Durante el curso pasado, los colegios públicos del Estado de Maryland fueron escenario de tensiones entre padres y profesores. Algunos padres, preocupados por las ideas que se inculcaban a sus hijos en algunas materias, se organizaron para promover una educación de acuerdo con sus convicciones.
El caso de la Montgomery County School es paradigmático. En mayo de 2005, la asociación de padres Citizens for a Responsible Curriculum consiguió cambiar un programa de educación sexual. Entre otras cuestiones polémicas, el plan presentaba como científicas algunas ideas muy discutibles sobre la homosexualidad. La puesta en marcha del programa –que se iba a introducir como experiencia piloto en seis colegios públicos de Maryland– fue suspendida por decisión judicial. Unos días después, el colegio promotor decidió abandonar la iniciativa.
Como consecuencia de esta actuación y de otras parecidas, los responsables educativos del Estado de Maryland han adoptado medidas para restaurar la confianza entre padres y profesores. Según informa "Washington Post" (5-01-2006), la superintendente Nancy S. Grasmick dio a conocer recientemente las decisiones que se van a poner en práctica con el fin de otorgar un peso mayor a los padres en las escuelas. "Es el momento oportuno –declaró– para que en Maryland y en el resto del país, se empiece a ver la colaboración con los padres como un elemento esencial del sistema, y no simplemente como un añadido".
Entre las medidas adoptadas por la oficina que dirige Grasmick figuran las siguientes: crear un comité permanente de padres, de carácter consultivo, que ayude a formular las líneas maestras de la política educativa del Estado; nombrar en cada centro a dos profesionales de la enseñanza que se dediquen a tiempo completo a las relaciones con las familias; financiar cursos de formación sobre la participación de la familia en la tarea educativa; diseñar un nuevo sitio web (www.marylandpublicschool.org) que ofrecerá información más detallada a los padres sobre la actividad diaria de los centros, etc.
La Razón