«Still Me» (Sigo siendo yo), titula "Superman" su autobiografía.
NUEVA YORK (Efe) Diario de Navarra, 7.V.98
El actor Christopher Reeve, conocido por su interpretación de «Superman» en el cine, deseó en diversas ocasiones no seguir viviendo tras sufrir una parálisis casi total en un accidente ecuestre en 1995, ante cuya gravedad su madre pidió a los médicos que le dejaran morir.
En su autobiografía titulada «Still Me» (Sigo siendo yo), que acaba de aparecer en las librerías de EE UU, el actor cuenta que su esposa, Dana Morosini, ha tenido una influencia decisiva para recuperar las ganas de vivir y luchar por su recuperación. Reeve escribe que en uno de los momentos de desesperación su esposa le salvó al decirle que apoyaría cualquier decisión que tomara, porque era su vida, y que estaría siempre a su lado y añadió: «Sigues siendo tú y te quiero».
Reconoce la gran dificultad de ser totalmente dependiente
El popular intérprete de «Superman» se partió las dos primeras vértebras cervicales al caer de cabeza cuando intentaba saltar un obstáculo con su caballo «Buck» en una competición en la localidad de Culpeper (Virginia) en mayo de 1995. En el libro describe con detalle la delicada intervención, quirúrgica que le practicaron en un hospital de Virginia y cómo los médicos lograron prácticamente volver a unir su cabeza al cuerpo. A causa de la lesión en la médula espinal, Reeve perdió toda movilidad corporal, aunque su cerebro no resultó afectado. Tres años después, ha logrado recuperar cierta movilidad en la cabeza, que ahora puede girar unos 70 grados hacia ambos lados.
Reconoce en su autobiografía que «volverse totalmente dependiente de otra gente requiere un terrible ajuste» y explica cómo un equipo permanente de enfermeras y ayudantes vigila a todas horas sus constantes vitales, se ocupan de los ejercicios de rehabilitación para que no se atrofien sus músculos y le trasladan a la silla de ruedas que maneja soplando aire a través de un tubo. Uno de los ejercicios diarios consiste en respirar durante más de una hora sin la ayuda del ventilador que desde el accidente impulsa aire a sus pulmones a través de un orificio practicado en tráquea.
El actor relata que en varias ocasiones estuvo a punto de morir, al desconectarse el tubo por el que recibe el aire y no poder pedir ayuda, y a causa de la reacción que le produjo un fuerte medicamento que le suministraron para tratar de conseguir algún progreso en su estado. A sus 45 años, después de conocer el éxito que conlleva ser una celebridad de Hollywood y haber practicado todo tipo de deportes, Reeve describe lo difícil que le resultó asumir que era un paralítico.
Asumir la dependencia para progresar siempre con esperanza
«Aceptar tu condición es un paso esencial, y el primero que tienes que dar, en el proceso de rehabilitación», y explica que en sus sueños nunca aparece en silla de ruedas, lo que, según él, es una muestra de su fuerte convicción de que algún día recuperará la movilidad. En los últimos años ha participado en numerosos actos benéficos y en reuniones con políticos reclamando más atención hacia los afectados por lesiones en la médula espinal, y a través de la Fundación Christopher Reeve recauda fondos para investigar tratamientos que permitan algún día curar la tetraplejia. «Las compañías de seguros ganaron en éste país el pasado año 780.000 millones de dólares pero no contribuyen en nada a la investigación», denunciaba en una entrevista el viernes pasado en el espacio «20/20» de la cadena ABC. En el programa, acompañado por su esposa y sus tres hijos, reiteró con voz clara y pausada sus esperanzas de que en un plazo relativamente corto la investigación avance en el tratamiento de enfermos como él.
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