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Gianna Jessen

<<Yo he sobrevivido a un aborto salineo>>

Quería decirles que he sobrevivido a un aborto salíneo.

Las palabras de Gianna Jessen – encantadora californiana de catorce años, rubia, con una ingenua y permanente alegría que a veces se convierte en risa- se ven interrumpidas por el aplauso cerrado, lleno de emoción, de las mil personas que abarrotamos el salón N° 6 del Hotel Marriot. De Santa Clara, en California. La sorpresa, el cariño y la emoción nos han puesto a todos de pie: compruebo una vez más que también los hombres.

Sí, mi madre decidió abortarme en el tercer trimestre de la gestación-prosigue con una ingenua tranquilidad. Después, conversamos bis a bis en el hall del Hotel. Gianna se me acerca con paso inseguro, torpe como dando pequeños saltitos: son todavía secuelas de aquella decisión medico- materna; pero cada vez está mejor: hubo mucho tiempo en el que ni siquiera pudo caminar. Tras aquella agresión, nació prematuramente con parálisis cerebral.

Tengo trece años: mañana cumplo catorce.
Felicidades, Gianna. Y ¿qué sabes tú de lo que te paso?
Sólo sé eso: mi madre biológica decidió que me inyectaran una inyección salina.
¿Y no sabes quién te salvo?
No, no lo sé.
¿Quién te ha hablado de estas cosas?
Mi madre.
¿Cómo tu madre?
Si, mi madre adoptiva, no mi madre biológica. (sic). Fue hace dos años, por Navidad.
¿Guardas algún rencor?
No, no guardo ningún rencor.
¿Y de mayor?
No sé, querría ir a Berkeley o a Boston a estudiar música.
La verdad es que le he oído cantar y lo hace como los ángeles, con una voz de niña esperanzada que no debería cambiar.

Gianna, aún eres pequeña, pero…de mayor ¿querrás tener niños?
No sé si podré… Pero de momento…, estoy soltera…, y otra vez sonríe después de ponerse un poco seria.

Palabra 313

Gianna Jessen
Testimonio de un "aborto salino fracasado"

"Cuando se habla del aborto, siempre se procura hacer desde la abstracción pero se evita ver qué es lo que se quiere eliminar. Quizás este testimonio ejemplifica que es lo que se mata en un aborto Mi nombre es Gianna Jessen. Tengo 19 anos de edad. Soy originaria de California pero ahora resido en la ciudad de Franklin, en Tenesee. Soy adoptada y sufro de Palasia Cerebral. Mi madre biológica tenia 17 anos y 7 meses y medio de embarazo cuando decidió abortarme por el proceso de inyección de agua con sal. Le inyectaron una mezcla especial en el útero capaz de abrasar al feto por dentro y por fuera. Yo soy la persona que ella aborto. Viví en vez de morir.

Afortunadamente para mi, el abortista no estaba en la clínica al yo nacer a las 6:00 AM del 6 de Abril de 1977. Me apresuré; no esperaban mi aborto hasta las 9 AM, cuando el abortista llegaba a su oficina. Estoy segura que de si el hubiera estado allí, yo no estaría aquí hoy, ya que su trabajo es terminar la vida, no sostenerla. Hay quien dice que soy un "aborto fracasado", el resultado de un trabajo mal hecho.

Hubo varios testigos de mi entrada a este mundo. Mi madre biológica y otras muchachas jóvenes que también esperaban en la clínica su turno para abortar fueron las primeras en saludarme. Me dicen que este fue un momento lleno de histeria. Luego hubo una enfermera que aparentemente llamo al servicio medico de emergencia. Estos me llevaron al hospital en ambulancia, aunque esto normalmente no suceda, porque si el bebé abortado nace vivo lo dejan morir, ya que de cualquier forma le han estado diciendo al resto del mundo que no es un bebé. Allí permanecí casi tres meses.

No había mucha esperanza para mi al principio: pesaba solamente un kilo al nacer y tenía serios problemas neurológicos que han perdurado hasta hoy. Hoy día niños aun mas pequeños han sobrevivido. Un doctor dijo que yo tenia un gran deseo de vivir y que luchaba por mi vida.

Eventualmente pude salir del hospital y fui colocada bajo el cuidado de familias adoptivas. Me diagnosticaron la palasia cerebral como resultado del aborto. Le dijeron a mi madre adoptiva que era muy dudoso que yo alguna vez siquiera pudiera gatear o caminar. No me podía sentar por mi misma. Eventualmente aprendí a sentarme, a gatear y a pararme. Con la ayuda de soportes en las piernas logre caminar un poco antes de cumplir los 4 años.

Diana De Paul me adopto legalmente unos meses mas tarde; el departamento de servicios sociales no lo permitió antes. He continuado con terapia, y después de 4 cirugías ahora puedo caminar sin ayuda. No es siempre fácil; a veces me caigo, pero he aprendido a hacerlo con gracia después de 19 años.

Nunca le hablaron de lo que había pasado hasta poco después de cumplir los doce años, cuando volvió a preguntarle a su madre cuál era la razón de su problema físico. "Toda la vida me habían dicho que yo era así porque nací prematura y porque había tenido un parto traumático. Pero esta vez ella me dijo: '¿de veras quieres saberlo?' Yo le dije que sí. Me dijo que mi madre biológica tenía 17 años y un embarazo de siete meses y justo cuando me iba a descubrir esta tremenda verdad de mi vida, la miré y le dije: 'Ella me abortó, ¿verdad?' Lo supe antes de que me lo contase."

Estoy contenta de estar viva. Casi morí. No me considero un producto secundario de la fecundación, un montón de células, o ninguno de los títulos dados a los niños antes de nacer. No creo que ninguna persona concebida es ninguna de esas cosas. He conocido a otros sobrevivientes de aborto y todos están agradecidos por la vida. Hace solo unos meses conocí a otra sobreviviente de un aborto por inyección salina. Su nombre es Sara y tiene dos años. Ella también sufre de palasia cerebral, pero su diagnostico no es bueno. El abortista, además de inyectar a la madre, también inyecta al bebe. Sara recibió la inyección en la cabeza; yo vi el lugar donde la inyectaron. Al hablar lo hago no solo por mi, sino también por otros que, como Sara, aun no pueden hacerlo y por los sobrevivientes: hoy día un niño es un niño solo cuando es conveniente. Es otra cosa cuando el momento no es el adecuado. Un niño sigue siendo un niño si la madre sufre un accidente a los dos, tres o cuatro meses. Cuando es abortado, es llamado un montón de células. ¿Que es eso? Yo no veo diferencia alguna. ¿Que ven ustedes?

Muchos cierran sus ojos.... Lo mejor que tengo para enseñarles a defender la vida es mi propia vida. Ha sigo un gran regalo. La matanza no es la solución a ninguna duda o situación. ¡Muéstrenme como puede serlo!

Hay una frase que dice:

‘Lo que es malo en lo moral, lo es también el lo político’ Estamos derramando la sangre del inocente. América esta destruyendo su futuro. Toda vida es valuable. Es un regalo. Debemos recibir con gozo y cuidar los regalos recibidos.

Debemos honrar el derecho a la vida".

mscperu