El licenciado en Actividad Física y Deportiva Martin Piacentino, instructor general de gimnasios, sostiene a su vez que "aunque tal vez no se la mencione con nombre propio, la vigorexia es una realidad que se percibe desde hace unos años en los gimnasios, y sobre todo entre los aficionados al culturismo, donde la estética se convierte en una obsesión. Mi experiencia como docente, y también como deportista, me indica que todas las personas para las que el entrenamiento ocupa un lugar preponderante en sus vidas, son susceptibles de desarrollar algún grado de vigorexia".
"Yo mismo -añadió Piacentino- en algún momento de mi vida la he padecido. En aquellos momentos se siente una gran angustia cuando por algún motivo, aunque sea circunstancial, se debe suspender el entrenamiento. Durante ese intervalo, por breve que sea, uno no tolera la idea de perder aquello que ha construido con tanto esfuerzo, y que considera parte de su identidad. Es difícil explicar lo que significa aumentar 10 kilos de masa muscular y luego perder 2. Es desesperante... y esa desesperación es un síntoma que, si se quiere, puede encolumnarse como una característica propia de esta alteración."
De todos modos, el docente destaca que en todo deportista que asiste a un centro de entrenamiento existe el afán de progreso y evolución, por lo que no debe confundirse ese objetivo saludable con la angustia que se desprende de los trastornos obsesivos compulsivos.
Del mismo modo que esta patología es patrimonio masculino -según afirman la mayoría de los especialistas consultados- es además una conducta que se desarrolla fundamentalmente en el deporte de la musculación y las pesas, donde los objetivos estéticos muchas veces prevalecen ante los deportivos.
A diferencia de la bulimia y la anorexia, los expertos coinciden que no es habitual recibir consultas referidas a esta nueva alteración de la conducta. En este sentido, el docente Rubén Ayala, que también trabaja en el club Estudiantes de La Plata, señaló que "en el caso de la vigorexia, la alteración debe ser detectada por el profesor de Educación Física que se desempeña en el área de entrenamiento, ya que es quien tiene la responsabilidad de advertir los excesos, para luego derivarlo y comenzar un tratamiento en el ámbito psiquiátrico".
En la Argentina no existen, aún, estadísticas acerca de la presencia o manifestación de esta patología, pero según números que se desprenden de los estudios del doctor Pope, se calcula que en Estados Unidos casi 1 millón de hombres podrían ser vigoréxicos, mientras que en España, el Consejo General de Farmacéuticos indica que en ese país los afectados serían unos 700 mil.
Fuente: Eldia.com |