La estabilidad y gracia de este sacramento aporta a las parejas enormes beneficios tanto a nivel físico como psicológico.
Frases como “la cruz del matrimonio” o “el matrimonio es un mal necesario” no hacen justicia a lo que realmente aporta el matrimonio a las parejas que lo asumen con fe y seriedad. Datos científicos han demostrado que la estabilidad y gracia de este sacramento aporta a las parejas enormes beneficios tanto a nivel físico como psicológico, a la vez que les da una vida más segura y de mayor satisfacción sexual e íntima.
Salud Física
Los beneficios del matrimonio para la salud van desde brindar un espacio donde las personas están más protegidas de accidentes y mejor cuidadas, como de favorecer hábitos alimenticios que evitan la obesidad y otras muchas enfermedades. Esto es particularmente cierto para los hombres que tienden a veces a descuidar su nutrición y hábitos de cuidado (véase Why Marriage Matters: 26 Conclusions from the Social Sciences, and Marriage and the Public Good: Ten Principles, Witherspoon Institute, 2006).
Las estadísticas muestran igualmente que el número de casados que manifiestan ser felices es dos veces mayor que entre los divorciados o los adultos que nunca se han casado.
Así mismo, las personas casadas viven por más largo tiempo que las no-casadas. (Marriage and the Public Good: Ten Principles).
El índice de alcoholismo y de abuso de drogas es menor entre los casados (Why Marriage Matters: 26 Conclusions from the Social Sciences, y Linda Waite, Does Marriage Matter?).
El riesgo de contagio por enfermedades de transmisión sexual es infinitamente menor entre personas casadas y fieles que entre parejas ocasionales o que conviven. (Center for Disease Control and Prevention, 2004, and Trends in Reportable Sexually Transmitted Diseases in United States, 2003).
Salud Mental
Sólo el 7% de los americanos casados dijeron que “no estaban tan felices” con la vida en general. En cambio, la proporción de casados que reportaron ser felices es dos veces mayor que los divorciados o los que nunca se han casado (Brad Wilcox, Marriage and Mental Health in Adults and Children, Center for Marriage and Families Research, 2007).
Las mujeres, especialmente, obtienen un alto grado de beneficios sicológicos de sus relaciones matrimoniales que se comprueba por su bajo índice de depresión y suicidios (Why Marriage Matters: 26 Conclusions from the Social Sciences, p.28, y, Marriage and the Public Good: Ten Principles).
El divorcio en cambio aumenta el riesgo de suicidios en más del doble, comparado con los casos de suicidio entre los casados (Why Marriage Matters: 26 Conclusions from the Social Sciences, p.29).
Seguridad
En general, las mujeres casadas son en menor proporción víctimas de un abuso. Los casos de abuso doméstico entre casadas es del 5%, mientras que entre las mujeres que cohabitan sin casarse el abuso es de un 14% (L. Waite and E. Lehrer, The Benefits from Marriage and Religion in the U.S.: A Comparative Analysis, Population & Development Review, Vol. 29, No. 2, June 2003).
El matrimonio evita igualmente que las personas sean o víctimas o agentes de algún crimen. Mujeres divorciadas son en un cuatro o cinco por ciento más susceptibles de estar entre las víctimas de un crimen violento. Así mismo, los hombres no casados son cuatro veces más susceptibles que los casados de ser víctimas de crímenes violentos (Why Marriage Matters: 26 Conclusions from the Social Sciences, p.30).
Sexualidad
Expertos en sexología coinciden en afirmar que la sexualidad, por tratarse del contacto más íntimo entre una pareja, expone lo más profundo de una persona a los riesgos del rechazo, el abuso, la utilización egoísta, o el contagio de enfermedades que pueden amenazar incluso la vida de la persona. Es claro pues que el sexo supone el contexto de profunda confianza, seguridad y estabilidad de una relación marcada por la fidelidad y la entrega total, así como el ambiente relajado y el conocimiento del otro que sólo el matrimonio puede garantizar. Así lo prueban las estadísticas:
Las parejas casadas, aunque tienen una vida sexual tan activa como las parejas que cohabitan, reportan experimentar mayor satisfacción emocional en sus relaciones sexuales (Linda Waite, Does Marriage Matter?).
Esto es aún más cierto cuando se constata el grado de ansiedad, depresión e intentos de suicidio que experimentan hoy las jóvenes universitarias que, influenciadas por el libertinaje moderno, llegaron a pensar que evitando embarazos mediante el uso de anticonceptivos están protegidas y listas para gozar complemente de los placeres sexuales (Véase A Campus Psychiatrist, “Unprotected”, 2006).
Véase también Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Secretariado Por la Vida, “Por qué el matrimonio es importante para la vida y para el bienestar común”.
Fuente: portumatrimonio.org
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Beneficios económicos del matrimonio
El matrimonio constituye una comunidad donde la fuerza del compartir, la solidaridad, la búsqueda del bien común y la distribución de las actividades fuera y dentro del hogar, favorecen el crecimiento y la estabilidad económica de las personas.
Traducido y adaptado por Dora Tobar
El matrimonio constituye una comunidad donde la fuerza del compartir, la solidaridad, la búsqueda del bien común, y la distribución de las actividades fuera y dentro del hogar, favorecen el crecimiento y la estabilidad económica de las personas. Así lo afirman L. Waite and E. Lehrer en su estudio The Benefits from Marriage and Religion in the U.S.: A Comparative Analysis, en la revista Population and Development Review (2003, p. 264).
Asimismo, estudios confirman que los hombres casados ganan entre un 10-40% más que los hombres no casados (Véase David Popenoe and Barbara Whitehead, The State of Our Unions 2005, p.16).
Las familias de los migrantes hispanos sufren todas de un periodo de adaptación cuyo efecto económico es evidente y depende del grado de educación, del estatus migratorio y de las circunstancias laborales en que se ubica la pareja. Sin embargo, las estadísticas muestran la gran coincidencia que existe entre el número de niños hispanos que están viviendo hoy en día en la pobreza (el 29%) y el número de niños que no tienen un hogar con sus dos padres, o porque están separados (6%), porque viven juntos o no están casados (7%) o porque nunca se casaron ni viven juntos (14%) (Véase Ken Johnson-Mondragón, Youth Ministry and Socioreligious Lives of Hispanic and White Catholic Teens in U.S., based on the National Study of Youth and Religion. Perspectives on Hispanic Youth and Youth Adult: Fe y Vida).
Las mujeres divorciadas o madres solteras son igualmente las personas de mayor riesgo de caer en la pobreza extrema, debido a que no pueden trabajar con la misma intensidad de quienes tienen un hogar y se reparten las funciones, ni reciben el aporte financiero de los padres, en el mismo grado que dentro de un matrimonio. Por eso, dentro de la población general de los Estados Unidos, el 36 % de los hijos de madres solteras viven en pobreza, comparados con el 7% de quienes viven con los dos padres (U.S. Department of Health and Human Services/Center for Disease Control and Prevention, “Adolescent Health in U. S.”, 2007, p. 10).
Para mayor información consulte: Institute for American Values, Why Marriage Matters: 26 Conclusions from the Social Sciences, 2005, and The State of Our Unions 2006; Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Secretariado Por la Vida, “Por qué el matrimonio es importante para la vida y para el bienestar común” en www.usccb.org/prolife.
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Alexitimia en personas en procesos de separación o divorcio
Alfredo Rodríguez del Álamo (Doctor en Psicología)
Fernando de Benito Fernández (Licenciado en Psicología)
Belén Rodríguez Fernández (Letrada y directora del Bufete R&A Abogados)
Anuario de Psicología Jurídica, Volumen 13, año 2003.
Resumen
Objetivos: Estudiar la dimensión “alexitimia” como variable en personas inmersas en un proceso legal de separación o divorcio. Material y Métodos: Escala de Alexitimia de Toronto de 20 elementos (TAS-20) y Escala de Ansiedad de Hamilton (HARS) aplicadas a 32 clientes de un bufete. Media (X), desviación típica (DT), porcentaje de positivos (%), prueba de Kolmogorov-Smirnov, pruebas t de Student con p<0.05 e índice r de correlación lineal de Pearson. Resultados: el nivel de alexitimia de los clientes se distribuye según una variable de distribución normal N con X=65.22 y DT=8.93 y su media es estadísticamente superior al de la población general, con un 68% de casos positivos. No aparecen diferencias significativas entre mujeres y varones. La alexitimia y la ansiedad clínica muestran relación directa y positiva, r=+0.66. Conclusión: El proceso de separación o divorcio incrementa la alexitimia y la ansiedad reactiva. Dichos datos pueden ser muy útiles en la determinación del alcance y la magnitud de la desviación sexual, en el perfil inicial de riesgo de reincidencia y en la planificación de la intervención especializada.
Introducción
El divorcio y la separación representan una fuente de estrés para los individuos (Labrador, 1992). Los estudios sobre acontecimientos vitales estresantes de Holmes y Rahe (1967) identifican al divorcio en tercer lugar y a la separación legal en séptimo lugar de importancia en un listado de 57 posibles sucesos con gran impacto vital y que pueden repercutir negativamente tanto en la estabilidad psíquica de la persona como en su vulnerabilidad física ante las enfermedades (Dohrenwend, 1984). Los referidos autores valoran tal impacto con una puntuación de 70 para el divorcio y de 63 para la separación legal en una escala sobre 100 puntos.
A pesar de que es reconocida la afectación emocional de la separación legal y del divorcio sobre los actores del mismo y su familia (Kitson y Sussman, 1982; Chiriboga, 1979) los estudios realizados sobre el impacto en los adultos que se encuentran en pleno proceso son escasos. Los trabajos existentes casi siempre se han centrado en los hijos describiendo las repercusiones que pueden tener lugar en los niños después de haberse consumado el divorcio, por ejemplo trastornos afectivos, culpabilidad y problemas de las lealtades a los padres, síntomas psicosomáticos, fracaso escolar y otras dificultades de adaptación infantil a largo plazo (Amato y Keith, 1991; Shaw, 1991; Kelly, 1988; Wallerstein y Kelly, 1980; Hess y Cámara, 1979).
El presente trabajo se enmarca en este contexto: la valoración, en los adultos inmersos en proceso de separación o divorcio sin mutuo acuerdo, de la afectación emocional en una variable psicológica: la alexitimia, y sus posibles implicaciones prácticas.
Se conoce como alexitimia a una dimensión de la personalidad que hace relación a las dificultades para procesar cognitivamente las emociones (Otero, 1999; Taylor, Bagby y Parker, 1991) y que se caracteriza básicamente por:
1) déficit marcado en primero identificar y luego describir con palabras los propios sentimientos,
2) dificultad para discriminar los sentimientos de las sensaciones corporales que los acompañan,
3) pobreza de vida mental y restricción de la imaginación y fantasía y
4) estilo de pensamiento orientado a los eventos exteriores y concretos.
Diferentes autores han descrito que la alexitimia correlaciona también con dificultades para la empatía (ponerse adecuadamente en la situación del otro y entender lo que le está pasando), con la vulnerabilidad a la ansiedad o la depresión y con el incremento de la irritabilidad (Sandin, Chorot, Santed y Jiménez, 1996), con el hecho de padecer trastornos psicosomáticos (Von-Rad, 1984; Sifneos, 1973) tales como asma, anorexia o bulimia, hipertensión, colón irritable, cefaleas, etc., con comportamientos impulsivos sin poderlos relacionar con sus motivaciones emocionales subyacentes, con la capacidad disminuida de respuesta adaptativa ante situaciones estresantes, y con el establecimiento de relaciones sociales estereotipadas bien de dependencia o bien de aislamiento (Fernández, 1999).
Es relevante para éste estudio señalar que la alexitimia puede ser primaria o secundaria (Taylor, Bagby y Parker, 1993; Horton, Gewirtz y Kreutter, 1992). La alexitimia primaria se considera un rasgo estable de la personalidad, el sujeto siempre ha sido así desde niño, y se relaciona etiológicamente con déficits neurológicos tales como una insuficiente conexión interhemisférica o alteraciones de los circuitos neuronales de feedback entre el neocortex frontal y el sistema límbico (Houtveen, Bermond y Elton, 1997). La alexitimia secundaria se considera reactiva a una situación estresante o traumática sobre la que la persona no tiene control, tal como una enfermedad grave tipo cáncer, violación o secuestro, acciones de guerra, inmigración, etc. (Wise, Mann, Mitchel, Hryvniak y Hill, 1990), considerándose el incremento de la alexitimia una reacción defensiva frente a los afectos negativos desbordantes sentidos como inmanejables (Myers, 1995).
La alexitimia es así mismo modulada por factores socioculturales: la cultura oriental (China, Japón) favorece la alexitimia frente a la cultura occidental (EE.UU, Europa) (Páez y Casullo, 2000); los hombres educados en modelos tradicionales sexistas son más alexitímicos que las mujeres (Fischer y Good, 1997); y hoy día van surgiendo datos que permiten inferir que la alexitimia es, cuanto menos parcialmente, un valor familiar transmitible (Espina, Ortego, Ochoa y Alemán, 2001): los hijos de padres alexitímicos que sobrevaloran la alexitimia muestran una personalidad mas acentuada en este rasgo que hijos de familias donde el control emocional no se valora tanto.
Los objetivos del presente trabajo son tres:
1- el estudio de la variable “alexitimia” en una muestra de personas inmersas en un proceso de separación legal o divorcio sin mutuo acuerdo y comparar sus valores con los de la población general,
2- correlacionar el nivel de alexitimia de este grupo con el grado de ansiedad clínica que muestran, y
3- extraer conclusiones prácticas de tales hechos aplicables a la Psicología Jurídica.
Método
Sujetos.
La muestra corresponde a 32 personas en proceso de separación o divorcio sin mutuo acuerdo, que son clientes de un bufete de abogados especializado en tales procedimientos, en el que se les ofrece optativa y complementariamente apoyo psicológico especializado.
Distribución por sexos: 14 (48%) son mujeres y 18 (56%) son varones. Edades: el rango de edad de los sujetos abarca desde los 28 hasta los 51 años, media 37,5 años de edad, moda (años sin meses) 35 años. Tratamiento psicofarmacológico: 9 personas (28%) estaban tomando algún tipo de ansiolítico, antidepresivo o hipnótico.
Instrumentos de medida
— Escala de Alexitimia de Toronto TAS-20, autoaplicada, 20 ítems, puntuación mínima 0 y máxima 100 puntos, distribución normal N con X=45 y DT=15 sobre población general para validación de n=196, punto de corte en > 59 (Moral de la Rubia y Retamales, 2000; Pérez, Cortés, Ortíz, Peña, Ruiz y Díaz, 1997).
— Escala de Ansiedad de Hamilton HARS, autoaplicada, 14 ítems, puntuación mínima 0 y máxima 56 puntos, punto de corte en >14. (Conde y Valverde, 1984).
Estadísticos.
Media (X) y desviación típica (DT) de las puntuaciones obtenidas por el grupo total en el TAS-20, así como las X y las DT de las subpoblaciones de varones y de mujeres. Proporción de sujetos que dan positivo en la escala TAS-20.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov de ajuste a la curva normal, con p<0.05.
Pruebas “t” de Student con p<0.05 de contraste unilateral, para comprobar: 1-si la media de la variable “alexitimia” en nuestra muestra medida con la TAS- 20 es significativamente superior a la media de dicha variable en la población general, y 2- si el grado de alexitimia medida con la TAS-20 es mayor o menor en función del sexo de las personas en proceso de separación o divorcio.
Prueba “r” de Pearson de correlación lineal entre las puntuaciones obtenidas en cada sujeto con la TAS-20 y la HARS, para comprobar si hay relación entre aumento de alexitimia y aumento de los niveles de ansiedad clínica.
Resultados
El número de sujetos que sobrepasaron el punto de corte de la TAS-20 es de 22 personas, el 68% de la muestra. Las medias y desviaciones típicas obtenidas en el TAS-20 son las siguientes: grupo total X=65.22 y DT=8.93, hombres X=67.04 y DT=7.72, y mujeres X=62.89 y DT=9.80.
El resultado de la prueba de Kolmogorov- Smirnov, D, Wh para p<0.05, 5.02<5.99, permite usar estadísticos paramétricos al ajustarse los datos suficientemente a una distribución normal, N, a pesar del bajo número de sujetos (n=32).
La primera prueba t de Student al comparar los resultados del TAS-20 obtenidos en nuestra muestra con los datos normativos del cuestionario para un nivel de confianza de p<0.05 indica que T>t ya que 7.54>1.653 por lo que se supera el nivel de significación estadística
y se puede afirmar la diferencia de medias entre ambas poblaciones, a favor de la muestra de separados-divorciados. La probabilidad de que un sujeto extraído al azar en nuestra muestra de separación- divorcio sea más alexitímico que un sujeto extraído al azar de la población general es de 0.874.
La segunda prueba t de Student con p<0.05 al comparar los resultados del TAS-20 obtenidos en la submuestra de varones con los resultados obtenidos en la submuestra de mujeres para un nivel de confianza de p<0.05 indica que T<t ya que 1.38<1.697 por lo que no se llega alcanzar el nivel de significación estadística, y por lo tanto se consideran iguales las medias de ambas subpoblaciones.
El índice r de correlación de Pearson entre las puntuaciones de los 32 sujetos obtenidos en las pruebas TAS-20 y HARS obtiene un valor de +0.66, indicando una moderada correlación lineal y positiva entre ambas pruebas.
Conclusiones
a) Las personas en procesos de separación legal o divorcio sin mutuo acuerdo muestran unos niveles de alexitimia estadísticamente superiores a los de la población general.
b) Los varones en separación-divorcio no muestran un nivel de alexitimia significativamente superior al de las mujeres, aunque hay una ligera tendencia en éste sentido. Estos resultados son compatibles con diferentes investigaciones realizadas en la población general occidental sobre alexitimia y situaciones variadas tanto estresantes como cotidianas (Otero, 2000; Moral de la Rubia y Retamales, 2000; Páez y Casullo, 2000; Pérez, Cortés, Ortíz, Peña, Ruiz, y Díaz, 1997).
c) En nuestra muestra aparece relación positiva entre el nivel de alexitimia y el de ansiedad (a mayor ansiedad también mayor alexitimia). En éste sentido hacemos notar el alto porcentaje de clientes del despacho que toman un psicofármaco, el 28% del total de la muestra, o sea más de uno de cada cuatro. La citada relación entre alexitimia y ansiedad ha sido detectada en numerosos estudios (Martínez-Sánchez, Sánchez, Castillo, Gordillo y Ortíz, 1997; Hendryx, Havilland y Shaw, 1991) aunque la relación causal no se pueda dilucidar a priori: podría ser que la difícil situación de separación- divorcio sea el motor tanto del incremento de la ansiedad clínica y de la alexitimia (covariación sin relación directa de causa-efecto entre estas dos dimensiones) o bien podría ser que el incremento del malestar psicológico (estrés, ansiedad) sea el que genere directa y causalmente el aumento del estado alexitímico.
d) Al existir un aumento de la alexitimia en las personas en proceso de separación- divorcio se puede considerar como posible el aumento de una serie de fenómenos psicológicos que se vinculan a la alta alexitimia y que van a poder afectar al proceso legal, pudiéndose citar los siguientes:
d.1- Los actores de la demanda pueden mostrar disminución de la empatía, es decir que no van a poder ponerse fácilmente en el lugar de su pareja, no entenderán bien las motivaciones del otro y tenderán a “atrincherarse” egocéntrica y airadamente en sus propias posiciones sin atender a los argumentos ajenos al suyo (Barenbaum y Prince, 1994).
d.2- Igualmente podrían ver disminuidas sus capacidades para el autocontrol racional de sus afectos, siendo más vulnerables al miedo, la ansiedad, la depresión, etc. A su vez éstos estados afectivos no bien reconocidos ni integrados pueden fácilmente a enturbiar el buen juicio e inhibir la claridad en la toma de decisiones en momentos clave del procedimiento (Sandin, Chorot, Santed y Jiménez, 1996).
d.3- La impulsividad igualmente se puede ver incrementada, realizando entonces comportamientos sin la demora adecuada para la reflexión, que a medio-largo plazo pueden ser negativos para sus propios intereses, a lo que colabora una capacidad general disminuida para generar respuestas flexibles y adaptativas ante situaciones estresantes tales como la separación o divorcio (Fernández, 1999).
d.4- Se puede ver mermado el estado general de salud física, mental o psicosomática de la persona en proceso de separación-divorcio (Deary, Scott y Wilson, 1997; Bakus y Dudley, 1997; Von- Rad, 1984).
e) Si se detecta en una persona en separación-divorcio un nivel alto de alexitimia, pudiera ser adecuado una intervención terapéutica tanto a nivel farmacológico como psicológico (García, Garrido y Rodríguez, 1998; Freyberger, 1985; Von-Rad, 1984) ya que la disminución de la alexitimia reactiva redundaría en una previsible optimización de los recursos mentales del cliente para enfrentarse al proceso legal y evitar trastornos psicosomáticos y orgánicos.
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