrón de interacción en que surgen los problemas
(¿De qué manera la conducta de cada uno contribuye a hacer el problema de la pareja?) y empezamos a cambiar algunos aspectos de éste.
Puede ser en nuestra manera de actuar ante la situación problemática: empezar a callarnos, en lugar de hablar, o dejar que se vaya la otra persona un rato en lugar de perseguirlo para seguir la discusión, etc.
Cambios en el contexto o situación en que se da el problema: Procurar hacer el problema en la sala de la casa en lugar de en el cuarto o hablando de espaldas el uno del otro en vez de enfrente.
Cambios en el tiempo: Cambiar el momento en que se creaba el problema
4- La terapia de pareja es un trabajo que requiere ir cambiando las quejas que se presentan a peticiones, de lo que cada uno necesita que el otro empiece a hacer distinto en la relación.
5- Avanzar poco a poco, metiendo pequeños cambios que estratégicamente hagan una diferencia.
6- Ayudar a la pareja a crear una visión de la vida que quieren empezar a tener juntos y apoyarlos para ir avanzando en la dirección que necesitan.
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