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Bromatología denuncia que no tiene suficientes inspectores para hacer controles.

Martes, 26 de febrero de 2008 

La Dirección de Bromatología de la Municipalidad de Resistencia, encargada de realizar los controles higiénico- sanitarios de los establecimientos que elaboran comida, no cuenta con los suficientes inspectores para realizar su tarea en la ciudad, un número ínfimo en comparación con la cantidad de locales que deben controlar.

“Los inspectores que salen a la vía pública son alrededor de 30 para toda la ciudad. No hay más. Los inspectores fueron reducidos más de la mitad. En este momento estamos trabajando con el 40% del total del personal”, señaló Aníbal Martina, titular de esa área municipal.

Bromatología se encarga de los controles higiénico-sanitarios de los establecimientos elaboradores y fraccionadores de productos alimenticios, como panaderías, restaurantes, confiterías o fraccionadores de azúcar, aceite, o de distintos tipos de productos que se envasan.

“Intervenimos en todo lo que sea manipulación de productos alimenticios. Y también controlamos los servicios de fumigación en la vía pública. Con este personal no alcanzamos, porque tenemos un área muy grande”, señaló Martina, con 26 años en Bromatología.
“Resistencia creció muchísimo, tanto desde el punto de vista de habitantes como también de negocios. Para tener una idea, en 1993 éramos 120 inspectores, ahora 30. Tenemos 30 más pero esos están incorporados en los puestos fijos de control, como el control frutihortícola, el de inspección veterinaria, el de mercados y ferias”, detalló.

Escaso personal

Martina, en declaraciones a FM Universidad, dijo que el número de inspectores se redujo a causa de los retiros voluntarios y las jubilaciones. “No hubo incorporación de personal para esta área. Lo que más se incorporó fueron jornalizados, pero en la parte de servicios públicos”, precisó.

El funcionario también recordó que en 2006 elaboraron con el secretario de Gobierno de la municipalidad un proyecto para incorporar más cantidad de personal. La iniciativa fue enviada al concejo municipal, aunque hasta ahora no prosperó.
“Queremos capacitar a la gente. Yo soy técnico en control bromatológico, recibido en Gualeguaychú, Entre Ríos, y queremos darles charlas, inclusive con el marco legal actual, con el tema del Mercosur, la rotulación nutricional, aspectos nuevos que están apareciendo en el Código Alimentario Argentino y que queremos explicar. Pero esto tiene que ser una decisión política para decir que en tal fecha se incorpora 60 jornalizados con estudios secundarios completos, se los capacita y de ahí partimos”, analizó.

Poca frecuencia y multas

La falta de inspectores, por ejemplo, impide que los controles se realicen con mayor frecuencia. “A un mismo local recién volvemos a visitarlo en un mes, mes y medio”, dijo Martina, quien precisó que los controles se realizan de 8 a 12 y de 16 a 20.

También el funcionario dijo que “se aplican multas, se clausura preventivamente el local, se aplica el código y el reglamento Faltas Municipal” cuando se detectan anormalidades. “Las principales multas son por falta de higiene. Hasta que la persona no limpie o no acondicione el local, no le levantamos la clausura”, afirmó.

En este sentido, Martina también dijo que la mayoría de las pequeñas parrillas instaladas en vía pública, como los choripaneros, no están habilitadas por Bromatología.
“No están habilitados legalmente. Los únicos que están habilitados legalmente los tenemos registrados con número de carritos, número de libreta. Son los pancheros que están dentro del radio de la plaza”, precisó.

Sin embargo dijo que los choripaneros no están autorizados por Bromatología. “Habíamos mandado un proyecto de ordenanza para adecuarlos en algún lugar, como hizo el municipio de Posadas, con agua potable, sanitarios, para que en el lugar vendan todo lo que quieran vender. Me gustó cómo quedó la reforestación de la laguna Argüello, pero con sanitarios, agua potable, para que el choripanero tenga un lugar dónde lavarse las manos, higienizarse, como así también si hay permanencia de gente que tengan los sanitarios adecuados. Hasta el momento no tenemos respuesta a este proyecto. Es un problema latente”, explicó.

Denuncias

Martina, además, dijo que la gente puede realizar denuncias por intoxicación en la sede de Bromatología. “Vamos al lugar en forma automática. Hace poco tuvimos un problema con un vendedor que vendía puflitos en plaza España. Tomamos un muestreo y le suspendimos provisoriamente al que vendía. Mandamos al laboratorio y dio bien. El hombre sigue trabajando”, recordó.

También recordó que recientemente un médico denunció intoxicación en un local comercial de comidas. “Fuimos al local, lo clausuramos preventivamente, tomamos un muestreo, hicimos el seguimiento, y se lo clausuró hasta que se solucione el problema, de higiene en este caso. Siempre hay que comprar en un lugar habilitado. Hay que ver el lugar donde uno va y come. No siempre el que sea más barato es el que en mejor condiciones bromatológicas está”, concluyó.

Fuente: Diario Norte


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