La Nación, Argentina, 2005-11-24.- En marzo de 1997, un grupo de 23 padres de General Deheza, Córdoba, convocados por Raúl Malatini por la angustia que le producía ver con frecuencia que los jóvenes perdían la vida en accidentes de tránsito, decidieron transformar el temor en coraje, el silencio del dolor en acción. La idea que los convocó era influir en los hábitos de los conductores y así mermar la cantidad de choques, que sucedían en especial los fines de semana; cuando los jóvenes se movilizaban para ir a bailar de un pueblo, o una ciudad, a otro, solían chocar a causa del consumo de alcohol. Se unieron con el nombre de Padres en la Ruta para crear un programa preventivo y de concientización del riesgo de conducir después de tomar alcohol.
La metodología que pusieron en práctica fue replicada en cien lugares del país por un equipo de cerca de 10.000 personas -el 90% son padres y madres, aunque se integran abuelos y adultos, en general-. Malatini, coordinador de la entidad que ha realizado siete congresos centrados en el tema, cuenta que los días que están abiertas las discotecas se reúnen los padres, un coordinador, un policía, un inspector municipal y bomberos, en los accesos de una localidad en horarios que van de las 12 de la noche a las 6 de la mañana.
El método de Padres en la Ruta se basa en la ley 24.788 de lucha contra el alcoholismo. "Detenemos los vehículos y le realizamos al conductor un alcotest. Cuando la medida supera los 500 miligramos de alcohol por litro de sangre en quien conduce un vehículo, y los 200 en un motociclista, son demorados en la banquina, donde toman café. No son sancionados. Se los controla varias veces hasta que bajan los niveles de alcohol", explica Malatini.
Muchos grupos nacionales comienzan a formarse a partir de la información que aparece en la página Web de la entidad (www.padresenlaruta.org.ar), sitio que explica la manera de trabajar. El próximo Congreso de Padres Autoconvocados y Preventores se realizará en abril de 2006 en Las Varillas, Córdoba.
La acción colectiva de los padres unidos ha sido positiva.
"Nuestros primeros controles arrojaban un promedio de 25% de conductores alcoholizados. Pero desde hace años, en General Deheza, por ejemplo, estamos en el 2%. No hay nada milagroso en esto, simplemente trabajar para detener el factor de riesgo en la ruta en un clima de gran cordialidad con muchas anécdotas graciosas. La nuestra no es una cruzada contra el consumo de alcohol, sino una tarea de protección y educativa. Seguiremos estando a la vera de las rutas para efectuar los controles, acompañar a los jóvenes y evitar las posibilidades de accidentes. Un objetivo es que no suenen las sirenas en horas de la madrugada."
Proteger a los hijos
"Estamos reunidos en varias localidades de Santa Fe. Efectuamos los controles junto a la policía con horarios rotativos. En cada operativo participamos aproximadamente 10 padres. El resultado obtenido es menor cantidad de muertes", cuentan Rosana Colussi y Sofía Grando, de Cañada Cosquín.
"Trabajamos además en las escuelas con maestros, alumnos y padres, tratando de crear conciencia. No es fácil ni obtenemos resultados inmediatos. El alcohol está muy aceptado socialmente y muchos jóvenes toman. La ignorancia es nuestro mayor enemigo. Es un problema de salud pública y de difusión. Los padres estamos ejerciendo nuestro derecho primario que es el de cuidar y proteger a nuestros hijos."
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