Tomar de 6 a 10 copas en festejos de fin de semana o reuniones con sus amigas no le parece un exceso a Ana Álvarez, publirrelacionista de 31 años. Asegura que el alcohol la relaja y que incluso prefiere ir a un bar que a tomar un café.
Como ella, miles de mujeres profesionistas han integrado el consumo de bebidas alcohólicas a su entretenimiento cotidiano; muchas, llegando a extremos de abuso o adicción, advierten expertos.
"Ha habido un incremento en el consumo de alcohol, las proporciones hombre y mujer, que anteriormente eran de 3 ó 4 varones por una mujer, ahora para las zonas urbanas es de 1.4 varones por cada mujer", apunta Luis Solís, director de prevención de los Centros de Integración Juvenil.
Aunado a esto, las bebedoras excesivas toman mayor número de copas por ocasión que hombres calificados de la misma manera, añadió.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Adicciones (2002), se observó un aumento en el número de bebedoras con frecuencia moderada alta con respecto al estudio levantado en 1998.
Martha Romero, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría y especialista en adicciones con perspectiva de género, refiere un estudio realizado en la ciudad de Pachuca con mujeres mayores de 18 años que ingresaron a servicio de urgencias. De las que reportaron consumo de alcohol, el 20 por ciento tenía estudios universitarios o de posgrado, contra 8.6 por ciento de las que sólo terminaron la secundaria.
Las razones de esto son diversas, señala Solís, pero podría atribuirse, en parte, a la integración de las mujeres a las labores productivas y a la multiplicidad de roles (madre, esposa, trabajadora), lo que incrementa los niveles de estrés.
"Las mujeres hemos ganado más lugares, tenemos más oportunidades de estudiar, más autonomía, acceso al trabajo remunerado, y a espacios que estaban reservados a los varones", dice Romero.
Uno de esos sitios son los bares, que aprovechándose de esta situación, dirigen sus estrategias de mercadotecnia a las mujeres, con sus "horas felices" o "noches de damas". Lo mismo ocurre con las compañías que producen bebidas alcohólicas, que comienzan a diseñar campañas publicitarias para atraer al público femenino, coincidieron los especialistas.
"Al integrarse a la actividad productiva, la mujer no necesariamente depende del hombre y puede darse el permiso de poder gastar o destinar parte del presupuesto en actividades recreativas, que incluyen el consumo de bebidas alcohólicas", señala Solís.
Actualmente, ellas están más conscientes de su derecho al placer, pero la "libertad femenina" está malentendida si en lugar de usarla para ingresar a la escuela o acceder a cargos públicos, la mujer la usa para morirse de cirrosis, como un hombre, considera Romero.
Más expuestas
"En mi caso, el ambiente en el que me desenvuelvo es de muchos eventos, comidas, brindis, y eso te lleva a consumir más alcohol", dice Álvarez.
Sin embargo, el hecho de estar en un bar no obliga a la mujer a beber. El aumento en el consumo está determinado por diversos factores, reitera Romero.
Una mujer que abusa de este tipo de bebidas tiene ciertos riesgos que son inexistentes para los varones.
"Está documentado en la literatura internacional que (la mujer bebedora) puede ser más hostigada sexualmente por sus compañeros de trabajo", señala la experta.
La igualdad entre géneros tampoco aplica en cuestiones biológicas. De acuerdo con Solís, ellas son más susceptibles a los efectos del alcohol en el cuerpo, porque tienen más grasa y menos de la enzima que metaboliza estas bebidas.
Así que, para las mujeres, más de 12 copas a la semana es un exceso, advierten los entrevistados. El problema es que la mayoría de las mujeres no lo sabe y puede caer en el abuso con facilidad.
"No creo estar en riesgo de volverme alcohólica porque no bebo diario, tomo bastante, pero soy bebedora social; además, todavía no necesito el alcohol para evadirme", afirma Álvarez.
Solís destaca que el alcoholismo es muy injusto con la mujer, hay un estigma en cuanto a la mujer bebedora; por otro lado, las redes y apoyos sociales para los hombres son más efectivos y casi inexistentes para ellas.
Mientras tanto, la tendencia sigue a la alza. La Encuesta Nacional de Adicciones documenta que el 25 por ciento de las adolescentes urbanas, entre 12 y 17 años, son consumidoras de alcohol, y el 3.4 por ciento tiene patrones de consumo de altas cantidades de alcohol.
Cuidado
Estas son algunas señales para saber si está abusando del alcohol (aplica a hombres y mujeres):
- Se ha cuestionado alguna vez sobre si su consumo de alcohol es excesivo.
- Amigos o familiares le han señalado su manera de beber, o ha tenido discusiones con ellos por la misma razón.
- Se ha llegado a sentir culpable por haber bebido de más.
- Ha perdido el control en una reunión y bebido más de lo que tenía previsto.
- Bebe para tratar de "anestesiar" sus males.
- Descubre que cada vez "aguanta" más copas.
Recuerda que:
* Más de dos copas al día es un exceso, y esta regla no permite abstenerse en la semana para consumirlas todas juntas viernes o sábado.
* En los hombres, el límite son tres copas diarias.
* La mujer bebedora suele ser más hostigada sexualmente que el resto.
Cifras
1998 2002
Toman alcohol 4 hombres por 1 mujer 1.4 hombres por 1 mujer
Mujeres Abstemias 55.3 por ciento 34.6 por ciento
Bebedoras moderado/alto 2.6 por ciento 3.7 por ciento
Bebedoras frecuente/alto 0.6 por ciento 1 por ciento
Bebedoras Adolescentes 18 por ciento 25 por ciento
Fuente: Encuesta Nacional de Adicciones, 1998 y 2002 |