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Alcoholismo: un desafío para las Naciones Unidas
Jacek Mora Wsk1

1. Terminología

El termino «alcoholismo» puede tener diversos significados. En sentido amplio, alcoholismo significa consumo de bebidas alcohólicas que causa daños a la persona que bebe y/o a la sociedad. En sentido estricto, «alcoholismo» equivale a «enfermedad alcohólica» que, con la actual terminología médica, es llamada síndrome de dependencia del alcohol. En esta exposición, el termino «alcoholismo» es empleado como sinónimo de «problemas concernientes al alcohol». Tal es el concepto nocional desarrollado durante los años setenta y hecho público por la Organización Mundial de la Sanidad (1).

Los problemas referentes al alcohol (problemas debidos al alcohol) implican toda consecuencia dañosa del consumo de alcohol. Las citadas enfermedades pueden ser de naturaleza física, mental y social; también pueden ser el resultado de graves episodios del beber o consecuencias de un beber prolongado en el tiempo.

Entre los problemas correspondientes al consumo de alcohol podemos mencionar el empeoramiento de la salud, incluido el síndrome de dependencia del alcohol, es decir, un estado mental y habitualmente físico que resulta de la bebida de alcohol, caracterizado por reacciones comportamentales y de otras clases, que comprenden siempre una constricción del consumo de alcohol —de modo permanente o momentáneo— para sentir sus efectos físicos y, a veces, para evitar el malestar de su falta. Aunque son muchos los problemas conexionados con el síndrome de dependencia del alcohol, para repetir al pie de la letra las palabras de la competente intervención de 1980: «Habría que subrayar, sin embargo, que hay muchos problemas físicos, mentales y sociales que no están necesariamente relacionados con la dependencia. La dependencia del alcohol, aunque esta difundida y es a su vez motivo de seria inquietud, constituye sólo una pequeña parte del conjunto de problemas relacionados con el alcohol» (2).

El concepto de «problemas relacionados con el alcohol» no abarca todas las cuestiones referentes a las consecuencias del consumo de alcohol. De modo particular, no tiene en consideración todos los efectos positivos que las personas que beben atribuyen al uso del alcohol. Entre las respuestas obtenidas por estudios realizados entre la población, se mencionan los siguientes aspectos positivos del consumo de alcohol: la producción de una sensación de relax, la satisfacción de un sentido del gusto, el crecimiento del significado de la familia y de las conmemoraciones sociales, el facilitar el contacto con otras personas (3). En esta exposición, no me ocupare de estas cuestiones. Pero, teniendo en cuenta los problemas del alcohol en general, no debe descuidarse el aspecto del experimental placer bebiendo.

El cuidado de los problemas debidos al alcohol implica: la prevención, la terapia, la rehabilitación, el remedio de los daños y, en algunos casos, incluso el castigo. Entre las medidas de prevención, esenciales para la protección de la sanidad pública, figura una «política de control del alcohol», que lleva consigo factores legales, económicos y físicos, que limita la disponibilidad de alcohol para un ser humano.

2. Tendencias del consumo de alcohol

En muchos países se han descubierto huellas del uso de bebidas alcohólicas desde el comienzo del crecimiento cultural. El alcohol era usado con fines mágicos, ritualísticos, terapéuticos y nutritivos. Era considerado un medio para calmar la tensión y reducir el nivel del estado de ansia. En un contexto social, el alcohol era usado para reforzar los lazos de la colectividad, para hacer las fiestas más atractivas: en fin, se le consideraba un símbolo. Esta versatilidad de sus funciones ha hecho que el alcohol sea, desde hace siglos, para el hombre una bebida familiar (4). Sobre todo, es típica en Europa una larga tradición de consumo de alcohol, aquí ampliamente difundido.

El campo de oscilación de la cantidad de alcohol ingerido en diversas sociedades es considerable y varía del 13.3 1 en términos de 100% de etanol pro-capite en Francia, al 0.2 1 en Argelia. En Europa, el consumo más bajo de alcohol se registra en Noruega: 4.21 (los datos se refieren al año 1988) (5).

El consumo de alcohol varía según los diversos periodos de la historia. Desde la Segunda Guerra Mundial, el consumo de bebidas alcohólicas ha aumentado en todo el mundo. Si nos fijamos en los países europeos en los años 1950-1980, el consumo ha aumentado en la mayor parte de ellos. El aumento del consumo oscila de más o menos 12 a más del 800 por ciento. Solamente en Francia, en Portugal y en Italia, donde el consumo de alcohol en 1950 resultaba ser el más elevado, en 1988 se han visto señales de disminución del 22-31 por ciento (5,6). (Fig.1)

Figura 1. Alcohol consumption 1959- 1988

En los años ochenta se ha notado en algunos países una estabilización e incluso un descenso del consumo de alcohol. El descenso más notable se ha dado en los países de la Europa del Este. En los años 1980-1988, tanto en Europa como en América septentrional y meridional, ha habido una disminución del consumo total de alcohol; en cambio, en el Japón y en algunos países en vías de desarrollo ha habido un aumento. En cuanto a muchos países en vías de desarrollo, es difícil dar una valoración completa de la situación, debido a la falta de estadísticas atendibles. Las tendencias de un consumo creciente en las regiones en vías de desarrollo resultan principalmente de la expansión multinacional de la industria del alcohol, que es limitada en los Estados altamente desarrollados y que, por ello, va en busca de nuevos mercados disponibles. En los últimos años, la expansión de las asociaciones de empresas que comercian con el alcohol es igualmente una amenaza para las democracias constituidas recientemente en la Europa central y oriental. En las últimas décadas podemos observar cambios del nivel de consumo de alcohol a la par de los cambios en las costumbres del beber, de las preferencias por determinadas bebidas, y una reducción de la diversidad regional y cultural del uso del alcohol. Estudios referentes a las costumbres en cuanto a la bebida muestran un aumento en la frecuencia en beber y versatilidad en cuanto a las ocasiones que la favorecen. A menudo se asocia a una reducción de la cantidad de alcohol bebido de una sola vez. A veces, los cambios de las tendencias a la bebida son de naturaleza aditiva. Las nuevas tendencias a la bebida no sustituyen a las tradicionales, pero contribuyen a ellas, constituyen un modelo común internacional del beber (7).
En los años sesenta y setenta, el beber se hace cada vez más común entre los jóvenes y las mujeres. Disminuía el número de abstemios, puesto que descendía la edad de la iniciación al alcohol. Durante los años ochenta estas tendencias mostraron, en algunos países, indicios de disminución (5, 6).

Datos de carácter epidemiológico avanzan la hipótesis de un aumento del uso conjunto o sustitutivo del alcohol y de otras sustancias psicoactivas legales o ilegales, incluidas muchas de las prescritas por los médicos.

3. Problemas concernientes al alcohol

Datos disponibles indican que los problemas relacionados con el alcohol son uno de los males sanitarios más considerables que amenazan al mundo contemporáneo. El uso de alcohol está claramente en conexión con el riesgo, en cuanto que puede llevar a un problema social o a un desorden medico leve o grave. Esto depende de muchos factores, entre ellos la atención debe fijarse en la cantidad del consumo de alcohol, en las circunstancias de su uso, en la interacción con características individuales y con el ambiente. (Tabla 1) Podemos darnos cuenta de los problemas concernientes al alcohol a varios niveles, como dado provocado a la persona que bebe, a su familia y a la sociedad en general.

Table 1ª. - Problems relating to intoxication

Los problemas individuales del alcohol se refieren a su impacto en el organismo. El alcohol provoca una influencia depresiva sobre el sistema nervioso central con diferencias sustanciales de su relación con las correspondientes estructuras del cerebro. Al inicio, se verifican cambios en el funcionamiento de las estructuras superiores y de las más jóvenes desde un punto de vista evolutivo. Esto puede conducir a una desintegración de las acciones mentales, desde la disfunción psicomotora y, en consecuencia, a decisiones equivocadas. A veces puede manifestarse una tendencia a la agresividad y a asumirse un riesgo excesivo.

Mayores dosis de alcohol pueden provocar una grave intoxicación que requiere una intervención médica especialista. Entre los pacientes hospitalizados, la mortandad debida a una grave intoxicación de etanol va del 0.7% al 2.5%, y ésta se triplica en el caso en que el alcohol sea ingerido con otras sustancias. En los países europeos que presentan una amplia difusión de licores destilados en la estructura del consumo de alcohol, una de las causas de muerte más importantes es la intoxicación grave de etanol. Por ejemplo, en Polonia, cada año mueren cerca de mil quinientas personas por intoxicación grave de etanol. Esta cifra se acerca la del número de accidentes mortales que se dan entre los accidentes de carretera causados por conductores con elevado contenido de alcohol en la sangre. Los problemas debidos al alcohol pueden afectar a los órganos internos. Esto se refiere no solo a una toxicidad directa del alcohol etílico sino también a una elevada toxicidad de sus metabólitos. De modo particular, el acetaldehido es diez veces más toxico que el etanol y representa un papel fundamental en la destrucción de los tejidos y en el empeoramiento de los procesos metabólicos.

Un uso peligroso del alcohol puede llevar al deterioro del tubo digestivo, al de la membrana mucosa, a la pancreatitis, a la degeneración grasa del hígado, a la cirrosis hepática.

Se ha probado que la cirrosis está relacionada con un impacto toxico directo del alcohol y con sus metabolitos, y no só1o con la hipovitaminosis. En las personas que durante un largo periodo de tiempo han bebido una cantidad media diaria de 80-100 gr. de alcohol, el riesgo relativo de muerte debida a cirrosis alcohólica (comparándolo con el de los abstemios) es cinco veces superior. En cambio, el mismo riesgo es veinticinco veces superior en los fuertes bebedores que consumen más de 160 gr. de alcohol al día.

Otros problemas relacionados con el alcohol y que en esta exposición nos limitamos a mencionar, son: la hipertensión arterial con sus consecuencias bajo forma de ictus cerebrales, el impacto cancerígeno (se ha probado que el uso de alcohol aumenta diez veces el peligro de cáncer al esófago, a la laringe y a la tráquea), el impacto dañoso durante el embarazo y en el feto (incluido el Síndrome fetal por alcohol), el empeoramiento del sistema nervioso central. Un grupo de bebedores excesivos es vulnerable al síndrome de dependencia del alcohol, y el 5% de ellos sufre de psicosis alcohólicas. La posibilidad de ser víctimas de accidentes es de 2.511 veces superior en las personas dependientes del alcohol; y se suicidan con una frecuencia 3-9 veces mayor que otras personas. La duración de sus vidas es 10-20 años más corta de lo que puede esperarse. Según datos americanos, por lo menos el 3% de todas las muertes deben relacionarse con el alcohol. Un fenómeno común a muchos países es un exceso de los índices de mortandad de hombres, en comparación con la de mujeres. La explicación más frecuente del status quo la da un notable predominio de consume de alcohol y tabaco en los hombres.

Table 1b - Problems relating to regular heavy drinkg

El abuso de alcohol causa daños a las funciones familiares, que a menudo preceden a los problemas individuales o a los causados en otras aéreas de la vida social. Una observación de casos-tipo indica que casi el 20% de los niños de edad inferior a la escolar son educados, en varias sociedades, en familias con problemas relacionados con el alcohol (8). En casos extremos, el abuso de alcohol por parte de uno o de ambos padres lleva a una drástica disminución del estándar de vida familiar, a las estrecheces y a la pobreza. El abuso de alcohol es una de las causas principales de la desintegración familiar. En algunos países, más del 25% de los divorcios se relacionan con un comportamiento de persona ebria (13). En los parientes de una persona alcoholizada se establece un estado de codependencia que puede determinar una relación con el futuro de los niños y puede transmitirse a generaciones futuras.

Los problemas relacionados con el alcohol que dañan a la sociedad en general son muchos. El producir desórdenes públicos puede implicar actos agresivos, un comportamiento violento, daños a la propiedad, accidentes de trabajo y fuera de este, la creación de situaciones favorables al delito (favoritismo, grupos de bebedores no oficiales). Por término medio, el 20% de los accidentes de la carretera debe ponerse en relación con el uso de alcohol por parte de los conductores. En Suecia, donde las previsiones legales son muy restringidas y no hay costumbre de conducir un vehículo después de haber bebido alcohol, un accidente mortal al año corresponde a 5150 vehículos, cuando en Alemania la relación es de cada 2600 y en Yugoslavia cada 700 vehículos.

Los costes económicos del uso del alcohol son elevados. En los USA, en 1983, se han gastado 117 billones de dólares. (Tabla 2) En la Unión Soviética se ha calculado que la suspensión del uso del alcohol en los puestos de trabajo podría llevar a un aumento de la productividad del 10% (9). Pero habría que notar que la estima de los costos causados por el uso del alcohol es normalmente incompleta. No comprende, por ejemplo, los costos completos sociales y emotivos como el sufrimiento de los parientes y de los amigos de personas que abusan del alcohol, los mayores costos de la cura de los niños con males debidos al alcohol, etc. (10). Las sociedades pueden llegar a ser notablemente más pobres a consecuencia del abuso de alcohol. Junto a los costos de la eliminación de daños hay que prestar atención al hecho de que, en muchos países, el gasto en bebidas alcohó1icas va de un porcentaje mínimo, al doce por ciento aproximadamente en los balances de los consumidores. Además, una notable cantidad de productos agrícolas (trigo, patatas, fruta) se reserva a la producción de alcohol.

Table2- Economic costs to society of alcohol abuse and alcoholismo, Unite State, 1983

Por otra parte, las bebidas alcohólicas determinan enormes ganancias para los productores, para los vendedores y para las instituciones asociadas con el comercio de licores, por ejemplo la Industria de la publicidad, los más media, el turismo y también el balance del Estado. La ya citada conexión de los problemas ligados al alcohol con el aparato cultural, económico, político y administrativo, hace sumamente complicada la realización de los medios de control. Otra barrera deriva de que hoy la industria licorera y sus estrategias son, en la mayoría de los casos, de carácter multinacional.

Table 3 – Self- reported alcohol related problems (during last 12 months) in different consumption groups in Norway

4. Relación entre el uso del alcohol y sus problemas

La disponibilidad del alcohol es una de las condiciones principales de la incidencia de los problemas relacionados con el alcohol.

Un análisis detallado de los resultados de muchas investigaciones recogidas en varios países y realizadas por un equipo de indagación internacional, conduce a una conclusión completamente opuesta: en una determinada sociedad, los cambios en el consumo general de bebidas alcohólicas, tienen un impacto sobre la sanidad pública: por ello el problema de la sanidad pública concierne a los medios de control de la disponibilidad del alcohol (11). El análisis en cuestión ha demostrado la autenticidad del principio formulado por un investigador francés, Ledermann, según el cual, una cantidad de grandes bebedores (alcoholistas) en una determinada sociedad, depende del nivel del consumo medio y, con el aumento del consumo, el número de bebedores aumenta a un nivel más rápido que el del aumento del consumo de alcohol. De acuerdo con esto, el desarrollo de los problemas concernientes al alcohol es notablemente más veloz que el aumento del consumo medio. Este modelo no es puramente teórico. En muchos países, incluida Polonia, se establece una co-variación entre el consumo medio de alcohol y los niveles de daño a la salud.

Un análisis del retroceso aplicado a los dates obtenidos en Polonia a partir de mediados de los años cincuenta, hace posible la valoración de los cambios de los diversos problemas a niveles diferentes de consumo de alcohol (12).

Una disminución del consumo promedio de unos 2 litros de alcohol destilado debería procurar aproximadamente una disminución doble de; la incidencia de las psicosis alcohólicas; el 30% del descenso de debidas a la cirrosis hepática reducción de un 40 por ciento aproximadamente, de fallecimientos debidos a intoxicación por alcohol. Un aumento del consumo de alcohol equivalente al mismo valor, debería hacer subir en un 50 por ciento el número de hospitalizaciones debidas a envenenamiento por alcohol y de personas que hasta el momento no habían necesitado ingresar en el hospital; de un 60% de muertes causadas por envenenamiento de alcohol; en un 25 por ciento los casos de muerte debidos a la cirrosis hepática.(13)

Debemos observar otro fenómeno. La distribución del consumo de alcohol en la población es de naturaleza normal o hiperbó1ica, como ha sido mostrado por estudios empíricos.

Dicha distribución muestra que da mayoría de bebedores consume pequeñas cantidades de alcohol, mientras una fracción de la población (5-10%) pertenece a la categoría de bebedores empedernidos. Entre la mayoría de bebedores ligeros, el riesgo de problemas relacionados con el alcohol no es elevado pero, en general, son responsables de muchos problemas que asedian a la sociedad. Desde un punto de vista clínico, no son en absoluto dependientes del alcohol. Sus problemas pueden surgir por la intoxicación grave de alcohol o también de usar pequeñas dosis de alcohol, dentro de los límites aceptados por la sociedad cuando se encuentran en una situación de alto riesgo (como el puesto de trabajo o la conducción de un vehículo). Numerosos estudios demuestran que la mayor parte de los problemas son causados por personas que beben de modo moderado. Kreitman ha llamado a este fenómeno una paradoja preventiva (15). Por ello parece que una reducción notable de la amplia difusión de la dependencia del alcohol no llevaría a una reducción sustancial de los niveles de los problemas relacionados con el alcohol, a menos que dichos problemas no sufran una disminución entre los bebedores moderados. Por esto resulta evidente que el beber, en general, y no solo el beber excesivamente o en grandes cantidades, debe ser el objetivo de la prevención de los problemas. En consecuencia, para que la reacción sea eficaz, se necesita una colaboración de muchos sectores del gobierno y esto no puede ser considerado como un asunto cuya competencia recae sólo sobre el ministerio de la sanidad y sobre la asistencia.

El modelo de distribución del consumo de alcohol que hemos descrito en las líneas anteriores es modificado por factores socioculturales. Muchos datos indican que, siendo las curvas de consumo, con una cantidad media, semejantes, pueden diferenciarse en la Kurtosis o en el grado de aplanamiento. También puede ser diferente la estructura de los problemas relacionados con el alcohol. En Francia, país con elevado consumo de alcohol, predominan los problemas somáticos de salud, de modo particular los que se refieren a la cirrosis hepática. Esto es lo mismo para Italia, donde los desordenes de carácter somático está en la base de los problemas debidos al alcohol por el contrario, en Polonia —que comparada con otros países, presenta un consume relativamente bajo de alcohol— predominan los problemas de tipo comportamental, como la embriaguez pública, la agresión y los desórdenes mentales. Estas diferencias derivan de las diversas costumbres de beber y del grado de integración de las normas de la sociedad que controlan el consumo de alcohol.

En los últimos años se ha puesto mucha atención en los estudios sobre animales, a fin de especificar las causas genéticas o biológicas del alcoholismo. Se está intentando sacar conclusiones de gran importancia, basándose en dichas investigaciones, trasladando los debates referentes a los problemas ligados al alcohol a un plano biológico. Las investigaciones que en enfocaban su atención en la cuestión hereditaria han dado prueba de la existencia indiscutida de la vulnerabilidad diferenciada de las personas en el desarrollo de problemas debidos al alcohol. Pero es esencial que esa vulnerabilidad se haga aún más visible en un ambiente « no prohibicionista ». Cuanto más elevado sea el consumo de alcohol en una determinada sociedad, tanto mayor será el número de personas pertenecientes al grupo vulnerable que presentan problemas reales ligados al alcohol. He aquí porque los estudios biológicos no pueden sustituir al problema del control de la disponibilidad del alcohol.

5. Acción internacional necesaria

Parece estar fuera de discusión que el aumento del consumo de alcohol, el crecimiento de su papel económico, la magnitud de la expansión de los problemas pertinentes al alcohol, deban tender a una acción audaz a nivel internacional.

Durante los últimos decenios ha aumentado indudablemente la sensibilidad social con respecto al consumo de alcohol y a los problemas relacionados con éste.
Es evidente una creciente inquietud manifestada por los gobiernos con respecto a estos problemas. Han sido fundados institutos de investigación y se ha establecido una cooperación científica bilateral regional. Un creciente interés por los problemas relacionados con el alcohol y por las posibilidades de las diversas acciones de prevención y cura, se ha observado a favor de organizaciones internacionales, de la Organización Mundial de la Sanidad y, de modo particular, de la Oficina Internacional del Trabajo. En 1975, la Vigésima octava Asamblea Mundial sobre la Sanidad ha invitado al Director General de la OMS a poner una especial atención, en el futuro programa de la OMS, en la extensión y en la gravedad de los problemas individuales y sociales que se relacionan con el alcohol y que tocan, sobre todo, a la sanidad pública. En 1979, la Trigésima segunda Asamblea Mundial de la Sanidad ha reconocido que los problemas relacionados con el alcohol ocupan uno de los principales puestos entre los riesgos graves del alcohol y ha animado a los Estados miembros a emprender cualquier acción encaminada a reducir el consumo de alcohol.
En 1989, a petición de Noruega, el Consejo Económico y Social de la ONU, invitó al Secretario General a promover estudios sobre las diversas condiciones sociales del consumo de alcohol, con la participación del grupo internacional de expertos. La reunión de dicho grupo se tuvo en Oslo en 1990 y con sus resultados se constituyo la base para la Resolución 45/134 de la Asamblea General «Sobre las adversas consecuencias sociales del consumo de alcohol». La importancia del programa estaba en el hecho de que el mismo incluía la cooperación con organizaciones no gubernamentales. Semejante cooperación a nivel internacional sostenía, tanto la actividad de control del alcohol, cuanto los programas referentes a la demanda, a las alternativas del alcohol y a la promoción sanitaria. Otro progreso podría ser el del interés por una especie de institucionalización de las cuestiones de los problemas debidos al alcohol en el interior de la estructura de la actividad de la ONU, siguiendo el ejemplo de problemas que son abordados asociados con el uso de la droga. Para eso es posible la realización de un proyecto sometido a la Sociedad de Naciones y que se refiere a estudios internacionales sobre los problemas ligados al alcohol (16).
En cuanto a la Reunión de Expertos, de Oslo, pueden apoyarse sus consejos:

A nivel internacional

1. asignar la prioridad a los problemas referentes a las consecuencias sociales negativas del uso de alcohol en los programas de trabajo en relación con el desarrollo social, la emancipación de las mujeres, la prevención del crimen, las organizaciones de la juventud, de los niños y humana;
2. incluir el tema de las consecuencias sociales negativas del uso del alcohol a continuación de los principios que guían las políticas y los programas de desarrollo del bienestar social;
3. iniciar estudios y organizar reuniones técnicas con el fin de desarrollar indicadores perfeccionados de los problemas sociales relacionados con el uso del alcohol, y de aumentar la comprensión de la amplia difusión y de las causas de tales problemas para facilitar su prevención;
4. introducir los temas referentes al uso del alcohol en el trabajo de preparación del Año Internacional de la Familia, que será el 1994;
5. iniciar los preparativos para reunir una conferencia mundial sobre el impacto social, económico y ambiental de la producción y del consumo de alcohol sobre el desarrollo, preferiblemente para el 1994;
6. emprender estudios, proporcionar servicios de consultorio técnico y organizar reuniones técnicas y orientadas desde un punto de vista político cuyo objetivo sea, de modo particular, las exigencias de los países en vías de desarrollo en el campo del control del alcohol;
7. pedir la asistencia de países donadores y de agendas financieras internacionales para proporcionar los recursos suplementarios necesarios para emprender las actividades antes citadas;
8. proponer estos consejos a la atención de los Estados miembros de la Comisión para el Desarrollo Social, de la Comisión sobre la Condición de la Mujer, de la Comisión sobre los Establecimientos Humanos, del Comité para la prevención y del Control de la Criminalidad y del Comité para el control de los Narcóticos;
9. proponer estos consejos a la atención de las correspondientes organizaciones especializadas, de modo particular la Organización Internacional del Trabajo y la Organización Mundial de la Sanidad, para su respeto y para su actuación siguiente.

A nivel regional

1. iniciar consultas a nivel regional para examinar las consecuencias sociales negativas del uso del alcohol con el fin de formular políticas, estrategias y programas apropiados, mejorar la tendencia en los países industrializados e invertir la tendencia actual en los países en vías de desarrollo;
2. introducir los problemas referentes al alcohol en sus programas de trabajo;
3. pedir la asistencia de los países donantes y fundar organizaciones que proporcionen los recursos necesarios.

Dr. Jacek Morawski
Director del Instituto de Prevención del alcohol y de la droga en la International Organization of Templars.
Polonia

Bibliografía
1 Edwards G., Gross Mm., Kelleh M., Moser J., Rom R. (eds): Alcohol related disabilities. Who Offset Publication No 32 Who, Geneva 1977.
2 Problems related to alcohol consumption. Report of a Who Expert Committee. Technical Report Series 650, Who, Geneva 1980, p. 17.
3 Hauge R., Irgen-Jensen O.: The experiencing of positive consequences of drinking in four Scandinavian countries. British Journal of Addiction. 1990, 85, 645-653.
4 Wald I.. Introduction. In: Alcohol related social and health problems. State Scientific Publisher. Warsaw, 1986, p. 8. In Polish.
World Drink Trends. 1990 Edition. NTC Publications Ltd. Henley-onThames, Oxfordshire, UK.
6 International Statistics on Alcoholic Beverages. Productions. Trade and Consumption 1950-1972. Finnish Foundation for Alchol Studies, Vol. 27. Forssa 1977.
7 Mosher J.F.: International trends in alcohol consumption, alcoholrelated
problems and alcohol control policies. A report of the 18-Country Ansvar Seminar Conducted in Vienna, Austria, in June 1981. In: Armyr G., Elmer A., Herz U.: Alcohol in the World of the 80s. Stockholm, Sober Forlags, 1982, pp. 201-208.
8 Grudziak-Sobczyk E.: Identifikation van Kindern von Alkoholikern. Drogalkohol (Lausanne). 1990, 14, pp. 41-48.
9 Strumilin S., Sonin M.J.: Economics and alcoholism. Ekonomika I Organizacja Promyszlennoj Produkcji (EKO), Nowosibirsk, 1974, No. 4. In Russian.
10 Marie Choquet: Discussion od Dr Morawski's Dr Moskalewicz's and Professor Wold paper. In: Expert Meeting on Negative Social Consequences of Alcohol Use, Oslo 27-31 August 1990. Oslo 1991, pp. 129-139.
11 Bruun K., Edwards F., Lumio M. et al.: Alcohol control policies in public health perspective. The Finnish Foundation of Alcohol Studies. Vol. 25, Forssa 1975.
12 Wald I., Jaroszewski Z.: Alcohol Consumption and Alcoholic Psychoses inPoland. Journal of Studies on Alcohol, Vol. 44, No. 6, pp. 1040-1048.
13 Wald I., Morawski J., Moskalewicz J., Szydlowska T.: The Second Report on Alcohol Policy. Warszawa 1990, p. 77. In Polish.
14 Skog OJ.: The prevention of alcoholism and drinking problems  who are the target groups? In: Expert Meeting on Negative Social Consequences of A Icohol Use, Oslo 27-31 August 1990. Oslo 1991, pp. 200-220.
15 Kreitman N.: Alcohol Dependance and the Preventive Paradox, British Journal of Addiction, 1986. 81, pp. 353-363.
16 Chodzko W.: The World-wide Action Against the Alcoholism in the Period Between the two World Wars. Annales Universitatis Mariae CurieSklodowska. Lublin-Polonia. 1948, Vol. 3, 2, pp. 83-94. In Polish.
17 Anderson P.: Management of drinking problems. WHO Regional Publications. European Series. No. 32, Copenhagen 1990.
18 Harwod H.J., Kristiansen P., Rachal J.V.: Social and economic costs of alcohol abuse and alcoholism. Issue report No. 2, Research Triangle Park, Research Triangle Institute, 1985.
19 Expert Meeting on Negative social Consequences of Alcohol Use, Oslo 27-31 August 1990. Oslo 1991, pp. 200-220.