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Bulimia y anorexia afectan ya a más adultos que adolescentes
Mario Toledo

El tópico de que la anorexia y la bulimia son enfermedades exclusivas de chicas adolescentes se ha roto. Ni afectan sólo a las mujeres (los hombres con estos trastornos son ya el 10%; hace una década, el 5%) ni se salvan de ellas las personas adultas. De hecho, el 85% de las personas que acuden a las asociaciones de familiares de pacientes tienen más de 18 años, «una proporción contraria a la de la década pasada», según Mª Carmen González, de Anader.

El responsable de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Gregorio Marañón, Francisco Ferre, confirma este vuelco: «Por un lado están las anoréxicas que no consiguen curarse al llegar a la edad adulta; y, por otro, las personas maduras que comen y luego vomitan (bulimia) como consecuencia de una crisis o de las modas estéticas».

El doctor también habla del «trastorno por atracón», un desorden en auge que se da en «personas que calman su angustia ingiriendo comida de forma desordenada».

Depresión post parto

González apunta que el grupo de edad donde más inciden los trastornos alimentarios es el que ronda los 30 años: «Coincide con la edad de embarazo. En muchas mujeres la depresión post parto deriva en bulimia, al intentar recuperar el cuerpo anterior», ya que «es lo que ven en las famosas».

Además, las crisis de los cuarenta y los cincuenta también son peligrosas. Los expertos explican que tanto mujeres como hombres caen en trastornos alimentarios a esas edades «al salirse del canon de belleza», según Ferre. «Ha habido casos de mayores de 70 años e, incluso, alguna bisabuela», añade González.

En los hombres es más habitual la bulimia que la anorexia. «Ellos no suelen dejar de comer, pero sí se provocan el vómito con más frecuencia», asegura la representante de las familias. Además, la bulimia se extiende más rápido y ya afecta a cinco veces más personas que la anorexia.

Familiares y médicos difieren en la mejor manera de tratarles. Los primeros piden «que se les ingrese para hacer un seguimiento integral»; mientras los profesionales creen que es más eficaz «ofrecerles un centro donde pasan parte del día, se les da apoyo psicológico y se les enseña a comer en salud».

Fuente: Asociación Nacional de Desórdenes Alimentarios