Cultura y tradiciones

Huerto en casa


Sembrar y cosechar en casa está al alcance de todos, sólo es necesario tener los cuidados adecuados y los materiales necesarios y poco a poco ir aprendiendo de la experiencia para que el huerto sea un éxito. Cultivar las propias verduras es una manera de comer sanamente, tener una dieta nutritiva y balanceada, además del gusto de tener una cosecha propia y una actividad dinámica para toda la familia.

Qué es un huerto urbano
Es la adaptación de la huerta tradicional que se practica en el campo rural a un espacio urbano en la ciudad – cubierto o no – con la intención de cosechar hortalizas, flores, hierbas culinarias, plantas aromáticas o medicinales, etc. Surge por movimientos sociales sostenibles como el slow food o slow life que reivindican la cultura de lo natural en la que se respeta el tiempo de cualquier proceso o actividad.

Ventajas de un huerto urbano
La mayor parte de la población vive en ambientes muy urbanos sin ningún contacto con el medio natural y rural, esto hace que cada día más personas sientan la necesidad de introducir un poco de "verde" en sus vidas. Disponer de un pequeño huerto en nuestro hogar, va a suponer una vía de escape frente al asfalto, el ruido, la contaminación y también frente al estrés y las preocupaciones.
Constituirá un lugar de aprendizaje continuo a través de la experiencia que vayamos adquiriendo en el cultivo de nuestras hortalizas: Nos va a permitir conocer el ciclo de vida de los vegetales y las relaciones entre distintos seres vivos, potenciando nuestra capacidad de observación y ofreciéndonos un recurso educativo muy valioso para nuestros hijos.
Producimos nuestros propios alimentos y sabemos qué estamos comiendo: nos proporcionará alimentos sanos, nutritivos y sabrosos que nos harán pensar en el origen de los alimentos, convirtiéndonos en consumidores más responsables que no contribuyen en los aumentos de agriculturas intensivas y alimentos transgénicos.
Mejoramos nuestra relación con la naturaleza: redescubrimos los aromas y el sabor de las hortalizas y frutas.
Mejoramos la biodiversidad de la ciudad y calidad del aire (aunque en pequeña escala, es nuestra contribución a la sostenibilidad de las ciudades).
Aporta beneficios a nuestra salud mental (es un excelente antiestrés) y actividad divertida, relajante, entretenida y saludable.
Si son huertos comunitarios en las terrazas de los edificios, mejoramos la convivencia con los vecinos. Estos huertos tienen diversos enfoques y planteamientos, pudiendo ser espacios de ocio saludable, lugares de convivencia intercultural e intergeneracional, zonas verdes participativas, observatorios para la puesta en valor y recuperación del medio rural, plataformas hacia la soberanía alimentaria…pero sobre todo deben de ser espacios para la educación ambiental.
Un huerto en casa es una oportunidad para compartir una experiencia divertida con los más pequeños, y además, formarles en valores.
Los niños pueden participar activamente en todas las etapas del cultivo. Durante la siembra, el trasplante, la preparación de los sustratos o la observación de las plantas, manipulando la tierra y observando las distintas etapas de las hortalizas.
El huerto también puede ser una forma de adquirir pequeñas responsabilidades para que sean conscientes del valor de sus actos y del esfuerzo que implican, como una tarea divertida. El riego es una tarea ideal en este sentido, ya que requiere de constancia e incluye la manipulación de agua, que es un elemento que resulta muy atractivo para los niños. Por tanto, el método de riego que resulta más interesante es el manual mediante regadera, cuyas medidas y capacidad deberán ser adecuadas para el manejo por parte del niño.
Si todo ha salido bien llega el momento de recoger la recompensa de tanto esfuerzo, de sentirse satisfecho y orgulloso del trabajo realizado, es el momento de la cosecha. Pero también es una ocasión perfecta para incorporar hábitos para una alimentación variada, sana y rica en verduras y frutas. Es una forma de incentivar al niño a probar las verduras, ya que para él no es algo ajeno sino que ha seguido todo el proceso hasta que se ha formado el fruto, y además es una forma de valorar su propio trabajo.
Para que sea más fácil, mejor empezar por cultivos que sean sencillos y que estén adaptados al cultivo en recipientes, pero sobre todo que resulten atractivos al niño como las fresas o las zanahorias que son sabrosas y dulces.
Más allá de las propias tareas de mantenimiento del huerto, pueden ser múltiples las actividades que de forma paralela al huerto se pueden plantear, ya sean manualidades o actividades de observación y/o experimentación. Todo es cuestión de imaginación y ganas de pasar tiempo y disfrutar juntos.
Por supuesto, no todo son ventajas, y siendo sinceros, prácticamente la desventaja más destacable de tener un huerto urbano en la vivienda es que hay que cuidar el presupuesto que destinamos – sobre todo al principio – y que debe de ser un proyecto a largo plazo.

Herramientas

Azadilla de lanza. Sirve para retirar restos y malas hierbas, remover la tierra y airear.
Azadilla de horquilla o escardillo. Sirve para cavar, remover tierra, romper los terrones y escardar malas raíces y hierbas.
Cultivador. Sirve para arañar la superficie y airearla.
Palita o trasplantador. Podremos abrir agujeros para plantar semillas y plantones.
Rastrillo de mango. Prácticamente sirve para todo, pero con la principal función de arrastrar restos de vegetales.
Capazo y guantes. Los capazos son muy útiles para trasplantar y mover tierra de un lugar a otro. Protegernos las manos siempre va bien, y los guantes son la mejor opción para los huertos familiares.



Recipientes
El mercado ofrece diferentes tipos de recipientes que se adaptan a la perfección al tamaño del patio, terraza o balcón. Elegiremos siempre aquellos que nos permitan un mayor volumen de sustrato, en función del espacio disponible que tengamos.
Jardineras y macetas: La mayoría de jardineras y macetas, ya las hacen directamente de plástico de PVC o bioplástico y con múltiples tamaños y formas, así que tenemos muchas opciones. ¡Son los recipientes más baratos!Hay algunas que llevan un pequeño depósito de reserva de agua que suministra el riego a las plantas por capilaridad. Son muy útiles si somos unos despistados o nos vamos de vacaciones.
Cajones de cultivo: Suelen ser de madera y tratadas para soportar condiciones climatológicas al aire libre. Las encontramos con forma cuadrada o rectangular y de diferentes tamaños. Lleva un recubrimiento interior de geotextil para preservar la madera y contener la tierra manteniendo la humedad.
Sacos de rafia: Normalmente la gente no suele utilizar los sacos de rafia para un huerto en terraza, pero hay que indicar que a veces son muy útiles porque son ligeros y se pueden transportar fácilmente.También están fabricados con un geotextil resistente a la intemperie y permeable al agua e incluso, algunos tienen compartimentos.
Mesas de cultivo: Este es el contenedor por excelencia del huerto urbano en azoteas por su comodidad y que puede encontrar un buen volumen de sustrato.Los fabrican en diferentes materiales como el plástico PVC y madera, con varios colores y resistentes a los rayos UV. Estéticamente, quedan muy bien en cualquier lugar.Suelen tener un soporte intermedio para dejar las herramientas de cultivo y los soportes de cultivo más grandes, cuentan con separadores para la distribución y división de lo que vamos a cultivar.
Mesas de plantación: Estos recipientes son utilizados en amplios patios y terrazas y van directamente al suelo. Su capacidad de cultivo es mucho mayor que los contenedores anteriores. Están revestidos por dentro de un geotextil protector, son de madera y en la base llevan un fondo protector para no ensuciar el suelo. Son comunes los que están en diferentes alturas para cultivar especies de bajo desarrollo y otras que crecen hacia lo alto.
Recipientes verticales: Para sacar todo el partido posible al espacio que tenemos destinado al cultivo también existen estructuras verticales dónde podemos crear minihuertos que se instalan en las paredes.Los encontramos con muchas formas que se adaptan a cualquier tipo de pared. Muy utilizados en balcones o para cultivar en el interior de las viviendas y tener un minigarden o el “huerto vertical”.Son módulos autodrenantes y autoportantes fabricados en material de polipropileno resistente, incluso los que son un poco más caros tienen autorriego.

Cómo hacer un huerto en casa
Si queremos cultivar un huerto en la ciudad debemos de seguir una serie de pasos para tener una huerta en casa coherente y que cubra nuestras necesidades.

Ubicación de la huerta
Aunque parezca obvio, hay que recordar que tenemos tres posibilidades; en la galería – balcón de casa, dentro de la vivienda (utilizando sistema hidropónico), y una huerta en terraza o patio que pueden ser privados o comunitarios.

 

 

Luz
Podemos crear un huerto urbano prácticamente en cualquier lugar, un pequeño jardín, un patio, una terraza, un balcón o incluso una ventana nos va a permitir cultivar nuestras hortalizas. Pero hay una cuestión indispensable, que es disponer de un lugar con luz directa. Las hortalizas al igual que el resto de las plantas necesitan la luz solar para obtener energía a través de la fotosíntesis. Para las hortalizas mínimo debería de ser entre 5 y 6 horas de sol directas al día. Evitar colocarla debajo de árboles o junto a paredes que hagan sombra, el sol es un elemento básico para el huerto y sin él no hay crecimiento.
En la mayoría de ocasiones no podemos elegir entre varias ubicaciones para el huerto y tenemos que adaptarnos al espacio disponible. En cualquier caso, será importante valorar la disponibilidad de luz que tenemos en las diferentes épocas del año y valorar qué tipo de cultivo vamos a realizar. Puede ser que nuestro espacio sólo permita el cultivo en primavera-verano, época durante la cual la trayectoria del Sol es más elevada, disponiendo de luz suficiente, mientras que en invierno no reciba nada de luz. Sin embargo hay espacios que disponen de luz suficiente durante todo el año, pudiéndose cultivar en cada época los cultivos de temporada.
Por lo tanto, en función de la insolación que tengamos elegiremos las hortalizas que cultivaremos. Si tenemos muchas horas de sol en verano, recurriremos a cultivos exigentes como las berenjenas, los tomates o los pimientos, mientras que si recibimos menos horas de sol, optaremos por cultivos menos exigentes como lechugas, cebollas, rábanos, fresas.
Es muy importante considerar que cada clima y ecosistema es diferente, hay que observar cuidadosamente el crecimiento y cuidado de las plantas en la región.

La mejor opción es poner el huerto en el patio o terraza del edificio; no ocupamos espacio en casa, se ubica al aire libre, podemos producir más verduras y hortalizas para la huerta familiar, podemos movernos bien para trabajar con coherencia, etc.

Sustrato
La mayoría de los árboles frutales, plantas aromáticas, hortícolas y condimentarías que cultivamos en la huerta orgánica “son de fácil crecimiento” pero necesitarán una tierra fértil, con nutrientes, mullida y con capacidad para retener el agua. Un error bastante común es utilizar tierra como la de las macetas, pues los nutrientes que esta tierra va a aportar a los vegetales, no son suficientes y lo más probable es que en un corto plazo se le deban de añadir para obtener buenos resultados.
Entre muchos detalles es importante contar con materia orgánica, es decir composta, que ayudará a enriquecer los nutrientes en la tierra. Mantener el suelo aireado, libre de hierbas, vigilar plagas y enfermedades son algunas de las tareas que poco a poco se van aprendiendo con la práctica y cuidado de plantas. Por ejemplo, un consejo para mantener el suelo libre de hierbas es tener una capa de corteza para proteger la tierra de las condiciones locales.
Lo más adecuado es usar sustratos orgánicos, los cuales deben.
-Ser ligeros, para permitirnos su manejo con facilidad y no sobrecargar nuestras terrazas o balcones.
-Tener una adecuada porosidad, que permita una buena aeración (circulación del aire que permita la respiración de las raíces) y retención de agua (que permita que se cree una reserva de agua en el sustrato a disposición de las raíces).
-Retener nutrientes fundamentales.
Estos 3 requisitos los cumplen los sustratos orgánicos compostados, como el vermicompost (residuo orgánico digerido por la lombriz de California), que actuará además como abono al aportar todos los nutrientes que necesita la planta.
Otro sustrato que no aporta muchos nutrientes pero que tiene algunas de las propiedades mencionadas (ligereza, aeración, retención de agua y de nutrientes) es la fibra de coco.
Por ello puede ser interesante componer nuestro sustrato combinando uno que aporte buenas condiciones estructurales (fibra de coco) y otro que actúe como abono aportando los nutrientes y las propiedades de la materia orgánica. La proporción adecuada podría ser 40% de fibra de coco, 20% sustrato universal,15% compost, 15% abono, 10% vermiculita, formando con ello un kilo de composta a los que se añade, dos kilos de tierra y una bolsa de hoja seca. Estos materiales se mezclan uniformemente y se esparcen en la caja preparada. Para dar una textura ideal y lograr que se oxigene, es necesario mover la tierra.
Cada vez que acabamos un ciclo de cultivo y retiramos las plantas, es conveniente remover el sustrato para evitar la compactación que éste sufre con el tiempo, para mejorar la porosidad y evitar la formación de grietas, además de hacer una nueva aportación de compost o vermicompost, para reponer los nutrientes que se hayan consumido o lavado. Cuantos menos abonos químicos, mejor, hay que aprovechar los residuos generados en casa. Nos beneficia a todos, es cuidar del medio ambiente y a la vez, transformamos unos desechos reciclándolos para sacar de ellos un buen partido.

Cama de cultivo
Antes de empezar, mira que los recipientes que utilizas; jardineras, macetas, cajones, etc, tengan un agujero para el drenaje del agua.

La siembra de las plantas por lo general es muy sencilla, simplemente se hace un orificio en la tierra, se pone la semilla y se vuelve a tapar sin apretar o comprimir la tierra.
La siembra depende mucho del tamaño de la planta, ésta determina la separación que habrá entre ellas. Por ejemplo, en un cuadrado de 30 x 30 cms se debe de colocar una semilla de jitomate, en otro 4 semillas delechuga, apio, betabel o acelga. En otro cuadrado se colocan 9 semillas decebolla o perejil, o 16 semillas de cilantro, cebollín o rábano.
Cada planta crece de forma diferente y necesita diferentes cuidados, por ejemplo en algunos casos como el del jitomate, se propone tener “tutores” para que la planta vaya trepando y se facilite la cosecha.
Es importante rotar las semillas para lograr plantas sanas y con los mejores nutrientes. La rotación de cultivo es un método eficaz que permitirá seguir sembrando en el mismo lugar y además evitar plagas en las plantas.
Una vez tenemos claro el espacio que vamos a emplear, los recipientes y el sustrato sólo queda conseguir las plantas que vamos a cultivar, las cuales las podremos desarrollar a partir de semillas o de plantones.
En un principio se puede empezar por plantones conseguidos en los viveros (los plantones son semillas que han crecido) ahorrandose toda la fase previa al crecimiento de la semilla. Ya que se va adquiriendo el gusto por la cosecha se pueden comprar semillas de diferentes cultivos,  pero, en una fase avanzada de nuestra experiencia como agricultores urbanos podemos plantearnos también la obtención de semillas de nuestros propios cultivos, seleccionando aquellas plantas más vigorosas y que mejor cosecha hayan producido. Sembrar, trasplantar y cosechar, son sin duda las tareas más atractivas del huerto en casa.

Siembra del huerto
La siembra la podemos hacer en un semillero, protegiendo la planta en sus primeras fases de desarrollo, o directamente en su emplazamiento definitivo, en el caso de hortalizas que no soportan bien el trasplante como las zanahorias, los rábanos o las habas.
En el mercado existen multitud de tipos de semilleros:
-Alvéolos de plástico (en bandejas o individuales). Tienen como ventaja que se pueden reciclar, siempre y cuando se laven bien después de cada uso.
-Alvéolos de turba (en bandejas o individuales). La turba es un tipo de sustrato, por lo que al trasplantar no es necesario sacar el cepellón sino que se planta el alveolo entero.
-Pastillas de turba prensada. Resultan cómodas, ya que no es necesario aportar sustrato extra, sólo hay que mojar la pastilla.
-Semilleros protegidos. Algunos semilleros incluyen una tapa transparente para evitar el daño de heladas o cambios de temperatura, o bien para adelantar la siembra.
-Semillero eléctrico. Nos aseguramos en invierno una temperatura superior a los 20 grados, lo cual facilita mucho la germinación de nuestras semillas.
-Semilleros reciclados. Como semilleros también nos pueden valer pequeños recipientes como envases de yogurt.
Sembrar. La profundidad a la que se entierra la semilla es 2 o 3 veces su diámetro, pero en el caso de las más pequeñas como las de las fresas, se mezclan con arena fina. Las grandes se siembran por golpes (en grupos de dos o tres), las pequeñas a voleo (lanzando cuñado sobre el sustrato)
Regar. En esta primera fase la planta es muy sensible a la falta de agua, por lo que el sustrato ha de estar siempre húmedo. A la hora de regar ha de utilizarse la regadera cerca del semillero y haciendo un movimiento pendular.
Clarear. Si han germinado varias semillas por alveolo hay que hacer un clareo dejando una plántula, la que veamos más fuerte.
Trasplante. Cuando las nuevas plantas germinadas tengan varias hojas verdaderas y su altura sea superior a la del envase, habrá llegado el momento de hacer el trasplante:
-Sacar el cepellón del alveolo o recipiente. Mejor si un día antes se ha regado porque el cepellón saldrá más fácilmente si está algo húmedo, por el contrario no hay que intentarlo si está seco o encharcado.
-Plantar en el recipiente definitivo. Una vez colocamos la planta en su emplazamiento definitivo, es conveniente chafar un poco alrededor del tallo para asegurarnos que no se queda una bolsa de aire entre las raíces y la tierra, pero sin pasarnos porque podemos compactar el sustrato.
-Regar. El primer riego tras el trasplante ha de ser abundante, para que el sustrato se asiente y las raíces queden bien en contacto con ella.

¿Qué sembrar en un huerto urbano?
Elegir es mucho más sencillo de lo que uno se imagina. Casi todas las especies son aptas para cultivar en un huerto ecológico.
Plantas aromáticas (albahaca, tomillo, orégano, romero, perejil, etc) son ideales para plantar en macetas, y resultan indispensables en cualquier cocina. Debido a su aroma intenso, alejan a los insectos que atacan a las plantas con más frecuencia. No requieren de gran cuidado, y crecen con facilidad.
Algunos de los cultivos que mejor se adaptan al huerto en casa, son:

Rábano
Requerimientos:

  • Riego: la humedad ha de ser regular, aunque el caudal no sea abundante. La escasez de agua causa unos tubérculos fibrosos, y el exceso, abultados y huecos.
  • Nutrientes: no es exigente, le puede servir el sustrato de un cultivo anterior.

Cebolla
Requerimientos:

  • Riego: no precisa riego abundante si es regular. Durante la formación del bulbo mejor si se espacia para conseguir un mejor secado de la cebolla.
  • Nutrientes: al ser rústica, no es exigente y no requiere muchos cuidados.

Lechuga
Requerimientos:

  • Riego: medianamente exigente, sobre todo al formar el cogollo.
  • Nutrientes: como todas las hortalizas de hojas, es consumidora de nutrientes.

Zanahoria
Requerimientos:

  • Riego: la humedad ha de ser constante, de lo contrario la piel se endurece y se agrieta la raíz.
  • Nutrientes: no es exigente. Si se le aplica estiércol demasiado fresco, la raíz se puede bifurcar.

Jitomate
Requerimientos:

  • Riego: frecuente y regular, más que espaciado y en grandes cantidades. Le va mejor el riego por goteo, para evitar la aparición de hongos.
  • Nutrientes: es un cultivo exigente que requiere un abonado rico en compost.

Berenjena
Requerimientos:

  • Riego: abundante y regular.
  • Nutrientes: es exigente, por lo que requiere un gran abonado. A partir del cuajado de los primeros frutos se puede aplicar algo de abono, ya que la cosecha es bastante larga.

Pimiento
Requerimientos:

  • Riego: abundante.
  • Nutrientes: exigente sobre todo en potasio. Se puede repetir el abonado a base de hojas de consuelda para recuperar los niveles de potasio.

Pepino
Requerimientos:

  • Riego: abundante, siendo el mejor método el riego por goteo.
  • Nutrientes: es exigente, por lo que es conveniente trabajar bien el sustrato o la tierra y añadirle un buen compost.

Espinaca
Requerimientos:

  • Riego: en dosis reducidas y frecuentes, suficientes para mantener siempre el sustrato húmedo. 
  • Nutrientes:: es exigente, sobre todo con el Nitrógeno, por lo que es aconsejable abonar antes de la siembra.

Haba
Requerimientos:

  • Riego: regular y moderado. Hay que evitar los excesos de riego en la época de floración por que puede afectar a la cosecha.
  • Nutrientes: poco exigente, y por sus propiedades prefiere suelos pobres en nitrógeno.

Fresa
Requerimientos:

  • Riego: moderado, para conseguir una tierra fresca, sin exceso de humedad pero sin que pase períodos secos.
  • Nutrientes: exigente. Conviene añadir un poco de compost después de cada ciclo, ya que se trata de una planta plurianual.

Ajo
Requerimientos:

  • Riego: poco exigente en agua. Incluso se puede cultivar en secano.
  • Nutrientes: poco exigente en abonado, igual que todas las liliáceas.

Rotación de cultivos
Aparte de las distancias que debemos guardar entre plantas, es conveniente saber que no todas las variedades de hortalizas pueden ser cultivadas unas al lado de las otras.
En huertos con macetas y cajones, podemos seguir la rotación marcando con un número cada una de las macetas para que nos sirva de guía. En los métodos de rotación de cultivos. Uno de los más habituales es el de familias botánicas:
Siembra 1: Solanáceas (berenjenas, pimientos y tomates).
Siembra 2: Liliáceas (ajos, cebollas y puerros) y Umbelíferas (apio, perejil y zanahoria).
Siembra 3: Compuestas (lechugas y escarolas), Cucurbitáceas (calabazas, calabacines, melones, sandías), Quenopodiáceas (acelgas y espinacas).
Siembra 4: Crucíferas (brócoli, coles y coliflores, rábanos) y leguminosas (habas, judías y guisantes).

Durante todo el año podrás tener verduras y hortalizas si sabes cuándo es el momento de sembrar y para eso, están los calendarios de siembra.

Sistemas de Riego
El riego es uno de los aspectos más importantes, se debe de evitar el exceso o escasez de agua. Se recomienda regar diariamente el huerto en la última hora de la tarde, esto ayudará a que se mantenga húmedo el sustrato el mayor tiempo posible para lograr una hidratación adecuada.
En los recipientes, el agua se agota con mayor facilidad que en el suelo, lo cual va a obligar a estar más pendientes del riego. Por otro lado, a veces, caemos en un exceso de agua que puede provocar un lavado, y por tanto pérdida, de nutrientes fundamentales para la planta. Por este motivo, una de las tareas más importantes y donde tenemos que ser más precisos es en el riego, buscando siempre mantener una humedad constante, ajustándola a la época del año y a las hortalizas que estemos cultivando.
Podemos regar de forma manual, lo cual será un buen método sobre todo en pequeños huertos (3 o 4 macetas). Lo más adecuado, en este caso, es el uso de la regadera y hacer el riego poco a poco para evitar la formación de grietas en el sustrato.
En cambio, si tenemos un huerto relativamente grande y sobre todo si en la época de verano recibimos mucha insolación, es de gran ayuda la instalación de un sistema de riego por goteo con programador. Este sistema nos va a permitir controlar el caudal de riego y la frecuencia de una forma más exacta, aportando al sustrato el agua que necesita, sin malgastarla y sin provocar excesos de riego. Existen en el mercado Kits completos de autoriego que se adaptan muy bien a pequeños huertos urbanos.
También tenemos la opción de las jardineras con autoriego, que disponen de un depósito de agua en la parte baja que mantiene húmedo el sustrato permanentemente. Este sistema puede dar buenos resultados sobre todo en las hortalizas menos exigentes con el agua.
Cualquiera de los sistemas de riego puede ser bueno, aunque su buen funcionamiento dependerá de que el sustrato sea de buena calidad y esté bien estructurado, ya que esto permitirá que al regar, el agua tenga una buena distribución en horizontal y no tanto en vertical. Si la estructura del sustrato no es la adecuada el agua tiende a filtrarse por las grietas que se forman y acabará perdiéndose por debajo del sustrato, antes de empaparlo adecuadamente.
Es bueno evitar mojar las flores, frutos y hojas para impedir la aparición de hongos
Abonos
Hoy en día en las tiendas ya podemos encontrar abonos específicos para huertos con cultivos concretos. La función primordial de estos fertilizantes es que tengamos una abundante cosecha y de calidad además de intensificar el sabor. La mayoría son de base orgánica que garantiza una agricultura ecológica por su formulación.
Principalmente hay tres tipos de abonos para el huerto urbano:
Abonos compostados: La composta es un tipo de abono casero que se obtiene de la descomposición acelerada de materia orgánica. Se hace con desperdicios orgánicos como verduras, cáscara de huevo, semillas, pasto, hojas secas, papel, ceniza, etc. La composta ayuda a fertilizar y enriquecer la tierra de los huertos, además de ser una forma efectiva de liberarte de la basura orgánica del hogar. No se recomienda incorporar carnes, huesos, lácteos ni  desechos de perros o de gatos.También se utiliza el estiércol de caballo o borrego y el humus de lombriz. Se suele repartir una fina capa sobre el sustrato o entre cavando un poco.
Abonos granulados. Son abonos que se distribuyen alrededor de la planta y se van disolviendo lentamente con el agua de riego para que los nutrientes puedan ser absorbidos por las raíces de las plantas.
Abonos líquidos. Este tipo de abono se disuelve en agua de riego y son muy prácticos. Son fertilizantes de efecto rápido.
También, en el mercado tenemos los abonos inorgánicos o químicos y, aunque no se suelen utilizar en pequeños huertos, los encontraremos en formato granulado o líquido.

Plagas
Un huerto urbano en casa sólo tiene sentido si lo desarrollamos de una forma ecológica. Debemos de entender nuestro huerto como un espacio de sostenibilidad, donde obtengamos productos sanos y sabrosos, por lo que no tiene ningún sentido la utilización de plaguicidas o fungicidas de síntesis química.
Partiendo de la base de que queremos practicar una agricultura lo más ecológica posible, lo primero que tenemos que entender es que en nuestros cultivos aparecerán todo tipo de insectos y otros organismos, que conformarán el "microecosistema" en el que se irá convirtiendo nuestro huerto urbano.
Esto es algo bueno, no debemos pretender tener un espacio aséptico, de hecho cuanto más variada sea la biodiversidad asociada a nuestro huerto, más estable y resistente a plagas será. Además el estudio y observación de toda esta "vida" y las relaciones que se establecen entre los distintos seres vivos es una de las cuestiones más enriquecedoras para el agricultor.
El principal método de control y lucha contra las plagas y enfermedades que debe de llevar a cabo el agricultor ecológico, debe de ser "hacer las cosas bien". Es decir, realizar todas aquellas prácticas que van a hacer de nuestro pequeño huerto un espacio fértil, resistente, estable, biodiverso, etc. Algunas de estas prácticas son: las rotaciones, las asociaciones, el uso de materia orgánica como único abono de los cultivos, realizar un riego adecuado, etc.
Ahora bien, aunque pongamos en práctica todas estas prácticas, algunos de los seres vivos que se instalan en el huerto pueden ser perjudiciales e incluso convertirse en una plaga u ocasionar enfermedades en nuestras plantas. En estos casos, debemos identificar las causas y actuar mediante procedimientos ecológicos.
Podemos diferenciar 2 tipos de problemas en nuestros cultivos:
Enfermedades, producidas por hongos, bacterias y virus. Podremos utilizar en el caso de enfermedades por hongos, que suelen ser las más comunes (como el oídio, el mildiu o la negrilla) tratamientos más específicos tanto de forma preventiva, como en las primeras fases de desarrollo, algunos de ellos son el extracto de cola de caballo o el propolis, ambos productos naturales inocuos para las personas. Si finalmente tenemos plantas afectadas, deberemos eliminar las partes dañadas (hojas y tallos) o incluso eliminar plantas enteras para evitar la propagación de la enfermedad a las plantas vecinas.
Daños por plagas, de animales, sobre todo insectos y arácnidos. Son más fáciles de identificar, ya que normalmente podemos observar directamente al agente causante del problema. En estos casos, antes de actuar, debemos evaluar si el agente potencialmente plaga está ocasionando realmente un problema o se mantiene en una población baja y estable que no ocasiona graves problemas.
Esto es importante, ya que a veces tener una población baja y estable de algún insecto plaga como el pulgón, puede ser incluso interesante ya que atraerá a insectos beneficiosos para el huerto como las mariquitas. Si por el contrario, consideramos que tenemos una plaga que está dañando nuestros cultivos, actuaremos de la siguiente manera:
Valorar si nos estamos equivocando en alguna práctica (exceso o falta de riego, exceso de abonado, cultivo fuera de temporada, falta de insolación.). Esto es muy importante, ya que muchas veces la aparición de una plaga nos indica debilidad de la planta por un mal manejo (un ejemplo claro es la aparición masiva de pulgón, que es indicativo de una gran concentración de Nitrógeno en la salvia de la planta, debido a un exceso de abonado sobre todo si utilizamos fertilizantes líquidos, que la hace muy atractiva a estos insectos).
-Eliminación manual de los insectos. Ésta es una forma muy eficaz de controlar las plagas en huertos de muy pequeñas dimensiones, como los huertos de terraza o balcón y frente a plagas muy visibles como las orugas defoliadoras.
-Eliminación de las partes dañadas (hojas y tallos).
-Tratamiento con productos ecológicos. Cuando tenemos plagas extendidas y difíciles de eliminar manualmente, podemos utilizar productos ecológicos.

Plaga

Solución

Acaros

Aceite de parafina, jabón de potasa, nfusión de ortigas, de ajenjo y de ajo

Antracnosis

Bicarbonato sódico, infusión de ajo y de cola de caballo

Araña roja

Aceite de neem (insecticida natural que se extrae del fruto de este árbol, que actúa frente a una amplia gama de plagas)

Bortitis

Jabón potásico (insecticida de contacto que debilita el exoesqueleto de los insectos. Se utiliza sobre todo para el control de ataques de insectos chupadores)

Caracoles

Cerveza, ceniza, naranja y cáscara de huevo

Cochinillas

Aceite de parafina y vegetal, ajenjo, alcohol, jabón de potasa e infusión de orégano

Hormigas

Azúcar, infusión de ajenjo, de tanaceto y de jitomate

Mildiu

Bicarbonato de sodio, caldo bordelés, jabón de potasa, infusión de manzanilla, de cola de caballo y de ajo

Mosca blanca

Aceite de parafina, ajenjo, pelitre, trampas cromáticas e infusión de jitomate

Negrilla

Jabón de potasa e infusión de cola de caballo

Oidio

Azufre, bicarbonato de sodio, jabón de potasa e infusión de cola de caballo

Orugas

Bacillus thuringiensis e infusión de jitomate

Plúsidos

Bacillus thuringiensis (se trata de una toxina que producen estas bacterias, totalmente inocua para el hombre y para la fauna)

Pulgón

Aceite de parafina, infusión de ajenjo, de jitomate, de ajo, de alcachofa, de ortiga y de cola de caballo, jabón de potasas, peltre y trampas cromáticas

Tizón

Bicarbonato de sodio, infusión de ajenjo y de cola de caballo

Trips

Aceite de parafina, infusión de ajenjo y de jitomate, jabón de potasa y trampas cromáticas

Tijereta

Trampas de cartón e infusión de jitomate

En cualquier caso, la aparición de una plaga en nuestros cultivos, no debe de desanimarnos sino todo lo contrario, estimular nuestra curiosidad por aprender y mejorar en el conocimiento de los distintos seres vivos de nuestro huerto y en el manejo de las técnicas de cultivo ecológico.

Cosecha
Se trata de la tarea más agradecida del trabajo en el huerto, pero hay que saber elegir el mejor momento para recolectar. Los cultivos en los que obtengamos frutos, el momento adecuado puede ser cuando estén maduros, como el jitomate cuando se torna de color rojo. Sin embargo, en pepinos y calabacines hay que recolectar antes de que maduren y formen la semilla. La mayoría de hortalizas de hoja (lechugas, espinacas, acelgas) nos permitirán ir cortando hojas conforme las necesitemos sin necesidad de arrancarlas, por lo que si vamos consumiendo según nuestra demanda el cultivo durará más tiempo. Además, con ajos y cebollas, tendremos una cosecha de tiernos si recolectamos antes y secos si dejamos más tiempo.

Fuentes consultadas:
ovacen.com
planetahuerto.es
landuum.com


CEBIDOC
 
 
Biblioteca | Estudios de Actualidad | CEBIDOC