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Comedor compulsivo, una triste realidad
Dos de cada tres comedores compulsivos son mujeres

Los comedores compulsivos, son quienes comer se les ha vuelto una adicción en la que se refugian para sobrellevar sus problemas, evitar el dolor o combatir el estrés.

Los comedores compulsivos padecen un trastorno de sobrealimentación que es considerado una enfermedad psicológica con origen en conflictos emocionales.
No se si tú sepas lo que es pararse a medianoche a comerse tres kilos de chocolates o de alguna otra cosa y decirte: no pasa nada, es que sí me gusta. Eso es una constante entre nosotros", expresa "Carlos", taxista de 49 años.

Los comedores compulsivos padecen un trastorno de sobrealimentación que es considerado una enfermedad psicológica con origen en conflictos emocionales.

Es parecido a cómo los alcohólicos o los drogadictos se refugian en el alcohol y las drogas para alejarse de un sentimiento que no les agrada.

Los conflictos emocionales que los aquejan se experimentan como una sensación de vacío, una sensación de falta de afecto, un dolor emocional que no pueden compensar con otra cosa que no sea la comida.

En un principio el consumo constante de alimentos les ayuda a controlar su nivel de estrés, pero finalmente la comida termina por controlarlos a ellos provocando un gran sentimiento de culpa.

Los comedores compulsivos se caracterizan por no poder dejar de comer aunque haya pasado poco tiempo de que tomaron su último alimento, comen lo que sea y en grandes cantidades, no degustan y lo comen rápidamente, se dan "atracones".

Es común que esta comida y bebida en exceso se la permitan en privado, y en algunas ocasiones cuando están acompañados presumen o alardean de lo "bien que comen".
Por lo general son personas con sobrepeso, pueden tener periodos en que se laxen o de vómito, sin embargo estos no son constantes por que si no se volvería anorexia o bulimia.

La integrante de la Mesa Directiva de la Sociedad de Nutriología AC planteó que los comedores compulsivos entran en "ayunos prolongados porque quieren adelgazar". Abundó que al no lograrlo viene la desesperación, la compulsión y tienen periodos de atracones generando un problema gástrico que produce vómito y no por que quieran, sino porque el estómago ya no puede más, trayendo sobrepeso y una mala nutrición.
En México siete de cada 10 personas padecen sobrepeso y somos el país con el mayor número de mujeres obesas en el mundo, sólo rebasados por Estados Unidos, informó Xiuh Tenorio, diputado de Nueva Alianza de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

En este contexto, dijo, no es de extrañar que dos de cada tres comedores compulsivos sea del sexo femenino.
A su vez, "Cristina", jubilada de 58 años, expresó: "yo tenía el problema de que mi marido era mujeriego, no llegaba a quedarse y no me daba dinero, él era ferrocarrilero y a veces hasta 15 días no lo veía, y eso hacía que cuando yo tenía dinero, me premiaba".
"Pero eso yo lo disfrazaba por mi soledad, tengo mucha soledad y por eso yo comía", así fue como "Cristina", miembro de la Asociación Comedores Compulsivos Anónimos confesó cómo comenzó a caer en la adicción por la comida.

Pero no sólo las experiencias personales conducen a las personas a refugiarse en la comida, existen además factores externos que propician aún más este desorden en la conducta alimentaria, estos son: el social, el familiar y el genético.

El factor social ejerce mucha presión en las personas con sobrepeso y particularmente sobre las mujeres para quienes se tienen indicadores de belleza más rigurosos, aunque los hombres también resienten sus efectos, comenta la psicóloga Blanca Moreno.
"Carlos", miembro también de Comedores Compulsivos Anónimos, llegó a pesar 165 kilos y comenta: "empiezas a sentirte señalado por la sociedad, si quieres pasear y el carro no sirve, no vas porque no cabes en el micro; no vas a las fiestas porque rompes las sillas, socialmente te afecta bastante".

El factor familiar actúa en la formación de comedores desde la infancia, en las familias donde las recompensas a los niños se dan a través de la comida o que no tienen un horario claro, sino que todo el tiempo están comiendo.

Esto es importante, ya que las principales amenazas para los niños mexicanos son la obesidad y el sobrepeso, ese es el principal dolor de cabeza de los pediatras.

Los factores genéticos consisten en una predisposición a la obesidad o a la diabetes o a padecer trastornos bioquímicos que pueden generar depresión, descompensación y estrés, lo que hace que la persona llegue a ser un comedor compulsivo.

Antes de comprender la naturaleza de su problema como una enfermedad en la que se involucran varios factores, los comedores compulsivos recurren a múltiples métodos para bajar de peso.
La terapia psicológica ayuda al paciente a reconocer su problema como una compulsión, con el fin de cambiar sus hábitos para que logre llevar una vida satisfactoria en armonía con su entorno.

Es importante que el comedor compulsivo vea a un especialista, un médico internista o un endocrinólogo y que el médico diagnostique.

Entre los problemas de salud más frecuentes que padecen los comedores compulsivos encontramos la diabetes.

Es importante recalcar que la solución para el comedor compulsivo no está en dejar de comer, ni en prohibirse nada, incluso hay ciertos alimentos que se pueden ingerir entre comidas, pero la alimentación debe ser equilibrada y no abusar en las cantidades.
La buena alimentación influirá incluso para mejorar el estado de ánimo, al tener un buen aporte de vitaminas y minerales disminuye la fatiga y el riesgo de contraer enfermedades.

El Siglo de Torreón
Lun 09 de jun, 2008. Notimex /México, D.F.


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