Considerado el padre de la pediatría permisiva, después insistió en la necesidad de transmitir valores éticos a los hijos.
A la edad de 94 años, falleció el famoso pediatra estadounidense Benjamin Spock, autor del libro sobre pediatría más difundido de las últimas décadas. En 1946 publicó Baby and Child Care (Tu hijo), traducido a 38 lenguas. Su insistencia en el cariño en vez de la disciplina influyó en muchos padres que adoptaron una actitud permisiva en la educación de la generación de los años sesenta. Pero el propio Spock descartó esa actitud en obras posteriores, insistiendo en la necesidad de inculcar criterios y normas de conducta a los hijos.
Sus recetas eran esencialmente que los padres traten a los hijos con espontaneidad, confianza, sentido común y cariño, más que con simple disciplina. En las sucesivas ediciones del libro en inglés –del que se han vendido 43 millones de ejemplares– el doctor Spock matizó sus tesis, sobre todo acerca de la disciplina. Es menos conocido su último libro, A Better World for Our Children (Un mundo mejor para nuestros hijos, Ed. Paidós, 1996), donde Spock aborda el papel de los padres ante una situación social cuyo deterioro contempla con cierto desánimo.
Entre las patologías sociales que cita aparece la inestabilidad matrimonial, el aumento de las familias monoparentales y de niños abandonados, el materialismo que predomina sobre los valores espirituales, el embrutecimiento de las actitudes sobre la sexualidad o el incremento de comportamientos violentos. Spock sabía la fuerza de esas situaciones sociales, pero en su libro no deja de confiar en los padres, a quienes sigue proponiendo "el amor mutuo y el razonar con los hijos como los mejores caminos para motivar su buen comportamiento".
Algunos han criticado que, con sus métodos, el doctor Spock haya difundido la actitud permisiva de los padres. Pero en sus últimos años subrayó la necesidad de que los padres transmitieran a sus hijos firmes valores éticos: "He llegado a la conclusión de que muchos de nuestros problemas son debidos a la carencia de valores espirituales", dijo en 1992. También consideraba que ser un padre cariñoso no está reñido con la autoridad. Así, en una conferencia pronunciada en 1993 en la Universidad de Toronto para promocionar sus libros, aclaró: "Podéis ser a la vez muy firmes como padres y muy agradables como personas. No hay que echar broncas a los hijos: hay que mostrarles soluciones".
En su reciente obra A Teenager’s Guide to Life and Love, afirmaba que la mejor educación sexual que puede recibir un adolescente es el ejemplo de dos padres que se quieren y se respetan mutuamente.
Aceprensa