¿Vive por y para su trabajo?, ¿desconecta al llegar a casa?, ¿trabaja más horas de las estipuladas?, ¿habla a su familia de la jornada laboral en todo momento? En caso afirmativo, quizá sea usted un adicto más al trabajo o si lo prefiere, un “workalcoholic”.
En principio, ser una persona trabajadora no es ningún defecto sino, más bien al contrario, es considerado una virtud digna de admiración. Sin embargo, para algunos el trabajo es algo más que una forma de ganarse la vida o de realizarse como persona.
Todo por el trabajo
Se trata de los workalcoholics, es decir, los adictos al trabajo. Son personas para las que su profesión lo es todo. Enfermos sociales que triunfan en lo laboral, pero son infelices en su muy escasa vida privada. Según los últimos estudios realizados al respecto, la mayor parte de las personas que sufren este problema son hombres.
Aunque la adicción al trabajo es una patología que ha existido siempre, no fue hasta los años ochenta cuando, coincidiendo con la aparición de los yuppies, se comenzó a estudiar como tal. Fue entonces cuando la revista Scentific American elaboró un informe que ponía de manifiesto que desde 1945, el rendimiento por hora trabajado se había multiplicado.
Enfermedad del "Primer mundo"
Además, una encuesta realizada por la Asociación Internacional de Investigación (INRA) en 1995 reveló que tanto norteamericanos como europeos dan la misma importancia, o incluso más, al trabajo que al tiempo libre. Esta encuesta también recogía el hecho de que, más allá de los tópicos hispánicos, España es uno de los países de Europa que más importancia da al trabajo. Incluso más que Alemania.
Por eso cada vez son más los hombres y mujeres que en España, y en todo el mundo, trabajan catorce, quince e incluso dieciséis horas diarias dentro de una dinámica productiva de la que les resulta muy difícil salir.
El perfil del adicto
-Es un profesional liberal muy perfeccionista, de alto rango y con un excesivo afán de éxito.
-Tiene entre 35 y 40 años, es de clase media-alta, no dispone apenas de tiempo libre y necesita obtener los resultados de sus acciones de manera inmediata.
-Hombres de negocios, médicos, abogados y economistas son el caldo de cultivo ideal para esta enfermedad.
-La persona que sufre esta adicción difícilmente se reconoce como un enfermo.
-Su casa es otra oficina, el trabajo le satisface más que su familia por eso en muchas ocasiones olvida sus obligaciones familiares y sociales.
-Sus relaciones con su entorno son cada vez más esporádicas.
-Cuando decide tomar vacaciones nunca descansa y si lo hace puede que sufra una depresión.
-Le aterroriza disponer de tiempo libre porque el sueño y la diversión le parecen pérdidas de tiempo.
-Le produce angustia pensar que no hace bien las cosas a la primera y siempre está estresado.
-El trabajo es todo su mundo.
Origen y tratamiento
Son varios los motivos que pueden llevar a una persona a ser un trabajo-adicto entre ellas las más comunes son: una fuerte presión social para conseguir el éxito, exceso de ambición y la incapacidad para dirigir su propio trabajo, de establecer un orden de prioridades o de decir no al jefe. A veces, también, un ambiente familiar insatisfactorio.
Es difícil prevenir este tipo de patología a la que suelen ir asociados otros problemas como la ansiedad crónica, el infarto, la úlcera y la ruptura conyugal. La única forma de hacerlo es acotar las demandas laborales dando la importancia que han de tener el tiempo libre y el ocio.
No se puede sacrificar el tiempo de la familia y las relaciones en pos del éxito laboral. Si a pesar de ello se cae en la adicción, lo mejor es, detectado el problema y el origen de su causa, ponerse en manos de un especialista que ayude a cambiar la escala de valores que hasta ese momento rige la vida de esa persona. Se han obtenido muy buenos resultados con la hipnosis, combinada con la terapia cognitivo-conductal.
Fuente: Mundogar