El tratamiento de pacientes adictos y su progresiva recuperación hasta lograr deshabituarse a una conducta adictiva es un proceso muy complejo que esta configurado por diferentes niveles de intervención y etapas de recuperación.
La adicción es una enfermedad que puede curarse si se elige a tiempo el tratamiento adecuado, consistente en una serie de intervenciones que tienen como finalidad la recuperación de la persona adicta hacía una mejor calidad de vida. Además, es necesario efectuar un seguimiento a largo plazo para evitar posibles recaídas.
Niveles de tratamiento
Una evaluación individualizada de cada caso concreto permitirá al profesional decidir sobre la alternativa de tratamiento más adecuada. En función de la intensidad de la adicción se ubicará a la persona en uno de estos tres niveles de intervención:
Tratamiento ambulatorio. El paciente vive una vida completamente normalizada, es decir, acude al trabajo, vive con su familia, etc. y visita con regularidad a su médico de cabecera. La técnica empleada por el médico dependerá del adicto y de su tipo de adicción. Sin embargo, son pocos los profesionales de la medicina general que están dispuestos a dedicar tiempo a los adictos, debido a la gran cantidad de atención que requieren.
Además, puesto que su preparación profesional apenas incluye formación sobre este tipo de enfermedades, en muchas ocasiones el médico se siente incompetente. Los médicos de cabecera son especialmente eficaces para ayudar a sus pacientes a dejar de fumar y a dejar de beber alcohol.
Tratamiento hospitalario. Para muchos adictos y en particular, para los drogodependientes, la ayuda profesional significa un hospital. El ambiente hospitalario suele ser muy útil para facilitar el proceso de desintoxicación evitando las situaciones de susceptibilidad.
Tratamiento residencial. En estos lugares, se ofrece alojamiento, tratamiento médico, apoyo colectivo, buena alimentación y amistad. Consiste en la participación prolongada en un ambiente de comunidad terapéutica donde el paciente convive con otras personas en recuperación. Se ofrece al paciente un estilo de vida sano. Los expertos proporcionan ayuda física, psicológica y social. En muchos de estos centros, entre los expertos figuran antiguos adictos que saben por la propia experiencia lo que experimentará el adicto.
Etapas de recuperación
La recuperación va más allá del tratamiento, puesto que la persona en recuperación necesita mantener los cambios logrados mediante el tratamiento de manera permanente.
Abstinencia. La ruptura inicial con la adicción, siempre es el paso más difícil. Debido a los síntomas físicos y mentales que se manifiestan al interrumpir el consumo de una sustancia o al dejar de realizar una actividad que es objeto de su conducta adictiva. El proceso de “abstinencia” suele ser muy desagradable, doloroso e incluso peligroso. El adicto necesita de toda la ayuda profesional y no profesional posible para reducir los efectos del proceso de abstinencia. La psicoterapia es un recurso eficaz.
Desarrollo de estilos sanos de vida. Si un adicto va a dejar definitivamente la adicción a una sustancia o actividad tendrá que añadir algo nuevo y saludable a su forma de vida anterior. Para ello tendrá que orientar el impulso que le llevó a la adicción hacía algo más útil, seguro y satisfactorio. Por ello, es muy importante ayudar al paciente a que desarrolle un nuevo estilo de vida.
Crecimiento personal. Los adictos suelen sufrir una amplia gama de secuelas psicológicas, como depresión, irritabilidad, pérdida de la autoestima e intensos sentimientos de culpabilidad. Por este motivo, es muy importante ayudarles a potenciar su autoestima mediante actividades gratificantes que les permitan experimentar sentimientos de éxito y valía personal.
Importancia de la motivación
Para que un programa de deshabituación sea realmente eficaz, ante todo hay que conseguir motivar al adicto. Hay que asegurarse primero de que el adicto está decidido a superar su problema. Por esto, la primera responsabilidad de la figura del profesional es conseguir la motivación adecuada.
Los grupos de autoayuda están integrados por adictos que conocen por sí mismos la desesperación y angustia que se siente ante este problema. Esta alternativa es un recurso muy útil para ayudar al adicto a reconocer inicialmente que tiene un problema y después a desear sinceramente solucionarlo y a abandonar definitivamente la adicción.
Fuente: Mundogar