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Consumismo y endeudamiento familiar
Ignacio Tobía Calvo
Director-responsable de la OMIC del Ayuntamiento de Haro

El denominado modelo económico español está basado en una revolución financiera que afecta directamente a las familias y cuyas consecuencias comienzan a aflorar, vislumbrando la punta del iceberg, ante una más que próxima «recesión», (¿2010?) con un aumento de «riesgos», que más adelante se enuncian. Este modelo está basado en dos pilares: el consumo exacerbado («consumismo») y en la vivienda. Es un hecho constatable que las familias españolas, y en especial las mileuristas, se están endeudando por encima de su capacidad de ahorro. Según los últimos datos facilitados por el Banco de España, la deuda de los hogares españoles está marcando máximos históricos produciéndose el ritmo de endeudamiento más elevado de los últimos años. Vivimos, en la mayoría de los casos, muy por encima de nuestras posibilidades reales.

Los organismos de defensa del consumidor consideramos que el incremento del precio del petróleo (por encima de 70 dólares el barril), el desaforado precio de la vivienda, la inflación y desaceleración en el crecimiento del empleo, así como el aumento de los impuestos son los principales factores que están afectando notablemente a la capacidad ahorradora de los hogares. El descenso de los tipos de interés, en su día, provocó que los ahorradores redujeran sus aportaciones a las tradicionales cuentas y depósitos y buscaran productos que ofrecían y ofrecen mejores rentabilidades, a corto plazo, (el ladrillo) aunque soportando un mayor riesgo. Por otro lado, las entidades financieras fomentando el consumo a crédito han contribuido a situar las economías domésticas en una situación de verdadero riesgo y provocan que el nivel de ahorro descienda paulatinamente. Un reciente estudio de la Fundación de Cajas de Ahorros confirma que a finales del presente año algunas familias, especialmente las mileuristas, se endeudarán por encima de su capacidad de ahorro (¿un 110%?).

Esta actuación de las entidades de crédito ha contribuido a que las economías domésticas se sitúen en posiciones de verdadero riesgo y a que el nivel de ahorro descienda paulatinamente. El elevado endeudamiento familiar queda corroborado por los datos del Instituto Nacional de Estadística al afirmar que dos de cada tres familias (casi un 65% del total) no puede destinar ninguna cantidad al ahorro. Ante esta situación, la Comisión Europea ha advertido que España está sufriendo cierto «crecimiento desequilibrado» como consecuencia del elevado endeudamiento de las familias para pagar sus inversiones en vivienda.

Pese a esta situación, economistas, banqueros y políticos argumentan que la riqueza de las familias españolas en la actualidad es muy elevada, lo que motiva que cada vez consumamos más y ahorremos menos. Pero hay que advertir que este aparente aumento de la riqueza tiene su origen sólo en una parte muy reducida en el ahorro, ya que el mayor porcentaje obedece al aumento del valor de los bienes que poseen las familias, especialmente la vivienda. Si en 1995 la vivienda suponía el 77,5% de la riqueza de los hogares, en la actualidad supone ya el 83%.

Pero este aumento de la riqueza tiene su origen en una situación del mercado de vivienda distorsionado, con unos precios exageradamente altos y con un igualmente desproporcionado endeudamiento hipotecario. Teniendo en cuenta la creciente incidencia de este fenómeno en nuestra sociedad se hace necesario el establecimiento de una legislación específica que contemple dos aspectos fundamentales: un sistema de prevención del sobreendeudamiento y, en caso de que éste se haya producido, un sistema de protección extrajudicial y judicial de los consumidores que mediante un determinado procedimiento facilite, conciliando los intereses del consumidor y del acreedor, el pago ordenado de las deudas pendientes en determinados casos de sobreendeudamiento sobrevenido, que evite las situaciones de exclusión social y permita reconducir la situación personal y familiar en el futuro. Se hace necesario promover a nivel institucional la creación de una ley de sobreendeudamiento, ya existente en diez países de la Unión Europea, que reconozca la situación temporal de incapacidad de pago y permita al consumidor sanear esa situación transitoria en un plazo de tiempo razonable. Ley de sobreendeudamiento y/o ley de «quiebra» personal. Esta postura defendida por muchas asociaciones de consumidores es compartida por algunos partidos políticos y por el Consejo Económico y Social de la Comunidad Europea que ha recomendado en su dictamen 2002/C 149/01 la armonización del marco legal de los Estados de la CE -para prevención y rectificación de las situaciones de sobreendeudamiento-.

Pero si usted aún está a tiempo, siga estos consejos:
1º. Evitando, en la medida de lo posible, endeudarse sin dejar algún margen o colchón de maniobra razonable (no endeudarse al límite de las posibilidades para adquirir la vivienda).
2º. Comparar todas las ofertas disponibles antes de decidirse por una vivienda y una hipoteca.
3º.- Realizar una planificación previa de los ingresos y gastos, tanto ordinarios como extraordinarios.
4º.- Prever y ponderar aquellos gastos que vienen una sola vez al año en el presupuesto familiar y realizar una provisión para su vencimiento (IBI, Impuesto de Vehículos, Renta, Seguros, etc ...).
5º.- Limitar el número de tarjetas y su consumo responsable para no distorsionar el gasto.
6º.- Revisar periódicamente el saldo y los movimientos de nuestra cuenta corriente para evitar descubiertos y controlar nuestro consumo. Y por supuesto, evite y no intente vivir por encima de sus posibilidades reales.

La Tribuna de la Rioja