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La falta de zinc podría ser una causa de la anorexia nerviosa

En medio del interés creciente que se pone en estos días en los riesgos mortales de la obesidad, se pasa por alto el hecho de que un peso desproporcionadamente bajo también acarrea riesgos para la salud. Aquellos que sufren de anorexia nerviosa pueden llegar a tener un peso tan bajo como para considerar necesaria su internación en un hospital.
Es bien sabido, sin embargo, que aun cuando el tratamiento contra este trastorno sea exitoso en términos de recuperación de peso, muchos de quienes lo sufren tienen recaídas a repetición.

Investigaciones publicadas este mes en el American Journal of Clinical Nutrition descubrieron que aún después de un tratamiento en un hospital, los anoréxicos muestran una tendencia a restringir su consumo de alimentos de forma poco saludable.
Si bien las causas de la anorexia nerviosa pueden ser complejas y estar relacionadas muchas veces con factores sociales y psicológicos, existen algunas pruebas de que una fisiología desordenada también jugaría un papel destacado en la aparición de este mal.
Los estudios sugieren en especial que la anorexia estaría relacionada con una deficiencia del mineral zinc. La deficiencia de zinc y la anorexia nerviosa tienen efectivamente síntomas en común que incluyen poco apetito, pérdida de peso, náuseas y ausencia de períodos menstruales (amenorrea).

Hay algunos científicos que sugieren de hecho que la deficiencia de zinc jugaría un papel en las causas de la anorexia nerviosa.

La relación entre el zinc y los hábitos alimentarios estaría relacionada con una sustancia química del cerebro conocida como neuropéptido Y (NPY), cuya función principal sería la estimulación del apetito. La restricción de alimentos genera una subida de los niveles de NPY. Investigaciones realizadas en animales descubrieron, sin embargo, que la deficiencia de zinc entorpece el aumento de NPY en respuesta a la restricción de alimentos, lo que sugiere que la falta de este mineral reprime la necesidad normal de comer si se raciona la comida.

Algunos estudios descubrieron que al administrar zinc de forma suplementaria, 17 de 20 anoréxicos registraron un aumento de peso significativo. Y otros hallaron que se logró aumentar también la velocidad en el incremento de peso de un grupo de anoréxicas, en comparación con las que formaban el grupo control y que solo tomaban placebos.
El principal enfoque nutricional para tratar la anorexia nerviosa debiera ser una dieta basada en alimentos como el pescado, las frutas, las verduras, los poros, las lentejas, las nueces y las semillas. Las nueces y las semillas tienen una importancia especial en este caso ya que algunas de éstas (como las semillas de zapallo) son buenas fuentes de zinc. Además, también ayudaría a los anoréxicos a aportarles el suplemento de zinc necesario. Lo aconsejable es consumir zinc en dosis diarias de entre 50 y 100 miligramos.

El Clarín, Argentina, 2005-10-11


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