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Los bebes de probeta en peligro

Se señalan posibles problemas de salud

WASHINGTON, 15 febrero 2003.- Nuevas investigaciones señalan posibles problemas de salud en los bebés nacidos a través de técnicas de fertilización in vitro (IVF).

En los Estados Unidos, la información sobre defectos de nacimiento en los más de 30.000 niños nacidos al año a través de la IVF es todavía escasa, informaba el Richmond-Times Dispatch el 15 de noviembre. Pero estudios recientes concluyen que los bebés probeta tienen que afrontar el doble de riesgo de defectos importantes de nacimiento y el doble de riesgo nacer bajo peso, afirmaba el periódico de Virginia.

Otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad John Hopkins y de la Universidad de Washington, constató que los niños IVF tienen seis veces más de posibilidades de contraer el síndrome de Beckwith-Wiedemann. Raro desorden hereditario, que causa malformación de desarrollo y cáncer, este síndrome es similar a los problemas de crecimiento detectados en los animales clonados.

Otro grupo más de investigadores médicos encontró el año pasado un nexo entre una forma de IVF, llamada inyección de esperma intracitoplásmica (ICSI), y un desorden genético, el síndrome de Angelman, una situación de desarrollo que se confunde a veces con el autismo, informaba el 16 de enero el Times de Londres.

Ambos síndromes se cree que son causados por un tipo de defecto genético denominado desorden de impresión. La impresión es un proceso por el que los genes son marcados para distinguir si tienen que venir del óvulo de la madre o del esperma del padre.

El Dr. Wolf Reik, del Instituto Babrahm de Cambridge, afirmaba: «Los genes mismos no son necesariamente diferentes, es la impresión la que controla cuán activo es el gen. Si la impresión va mal, se pierde el control y esto puede dar como resultado un crecimiento irregular».

El Times comentaba que algunos expertos en IVF, incluyendo al profesor Lord Winston, miembro fundador de la Sociedad Británica de Fertilidad, han afirmado que es necesaria una vigilancia extrema de la salud de los bebés IVF. No se han hecho estudios rutinarios, y eso a pesar de que más de 68.000 niños han nacido en Gran Bretaña a través de la IVF, y un millón en todo el mundo.

El 24 de enero, el diario británico The Guardian informaba de los resultados de la investigación en Holanda que ha identificado el alto riesgo de problemas oculares en los niños IVF. El estudio sugería que la incidencia de retinoblastoma, un tumor en el nervio óptico, podría ser siete veces mayor en los niños nacidos a través de métodos de reproducción asistida.

La investigación holandesa, publicada en el diario médico Lancet, fue realizada sólo con una pequeña muestra de niños. Los autores del estudio comentaban: «Los investigadores futuros deberían tomar en cuenta el número de tratamientos de IVF, otros medicamentos de fertilidad aplicados antes del IVF, y la posibilidad de que se diagnostiquen antes los desórdenes serios de niños concebidos por IVF que los de otros niños, que no tienen una vigilancia médica tan cerrada».

Más noticias de problemas vinieron de Australia. El 1 de febrero, el Sydney Morning Herald informó de un estudio del profesor Carol Bower, hecho público hace un año, que encontró el doble de serios defectos de nacimiento en niños concebidos vía IVF y técnicas relacionadas en Australia Occidental entre 1993 y 1997. En total, el 8% de los niños IVF estaban afectados.

No todos los estudios han probado lo negativo. Alison Venn, una epidemióloga e investigadora asociada en el Hobart’s Menzies Center for Population Health Research, llevó a cabo un estudio que siguió todos los nacimientos IVF en el estado australiano de Victoria desde 1995 en adelante, más de 5.000 en total. Venn descubrió que el porcentaje de cáncer entre los niños estaba en línea con el resto de la población.

Sin embargo, no estableció si hay relación con otro tipo de enfermedades raras, a pesar de que las cifras bajas pueden significar que cualquier posible relación está lejos de probarse y podría ser una simple cuestión de suerte.

Óvulos congelados

También han surgido preocupaciones sobre una nueva técnica IVF que permite a las mujeres quedar embarazadas usando sus propios óvulos congelados. Helen Perry fue la primera en Gran Bretaña en quedarse embarazada usando sus propios óvulos congelados, almacenados y descongelados, informaba el 11 de octubre la BBC.

El Dr. Gillian Lockwood de los Midland Fertility Services, cuyo equipo realizó el tratamiento, afirmaba: «La técnica... funcionará igual para la generación de Bridget Jones cuando quiera congelar sus óvulos para conservar abiertas sus opciones reproductivas».

El procedimiento estuvo prohibido en el Reino Unido hasta enero de 2000. Se ha permitido a las mujeres tener óvulos congelados y almacenados, pero no se permitía a las clínicas descongelar los óvulos. Se estima que unas 100 mujeres han congelado y almacenado óvulos en el Assisted Reproduction and Gynecology Center de Londres, un centro pionero en este tratamiento en el Reino Unido.

Sin embargo, congelar óvulos presenta problemas. Un equipo científico del Instituto Dexeus de la Universidad Autónoma de Barcelona constató que los cromosomas de los óvulos congelados se desordenan durante el proceso de descongelación, informaba el periódico español ABC el 6 de diciembre.

La investigadora Irene Boiso explicaba que el desorden de la estructura de los óvulos puede conducir a que un embrión tenga o muy pocos o demasiados cromosomas. A nivel mundial, alrededor de 100 niños han nacido con esta técnica. Pero el método está lejos de ser óptimo, en opinión de los investigadores que llevaron a cabo este estudio. Una consecuencia de los defectos debidos a la congelación es la alta incidencia de abortos espontáneos.

Reducir los nacimientos múltiples

Otro problema con el IVF es la alta incidencia de nacimientos múltiples, aumentando el peligro tanto para la madre como para los hijos. Las clínicas de fertilidad de los Estados Unidos intentan ahora reducir el número de mujeres que tienen mellizos o trillizos, informaba el Wall Street Journal el 22 de enero.

Los Estados Unidos tienen el índice más alto del mundo en nacimientos múltiples, en gran parte debido al aumento del recurso a la IVF, observaba el artículo. En 2000, el 35% de los niños nacidos a través de la IVF u otras tecnologías eran mellizos, trillizos o nacidos en partos de un número superior de bebes, según el Centro de Control de Enfermedades y Prevención. El porcentaje de nacimientos múltiples es sólo del 3% en la población general de Estados Unidos.

Los nuevos métodos, usados apenas por un par de docenas de clínicas de Estados Unidos, exigen desarrollar los óvulos fertilizados por un periodo mayor antes de implantarlos en la matriz. Dejándoles desarrollarse durante cinco días, en lugar de tres, los doctores tienen más capacidad de detectar que embriones son saludables y, por lo tanto, implantar menos. Los seres humanos en sus primeras fases considerados menos saludables son probablemente destruidos.

En Gran Bretaña, la preocupación por los nacimientos múltiples ha llevado a que los especialistas pidan la prohibición de aquellas técnicas IVF que provocan de manera particular este fenómeno, informaba el Telegraph el 8 de diciembre. Las leyes británicas permiten implantar actualmente hasta tres embriones.

Las últimas estadísticas de la Autoridad de Embriología Humana y Fertilización, el organismo que regula el tratamiento de fertilidad, muestran que en el periodo de doce meses que terminó en marzo 2001 cerca de 24.000 mujeres fueron tratadas; 1.600 dieron a luz mellizos, mientras 109 tuvieron trillizos.

«Los embarazos múltiples cuestan al estado enormes sumas de dinero», comentaba Richard Kennedy, el secretario de la Sociedad Británica de Fertilidad. «Estos bebés son más propensos a nacer prematuramente y eso puede llevar desventajas y la necesidad de cuidados intensivos».

En muchas ocasiones en el pasado la Iglesia católica ha dejado claras sus objeciones morales fundamentales al uso de la IVF, que no cambiarían ni siquiera si los riesgos a la salud se redujeran.

Refiriéndose a estas cuestiones durante el mensaje dominical del Angelus de hace dos semanas, Juan Pablo II advertía de que «cierta lógica comercial, aliada a la tecnología moderna, puede aprovecharse en ocasiones de deseos humanos que son buenos en sí mismo, como son el llegar ser madre o padre, hasta el punto de querer un niño ‘a cualquier coste’».

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