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Ansiedad por la Comida

La ansiedad por la comida, en nuestros días y por desgracia, es un problema muy habitual que nos puede llegar a causar muchos y graves desequilibrios. A menudo, la ansiedad por la comida es causada por factores como el estrés o exceso de preocupaciones.

El naturismo siempre propone, como norma, que hagamos un poco de detectives de nuestro propio caso y que lleguemos al final de la investigación de qué es lo que nos está haciendo comer así.

O sea, el tema no está en encontrar algo que nos quite el hambre sino porqué como tanto.

Así esta misma pauta nos valdrá para cualquier otro hábito como el fumar, el alcohol u otro tipo de adicción.

Muy a menudo, la ansiedad por la comida es producida por factores como el estrés o el exceso de preocupaciones. En este caso hemos de reflexionar si ese tema tiene solución y si no la tiene, ver que cambio de actitud podemos tomar nosotros.
Hemos de reducir excitantes como el café , el té, el azúcar, el chocolate, que sólo harán que agravar el problema, en cambio, tomar más líquidos como jugos de frutas, infusiones de plantas relajantes como la Pasiflora, flor de Azahar, Valeriana, Manzanilla, Melisa y sobre todo mucho agua.

Los líquidos en general ayudan a disminuir la sensación de hambre ya que a menudo lo que estamos es un poco deshidratados. O sea antes de comer cualquier cosa tomar primero siempre uno o dos vasos de agua.

Hemos de aumentar la frecuencia de las comidas para evitar llegar al punto de alarma roja que es aquel en el qué la ansiedad por la comida es tal que empezamos a comer de forma compulsiva. Así pues, hemos de desayunar, tomar algo a media mañana, almorzar a mediodía, merendar y cenar.

Los alimentos deben de ser preferentemente cocinados ya que los alimentos crudos, como las ensaladas, no son saciantes y al momento ya vuelves a comer. Eso no quiere decir que hemos de suprimir las ensaladas y la fruta de nuestra dieta sino que mientras estemos ansiosos no deben de representar la mayor parte de nuestra comida.
Además hay que aliñarlos siempre con aceite ya que las grasas saludables (el aceite de oliva, los frutos secos...) son saciantes.

Tomar en cada comida proteína ya que a menudo lo que hay detrás es una Hipoglucemia y esas subidas y bajadas de azúcar (glucosa) en la sangre son las responsables de los ataques de hambre. Las proteínas las tenemos en el pescado, la carne, el queso, las legumbres, los frutos secos, el seitán o gluten, el tofu, los germinados, la levadura de cerveza, el alga espirulina.
Los oligoelementos Zinc junto al Níquel y el Cobalto o el mineral Cromo ayudan a calmar el hambre repentina ya que equilibran los niveles de glucosa. Consultar con un especialista nuestro caso en particular.
Tomar media hora antes de cada comida dos comprimidos de alga Espirulina o de alguna fibra saciante como el Glucomanano también ayudan.

El ejercicio físico es indispensable ya que ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarnos con lo cual disminuye la ansiedad por la comida.

Cuando alguien se siente feliz dice a menudo que se siente satisfecho, lleno de felicidad. Es evidente que hemos de reflexionar sobre las emociones que tenemos habitualmente y hemos de sanar esos aspectos negativos como los celos, la ira, la envidia o la necesidad de tener más y más.

Sintiéndonos satisfechos de nuestra vida tendremos un mayor control sobre lo que comemos ya que no dependeremos de algo externo para sentirnos llenos.
De lo único que hemos de tener siempre hambre es de aprender, de amar, de compartir y de ser más felices.
¡No renunciéis nunca a eso amigos!

Autor: Josep Vicent Arnau
Naturópata y Acupuntor
Articulista de Enbuenasmanos